Me pidió una salida, para vernos. Mi corazón se salía del pecho. Conocería a un chico lindo por internet, una experiencia peligrosa pero yo tendría que saciar mi curiosidad.
Sin más preámbulos acepte la salida. Quedamos en vernos en el centro comercial que quedaba cerca de mi casa. Yo soy fan número 1 de la comida chatarra y se me ocurrió la grandiosa idea de verlo para comer.
Tenia espectativas muy altas sobre esta salida, de inmediato llamaré a mi mejor amiga a contarle todo, como es niña tonta que soy. Aunque tengo ya una edad mayor, está sería mi primera experiencia saliendo con alguien después de mi rompimiento.
A la mañana siguiente me aliste lo mejor que pude, en clases esperaba que la hora pasará lo más pronto posible, que llegará las cinco de la tarde para poder verlo.
Pudiera retroceder el tiempo nunca hubiera hablado con él, tampoco hubiera aceptado esa salida, hubiera corrido lejos o arrojado mi teléfono por la ventana. Pero eso no pasó y tuve que aprender a la mala.
Mi cita me informo que ya estaba cerca. Me esmere arreglandome, me puse mis zapatillas más limpias y nuevas, me puse el mejor pantalón jeans que tenía, un polo negro pegado y un chompa sencilla. Me amarre el cabello en una cola baja y me puse mi perfume favorito.
Para mí buena suerte no tenía granitos en mi rostro, así que con nervios pero mostrando seguridad fui hacia nuestro punto de encuentro.
Caminaba mirando a todos lados, esperaba al chico de la foto. Entonces lo vi, lo noté por su cabello negro, pero no era como yo esperaba. Yo no soy tan alta, pero esperaba a alguien más alto, esperaba a alguien más musculoso y mejor vestido pero no.
Él era de mi tamaño, de ojos verdes bien bonitos, su cabello negro azabache me gustaba, era delgado y su rostro era pálido, tenía las manos pequeñas y fue lo primero que vi porque le estreche la mano y vi manos de princesa.
Estoy decepcionada.
Si se lo contaba a mis amigos sabría que se reían. Asi que decidí callar por el bien de mi autoestima y reputación.
Y así comenzó una larga y insuperable lista de salidas. A quién llame los chicos con la T.
¿ Por qué la T? - se preguntarán.
A todos los que conocía por la app les ponía una T. Eran varios chicos que me mandaban mensajes y me invitaban a salir.
Hasta que llegó él y destruyó por completo mi vida. Pero ese es otro chisme. Ahora estoy con Emiliano y regresemos a contarle esta cita.
Emiliano se venía agradable, comenzamos ha hablar.
-Eres más bonita que en tus fotos - comenta. Lo miro y quería decirle que él igual, pero realmente esas fotos no muestran al chico que estoy viendo delante mío.
-Gracias -es lo primero que le digo. Nos quedamos en silencio todo el camino hacia el centro comercial.
Cuando ingresamos buscamos que comer.
-¿Qué se te antoja comer? - es lo primero que le pregunto por cortesía.
Él me mira y yo a él, espero una respuesta, pero veo que no tiene nada que decir.
-¿Hamburguesas? -le pregunto.
-Lo que tú pidas -dice sin mucho ánimos. Realmente es aburrido.
No debí venir -me repito una y otra y otra y otra vez en mi cabeza. Pero ya estoy aquí y no voy a desperdiciar una tarde.
Subimos al patio de comidas y pido una hamburguesa en Bembos. Cuando está por pagar, yo me ofrezco a pagar y no se niega.
No.
No.
No.
No.
Regla número uno si una mujer te invita en la primera cita, ahí no es. Corre.
Lo peor de todo es que todo caballero te dice que el pagará o insiste. Yo le dije y de inmediato guardo su billetera y me sorprendió.
Al parecer yo le aburro y el a
-¿Ya antes has salido con chicos de la app? -me pregunta.
-Realmente eres el primero -le respondo con sinceridad mientras buscamos donde sentarnos con nuestras
-¿Y que opinas de mi? -me pregunta.
Lo miro, pero me salvó de responder cuando veo una silla vacía.
No sé si les ha pasado, pero cuando tienen este tipo de citas al principio todo el bonito pero después viene eso, que por chat son sociables y en persona apenas y hablan.
Estoy decepcionada. Nos sentamos cerca de la ventana.
-¿Qué edad tienes? -me pregunta.
-Veinte - le respondo rápido.
-A ver muéstrame tu identificación -exige y me extiende la mano.
No sabía que eso se hacía en la primera cita. Quiero que termine o acabe rápido.
Mi teléfono suena y siento un alivio.
-Hola -respondo.
-Soy yo, ¿ Y cómo va tu cita? -me pregunta la muy chismosa.
-Esta horrible -digo. Escucha que se echa a reír y veo el rostro de Emiliano, quiero intentar ser amable pero no puedo, apenas y hemos hablado -el clima, uy si amiga el clima está horrible.
Veo como mira su hamburguesa y se que tiene hambre, pero es respetuoso porque me está esperando a que yo cuelgue.
Solo desvío la mirada unos segundos y cuando estoy por despedirme de mi amiga y volteo a verlo y el ya está comiendo la hamburguesa.
Dios! Se que hoy se suponía que sería un buen día, pero por favor que alguien me llame para salir corriendo.
Termino mi llamada y el me mira.
-Perdón, tenía hambre -dice, pero termino de morir cuando habla con la boca abierta.
Me pongo de pie y lo miro.
-Disculpame pero no puedo continuar esta cita, me ha surgido algo en casa y debo regresar.
Mentira, soy una mentirosaaaaaa.
Pero me daría más pena fingir que algo de el me interesa cuando no es así.
El asiente con la cabeza.
-Te acompaño a tu casa - me dice.
-No -casi lo gritó. Pero después sonrió.
-No te preocupes, termina de comer la hamburguesa tranquilo, yo pediré un taxi, es urgente debo irme.
No me molestó ni en despedirme con un beso.
Cuando llego a casa quiero reírme.
Emiliano T : X
Para ser mi primera cita, fue horrible.