Del Odio Al Amor
img img Del Odio Al Amor img Capítulo 8 Decirles que te casarás conmigo
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Capítulo 16 Quiero que seas feliz img
Capítulo 17 Estás demente img
Capítulo 18 ¿Quién eres tú para negociar conmigo img
Capítulo 19 No oses compararte con ella img
Capítulo 20 Solos en su noche de bodas img
Capítulo 21 Él pasó la noche conmigo img
Capítulo 22 Te daré lo que quieres img
Capítulo 23 Ella andaba escasa de dinero img
Capítulo 24 ¿No tienes vergüenza img
Capítulo 25 Págame de por vida img
Capítulo 26 Tienes un gran cuerpo img
Capítulo 27 De ahora en adelante eres mía img
Capítulo 28 Paga por lo que hiciste img
Capítulo 29 Un buen espectáculo comienza img
Capítulo 30 ¿Te gustó el regalo img
Capítulo 31 Nunca te vuelvas a ir sin decir adiós img
Capítulo 32 ¿Cómo se atrevieron a meterse con Pauline img
Capítulo 33 Eres solo mi mascota img
Capítulo 34 Por favor, conduzca más rápido img
Capítulo 35 El apoyo de Edmund Lu img
Capítulo 36 ¿Aún no has aprendido tu lección img
Capítulo 37 ¿Estás satisfecho con este regalo img
Capítulo 38 ¿Realmente lo amas img
Capítulo 39 Un simple juguete barato img
Capítulo 40 ¡Era él! img
Capítulo 41 ¡Te voy a hacer sufrir! img
Capítulo 42 No los molestaré más img
Capítulo 43 Las consecuencias de molestarme img
Capítulo 44 No me puedo olvidar de ti img
Capítulo 45 Debes sentir un gran dolor img
Capítulo 46 ¿Qué tal si hacemos una apuesta img
Capítulo 47 Invítame a cenar img
Capítulo 48 Divirtiéndote con otro hombre img
Capítulo 49 ¿Cómo te sientes en este momento img
Capítulo 50 Enfócate en ser mi esposa img
Capítulo 51 ¿Quién se atreve a tocar a mi esposa img
Capítulo 52 ¿Cuánto cuesta la pintura img
Capítulo 53 Pronto te sentirás miserable img
Capítulo 54 ¿Qué tal si me entrego a ti img
Capítulo 55 Realmente eres una mujer muy tentadora img
Capítulo 56 Cansado de la misma explicación img
Capítulo 57 Edmund, terminamos. img
Capítulo 58 Nos vamos a torturar mutuamente hasta el final de nuestras vidas img
Capítulo 59 Adquiriendo las acciones del Grupo Song img
Capítulo 60 Escúchame, no soy tonta img
Capítulo 61 Eres un hombre despreciable img
Capítulo 62 Cumpliré tu deseo img
Capítulo 63 Sé mi acompañante img
Capítulo 64 Creo que podría estar embarazada img
Capítulo 65 No temas, yo estoy aquí contigo img
Capítulo 66 Luciendo un vestido nuevo img
Capítulo 67 Puedo ayudarte a resolver tu mayor problema img
Capítulo 68 Será mejor que lo pienses bien img
Capítulo 69 ¿Por qué sigues siendo tan desvergonzada img
Capítulo 70 El señor Song se ha despertado img
Capítulo 71 Un sentimiento desgarrador (Primera parte) img
Capítulo 72 Una sensación desgarradora (Segunda parte) img
Capítulo 73 Papá, eres un ser tan despreciable img
Capítulo 74 La esperaré allí img
Capítulo 75 No finja img
Capítulo 76 Tu castigo acaba de empezar img
Capítulo 77 ¿Quién te crees que eres, querida Pauline img
Capítulo 78 Dos millones de yuanes por beber una copa de vino img
Capítulo 79 Bebe tanto como quieras img
Capítulo 80 Vino de copa cruzada img
Capítulo 81 Será mejor que recuerdes tu identidad img
Capítulo 82 Venderlo img
Capítulo 83 Lo que su esposa estaba tramando img
Capítulo 84 Acuerdo de venta img
Capítulo 85 Las fotos img
Capítulo 86 ¿Qué es lo que quieres img
Capítulo 87 Pauline, ya no llores img
Capítulo 88 ¿Por qué estaba llorando img
Capítulo 89 ¿No estás feliz img
Capítulo 90 ¿Qué haces tú aquí img
Capítulo 91 ¿Quieres la pulsera img
Capítulo 92 Es inútil que te disculpes ahora img
Capítulo 93 Quiero que se vaya al infierno img
Capítulo 94 Cuidaré bien de ella img
Capítulo 95 ¿Qué debo hacer contigo img
Capítulo 96 Déjame que me ocupe de ella img
Capítulo 97 ¿Y tú quién eres img
Capítulo 98 Te enseñaré a comportarte img
Capítulo 99 Jamás voy a permitir que obtenga lo que quiere img
Capítulo 100 ¿Estaba lastimada img
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Capítulo 8 Decirles que te casarás conmigo

Como buitres que se apresuran con el olor de la sangre, la prensa presente apuntó de inmediato sus cámaras hacia Pauline y Edmund. Los clics de estas sonaron uno tras otro, y algunos de los reporteros incluso comenzaron transmisiones en vivo. Cuando fueron a cubrir la conferencia de prensa de MC Group, ellos nunca se imaginaron que recibirían una noticia tan importante en bandeja de plata, y cualquier comunicador estaría furioso de haberse perdido aquello.

Una ráfaga de preguntas resonó en el lugar. "Señor Lu, ¿puede explicar la relación entre usted y esta dama?".

"Señor, ¿está ella diciendo la verdad o es una actriz contratada por su empresa para aumentar su exposición?".

"Señorita, ¿cómo conoció al al señor Lu?".

Ante todo eso, el CEO frunció los labios con tristeza, apretó la mandíbula con ira, y haciendo caso omiso de sus preguntas, agarró a Pauline por la muñeca para llevársela de allí. Los reporteros continuaron lanzando sus interrogantes detrás de él. "Señor Lu, no se vaya. Todavía no ha respondido a nuestras preguntas".

"Señor Lu...".

Como James seguía parado frente al micrófono, dijo: "Lo siento, queridos amigos de la prensa. El señor Lu no responderá preguntas que no tengan nada que ver con lo que se vino a hablar en esta conferencia".

Mientras tanto, Pauline se encontró siendo arrastrada al ascensor con el sonido de la voz del empleado desvaneciéndose detrás de ella. Edmund le sujetaba la muñeca con tanta fuerza que le dolía, de modo que intentó librarse varias veces, pero sin importar cuánto luchara, no podía lograrlo. Ella no tenía ninguna duda de que él la mataría en el acto si fuera posible.

Ya en el ascensor pudo ver el rostro del hombre tenso de furia, y aunque estaba en silencio, era obvio que ardía de ira.

No bien entraron a su oficina, él la arrojó sobre el sofá. "Tienes mucho talento, señorita Song. Llevas tres años embarazada", espetó con una tormenta en sus ojos junto a una mueca de desprecio.

Sin atreverse a mirarlo a los ojos, la chica dijo en voz baja y con culpabilidad: "No quisiste escucharme antes, por eso no tuve más remedio que hacer esto".

Con el rostro ensombrecido, Edmund levantó la voz, haciendo que el corazón de Pauline se acelerara. "¡Qué buena idea! Bueno, señorita, dime qué quieres que escuche. ¿Vas a decir que todavía me extrañas?".

Debido a su falta de respuesta, él fingió que su silencio era un "sí" y se burló. "¿Qué te puedo decir? Muchas gracias, señorita Song", soltó con sarcasmo.

Ella se clavó las uñas en la palma para mantener la calma y ocultar el malestar en el fondo de su corazón. "Señor Lu, por favor, salva a mi abuelo. Estoy dispuesta a cambiar mi vida por la suya".

El hombre la miró con un desprecio indescriptible. "Me temo que te sobreestimas demasiado. No creo que tu vida sea comparable con la del líder de la familia Song".

Por un momento ella quedó estupefacta, pues las palabras del CEO eran ciertas. Ella era insignificante al lado de su abuelo. Sin embargo, este último la necesitaba porque aparte de ella, ¿quién más se esforzaría tanto por salvarlo? De hecho los monstruos de su familia lo querían muerto. Lo cierto es que en ese instante no podía pensar en otra cosa que convencer de alguna manera a Edmund para que la ayudara.

"Sé que me odias y no quieres verme para nada, pero de veras no tengo a dónde ir. ¿Puedes salvar a mi abuelo por nuestra antigua amistad?", le suplicó poniéndose de pie para apretarle la mano con fuerza.

Eso último disparó la ira de Edmund a tal punto que se sacudió de su agarre y le puso las manos alrededor del cuello. La mirada feroz en sus ojos hizo que pareciera que iba a matarla mientras que la fuerza en sus manos seguía aumentando. La cara de la chica se puso roja poco a poco hasta que comenzó a luchar por respirar y su visión comenzó a nublarse. Quizás él de veras la odiaba tanto que podía ser capaz de matarla.

De pronto alguien tocó la puerta. "Edmund, ¿puedo entrar?", consultó Katrina Lin con sutileza.

Su voz hizo que el hombre volviera a sus sentidos y al fin soltó a Pauline.

Esta se cubrió enseguida el cuello enrojecido al tiempo que tomaba una gran bocanada de aire, lo cual le provocó un ataque de tos violenta. Entonces tuvo que agacharse y ponerse las manos en las rodillas para estabilizarse.

"Te dije que no fingieras debilidad frente a mí porque me molesta. No desafíes mi paciencia", espetó él con total e impresionante frialdad.

Tan pronto como la conmocionada chica levantó la cabeza, Edmund vio las lágrimas en su lamentable rostro enrojecido y de alguna manera su apariencia indefensa le recordó la noche en que habían tenido sexo, lo cual le provocó una oleada de calor. Acto seguido se aflojó la corbata en un intento de disipar este sentimiento solo para descubrir que no podía.

Al final la agarró por los hombros en un rápido movimiento y la lanzó al sofá antes de subirse encima de ella.

Al mismo tiempo Katrina entró sin esperar su respuesta, y apenas su mirada se posó en Pauline, su rostro se puso rígido. "Edmund, ¿quién es ella?", preguntó en un tono agresivo.

Sin pánico alguno, el hombre se puso de pie para decir con indiferencia: "Ella vino a prostituirse".

"¡Qué mujer tan sucia! ¿Por qué la trajiste a tu oficina?", respondió la mujer antes de voltearse hacia Pauline y agregar con frialdad: "¿Por qué no te vas ahora?".

Su dulce voz le puso la piel de gallina a la chica, por lo que se levantó de inmediato. Luego, forzando una dulce y pura sonrisa, se acomodó el pelo detrás de la oreja para rodear el cuello del CEO con los brazos y decirle en la voz más nauseabunda que había usado en su vida: "Edmund, anoche dijiste que me amabas y que me prometerías cualquier cosa. ¿Por qué estás actuando diferente frente a esta mujer? ¿Acaso no quieres asumir la responsabilidad de tus acciones? Bueno, la prensa sigue allí abajo, así que iré y les diré que mañana te casarás conmigo".

"Pues lo negaré", replicó él con indiferencia, apartándole las manos. "De todos modos para mí será solo otra aventura y el público no se lo tomará en serio, pero en tu caso tu reputación se arruinará, señorita Song. Oh, espera, olvidé que estás acostumbrada a ser una sinvergüenza, ¿entonces por qué te preocuparías por lo que piensan los demás?". Dicho eso, Edmund deslizó su brazo alrededor de la cintura de Katrina.

Por su parte, Pauline apretó los puños al verlos irse juntos y todos los agravios y humillaciones que había sufrido en los últimos días explotaron de repente.

"¡Edmund Lu, eres un bastardo!".

"Ya que sabes que lo soy, no me vuelvas a provocar, de lo contrario no me importaría hacer desaparecer a tu familia". La manera tan simple en la que dijo esas palabras las hicieron sonar como cualquier cosa menos una amenaza.

Mientras ella lo veía alejarse, recordó el pasado y se apretó el pecho de dolor. "Pauline, incluso si quieres las estrellas en el cielo, iré a buscarlas para ti".

"¿De verdad? Ya sabes que me creo todo. No me mientas".

"¡Nunca me atrevería a mentirte, princesita! Te prometo que te daré todo lo que me pidas".

'¡Edmund, maldito mentiroso! Me prometiste que me darías cualquier cosa que te pidiera, pero rompiste tu promesa', pensó con amargura en su corazón. ¿Cómo podía la gente romper sus juramentos tan fácilmente?

En ese momento ella se acurrucó en el sofá a sollozar.

Tan pronto como llegó a la puerta del ascensor, Edmund retiró el brazo de la cintura de Katrina y le dijo con voz tranquila: "No me gusta que cualquiera entre a mi oficina. No lo hagas la próxima vez".

Ante eso, la mujer se burló con incredulidad. "¿Cualquiera? ¿Es que soy una desconocida para ti tras haber pasado tres años juntos?".

Ella sintió una punzada de dolor en su corazón porque se había quedado a su lado durante ese tiempo, pero parecía que nada de eso contaba.

Al ver que el hombre no decía nada, ella gritó: "¿Y qué hay con ella? ¿Quién es? ¿Por qué ella sí puede entrar a tu oficina?". Definitivamente no podía aceptar lo que él le acababa de decir.

            
            

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