Capítulo 7 No puede pagarlo

"Este omelet de langosta suena delicioso. Pediré uno para cada uno de nosotros. Si alguno quiere más, solo díganle al mesero", dijo Brian con calma.

Los demás, en cambio, estaban lejos de estar tranquilos. Una sola porción de omelet de langosta costaba mil dólares. Había una docena de personas presentes, ¡lo que significaba que costaría más de diez mil dólares!

Ahora que tenía dinero, Brian se sentía mucho más seguro que antes. Ni siquiera sabía cómo sabían esos platillos. Después de todo, nunca había comido ninguno de ellos.

Al pensar en el mar de dinero en su bóveda privada, se sintió complacido. La sonrisa de Brian se ensanchó mientras decía: "En realidad, quiero todo lo que está en esta página del menú".

Sus palabras fueron como un rayo caído del cielo que dejó a todos sin habla.

El mesero tomó nota de sus pedidos con alegría y anunció: "El total de la cuenta es de 55, 799 dólares ahora".

Kim pensó que Brian estaba fanfarroneando. Se burló: "Vaya, ¿cuántas botellas pudiste vender hoy? ¡Mira qué generoso eres ahora!"

¡Brian estaba condenado! Eso pensaron todos.

Maggie, ansiosa, tomó del brazo a Brian para detenerlo. Si pedía algo más, tal vez ella no podría cubrirlo.

Le susurró en voz baja: "Brian, será mejor que canceles algunos de tus pedidos. ¡Kim solo está bromeando!"

Temiendo que Brian se echara atrás, Kim se apresuró a decir: "No estoy bromeando, Maggie. Un hombre debe cumplir su palabra. Por supuesto, si Brian admite que no es un hombre, entonces está bien".

"¡Estás cruzando la línea, Kim!" Maggie se mordió el labio rojo con ansiedad.

Brian sonrió y le dio una palmada tranquilizadora en el hombro a Maggie. "Está bien, Maggie. Muchas gracias por tu preocupación. ¡Esta comida corre por mi cuenta!"

Cuando Maggie escuchó esto, todo el color desapareció de su rostro. Sabía que no podía hacerlo cambiar de opinión, así que se rindió. Pero no pudo evitar preocuparse. ¡Realmente no quería ver a Brian arruinarse solo por enfrentarse a ese despreciable Kim!

Justo entonces, Juana miró a Maggie y luego le dijo a Brian con intención: "Ah, y aquí no aceptan botellas como moneda. Has pedido tanta comida. Si al final no puedes pagarla, será mejor que estés listo para enfrentar las consecuencias tú mismo. No metas a Kim en problemas".

Brian no se inmutó ante sus amenazas. En cambio, sonrió y dijo con calma: "Bueno, si crees que el señor Percival no puede pagarlo, entonces olvídalo".

El rostro de Juana se congeló. ¿Cómo podía tolerar la provocación de Brian? Escupió con enojo: "Ser pobre te vuelve ignorante. ¡Aunque pidieras diez veces más comida, Kim puede pagarlo!"

Al oír eso, el corazón de Kim dio un salto hasta la garganta. ¡Solo tenía cincuenta mil dólares en el bolsillo!

¿Qué demonios estaba diciendo esa mujer estúpida? ¿Por qué lo involucraba cuando presumía?

Sin embargo, Kim no podía perder la compostura y fingió indiferencia. "Es solo una comida. Por supuesto que no es gran cosa."

Pero en realidad, no estaba tan seguro.

Para asegurarse, Kim dijo de inmediato al mesero: "El señor Tennant y yo dividiremos la cuenta de esta comida a la mitad. ¿Entiende?"

"Por supuesto, señor." El mesero asintió cortésmente.

Justo entonces, Brian intervino. "No podemos tener comida sin bebidas, ¿verdad? El señor Percival debe saber mucho sobre alcohol. Por favor, ordena unas botellas para nosotros."

Sosteniendo el brazo de Kim, Juana puso los ojos en blanco con sarcasmo hacia Brian. "Kim, estoy segura de que este perdedor nunca ha visto alcohol de buena calidad. Ayudémoslo a ampliar sus horizontes."

Pero la verdad era que Kim no tenía ningún ánimo de mirar la lista de bebidas. Ya conocía los precios del alcohol allí. La botella más barata costaba alrededor de 1, 888 dólares. ¡La buena costaba al menos 8, 000!

Podía pagar una o dos botellas de buen alcohol, pero había más de una docena de personas presentes. ¿Cómo podrían bastar dos botellas?

"¡Kim, muéstrale a este pobre cómo viven los verdaderos ricos!"

"¡Estoy segura de que el alcohol de este lugar no es lo suficientemente bueno para Kim Percival!"

"¡Así es! ¿Por qué otra razón estaría mirando el menú tanto tiempo? ¡Es obvio que no le gusta ninguna de las opciones!"

"Kim, no te preocupes. Solo pide unas botellas de alcohol que cuesten siete u ocho mil dólares. ¡Muéstrale a este don nadie de qué se trata!"

Las personas en la sala animaban a Kim una tras otra. Nadie notó que el rostro de Kim se había puesto lívido.

Al ver que Kim dudaba mucho, Brian aprovechó la oportunidad para provocarlo aún más. "Olvídalo. El alcohol aquí es bastante caro. Entendería si no puedes pagarlo. "