Ela como lo había previsto la primera propuesta había llegado no era más que del impero Visirtán, era una gran oportunidad en la que estaba dispuesta a arriesgar todo por su familia, una vez que su padre le comunicará que estaba recibiendo una propuesta de iniciar el imperio Visirtán.
― ¿Por qué no vamos?, padre, es una oportunidad de oro, eres el mejor en lo que hacer y si te lo propusieron es porque valoran tu trabajo ― comento su hermana mayor con una sonrisa de oro.
―Yo voy donde vayas, padre― dijo su hermano. Todo miraron a Ela con una esperanza de oro.
―Claro que deberíamos ir, es una oportunidad para padre y para nosotros como familia en una aventura única fuera de este lugar.
Una vez decidido, se prepararon para marchar en dos semanas, toco estaba listo para ello; la emociones y la aventura recorría en la cara de los presentes, estaba listo para partir el día martes, los dos hombres estaba en sus caballos mientas las damas estaba en carruaje con las emociones corriendo por sus rostros, Ela vía a su hermana con una sonrisa; era que significaba mucho para ella.
Miro por la ventana maravillada por el paisaje que podía presenciar en ese momento, cuando estaba cerca del imperio una caraba de caballeros pasaron con su bandera arriba, Ela reconoció enseguida las banderas impérales que estaba entrando por la puerta, un cabello llamo su atención, aunque su rostro estaba cubierto por un casco de plata la cual le quedo mirando con unos intensos ojos, violistas rojizo claro. Los cuales la cautivaron profundamente; pero aun así no le presto tanto interés ya que no miro el rostro del caballero, el cual quedó impresionado con la bellas de la señorita Darcis. Con aquellos ojos esmeralda y sus labios rosados llamativo que en aquel momento tenía una ternura sonrisa en ellos.
Haciendo que su rostro tomara un aire de ternura y belleza fuera de lo normal, en su mente quedo impregnado el rostro fresco que aquella chiquilla. El imperio Visirtán es muy grande y llamativo, la familia de Ela se quedó impresionado de lo grande que era y lo bien cuidado que estaba. La calle era grande y bien decoradas, los niños corrían de un lado a otros, el carruaje se detuvo en una de las casas señoriales de la ciudad principal, al bajarse Ela noto lo emocionado que estaba su hermano por la cabellera del imperio.
―Que bien, se ve los caballeros, me inscribiré para ser un caballero cuando tenga la oportunidad― alego su hermano con tanta alegría.
―Hermano, acabamos de llegar y ya te emocionaste por la caballería del impero; debería primero conocer el lugar y las reglas ― lo regaño su hermana Dulce.
―Yo quiero conocer la academia de magia. ― Ela dejo en silencio a todos los presentes, mirándolos con una sonrisa inocente, ― Vamos a ver la casa primero.
― ¿Desde cuándo? ― su padre que estaba escuchando la conversación fue el único que pudo pregunto.
―No hace mucho, solo que tenía miedo de que alguien descubriera que puedo hacer magia entonces meterlos en problemas.