Capítulo 5 ¡Ella es muy inusual hoy!

Cuando vio el nombre de la persona que llamó, las quejas que estaba tratando de reprimir de repente se precipitaron hacia ella como la inundación cuando estalló la presa. "Hola..."

"Maggie, ¿dónde estás? Estoy en el bar donde trabajas ahora. Dijeron que te fuiste. ¿Dónde estás?" Mandy Gu, su mejor amiga, dijo preocupada al otro lado del teléfono.

Media hora despues...

La luz era tenue y la música en Flamenco Bar era extremadamente encantadora. Maggie frotó la copa de vino y se apoyó contra el suave asiento, sintiendo su cuerpo flotando. Todo a su alrededor parecía tan romántico y conmovedor.

"¡Camarero, dame otro vaso de vodka!" Ahora que había bebido tanto que su cabeza estaba un poco mareada y su visión estaba borrosa.

"Oye, oye, solo te pedí que bebieras unas copas de vino, pero no te pedí que te emborracharas. ¡Para!"

"Lo siento. No necesitamos este vaso de licor. Gracias." Mandy Gu frunció el ceño y le dijo al camarero que le trajo otro vaso de vodka.

"¡Si! ¡Por qué no! ¡No he tenido suficiente! " Maggie agarró el vaso de la mano del camarero.

"Cariño, si continúas bebiendo, no tendré el dinero para pagar la factura. ¡En ese momento, los dos seremos detenidos por el jefe de este bar para trabajar para pagar el vino! "

"¡Es bueno que no tengas dinero! Odio a esas personas ricas más. ¡Son snob y repugnantes! ¿Creen que pueden hacer lo que quieran con dinero? ¡Creo que esas llamadas personas de clase alta son en realidad las de clase baja! Están acostumbrados a hacer algo desagradable bajo el título de un hombre rico. ¡Tarde o temprano, serán alcanzados por un rayo! "

Al escuchar esto, Mandy Gu se sorprendió.

Para ser honesto, ¡nunca había visto a Maggie así desde que se conocían!

Quería preguntar qué le había pasado, pero se negó a decir nada. Ella seguía maldiciendo a los ricos por lo despreciables y desvergonzados que eran.

"Bien bien. Puedes seguir bebiendo y maldiciendo. No importa qué, estoy aquí contigo ".

Maggie sonrió aturdida, "Mandy, eres tan amable conmigo. Quiero casarme contigo. ¡Quiero casarme contigo!"

"No no. No puedo pagarlo ".

Después de beber otra copa de vino, Mandy Gu ordenó una taza de té helado de Long Island para que ella se sintiera sobria.

Maggie levantó su copa y pensó por un momento. "¡Seamus, bastardo! ¡Te maldigo por no poder volver a hacer eso nunca más! "

En este momento, la gente a su alrededor la miraba, y algunos de ellos incluso se reunieron y susurraron.

Ella bebió el té helado de un solo trago. El té se deslizó por sus intestinos tan frío como el hielo, como un sabor de tristeza. Estaba casi aturdida por este sentimiento.

Su cuerpo se suavizó gradualmente, y sus piernas y pies no escucharon sus órdenes. Quería sentarse, pero se dejó caer en la suave silla abatida ...

Tumbada en la mesa, Maggie se encogió de hombros y murmuró para sí misma: "Acabas de beber unas copas de vino, pero empiezas a sentirte mareada. ¡Maggie Jiang, eres tan vergonzosa! "

Después de pagar la cuenta, Mandy Gu se dio la vuelta y la vio bailar locamente. Ella corrió hacia ella sin tomar la factura. "Oye, oye, oye, ¿estás bien? ¿Estas borracho? Te dije que no bebieras tanto, pero no me escuchaste. Vamonos. Te llevaré a casa ".

Al día siguiente, por la mañana, Maggie no sabía cómo llegó a casa. Ella miró al techo con los ojos vacíos.

¡Oh Dios!

Le dolía la cabeza. Ella solo quería dormir bien. Ella no quería pensar en nada.

Por la tarde, tal vez porque la cortina no estaba cerrada anoche, Maggie se despertó bajo el deslumbrante sol.

Lo primero que sintió cuando abrió los ojos fue que todo su cuerpo estaba destrozado y no podía usar ninguna fuerza en absoluto.

'¡Oh Dios mío!

¿Por qué me duele tanto la cabeza?! '

Su garganta seca ardía como una herida supurante.