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Rosi, sabes dónde está madre?
Si, mi señora está en los aposentos del emperador.
Bien, mi querida madre es la favorita de mi padre. Si no fuera por el origen humilde, sería la Emperatriz. Prepara mi espada y armadura Rosi.
Claro mi señora.
Lotty salió imponente con su armadura, muchas cosas pasaron estos años, pero tenía que salir adelante, siempre paso por su mente su niñez 7 años viviendo con unos caballeros retirados y su adorada Nana leya, quien la habría encontrado en un bote a la deriva, al crecer le enseñaron el arte de la espada, nadie lo sabía, pero atravez de sus hermosos ojos vislumbraba la maldad de la gente. Solía asustarse cuando niña, pero pronto pudo destacar de entre todos, no solo por su belleza, sino también por su astucia, a la corta edad de 7 años derrotaba a 15 hombres entrenados; no había persona que la igualara.
Recordaba las lecciones de su Salvador.
Su esposa la crío y apenas pudo Caminar la señorona llevo a pequeña Lotty a los bosques, dónde un grupo de mujeres la entrenó inhumanamente, su pequeño cuerpo envuelto en cuero de jabalí, subiendo esas lianas con solo los brazos, saltando de árbol en árbol y por la cascada.
A los 5 años Lotty comenzó en combate cuerpo a cuerpo con una guerrera, pronto la venceria con astucia.
Su cabello blanco ondenate y su mirada afilada y hermosa.
A los 6 años dominaba flechas y justo a los 7 fue encontrada por su padre quien la reconoció al instante.
Lo recordaba como si fuera ayer...
Sucia, sentada en una ladera mientras esperaba a sus salvadores, a su tierna edad se notaba su belleza, una belleza que derrotaría mundos.
Pronto vislumbró a una tropa andante, poderosa, única... Y sobre el primer caballo un hombre fuerte de pechos y espalda amplia que exudaba autoridad. Lotty estaba fascinada cuando aquel hombre desconocido la miró, sus miradadas cruzaron y sobre aquella cara fiera y cruel se asomó una lágrima, aquel hombre bajo a prisa mientras sus manos temblaban.
¡Lotty! ¡Mi bella Lotty! ¿Acaso eres tú?
Lotty lo miró con cautela, pero no vio maldad en aquella mirada, solo dolor y amor.
Con una reverencia le dijo.
Señor, no sé quién sea usted, soy una humilde plebeya huérfana, no conozco a mis padres biológicos, y no sé si sea yo su hija. Pero .... Tengo una marca en forma de dragón en la espalda señor...
El emperador la Abrazó llorando
Tu eres Lotty, la princesa Lotty, mi hija y heredera....
Lotty adulta cerro los ojos sonriendo mientras caminaba a la sala de entrenamiento.