Capítulo 3 Capitulo 3 - De Vuelta al Davilon

Miro la alacena y no hay nada, en el refrigerador solo un par de cartones de leche que ya están malolientes y no sirven de nada, unas cuantas verduras, ya han pasado cinco semanas, Leo sale a casar a falta de alimentos, aunque la época no permita mucho por tanta escases, los anaqueles donde antes teníamos repisas repletas de arroz, avena y unas cuantas bolsas de semillas comestibles ahora solo están llenas de polvo, nos hemos quedado sin nada, Frederick se encargaba de ir al mercado, de traer la despensa y al no estar es imposible, estamos como antes sobreviviendo de lo poco que encontramos, s

olo que ahora no estamos solos, tenemos a Braitle y aunque sé que él es como nosotros no podemos hacerle pasar por lo que pasamos en aquel entonces cuando vagábamos por el bosque y lo único que consumíamos eran pequeños insectos y algunas ratas de campo que lográbamos cazar, fueron dos meses donde no pudimos fingir felicidad porque la fuerza se nos había agotado el agua de los arroyos mantenía un poco de lucidez pero aun teníamos el estómago vacío y a parte de no haber que comer en esos días él y yo no hablábamos, así que no puedo hacer que mi hijo lo viva como yo lo viví.

Hoy es el día en donde me arriesgare cueste lo que cueste, Leo piensa que es buena idea -no podemos seguir así, eso fue lo que dijo, talvez era más sencillo antes cuando solo éramos él y yo, pero tenemos a Braitle, nos prepararemos para lo que venga, la casa de Frederick está vacía, ya es mas tarde, el medio día paso, los Solders ya no están, entramos y tomamos de su gaveta la tarjeta que usa para conseguir el alimento en el almacén del pueblo cada mes, Braitle viene con nosotros no tenemos donde dejarlo, ésta escondido a unos metros de distancia, la trampilla en donde nos ocultamos en si no es segura estando el solo porque es difícil de abrí y si algo sucediera no podría salir, así que esta vez nos acompaña, esta tras una arboleda junto al alambrado de una finca, llegamos, pedimos la despensa, ni siquiera se dan cuenta que somos impostores, cuando la tomamos y retrocedemos dando la vuelta para irnos, me detiene la imagen de mi hijo y corro al escucharlo gritar, me lleno de miedo, su voz se quiebra en el viento y el pánico que me invade es grande, me retumba en la cabeza una y otra vez sus palabras de agonía -papá, mamá, como si estas se llenaran por completo de un terror que imagino debe estar sintiendo el corazón me late muy rápido y reacciono, el solo puede repetir asustado llamándonos, dos guardias lo tienen acorralado en un callejón, pidiéndole su edad y dónde están sus padres, lo sacuden y gritan una y otra vez -tu nombre, que edad tienes, donde están tus padres, contesta.

Leo suelta la caja y oigo el sonido de la mercancía golpear el pavimento, mis pies se mueven tan rápido por la adrenalina -Braitle, mis palabras de angustia cortan mi garganta y se hacen pesadas -suéltenlo, grita Leo, toman su radio y encienden el intercomunicador -necesitamos refuerzos me copian, calle principal, almacén de suministros -vamos para allá, cambio, llaman a más guardias, nos piden información -quienes son ustedes, -déjenlo por favor -su edad, dije su edad ahora, gritan apuntando con sus armas a nosotros -no le hagan daño -su edad, -tiene once, es nuestro hermano -y ustedes -28 y 29 -que hacen aquí, se escaparon, el capitán de los Solders es un hombre alto, de piel morena, pero no tan obscura y con una mirada escalofriante, de unos 40 años de edad, tiene diez años de servicio con él Mandatus y jamás dejo escapar a ningún rebelde en su vida, su nombre es Maison.

-escapar de donde -de Davilon, se nota confundido al escuchar nuestra historia -que ese lugar, no sabemos nada de ningún Davilon, mi madre nos tuvo encerrados en el sótano durante todo este tiempo, se fue y pudimos salir, venimos por comida, usamos la tarjeta de nuestro padre, hicimos algo malo, al oír esto sus miradas cambiaron, pero el capitán solo tenía una fría expresión de incertidumbre -no, tranquilos, estarán bien con nosotros -llévenselos a todos, estos dos al Davilon, a él con los ingresados - esperen no pueden separarnos -claro que si, a los camiones tenemos que regresar -no, ma... -Braitle, le hago una seña para que guarde silencio antes de que termine la frase, es muy peligroso si ellos se enteran de la verdad -vas a estar bien -segura -si te lo prometo, me abraza antes de que lo separaran de mí, lo vi irse llorando, con miedo, tal como aquel día cuando yo subí al camión, nos separaron pero esa historia que Leo se inventó, sirvió para mantenernos a salvo un poco, pero no sé por cuánto.

Llegamos a la carretera principal persiguiendo un horizonte de vuelta, se hacen la 6:30, luego la media noche, hasta que por fin nos alcanza el amanecer, ya pasada la una de la tarde veo acercase los muros del Davilon, hemos llegado, una vez más estamos aquí.

Vuelvo a regresar una vez más al lugar del cual me fui, a ese pasillo y con la misma guía, me cambio la ropa y salgo, Leo no está conmigo, no tengo ni idea de porque, ella me recuerda, en realidad todos me reconocen aun de haber pasado tanto tiempo, a pesar de que las circunstancias me hayan cambiado, incluido su hermano, sigue como antes igual de fastidioso, vaya familia, Cheise de inmediato se pone en el papel, luciendo como el nuevo jefe en sustitución de Leo, me pregunto si cuando nos fuimos él se quedó al mando luciendo su arrogancia y petulancia, sabiéndose el nuevo jefe del comedor, mientras su hermano y yo luchábamos por sobrevivir él se convirtió en un líder, se acerca al verme comienza diciendo, más bien parloteando pero muy alto con su voz irritante y muy fastidiosa -miren nada mas quien acaba de regresar, la princesita, solía decirme así antes, cada vez que me topaba con el -Cheise, no empieces con esto, le respondo, en este momento lo único que me importa es encontrar a Braitle, saber si estaba bien, lo hago a un lado y camino me retiene por la espalda sosteniendo mi camisa -te crees fuerte solo porque huiste, desde que mi hermano se fue soy la persona a cargo estas en mi territorio ahora abstente de comentarios estúpidos o cualquier excusa, nadie tiene el derecho de darme ordenes, este lugar me pertenece y no hay nadie que pueda detenerme deja de ser tan arrogante o te pasara lo mismo que la última vez, sonrió un poco bueno más bien hago una mueca -no en este momento, acaso crees que tengo tiempo de lidiar con idiotas como tú, déjame en paz quieres o no puedo garantizarte que no habra consecuencias, se pone frente a mí -tú ya no eres nadie aquí Mia -ya déjame pasar, no querrás que te golpe -no más juegos niña -rétame -vienes muy altanera, creo que una lección será suficiente -quien me la dará tu Cheise, eres un cobarde no te atrevas a tocarme lo miro con rabia -no te metas conmigo, no soy la misma tonta, no cometas un error del cual te arrepentirás, jamás fuiste bueno peleando crees que eso ha cambiado -hay princesa soy un Bandercort estoy entrenado como un Solder para no rendirme, quieres luchar hagámoslo, ya estoy harto de que crean que soy débil, que no llego a la altura en la que está mi hermano, que no puedo hacer daño, veamos si hablas de la misma forma después de unos buenos golpes que te daré, -he ustedes dos sosténgala -que te pasa, suéltenme -no que me iba a arrepentir -Cheise diles que me suelten, no querrás pedir perdón -yo de rodillas ante ti, no me conoces, solo sonríe.

Hace que dos de sus amigos me sostengan y cuando está a punto de golpearme, Leo lo interrumpe -suéltala ahora, su mano está en su hombro y Cheise lo aparta sin voltear -tú no te metas, esto es entre ella y yo - he dicho que sueltes a mi esposa, ahora todos nos miran sorprendidos, el comedor se queda completamente en silencio, al voltear se da cuenta, sus palabras quedan suspendidas en el aire -dije que no te..., sostiene también la mirada al ver que se trata de su hermano -Leo, lo abraza, -que haces aquí - suéltala levanta un poquito las cejas y su expresión es divertida, yo suelto una leve sonrisa y me mira con ternura -oh si, lo siento -no es conmigo con quien debes disculparte, revira y hace una mueca extraña -lo siento princesa, ya suéltenla -no me digas princesa de nuevo, le lanzo un puñetazo en el rostro, los vigías de la parte superior nos observaban sin hacer nada -te lo dije, eres un idiota -sí, pero no era necesario -te lo merecías hermano, replica Leo sonriendo -Leo donde está, no lo he visto, ya casi termina el almuerzo y no lo encuentro en ninguna parte -calma amor, recuerda -hay no, crees que ella lo sabe -estoy seguro -porque no intenta nada -quiere evidenciarnos al consejo está esperando el momento justo.

Se lo habían llevado a la sala de investigación, recordé la primera vez que yo entre, seguramente está en los laboratorios, lo aislaran del resto por una semana, una larga y solitaria semana entre exámenes que sin duda darían como resultado algo que sabemos ella no dejara pasar.

Al parecer hay coincidencias en nuestro ADN que no son las de hermanos, pero ella no quiere informar a los doce hasta no tener las evidencias suficientes, quiere ver que hacemos, después volverá a hacer más pruebas como lo hizo conmigo -Leo que pasa porque estas tan nervioso, -no sé si contarte porque lo que hemos hecho va contra toda ley, no quiero involucrarte en esto -tú sabes que yo nunca he seguido las leyes, cuéntame, para eso están los hermanos para apoyarse entre si -mira ésta la situación... cuando lo sabe todo, Cheise se sorprende, dice que es raro que nosotros llegáramos tan lejos -con las posibilidades ninguno ha logrado lo que ustedes, cuando se fueron, reforzaron la seguridad, Ana de verdad enfureció, nos miró a todos, nos amenazó, nos castigó de una manera que no podría ni mencionarla -lo siento pero no podía seguir aquí, -no tienes por qué disculparse Mia, debí haberle hecho caso a Leo he ir con él, pero me negué -y entonces que podemos hacer -solo queda esperar.

Una semana después mientras estoy en el confinamiento tengo de nuevo la misma sensación de aquella noche cuando decidí escapar, me invade como una ola la desesperación, vuelvo a la mañana y espero con ansias cada día la hora del almuerzo, pero no está Braitle no aparece -amor donde estará nuestro hijo -tranquila ya vendrá, suelto un suspiro de alivio cuando lo veo entrando por una de las puertas, mi corazón ya no está agitado y solo espero que venga hacia nosotros, observa detenidamente a todos lados, confundido intentando encontrarnos cuando por fin nos ve se echa a correr -mamá -cariño estas bien -si mama, tuve un poco de miedo de no verlos -papá hice todo lo que me dijiste y funciono, pero si te extrañe -yo también hijo, todos en el comedor se dan la vuelta hacia nosotros, con los ojos bien atentos, sorprendidos por la situación extraña que está sucediendo, ninguno de ellos había sido capaz de ver el mundo de afuera, el mundo real y mucho menos de haber roto algunas leyes, han estado encerrados casi toda su vida muchos ni siquiera saben lo que esto se significa, ellos son niños confinados no tienen idea de las consecuencias y para los mayores que ya son más conscientes de las situaciones solo pueden mover un poco la cabeza en desagrado o de confusión porque no se atreven a aceptar que este hecho esta sucediendo realmente. Cheise se acerca -es el -sí -mamá es el tío Cheise, míralo está aquí, Braitle entusiasmado con esa mirada de alegría en su rostro -tío Cheise de verdad eres muy fastidioso, bueno es lo que mamá siempre dice luego lo abraza -también dijo que eres un tipo rudo y malhumorado sin sentido del humor, yo creo que eres genial -es enserio Mia, refunfuñe y me lanza una miradita irónica -bueno yo siempre le dije la verdad y comienzo a reírme, no lo había hecho en un tiempo y me sentía aliviada de que mi hijo fuera tan divertido -¿cómo es que me conoce?, admito que hiciste un buen trabajo pero quisiera saber porque me conoce si nunca me ha visto antes -gracias, le responde Leo -hablaba de Mia hermano -siempre le hablamos de ti, de nuestra familia para que no perdiera la esperanza y supiera que todos siempre estamos juntos -saben lo que hacen, Leo esto no está bien, no pararan, aunque huyan jamás dejaran de buscarlos -lo sé, sé que en ningún lugar estaremos a salvo hasta que esto pare.

Cheise se ha unido a nosotros en esta incansable batalla, así como Thaber una muy buena amiga, varios de los chicos siguieron a Leo y otros más hacen lo que Cheise les dice, Thab y Cheise parecen conectados, ahora ellos pasan más tiempo juntos, los veo más unidos que antes, pero aun así mantenemos la compostura mientras estamos aquí. Estando en el corredor veo ese eterno pasillo que me recuerda la primera vez que entre, la encargada me da una palmada en la espalda y me dice vete ya, el almuerzo ha comenzado, creo que me reconoce porque sonríe un poco y menciona algunas palabras -yo te lo dije no, jamás me equivoco, otra semana más en que no han dejado que mi hijo entre en el comedor, entonces me encuentro perdida, observo a ambos lados pero tampoco puedo encontrar a Leo, se retrasó por casi quince minutos estoy en una encrucijada que hago, que hago si no lo traen aquí, si ya sabe de qué se trata, porque me hace esperar tanto, algo está ocultando esa mujer, pero no dice ni hace nada para dar a entender que tiene un plan, de repente entre zumbidos que yo misma provoco por mi ansiedad escucho la voz de mi esposo -Mia, amor estas bien -estoy preocupada, que pasa con él -basta amor él está bien -estoy calmada, solo que tengo miedo de lo que le harán, los vigías nos observan de nuevo como la primera vez pero no hacen nada, las reglas del comedor son claras hasta para ellos, este lugar de verdad es algo particular, desde el otro costado Cheise se acerca y dice -aun no aparece se ve que también está ansioso por verlo, de pronto todo mi mundo se inunda con felicidad al escuchar su voz -papá, mamá viene a nosotros y corre a abrazarnos, lo aprieto fuerte porque no sé por cuanto tiempo seguirá conmigo sentir su cálido cuerpecito junto al mío me da algo de alivio, sentirlo cerca de mi es suficiente para aliviar un poco la preocupación -estas bien -sí -te hicieron algo -solo me observaban, estaba en un cuarto obscuro, me dijeron que hiciera cosas -que paso haya, que fue lo que te hicieron hacer -mi mente, creo que es lo que quieren, pusieron cosas extrañas en mi cabeza como para analizarla, además pude verlos, en el entrenamiento de los Solders, mama se reía por un chiste que le contaste papá, me gusta cuando ustedes dos entrenan se ve que es lo que más los hace feliz -que chiste Braitle -el del oso papá, ella te golpeo en el hombro y solo siguieron entrenando porque un guardia los interrumpió -cómo es eso posible -parecía tan real, pero creo que solo estaba soñando, es que los extrañaba mucho y siempre pienso en ustedes, eso que sucedió para nada fue un sueño, fue prácticamente igual a esta mañana, mi hijo había descrito específicamente cada detalle de nuestro entrenamiento sin omitir nada y no era una coincidencia fue todo real -tío Cheise, sabes que vi también uno de tus diseños, de los primeros que tienes en tu libreta y lo resolví -pero no se los he mostrado a nadie más que a ti Braitle dime funciona -si lo hice arrancar la señorita Ana quería que funcionara, dijo que era importante -de donde lo obtendría -no lo sé pero ella lo tiene y es mucho más complejo que tu diseño original -ven aquí dame un abrazo, estoy orgulloso de ti -bueno tío no soy tan listo como tú pero se muchas cosas -Braitle, cariño, puedes ir un momento con Thab, necesito hablar con tu papá y el tío Cheise -claro mamá -ven amigo cuéntame todo, te dio miedo -no, pero fue extraño, se alejó charlando y entonces pude conversar sobre mis preocupaciones con ellos de lo que había escuchado de Braitle.

-No podemos seguir aquí -lo sé es muy peligroso -desde que huyeron Ana los ha estado buscando y no sabes lo gustoso que estoy de que no lo haya logrado hasta ahora, ella me pidió hacer la máquina -¿qué máquina? -una que pudiera captar las emociones y reconectarse al cerebro de cada persona, no sé cómo funciona la otra parte pero se suponía que podía hacer que pudieras ver a las personas que estas conectadas emocionalmente contigo, nunca funciono, ahora Braitle le dio la solución, ver su rabia y saber que los doce la castigaron era una satisfacción, por un tiempo trabaje en el área de circuitos, se muchas cosas incluyendo a qué hora Ana tiene reunión con el Mandatus en el mando aislado, tienes un plan -aún no lo sé, estoy pensando, tarde o temprano Ana ira con el consejo y apartara a Braitle de nosotros, temo que nos sentencien a muerte y entonces que haremos, Leo creo que debemos huir de nuevo -pienso lo mismo es hora de volver a casa -será muy complicado que escapen, están preparados para esto, seguros que pueden afrontarse a lo que vendrá -no lo sé, pero pase lo que pase quiero que prometas que cuidaras de Braitle, en ese momento viene de regreso y escucha un poco de nuestra conversación -se irán de nuevo -Braitle te dije que esperaras con Thab -ya no soy un niño mamá -es complicado -yo puedo ayudar mamá sabes que soy bueno con las maquinas -lo se cariño de verdad, pero es muy peligroso para involucrarte en este momento -entonces se irán sin mí -no cariño jamás te dejaremos solo -ninguno de los tres estará a salvo si se quedan más tiempo, les ayudare a escapar y me encargare de que no los encuentren.

Cuatro Solders armados entran y nos rodearon, lo que no es normal -ustedes dos levántense vendrán con nosotros, nos esposan y arrastran fuera del comedor, la escena parece perturbadora hasta para mí -papá, mamá, sus gritos me dejaron clavada en medio de la garganta un afilada espinita que me hacía sangrar la herida que sentía profunda en mi pecho -déjenlos ir, llora asustado, Cheise ve lo que pasa y de inmediato reacciona -no te separes de él, por favor cuida de mi hijo -tranquilo vamos a estar bien, quédate con él, Braitle cariño el cuidara de ti -no, vuelvan, no pueden llevárselos, papá, mamá, Cheise lo retiene, pero sigue forcejeando hasta que se suelta, las puertas del comedor se sellan y detrás de mi frente al vidrio veo a mi hijo llorando y golpeando con sus puños los cristales, Cheise trata de calmarlo, pero es inevitable, esto pasaría tarde o temprano.

Esa escena se me queda grabada muy en el fondo, solo puedo esconder mi preocupación, tengo rabia y no puedo hacer nada más que arquear las cejas y caminar hacia adelante rígida y a traspiés así que tienen que empujarme, estamos bajando hasta los pisos inferiores, donde está el centro principal de mando y los campos de entrenamiento de los vigías, llegamos al corredor de la parte más profunda, donde se encuentran las celdas de interrogación, pasamos cerca de un corredor muy largo, una puerta de metal reforzado al final indica que hay algo al otro lado de ella y que no es parte de Davilon porque yo he visto cada rincón y eso no está en los planos «ya he visto esto antes pero que es» nos tuvieron encerrados en observación un par de días, una mujer entra diciéndome -sígame -a donde vamos -la están esperando -quien -el consejo -los doce están ahí -sí -eso no es bueno, Ana también esta verdad -tranquila no creo que sea grave, sígame, saliendo de la puerta me encuentro con mi esposo y el solo me mira con ternura sostiene mi mano con firmeza y la mujer nos pide que avancemos.

Entro de la mano de Leo y todos murmuran «que descaro» caminamos unos pasos y ahí está arriba del estrado, en una sala enorme con cortinas rojas a todo el rededor, junto a una mesa enorme donde los doce permanecen sentados, a cada lado de ellos cuatro vigías inmóviles a la espera de órdenes, solo basta que me mire a los ojos para comprender mi enojo y sentir la satisfacción de victoria que ha tenido, empieza a hablar fuerte y claro.

-contemplen aquí a una traidora; luce aires de grandeza, con todo el porte de un presidente al poder -esta mujer, ha roto las leyes más esenciales y por las cuales se rige y sostiene esta autoridad, ella ha cometido un crimen, el más severo hasta ahora, ha arrastrado con ella a otros, como el acusado aquí presente que la siguió sin importarle nada, ha dejado en ridículo nuestra seguridad, si llegaran a enterarse, nuestro sistema, lo que hemos construido, aquellos planes se vendrán a bajo en un instante, con el permiso de la orden del Mandatus pido que hagamos lo que sea para detener esto, no más indicios de una libertad que no existe, no más rebelión, justicia es lo que todos queremos, para detener a los rebeldes hemos entregado a ustedes durante muchos años a hombres y mujeres que a lo largo se han levantado y han puesto su beneficio por encima del de otros, ahora es momento de dar el castigo más severo a esta pareja quien incumpliendo las leyes han estado gozando de una vida que no les pertenece.

Volteo a un costado, ahí está Thaber, mirando hacia nosotros como si fuera una de ellos, nerviosa y algo confundido, no lo entiendo, apenas hace unos días estaba de mi lado, que paso, porque ella cambio tan rápido y abandono a Cheise.

-Mia Laster y Leo Bandercort se les acusa y condena de cometer los siguientes crímenes, me mira con rabia aquella que decía ser mi madre, sus ojos fijos, sin temor alguno, sin arrepentimiento -incumplimiento a la primera ley estipulada en la orden general creada por el bienestar de todo Colbert, escapando del Davilon y agrediendo a un Solder en su intento de huida y así incumpliendo además la tercera ley, incumpliendo a la ley séptima y las más importante para nosotros como ciudadanos, el amor está prohibido y es bien claro que te lo enseñan desde que naces, así mismo agrego la ley número 8 la formación de una familia es escogida por los doce, ningún ciudadano tienen derecho a formarla con su propio consentimiento, en caso omiso se debe otorgar un permiso para revocar dicha ley, solo si se presentan pruebas de que los individuos serán de total lealtad al Mandatus -permiso el cual se rechaza, tú lo has dicho el amor está prohibido -con el consentimiento de los doce aquí presentes, se les sentencia y declara una condena máxima en la prisión Reynolds, de por vida, me mira y dice -eres mi hija y no te creí capaz, ¿por qué? -no eres mi madre, ya no recuerdas aquel día, dejaste de serlo cuando confiaste en ellos antes que en mi padre, me mira con enojo -algo que los acusados tengan que decir antes de su traslado, sonreí con satisfacción -no lograras detenerme, ninguno de ustedes lo hará, señalo hacia la mesa, -por más lejos que me lleven no voy a ceder, las acciones que me han llevado hasta aquí son con el único fin de ver a Colbert libre, las leyes no se hicieron para mí, me encargare de que así sea para todos -no justifiques tus acciones con el derecho a libertad, nadie merece más que los otros -tu eres quien no merece el trono que ahora posees, el derecho a opinar es parte de una sociedad -esta jovencita a ofendido a nuestro Mandatus al quererse ponerse por encima de él, su sentencia servirá de ejemplo como un castigo hacia su propia honra, que sus acciones han sido regidas por orgullo, nosotros los líderes, somos los únicos con el derecho a dar una opinión, nos quiere dejar en una cuerda floja de la cual caeremos si no hacemos algo -ustedes más que nadie debería saber que no acaba hasta que la libertad sea quien lidere, la guerra que ahora empieza no terminara y me encargare de que paguen por todo -no ha terminado, jamás nos detendrán, su sistema caerá y tanto yo como mi esposa no tendremos piedad -escuchen a este joven que tiene estándares muy elevados, siguió a una rebelde en su intento de sabotaje y ahora nos ofende al dar estas absurdas palabras así que los dos quedaran bajo arresto y cumplirán una sentencia máxima -no se saldrán con la suya, nadie puede manejarnos, menos un grupo de arrogantes que dedican su tiempo a hacer menos a las personas -jovencita osa interrumpir, golpea las manos en la mesa -es usted arrogante y prejuiciosa, revoco la sentencia por una pena de muerte, serán trasladados a la prisión dos semanas y después frente a todos se llevara a cabo su castigo, su hijo será retenido en el Davilon permanecerá aislado para continuar con su entrenamiento y después al cumplir su mayoría de edad habiéndole enseñando nuestros ideales será uno de nosotros que más castigo merece que este -si llegan a tocarlo, si le hace daño yo mismo los matare, se arrepentirán de todo el daño que han causado, juro que van a pagar -ni en un millón de años dejare que toquen a mi hijo, acabare con cada uno de ustedes, no lo olviden, los miro directamente a los ojos -llévenselos, Mia cometes un error -no tú lo haces al creer que soy débil, quieres iniciar una guerra, pues te daré gusto y peleare, comencemos esta batalla no voy a rendirme, solo dejo clavada la mirada en ella antes de que nos saquen de la sala. Nos trasladan a otra habitación en espera de nuestro retiro a la prisión, aun quiero saber que pasara con Braitle, con Cheise o Thab, todo esto es lo que más temía.

Nos han puesto en celda contiguas, puedo escucharlo moverse desesperado de un lado a otro -Leo me escuchas -si mi amor, estas bien -esto no estaba en el plan he -saldremos de esto, siempre lo hacemos -crees que Braitle estará bien -Cheise está con él, no te preocupes, ahora duerme un poco quieres, mañana será un día difícil -lo se amor, me duele separarme de él, saber que no estará conmigo durante un tiempo, estoy preocupada porque es mi debilidad más grande una forma sencilla de quebrarme y sé que Ana lo sabe -se lo fuerte que eres, pero quiero saber si estarás preparada para esto amor, no son juegos de niños, no tendrán piedad de nosotros, son adultos reprimidos que no conocen la derrota -lo intentare Leo -si no estoy contigo prométeme que resistirás hasta que te encuentre -lo prometo, me recosté intentando dormir, pero no pude hacerlo y sé que él tampoco lo logro, de solo pensar en mi hijo, en Cheise, se me revuelve el estómago saber el castigo que les pondrán por mi culpa.

De inmediato nos trasladan, entramos y nos registran, recuerdo muy bien ese día cuando tenía diez y vi por primera vez este lugar, es ahí los dos lados del pasillo, es mucho más repugnante que el mismo Davilon, son groseros, intimidantes y apestan, son personas como yo, cansadas y reprimidas.

Nos separan, ahora me encuentro sola con un nerviosismo que nunca sentí, como antes me explican las reglas, no tengo duda de que algo grande está por venir, después paso a revisión y evaluación, me dan mi uniforme esta vez es de color rojo obscuro, llega a confundirse con un tono tinto, me asignan mis tareas y de ahí a las celdas, es de noche y me pregunto si encontrare algo malo o bueno aquí adentro o si Leo no estará conmigo, si lo mandaron a otro lugar, de tanto pensar no puedo dormir, pronto el día me alcanza y es hora del almuerzo, estoy parada frente a la puerta del comedor intentando definir si será lo mismo de aquella vez, entro a la sala del comedor, esta vez está dentro del complejo esta iluminada con luces blancas que resplandecen y en ella solo hay mesas y sillas no es como el comedor del Davilon, bajo el primer escalón y luego el segundo, ahí es donde la gente de toda edad se encuentra, no hay niños, me doy cuenta que me miran, pero no pongo mucha atención en ello, cuando sigo caminando y me dirijo a una mesa escucho una voz gruesa y autoritaria diciendo -miren nada más lo que acaban de mandar, una princesa, voy a aclararle a la niña las reglas de este lugar, oye novata, estas en el lugar equivocado, retumba en mi las palabras de aquel día «este es mi lugar acaso no sabes las reglas» escucho la voz de Leo en mi cabeza -de algo nos servirás, el jefe soy yo, nadie hace nada a menos que yo lo ordene, así que estarás a mi disposición, cuando yo lo decida me obedecerás, soy claro, yo digo tú haces, haber acércate así puedo ver el juguete que me obsequiaron, quiero ver tu rostro delicado, su manera de hablar y la forma en que me mira, no es tan inusual, me hace sentir un poco nerviosa, pero estoy disgustada, apretó los dientes y muestro el carácter que papá forjo en mí.

Él es un hombre robusto alto y musculoso, de esos fortachones que en el fondo guardan una sencillez singular, de al menos unos treinta y cinco o treinta y seis años, su reputación está bien forjada, se ganó el respetado de todos, además de su pase directo al agredir gravemente a cinco Solders, cuando volteo miro sus ojos, detrás de esa rabia esconde una peculiar gentileza y me parece extraño, a su lado está un hombre delgado y de mediana estatura, pelo muy obscuro y corto, de unos veintinueve, es reservado, pero con un temperamento intenso y del otro lado Blackbut como se hace llamar en la prisión, sin embargo toda mi vida lo conocí como Braitle, mi padre.

Lo veo desde el instante en que entro en el comedor, pero no dice ni una sola palabra, acaso quiere saber de lo que soy capaz, fueron tantos años de distancia y separación, ya no soy la niña que el educo soy más lista, más valiente, sigo mis instintos, lo enfrento con tanta seguridad, sin importarme lo que pueda pasar, como lo hice una vez con Leo, como siempre lo he hecho con todos, sin dejar que nadie me manipule, con mi frente bien en alto.

-Me hablas a mí, le replico -no lo creo, dudo que alguien sea tan tonto para intentar intimidarme, te diré algo yo tengo mis propias reglas, hago y deshago a mi antojo, nadie es lo suficientemente capaz como para querer controlarme, no soy tu sirviente, mucho menos tu juguete, porque no mejor te vas y molestas a alguien más, la comida se me está enfriando y no querrás ser tu si eso pasa -oyeron eso muchachos, se siente valiente la princesa, ya te lo dije yo soy el jefe, yo mando aquí, nadie puede ponerse sobre mí -no me digas princesa, la nenita aquí eres tú -ya me arte de ti, vamos Roth se dirige al hombre a su lado y truena los nudillos -dale una lección que no olvide, a ver si de esa manera aprende a cerrar la boca, ya se está preparando se levanta he intenta caminar pero lo detengo con sonrisa y mis palabras -no puede ser, él bebe no puede hacerlo solo, no tiene agallas, mandas a tus muñecos a que hagan tu trabajo, porque no me enfrentas tú, no te compares conmigo, tú eres débil, no yo -ya me cansé de palabrerías, su tono de voz es fuerte y firme, empuja a Roth, se mueve de aun lado de la mesa y camina unos pasos, su expresión es de una mirada fría, arqueando sus cejas demostrando su coraje -quieres pelear, excelente, veamos de que estas hecha, haber quien termina por tragarse sus palabras.

Se acerca, sus puños contraídos en señal de combate sus hombros un poco inclinados y los ojos fijos en mí, sin detenerse da unos pasos, yo hago lo mismo, cierro mis manos, estiro la palma de mi brazo derecho la muevo y con una seña le digo -ven acá, después sonreí.

Se abalanza sobre mí, tirándome un par de golpes al rostro, seguidos de unos a mi parte baja y de un gancho al estómago, son dolorosos pero los puedo soportar, después de eso me tira un par más y yo esquivo cada uno de ellos y sigue tirándome más, logra incrustar un par en mi rostro haciendo sangrar mi labio y dejándome un moretón en la mejilla pero me muevo de un lado a otro más rápido para que no pueda hacerlo de nuevo, después de seguir lanzando sus golpes sin éxito alguno, es mi turno, baja la guardia pues ya se ha cansado, una de las cosas que mi padre me enseño fue a jamás rendirme aun contra las cuerdas o con todo en mi contra jamás dejar de pelear.

Golpe tras golpe lo hago retroceder y perder el equilibrio, lance unos cuantos más, después un gancho al rostro que lo hizo caer al suelo, por un momento la prisión entera se quedó en silenció, después el ruido es ensordecedor, no puedo creer lo que acabo de hacer, él es más fuerte que yo sin duda; pero lo derribe, fui capaz de pelear y ganar, mientras esta en el suelo se frota los labios limpiando su sangre, me paro frente a él y exclamo -aun no es suficiente ahora dime todavía piensas que soy cobarde, no te metas conmigo, miro a todos lados intentando encontrar a Leo, pero él no está, sé que estaría orgulloso de mi de haber visto lo que hice -Mia, escucho que me llama mi padre, al verlo lo abrazo, después de tanto tiempo y de todo lo sucedido es un alivio que este aquí a salvo, en cuanto lo suelto comienza a hacerme cientos de preguntas una tras otra -¿qué es lo que hiciste? ¿escapaste? ¿Por qué estás aquí? debes contarme ¿Por qué Ana te puso en la prisión?... en fin, seguía hablando diciendo -estas bien y un montón de cosas más -tranquilo papá, voy a contestar todo, pero dame un momento -lo siento es que verte aquí no me alegra, ven siéntate y cuéntame todo -Black, ella es tu hija -sí Elmec, creo que te dio una paliza, ella siempre ha sido muy fuerte -es gracias a ti papá -déjame decirte algo amigo pega duro, sonríe, después estira la mano y dice -bienvenida al quipo niña -no estas molesto, no comprendo, estoy confundida -soy Elmec -Mia mucho gusto -este que ves aquí señala con su cabeza moviéndola ligeramente a la izquierda -es Roth, es un idiota, pero te va a agradar, un consejo no hagas caso a lo que te diga -si y él es un cabezota dura que siempre le gusta el pleito y tiene un frijol por cerebro y comienza a reír -ya vas a empezar Roth -tú lo iniciaste no, aguanta -te voy a enseñar quien manda -Elmec cálmate antes de que te arrepientas, ya fue suficiente por hoy, no te preocupes hija así son todo el tiempo, par de tontos, siempre están buscando pleito que te puedo decir ellos son los protectores de este lugar -tu padre es el líder, él nos dirige -todos apoyamos pero cuando se requiere, ellos son los mejores -pues no lo creo -estas seguro Roth -hasta hoy lo éramos, pero llego ella, es muy fuerte y es una de nosotros -amigos démosle la bienvenida a nuestra nueva integrante, salen de atrás dos hombre y rocían un bote de agua en mi cabeza, Elmec solo ríe a carcajadas y yo estoy empapada pero mencionan que soy una de ellos y papá está sonriendo, así que me siento mejor sabiendo que al menos tenemos risas por aquí y que no es lo que esperaba, debe de ser muy duro pasar los días encerrado en un lugar como este porque se han vuelto unidos todos, no es como el Davilon aquí no hay divisiones, ni grupos compuestos, aquí todos son una sociedad y mi padre está a cargo se han puesto en marcha para que ninguno de los Solders los intimide -te lo ganaste hija, todos gritan, la prisión entera se escucha, los guardias que vigilan comienzan a callarlos, pero no obedecen, tuvo que entrar Elmec y poner en orden las cosas, creo que en ese momento mire a mi alrededor, lo que hice para ellos fue lo más grandioso que nadie haya hecho -sabes cuantos novatos enfrento al día, muchos y de todos tu eres la única que no se ha puesto a llorar, la única que no ha retrocedida y que me ha ganado -es que soy como papá jamás me rindo.

-Ahora sí cuéntame que paso, que hiciste para estar aquí -bueno papá... estoy a punto de contarle, cuando un chico interrumpe, él es el más joven aquí, tiene apenas diecisiete, se llama Bioster, lo encontraron robando provisiones en los almacenes del Davilon a los dos años de que llego, lo trasladaron y ha estado aquí desde entonces -Elmec hay alguien más, otro nuevo acaba de entrar, está por halla, señala directo a Leo, está mirando a todos lados buscándome, Elmec se levantó de la mesa, el tiempo de almuerzo casi acababa, se truena los dedos y dice -carne fresca, este es el mejor día de toda mi vida, bien veamos de que esta hecho, a ver si es tan valiente como tú, camina unos pasos -tranquilo grandulón, lo detengo poniendo mi mano en su pecho -oye que no fue suficiente conmigo -claro que no, te lo dije esto es lo que hago -como lo que haces -Elmec alista a los nuevos, primero ve si le responden o son débiles, de ahí vemos su capacidad y que tan dispuestos están a luchar, así cuando salgamos de aquí, ellos estarán preparados para lo que sea -ah, entonces eso es lo que haces acaso ay un plan para escapar o tienen algún momento -no ahora pero estoy seguro que pronto lo haremos -ya veo, porque no me lo dejas a mi yo puedo con este novato -esa es tu hija Black, tiene talento, me paro y volteo a la mesa del fondo, ahí está, de espaldas, acaba de poner la bandeja de comida en ella, se va a sentar cuando -oye novato, me parece que estas en mi mesa, comienzo a hablar, escucha mi voz y endereza la cabeza, sonríe y voltea lentamente -sabes déjame ponerte al día, yo entrada en mi papel -en este lugar las reglas las hago yo, me mira con esos ojos coquetos que tuve que resistir para no salir corriendo a besarlo -me hablas a mí, comienza a seguirme el juego, vino a mi mente esa vez en el Davilon cuando lo rete -a quien más eres el único novato aquí, como ya te dije yo pongo las reglas, yo digo, tú haces -enséñale Mia, grita desde el otro lado Elmec y el solo sonríe -de que te ríes idiota, comenta Elmec furioso -ella te dará una lección -ya Elmec, deja que yo me encargue -mira princesa, se muerde un costado de su labio, lo que no puedo resistir y lo sabe -déjalo así o esto va a acabar muy mal -cálmate, ella te dará una paliza que no vas a olvidar -por favor ella a mí, esta niña debilucha, cruzo los brazos y hago mi mueca irónica, sé que le gusta -si ella idiota, no sabes en lo que te metes -ya basta Elmec, déjala ella sabe defenderse, le replica mi padre -yo digo que hay que enseñarle como hacemos las cosas aquí, todos comienzan a gritar, impacientes porque lo golpee, ansiosos por una pelea -quieres pelear o no te sientes lo suficiente capaz como para enfrentarme, abuchea la prisión -acabas de cometer un error muy grave niño bonito, empieza a suplicar, voy a ser tu peor pesadilla -anda eso quiero verlo, cierro mis manos y le digo -ven acá -como digas, tu mandas no, se acerca con los puños levantados, cuando ya está más cerca extiende las palmas y sostiene mi rostro robándome un beso lento, no oigo nada en ese momento, solo mi corazón que palpitar rápido y no deja de hacerlo, sigue besándome como si en el lugar no hubiera nadie más, todos se quedan atónitos, preguntándose qué pasa -oh, oh, nuevas reglas, dice alguien, más bien grita -Elmec el siguiente novato es tuyo amigo y todos incluyéndonos comenzamos a reír -ya cállense, no entiendo nada, que no se suponía que abría una pelea se sienta en su silla mientras se rasca la cabeza intentando averiguar qué fue lo que paso -hay Elmec le dice Roth -tan obvio y no lo vez -te extrañe -yo igual, tan rápido y ya haciendo amigos amor -ya me conoces -ven acá, me abraza fuerte, sus brazos son tan cálidos que no desperdicio ni un segundo, soy un pequeño animalito envuelto entre su cuerpo que me reconforta puedo saber desde ese instante que estaremos bien, sé que juntos estaremos bien -ven amor hay alguien que debo presentarte.

Nos dirigimos a la mesa del fondo donde está mi padre y los demás cuando nos detiene una voz muy dulce y un poco ronca debido a la emoción -Leo, hijo eres tú, su madre ha estado aquí desde que Leo tenía diez por las mismas razones que mi padre, cuando lo ve se nota su sonrisa y sus lágrimas, cuan entusiasmado esta Leo al igual que ella, creo que la entiendo un hijo es parte de ti, perderlo es un dolor que nadie más que nosotras podemos describir -mamá, no puede ser, la abraza y sonríe, como mi padre le hizo muchas preguntas, en ese momento suena la alarma y todos tenemos que dejar el comedor, estoy en mi celda tranquila de saber que Leo está conmigo, pero aún sigo pensando en Braitle, mi hijo estará en mi mente hasta que vuelva a verlo, soy a pesar de todo sensible y mis lágrimas saltan de mis ojos porque lo extraño y no puedo saber si está bien.

Después de las seis, vuelven a llevarme de vuelta al comedor, lo encuentro a él y a su madre en los pasillos de camino a la comida, se parecen mucho -mamá, ella es Mia, lo mejor que me ha pasado desde que te fuiste -eres muy bonita -gracias, perdón por la molestia pero tenemos que hablar, debemos encontrar a mi padre, hay algo importante que debemos hacer, entonces fuimos al fondo a una mesa desocupada, mi padre está ansioso, igual que Astrid la madre de Leo, Elmec y Roth lucen impacientes porque no entienden que sucede -alguno de los dos me puede explicar que pasa, nos señala con el dedo -eso es precisamente lo que tenemos que hablar, bien pues papá Leo y yo estamos casados, sonreí -si como lo oye señor, tenemos el papel y el día, fue todo legal -ah afirma, aunque no se ve sorprendido -por eso están aquí los dos, como paso -quiero contarles todo, pero no es el momento, papá ella está viéndonos -me lo imagino -nos observa, supo que escape y no se cansó de buscarme -¿de quién hablan? pregunta Elmec confundido -la directora Ana -hay muchachos, se metieron en un gran problema -lo sabemos, pero no es tiempo de lamentar lo sucedido, tú siempre me dijiste que buscara mi libertad y era esta -hay algo importante que debemos hacer, tenemos que escapar menciona Leo -cuál es el problema, que es eso tan importante para que tomen esta decisión drástica, deben confiar en nosotros -Astrid tiene razón muchachos deben decirnos, ser sinceros en todo -el consejo emitió una pena de muerte hacia nosotros solo tenemos dos semanas, no nos queda tiempo, señor tenemos un hijo, por esa razón nos descubrieron cuando tratamos de buscar comida para alimentarnos, lo capturaron y para salvarlo tuvimos que inventar una absurda historia -pero ella lo sabía y no se cansó hasta que lo logro -se dan cuenta de lo que hicieron, esto lo cambia todo, las leyes ya no son un impedimento, la ciudad tiene que saber lo que pasa -no me importan las leyes ni la guerra, solo quiero a mi hijo de vuelta -papá es muy listo y fuerte como tú, lo entrenamos a diario para que sobreviviera, pero temo que Ana le haga algo, así que por eso debemos salir -eso es muy difícil Mia, dice Elmec -hay guardias y una red de seguridad impenetrable, es el segundo lugar mejor resguardado -quieres decir que no tengo la capacidad para hacerlo, que no te convencieron mis habilidades -no es eso, sé qué eres fuerte me lo demostraste, tienes mucho valor, pero nadie puede hacerlo, nadie puede salir, nunca nadie ha escapado del Davilon, menos de la prisión que tanto se le parece, lo sé ya hemos intentado todo -no es verdad, no todo, te vas a dar por vencido, yo escape, pude escapar, fue sencillo -no puedo creerlo -pues creme, de verdad lo hice -increíble que edad tenías -ella doce y yo trece, la seguí esa noche y no me arrepiento -es imposible -para mi nada es imposible -esa es mi hija, muchacho te has ganado mi respeto la protegiste y eso vale mucho más que cualquier cosa, te lo agradezco, solo hace falta que alguien tenga el coraje para desafiar al Mandatus y marcar la diferencia, los admiro a ambos, yo no pude hacerlo, ni siquiera por mi familia -gracias señor para mí es muy importante que confié en mí. Me di cuenta que Leo le agradaba, también de lo orgulloso que se sentía de mí, de que una mujer, por primera vez tenga las agallas y cualidades para enfrentarse a ellos y ser tan letal como para derrocar su estúpido sistema, estamos conscientes de lo que pasara, tenemos un plan, pero para jugarnos la vida hay que tener más coraje que orgullo, sabemos de qué somos capaces, es hora de demostrarlo -necesito de su apoyo, no lograre hacerlo sin ustedes, esto no es solo por mí, es por todo Colbert -cuenta con nosotros hija -niña ordena y te seguiré, todos te seguiremos, veo que todos tienen la disposición para luchar y eso me gusta porque no estoy sola, los tengo a ellos de mi parte.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022