Capítulo 10 Sus regalos para ella

William fingió estar enojado. No le gustaba oír mentir a su nueva esposa. Preguntó de nuevo: "¿Estás diciendo la verdad? ¿De verdad no estás llorando? Si no lloraste, ¿por qué tienes los ojos rojos? "

Amelia no pudo evitar morderse los labios cuando él tomó la evidencia. Ella respondió: "Me sentí demasiado feliz. Son lágrimas de alegría. Nunca pensé que estarías conmigo y te casarías conmigo algún día. Parece que todo está en un sueño. "

William miró a Amelia con expresión complicada. ¿Qué tipo de sentimientos dolorosos tenía esta chica después de todos estos años de mirarlo a él ya Joy?

Al segundo siguiente, William se puso de pie y caminó hacia la mesa del té. Cogió la caja de la mesa de té y preguntó: "¿Recuerdas la caja que trajiste ayer?"

Amelia se sorprendió. Su primera reacción fue recuperar la caja. Quizás lo hizo demasiado rápido. Cuando lo recuperó, todas las cosas de la caja se habían derramado sobre la cama.

Amelia recogió nerviosamente todas estas cosas y las volvió a meter en la caja.

William la miró y dijo: "Nunca pensé que te quedarías con estas cosas".

Amelia levantó la cabeza y lo miró. Todas las cosas aquí se las dio a Orange. Como Orange, ¿cómo podría no quedarse con ellos?

Al mirar estas cosas en la caja, Amelia recordó de repente esos dulces recuerdos. Con una sonrisa en su rostro, dijo: "Estas cosas me las das tú. Aunque no son valiosos. Me gustan mucho. Especialmente esa carta. Es la única carta que me ha escrito. "

Amelia recogió la carta. Hoy en día, pocas personas escribieron cartas en mano, y mucho menos la única carta escrita por su amado hombre.

Sentado junto a Amelia, William tomó la carta, la abrió y sacó el papel de carta. De hecho, había pocas cosas escritas en la carta. Simplemente escribió que lo mala que era la comida en el extranjero. El clima en el exterior no era bueno y le preguntó si estaba bien.

Pero por un capricho, escribió una carta escrita a mano y le pidió al mensajero que la devolviera. También le pidió al mensajero que lo llamara Orange.

Más tarde, estas pequeñas cosas enviadas desde el extranjero fueron empaquetadas a nombre de Orange.

Cuanto más veía William estas cosas, más estúpido se sentía. ¿Por qué no esperaba que el destinatario fuera Amelia?

A Joy le gustaban las marcas famosas y le gustaba competir con otras. Pero las cosas que compró no valían nada. Joy no los aceptaría en absoluto.

Si no quería algo, no dejaría que se lo volviera a enviar. Pero lo que envió de vuelta nunca había sido devuelto, lo que significaba que a ella le gustaba mucho.

Si no fue Joy, entonces debe ser Amelia.

William dijo con voz apesadumbrada: "Lo siento. No sabía que eras tú. Si te hubiera encontrado antes, no habrías sufrido tanto. "

Amelia negó con la cabeza. Nadie pudo encontrar eso bajo estas circunstancias. Amelia lo abrazó y dijo: "No te culpé. Me enamoré de ti. No tiene nada que ver contigo. Incluso si el que amas es Joy, no te culparé. Te olvidaré por completo después de que te cases. "

Al escuchar lo que dijo, William la tomó de los brazos con entusiasmo y dijo: "Escucha, eres mi esposa. No puedes irte por el resto de tu vida, ¿entiendes? "

Amelia asintió felizmente.