Capítulo 10 El plan de la tienda

"Celia, ¿por qué no detuviste a tu tío para que no fuera allí? Él tiene muy mal genio. ¿Qué vamos a hacer si llega a causar más problemas?", dijo Wendy, con voz temblorosa, mientras veía a su hermano marcharse.

"Mamá, no te preocupes, el tío Zack estará bien. Además, la abuela y Lucy necesitan que alguien las mantenga bajo control. Y a nosotras nos hace falta que él vaya, solo para asustarlas un poco, tienen que saber que no deben meterse con nosotras". La mujer fue capaz de ver el fuego que emanaba de los ojos de su hija, mientras esta hablaba con emoción.

Sin embargo, no pudo hacer nada más que suspirar profundamente, sintiéndose incómoda.

"Mamá, ¿él es el tío del que siempre me hablas? ¿Él no fue condenado a veinte años de prisión? ¿Cómo es que lo dejaron salir tan pronto? ¿Acaso escapó?", indagó Celia. Ella estaba realmente interesada en la vida de ese hombre tan curioso.

"¡Tonterías! Por encima de todas las cosas, él salió por buen comportamiento".

"¿Y esa motocicleta es de él? Definitivamente no es nada económica. ¿Cómo pudo conseguir el dinero suficiente como para pagarla?", cuestionó la chica.

Wendy sabía perfectamente lo que su hija estaba insinuando. Por otro lado, a la menor le preocupaba que atraparan a su tío por tener en su poder una motocicleta que no debería tener, pues, era muy evidente que él no podía costearla.

"Le pregunté acerca de eso y, tal parece que, ganó mucho dinero después de trabajar para un hombre millonario, por lo que tuvo suficiente como para poder comprarla. Ellos estaban juntos en prisión y se hicieron amigos, al salir, el hombre decidió pagarle por su amabilidad. Por cierto, me acaba de dar quinientos dólares", exclamó la mujer, completamente eufórica.

"¿Quinientos? ¡Cuánta generoso!".

"Celia, ¿de verdad estrellaste la olla de Lucy?", preguntó la mayor, nerviosamente, mientras sostenía la mano de su hija. Ella era incapaz de imaginársela siendo tan violenta.

"¿Y para qué crees que fui allí? No soporto para nada a esa mujer. Antes lo dejé pasar, pero me di cuenta de que ya no podemos volver a hacer eso. Tenemos que ver por nosotras mismas, y no podemos permitir que ella siga intimidándonos", dijo Celia, mientras miraba la herida en el brazo de su madre.

"De cualquier manera, espero que este sea el final. En realidad, me sorprende el hecho de que te hayan dejado regresar ilesa", acotó la mayor, suspirando. Pese a que su hija se encontraba bien, ella no podía dejar de preocuparse.

Al escuchar a su madre, Celia admitió: "La abuela también estaba allí. Pensé que tendría que luchar uno por uno contra ellos, sin embargo, el tío Lewis le susurró algo al oído, y me dejaron ir. Supongo que él, probablemente, estaba aterrorizado cuando vio al tío Zack porque, después de todo, él era un asesino. Entonces, puede que, si nos molestan de nuevo, él podría encargarse de ellos. De hecho, esa es la razón por la cual quería que él fuera allí, ellos necesitan saber que hablamos en serio y que ya no puede meterse con nosotras".

"¡Tan solo espero que tu tío no vuelva a cometer el mismo error!", exclamó Wendy, suspirando, sin dejar de sentirse aterrorizada.

"Por cierto, mamá, he estado intentando decirte algo durante todo el día", anunció la chica, mirando a su madre a los ojos, y respirando profundamente. Luego de dudarlo un poco, decidió contarle sus planes, finalmente.

Al escucharla, la mayor miró a su hija, sorprendida, y dijo: "¿Por qué me estás ocultando algo? Puedes acudir a mí siempre que tengas algo en mente".

"Nuestro pueblo está demasiado lejos y casi nadie pasa por aquí, la ciudad más cercana está a diez millas, por lo que también es muy difícil comprar algo allí. Así que, cuando vi los grandes almacenes Chen, tuve una idea. Pensé que, quizás, podríamos remodelar un poco nuestra casa para convertirla en una pequeña tienda por departamentos", finalizó Celia, reuniendo todo su valor para poder presentarle la idea a su madre.

Ella no planeaba llevar eso a cabo de inmediato porque aún quería ahorrar para pagar la matrícula de Wade, no obstante, su tío acababa de darles quinientos dólares, lo que sería suficiente para que ella pudiera iniciar su negocio y hacerse millonaria.

Por otro lado, Wendy era un poco chapada a la antigua, ya que, no necesitaba mucho dinero ni nada de eso, y simplemente quería una vida sencilla y pacífica. El hecho de que alguien le comprara cestas y bandejas era más que suficiente para ella.

Por ende, escuchar los planes de su hija fue muy impactante para ella. Al instante, su cerebro se llenó de pensamientos, pues, intentaba averiguar por qué la chica quería eso.

"Celia, ¿estás bromeando, verdad? ¿En serio quieres abrir una pequeña tienda por departamentos?", la mujer estaba tan aterrorizada por el posible riesgo que su hija podría correr que su voz tembló al intentar hablar.

"Sí, así es. He estado pensando en ello desde que vi los grandes almacenes, no te lo conté antes porque aún no tengo el dinero. Pero, ahora que el tío a Zack te dio esos quinientos dólares, lo que es suficiente para cubrir la matrícula de Wade, todo el dinero que ganemos de ahora en adelante puede estar destinado a ese plan", informó Celia, totalmente decidida. Ella ya había planeado absolutamente todo.

"Aun así, una tienda de ese estilo costará una enorme cantidad de dinero, incluso si vendemos nuestras canastas, ¡seguirá sin ser suficiente! Celia, ¿de dónde sacaste esa idea? ¿No crees que lo que tenemos ya está bien?", preguntó la mujer, preocupada, aferrándose a la mano de la chica. Ella temía que algo estuviera molestando a su hija, aunque no tenía ni la menor idea de qué podía ser.

"Siempre deberías tener planes para el futuro, nosotras solo conocemos la vida que tenemos ahora, la cual está muy lejos de ser perfecta. Mamá, hay muchos pueblos alrededor y todos deben ir a la ciudad que está a muchos kilómetros de distancia para poder comprar víveres, por eso, tenemos una verdadera oportunidad para que hagamos algo por nosotras mismas. No debes preocuparte por el dinero, yo lo resolveré", dijo Celia con calma, mirando a su madre.

La parte más complicada para ella era convencer a su tímida madre para que iniciara el negocio con ella, ya que, la cobardía de la mujer estaba tan arraigada en su carácter que hacía difícil la tarea de quitársela. Sería mucho más sencillo recaudar el dinero que intentar hacerla cambiar de parecer.

Sin embargo, ella suspiro, al tiempo que reflexionaba la propuesta de su hija. Luego, la miró con seriedad, y dijo: "Sabes que soy una persona nacida en la pobreza y mediocridad, pero yo no quiero que tengas una vida como la mía. Ya estás grande y, por suerte, piensas por ti misma. Por ello, no voy a interferir en tu camino, aun así, esto no es algo sencillo de llevar a cabo. Piénsalo bien y, si sigues con ganas de hacerlo, yo te apoyaré".

Wendy no quería destruir los sueños de su hija, pero estaba demasiado asustada como para dejarla tomar decisiones apresuradas. Era muy arriesgado y no podía permitir que Celia perdiera todo si llegaba a fallar.

Ella estaba a punto de continuar su discurso cuando, de repente, Zack regresó. Él estaba completamente cubierto de sangre y caminaba dejando el hedor a su paso.

De inmediato, ambas mujeres se pusieron de pie se un salto, muy mortificadas. Las dos estaban tan pálidas que parecían fantasmas, al instante, el miedo de que Zack hubiese asesinado a alguien inundó la habitación. Después de todo, él era un asesino y, si alguien se interponía en su camino, él podría volver a sus viejas costumbres, muy fácilmente.