Me senté en el suelo y mi madre se colocó detrás e Isabel enfrente me rodearon con sus brazos y comenzaron a pronunciar palabras que la verdad no entendía, de pronto la luces se apagaron y solo se veía la llama de las velas y de la chimenea hasta que una por una se empezaron a apagar las velas, como si alguien las estuviera apagando solo quedo la luz que salía del fuego de la chimenea, seguido de un silencio que me petrifico el alma, en ese momento mama susurra a mi oído tranquila acá estoy para protegerte sea lo sea que veas acuérdate ellos te necesitan a ti y a tus miedos no al contrario, to
ma el control no te digo que no tengas miedo, sino que continúes a pesar de él.
En ese momento vi de nuevo al niño pequeño que había visto en mi casa y se reía, pero al ver que yo lo miraba se vino hacia a mí a medida que avanzaba su sonrisa se tornaba siniestra, malvada y burlona. Caminaba hacia mí como para tocarme en cuanto sentí su presencia junto a mi vi como si mi energía se fuera saliendo, mi mama me susurro no te dejes recuerda... no la escuchaba más, de pronto solo estábamos el pequeño niño y yo en un espacio blanco y él me decía: "tú no puedes, tú no puedes" repetía una y otra vez, como cantando burlándose de mi, en ese momento me di cuenta de su verdadera forma, recordé cuando era muy niña y mama me decía que le pregunta su nombre que le ordené decírmelo, pon tu voluntad sobre la de él para que no te haga daño, tu estas viva el no y posiblemente nunca lo estuvo. Era de las pocas cosas que logre recordar de mi infancia.
En ese momento me puse de pie y empecé a gritar, tú me necesitas, así que dime tu nombre, poniendo toda mi energía y voluntad, fue cuando sentí que me levantaban del suelo y me comenzaron a dar latigazos, eso es lo último que recuerdo.
Al abrir de nuevo los ojos estaba sentada en el mismo lugar y mi mama e Isabel me estaban abrazando al separase de mí se dieron cuenta que estaba herida en realidad y mi cuerpo escurría sangre, inmediatamente me llevaron al baño y me empezaron a curar era impresionante como mi piel se habia abierto a causa de los latigazos, tanto mi mama como Isabel estaban perplejas por la magnitud del daño que me había causado en tan solo 5 minutos, aunque para mi pasaron horas.
Me recosté pues me dolía el cuerpo me vendaron prácticamente toda cuando me empecé a quedar dormida me empezaron a mecer la cama y una voz muy dulce comenzó a cantar no entendía muy bien que decía, pero sé que era una canción de cuna. A medida que la canción avanzaba yo me sentía en paz y me quedaba dormida.
A la mañana siguiente, mama muy temprano me fue a revisar y para sorpresa de todas ya no tenía nada, mi cuerpo estaba en perfectas condiciones me sentía muy bien tanto física como mentalmente, esa mañana llego Martin me sorprendió pues no sabía que iba a estar hay.