La caída de la princesa de la mafia, el ascenso de la reina del cártel
img img La caída de la princesa de la mafia, el ascenso de la reina del cártel img Capítulo 5
5
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
Capítulo 25 img
Capítulo 26 img
Capítulo 27 img
Capítulo 28 img
img
  /  1
img

Capítulo 5

POV Alessa:

El golpe de mis pies descalzos contra el mármol frío resonó en el pasillo mientras corría tras él.

Lo agarré del brazo. Se detuvo, pero solo se volvió hacia mí después de una pausa deliberada. Sus rasgos estaban tallados en piedra, una máscara de indiferencia escalofriante.

-Me arrepiento -dije, mi voz fracturándose en un sollozo.

Él solo me miró fijamente.

-Lo prometiste -dije ahogada, el recuerdo encendiendo una pizca de esperanza demente-. En la gala. Dijiste... que si alguna vez me arrepentía, me ayudarías.

Su mandíbula se tensó. Un destello de algo -¿fastidio?- cruzó su rostro.

-¿Qué quieres, Alessa? -Su tono estaba cargado de un desprecio tan agudo que se sintió como un golpe físico.

-Quiero verlo -sollocé, las palabras arrancadas de mi garganta-. A mi padre. Solo una última vez.

-No.

La palabra fue plana. Final. Inamovible.

Esa sola palabra no solo destrozó mi esperanza. La convirtió en cenizas. Y de las brasas, una furia fría y aguda comenzó a surgir.

-Nuestro amor, nuestra intimidad... cada caricia, cada beso... todo fue una mentira, ¿verdad? -exigí, mi voz ganando un filo crudo y desgarrado-. Una operación meticulosamente planeada para llegar a mi padre.

Las lágrimas todavía corrían por mi rostro, pero ahora eran lágrimas de rabia, no de tristeza. Él solo me observaba, su expresión impasible.

-Tus lágrimas no significan nada para mí -dijo, cada palabra un fragmento de hielo perfectamente formado-. Fue una misión. Mis sentimientos nunca fueron parte de la ecuación.

-Me usaste -escupí-. Si me hubieras dicho la verdad, te habría ayudado. Era mi padre, pero si hizo lo que dijiste... te habría ayudado a obtener justicia.

Por una fracción de segundo, algo se resquebrajó en la calma glacial de sus ojos. ¿Arrepentimiento? ¿Duda? Estuvo allí -lo vi- y luego desapareció, sellado detrás de un muro de hielo.

-El sindicato del Escorpión emboscó a mi equipo el año pasado -dijo, su voz baja y gutural-. Mataron a mi Consejero. Mi mentor. Se desangró en mis brazos. La justicia nunca iba a ser limpia.

Antes de que pudiera responder, Isabela apareció a su lado, deslizando su brazo por el de él con un aire de posesión sin esfuerzo. Su toque era posesivo, su tono goteaba condescendencia.

-¿Está causando problemas, mi Don? -preguntó, sus ojos recorriéndome con una mirada de profundo desdén antes de descartarme por completo.

Dante ni siquiera me miró. La miró a ella, y las duras líneas de su rostro se suavizaron, casi imperceptiblemente.

-No es un problema -dijo, su voz completamente desapegada mientras me daba la espalda por completo-. Solo es la hija de un muerto.

Se alejó con ella, dejándome sola en el pasillo, el eco de sus palabras tallando un agujero hueco y abierto en mi pecho.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022