Capítulo 10 El día de la boda

Al recordar todas las horribles cosas que le habían sucedido en esos días, Christine sintió que merecía relajarse y disfrutar de su libertad.

Cambió de moneda en el aeropuerto y fue al parque público más cercano. Era una enorme área repleta de flores y árboles. Los senderos del parque estaban perfectamente pavimentados, y varios letreros y bancos estaban colocados pulcramente a lo largo del recorrido. Ella le dio un dulce recibimiento a los suaves y cálidos rayos del sol mientras cruzaba un magnífico puente de piedra que atravesaba un hermoso río. Se sentía en paz y contenta, tanto en cuerpo como en mente.

Pero los momentos felices siempre eran muy cortos porque el mundo siempre fue cruel con ella.

Confiaba en que podría liberarse del control de Nathan una vez que abandonara el país, pero subestimó el poder y la influencia de la familia Helian. Mientras ella descansaba en un banco, sintiendo la brisa fresca en su rostro, varios hombres aparecieron de la nada y se identificaron como agentes de la familia Helian.

¡Qué mala suerte! Ella pensó que hizo un trabajo inteligente al abandonar su boda con Wesley, pero resultó ser solo un sueño. No tenía forma de escapar del grupo de hombres que la rodeaban, pues la familia Helian tuvo el control todo el tiempo, y solo le concedieron un breve momento para que se relajara y se divirtiera.

El viaje de vuelta al aeropuerto transcurrió sin incidentes. Se sentó entre dos hombres con buena condición física como una prisionera fugitiva y ninguno habló durante el viaje.

Una sonrisa amarga se dibujó en su hermoso rostro cuando se dio cuenta de la realidad de su situación. Todo lo que hizo para escapar parecía una broma, era como si le hicieran creer a propósito que estaba libre, solo para cortarle las alas en pleno vuelo. Estas personas eran realmente despiadadas.

En lugar de tomar un vuelo regular de regreso, los hombres la escoltaron a un avión privado que, por cierto, no era tan llamativo como ella pensó que sería, pues solo tenía un enorme "Wesley" grabado en oro. El diseño limpio y minimalista no solo hizo que el avión se viera elegante, sino que también dejara claro quiénes eran sus dueños.

Llegaron a tiempo, como si su viaje fuera parte del plan de la boda todo el tiempo, y todos los preparativos se completaron en el avión.

Cuando subió a este, fue recibida por una horda de maquilladores y peluqueros. Vio su vestido de novia en la parte trasera de la cabina, bien apoyado como si se burlara de su inútil huida. El personal le dio un baño de esponja, la metió en el vestido y comenzó a hacer su trabajo.

Mientras el avión se preparaba para el aterrizaje, el último pincel golpeó su piel clara y los artistas trajeron un espejo de tamaño humano delante de ella. La novia veía una mujer joven de tez blanca y clara, con labios rojos como cerezas y el pelo oscuro rizado suavemente como las delicadas olas del mar. Observaba a una princesa en uno de esos cuentos de hadas.

Todos los demás en el avión admiraban su aspecto, pensando que Wesley debía ser afortunado en el amor por encontrar tal belleza de novia.

La maquilladora principal también estaba muy orgullosa de su propio trabajo. Sonreía de oreja a oreja mientras Christine giraba lentamente en su lugar. Este fue de hecho la cúspide de sus habilidades de maquillaje, y todo se hizo en un avión que, por cierto, aterrizó en una estrecha pista cerca del lugar de la boda. Minutos más tarde, la protagonista se encontró de pie junto a la entrada justo a tiempo para que comenzara las ceremonia, como si nunca hubiera huido.

A pesar de todo lo que sucedió, Christine seguía confundida. ¿Por qué Wesley estaba haciendo todo lo posible para que la boda se realizara?

Era un secreto bien conocido en Ciudad S que él amaba a Jessica.

Por lo tanto, todos asumirían que a este no le gustaba Christine y despreciaba casarse con ella. Pero, curiosamente, parecía que le importaba mucho esa boda.

A la chica le pareció que su personalidad era muy misteriosa y confusa. No tenía idea de lo que el astuto Wesley estaba pensando. De manera que asumió que sería lo mejor para ellos si tomaba la iniciativa de huir y cancelar la boda.

Pero ahora, era obvio que él se tomó la molestia de traerla de vuelta para esta ocasión.

Su intento de liberarse fue un desastre total y otras personas podrían considerarlo una farsa, o incluso un intento de exagerar la boda.

Pero Nathan no compartía la opinión de todos los demás.

Después de que su hija escapara, le informó de inmediato a Wesley, quien se burló de él por su incompetencia. Solo porque le temía al poder y la riqueza de este joven, fue que rechinó los dientes y contuvo su ira.

Wesley amenazó que si Christine no llegaba a tiempo para la ceremonia, toda la familia Ji asumiría las consecuencias. El padre sabía lo que él quería decir, así que cada segundo que pasó antes de que la chica apareciera lo sentía como una tortura. Estaba empapado de sudor por preocuparse y pasearse nerviosamente por el local.

Finalmente, su hija apareció, completamente vestida y a tiempo. Entonces la expresión del hombre se relajó y se dejó caer en un banco, luciendo demacrado.

Odiaba a su hija aún más. A sus ojos, ella era la raíz de toda la humillación que sufrió por parte de Wesley.

Después de unos minutos de preparación, comenzó la ceremonia.

La persona más feliz del lugar era Karl. El anciano patriarca estaba satisfecho de que su nieto lo hubiera escuchado y trajera a esta de regreso.

Sin embargo, la mayoría de la gente en el lugar no compartía su entusiasmo.

Con su padre a su lado, Christine caminó lentamente por el pasillo lleno de pétalos de todos los colores. Eso le recordó la pesadilla que había tenido antes, pero ahora era real y la miraba desde el otro extremo de la alfombra roja también. En su corazón, esto no era una boda, sino una marcha al infierno.

Lentamente, mientras se acercaba cada vez más al altar, cientos de ojos la miraban caminar elegantemente por el pasillo. No había nadie de sus seres queridos presente y se sentía pequeña y sola. La supuestamente alegre música de la boda se sentía apagada y distante.

Al final se encontró frente a frente con el novio. Nathan le entregó la mano de su hija a Wesley, como si fuera un padre amoroso.

Este tomó su mano y parecía que Christine estaba sosteniendo su brazo con ternura.

La joven pareja que estaba de pie tan gloriosamente frente al altar marcaba una escena cálida y feliz.

Las admiradoras de Wesley tenían mucha envidia de Christine, aunque todas sabían que la persona en su corazón era Jessica.

Sin embargo, a ellas no les importaba si alguien más poseía su corazón porque era un excelente partido.

Esas pobres mujeres lo adoraban como si fuera un ser perfecto, casi como un dios. ¡Qué suerte tendrían de ser su mujer!

El rostro perfectamente cincelado del hombre, su figura de modelo y su extrema riqueza hacían que las mujeres acudieran en masa a él.

Pero esas cosas no importaban a los ojos de Christine.

Él era guapo y rico, y de hecho era un excelente partido para casarse, pero esto solo importaba superficialmente, pues sabía que el diablo acechaba dentro de él. Además, ella quería a Barrett, que era mejor que Wesley en todos los aspectos. Al menos en su opinión sí lo era.

Por muy celosas que estuvieran las mujeres, no podían cambiar el hecho de que Christine era la que iba a casarse con él.

La chica tenía que aceptar de mala gana el destino que tanto deseaban esas otras mujeres.

Una cosa que aprendió hoy fue que no podía derrotar a Wesley en este momento, pues ya que él pudo recuperarla tan fácilmente, debe tener algún medio para encarcelarla sin esfuerzo. Además, no podía permitirse ofender a la familia Helian o se arriesgaría a morir.

Christine se veía muy hermosa en ese momento, pero sus ojos se volvieron apagados y sin vida mientras deliberaba sobre su situación dentro de su cabeza.

Mientras tanto, Wesley se sintió más indignado cuando percibió que la mujer a su lado estaba en trance, ignorándolo por completo, así que le susurró al oído: "Te aconsejo que no vayas en mi contra. Cooperar conmigo es lo que deberías hacer. No desafíes mi paciencia. Las cosas no te saldrán bien si me ofendes".

Las personas del lugar, especialmente las mujeres solteras, se quedaron sin aliento cuando este se inclinó hacia Christine. Pensaron que era un acto dulce y romántico, y se pusieron aún más celosas de la novia.

La ceremonia ni siquiera había terminado, y el novio y la novia se susurraban cosas dulces delante de tanta gente como si no hubiera nadie. Algunos invitados pensaron que la pareja debía estar muy unida.

Pero para los oídos de Christine, lo que él le dijo fue como una sentencia de muerte, advirtiéndole que no intentara escapar más a partir de ese momento.

Lo que dijo trajo aún más confusión a la chica. Si Wesley no quería casarse con ella, ¿por qué seguía tratándola como su valioso juguete?

Si no podía escapar, ¿qué pasaría entre ella y Barrett? Solo se preocupaba por Barrett, él era el único en su corazón.

Sus labios rojos se volvieron algo pálidos al temerle a la idea de vivir con esta horrible persona. ¿Sería hostigada por él todo el tiempo?

Habiendo notado que esta no respondía, él la empujó sutilmente con el brazo y le dio una indirecta.

La chica salió de su aturdimiento y estaba un poco nerviosa. Se deshizo del control de Nathan solo para ser manipulada por otro hombre más astuto y despiadado que su padre. Las cosas se veían muy mal para ella.

Estaba bastante segura de que Wesley sería más difícil de tratar que Nathan. Viendo lo destructivo que podía ser cuando se enfadaba, sintió que solo podía rezar por su seguridad que estaba en manos de su futuro esposo.

En el fondo, ella quería seguir luchando y resistir su destino.

Pero ahora había mucha gente en la boda, y si se negaba a esta unión y la familia Helian quedaba mal, podía besar la muerte en ese mismo momento.

Era obvio cuánto se preocupaba Wesley por la reputación de la familia y cuánto se preocupaba por su propia imagen, así que era absolutamente estúpido desafiarlo ahora.

Solo empeoraría las cosas si irritaba al diablo.