TU SONRISA ES UNA HERMOSA MENTIRA.
img img TU SONRISA ES UNA HERMOSA MENTIRA. img Capítulo 4 DREAM ON
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Capítulo 8 THE OCEAN img
Capítulo 9 SKY img
Capítulo 10 DARK PARADISE img
Capítulo 11 Teenage Dream img
Capítulo 12 CRASH img
Capítulo 13 Summertime Sadness img
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Capítulo 4 DREAM ON

¿Qué hace Samuel Anderson en esta fiesta?

No sé mucho al respecto sobre él y mucho menos en cuanto a fiestas se refiere, pero poco es bien sabido que Sam jamás asiste a las fiestas impartidas por parte de la gente perteneciente a Massey.

Se encuentra recargado en el barandal de la escalera con una cerveza en la mano izquierda y un cigarrillo en la mano derecha. Trae puesto unos vaqueros decentes y una sudadera azul marino con capucha que le cuelga por debajo de la nuca. Combinando todo aquello con unos tenis blancos de franjas azules y su cabello negro está ligeramente despeinado.

«Se ve un poco sexy»

Las interrogantes comienzan a llegar a mi cabeza; él ni siquiera conoce a Pamela y eso lo puedo deducir bastante bien. Si la conociera, definitivamente sería otra chica de su lista, pues ella es muy sexy. Todos conocen a las chicas que pasan por Samuel Anderson y ella no parece ni conocerlo.

Entonces... ¿Que hace aquí? ¿Qué lo ha incitado a venir a una de estas horrorosas fiestas?

Busco a Pamela con la mirada mientras caminamos a la sala, pero... ¡Oh sorpresa!

Pasa frente a nosotras en dirección a la escalera justo en donde Sam se encuentra.

Lleva un vestido dorado bastante revelador y unos tacones tan altos que con solo verlos se me mueve el piso. Ella camina sintiéndose como una diosa. Entonces decido observarla para ver qué relación tiene con él.

Se acerca a Sam y sin dejarme analizar bien la situación, lo besa. No puedo evitar sorprenderme.

¿Qué diablos paso con Eric? Se supone que debía estar con él y así mismo, Cristina le demostraría que está perfectamente bien sin él y brillar frente a sus asquerosas caras.

Miro a Cristina y ella parece estar más sorprendida que yo, por así decirlo, pues tiene la boca abierta.

-Pero... ¿qué mierda estoy viendo? - dice sin apartar la vista de Sam y Pamela.

- Cristina, creo deberíamos irnos. - retrocedo hacia la puerta, pero ella no me sigue. Su mirada gira en dirección a la sala que es a donde íbamos.

Eric está bebiendo unas cervezas con unos amigos en el sofá y fumando mientras comentan cosas graciosas o eso quiero pensar, pues no paran de reír. Lleva unos vaqueros rotos y una camisa blanca, su cabello está bien peinado y sus rizos castaños caen a los costados de su frente. Eric es un poco más bajo que Sam y en lo personal creo que es un poco guapillo, pero eso no evita que lo deteste por ser tan mierda con mi amiga.

Acercándome a ella le digo:

-Debemos irnos, fue un error haber venido.

- No - dice con firmeza - Ya estamos aquí y me importa una mierda si no está con ella. Yo, Cristina Torres, le voy a demostrar lo bien que me encuentro sin él.

Una vez dicho eso, rápidamente se dirige a la cocina y yo voy tras ella.

No sé en qué momento se me pasó por la cabeza que había algo entre Eric y Pamela. Es obvio que solo fue sexo y eso me hace sentir aún más furiosa. Mi amiga fue lastimada por una puta follada.

-¡Espera!

Le detengo la mano antes de que se empine semejante copa de Whisky.

-No bebas así, no demuestres debilidad.

-No estoy de humor, Eli.

Se jala de un tirón llevándose la copa a la boca.

Sin pensarlo dos veces, se la arrebato antes de que llegue por completo a su boca y la bebo de un solo trago.

«¡Que sensación tan amarga, Puaj!»

Jamás había probado esto que parece dulce y amargo a la vez.

-Eli, tú no tomas, ¿estás loca? - expresa enojada mientras me quita la copa vacía de la mano. No puedo evitar hacer gestos extraños.

-No voy a dejar que te emborraches. Sí quieres beber algo que sea cerveza, el whisky no es lo tuyo y lo sabes - la fulmino con la mirada.

Cristina no es buena bebiendo otra cosa que no sea cerveza, su tolerancia es bajo cero en otras bebidas y sé que lo hace por puro despecho y bueno, yo jamás había bebido nada que no fuese Baileys.

Espero soportar esto.

- ¡Ay, Eli! Soy una idiota. - me tira del brazo llevándome a la sala.

Nos sentamos justo a un lado del sillón en el que se encuentra sentado Eric, no muy cerca, pero si a una distancia prudente para que pueda apreciar la belleza de Cristina.

¡Mi amiga es una total zorra!

En el buen sentido, claro.

Ella se sienta al borde del sillón cruzando las piernas y, así mismo, dejando ver lo perfectas que estas son. Se inclina un poco hacia delante para que su fabuloso escote haga su trabajo y no deja de lado esa mirada coqueta que seguro que, si yo fuera hombre, me dejaba boquiabierto.

Mientras ella hace el intento de llamar la atención de Eric, yo lanzo una mirada hacia las escaleras. En ella se encuentra Sam y Pamela platicando algo, pero no tardan mucho en olvidarse de la charla. Él la sostiene por la cintura y juntos suben las escaleras mientras ella le susurra cosas al oído.

«No soy idiota, sé lo que planean hacer allá arriba...»

Joder, pero ni crea que yo seré la próxima por una simple tarea.

-Hola - me saluda una chica rubia que se ve bastante joven para estar aquí.

Por educación le contesto.

- Hola.

- Soy Clara, mucho gusto.

Me extiende la mano.

-Hola Clara, soy Elizabeth. - le devuelvo el apretón de manos.

Cuando me vuelvo hacia Cristina para presentársela, veo que ya no está.

«¡No está!»

Miro a dónde se encontraba Eric y noto que tampoco está.

Pero, ¡¿Qué diablos?!

-¿Estás bien? - me pregunta Clara, al ver mi desconcierto.

Asiento y enseguida me toma de la mano para llevarme con ella.

- Perdona el atrevimiento - hace una pausa para después continuar - La verdad es que no me gusta ver a las personas solas y menos en una fiesta. - dice de manera muy alegre mientras aprieta mi mano.

- ¿A dónde vamos? - pregunto curiosa.

Veo a un grupo de chicas con aspecto hippie sentadas sobre la mesa a las afueras del jardín. Todas lucen bastante jóvenes para estar aquí.

-¡Bienvenida al club de las preparatorianas! - exclama mientras las señala a todas. Ellas me saludan.

- ¿Qué hacen aquí unas chicas de preparatoria? - pregunto.

-Espera - dice Clara mientras me mira -Tú... ¿Qué edad tienes?

Justo en donde más me duele. Estas chicas me acaban de confundir con una preparatoriana.

¿Tan niña me veo?

- Soy universitaria - respondo aclarándome la garganta, pero sin obviar mi disgusto tras su pregunta.

-Oh perdona, yo solo...- baja la mirada apenada - ¡Perdón!

-Está bien, no eres la primera en confundirme - tristemente no es la primera ni la última. - Agradezco que me invites con tus amigas, me estaba aburriendo allá dentro.

-No hay de que - se va a la barra y regresa con algo en las manos -¿Quieres un poco? Estira su mano ofreciéndome una copa.

-¿Qué es esto? - miro curiosa el contenido del vaso.

-Es tequila. - comenta una de las amigas de Clara. Puedo notar la burla en sus palabras.

Todas me miran con suma atención y una sensación de superioridad me invade:

«SOY UNIVERSITARIA»

No voy a dejar que estás niñas piensen que definitivamente actúo como una.

Agarro la copa y me la empino en la boca; es un sabor tan amargo, peor del que probé hace un momento. Siento como el líquido arde en mi garganta, tanto que casi lo escupo, pero me aguanto y lo trago.

No soy fan del tequila, así que lo cambie por cerveza y poco después por un whisky. Ese no está tan mal.

Media hora después todo me da vueltas y no paro de reír, siento que en cualquier momento voy colapsar. Estás mujercitas se ven tan tranquilas como si el tequila no les afectara y eso que han bebido bastante.

Busco con la mirada a Cristina, ¿Dónde diablos está?

No me importa realmente, la estoy pasando estupendo.

¡Jamás me había sentido tan alegre!

-Debo ir al baño. - digo arrastrando las palabras y al final suelto una carcajada. Ellas me miran de una manera muy extraña y eso me molesta.

No sé dónde está el baño y de verdad me urge.

Entro a la casa y busco en la puerta que está a un lado de la sala, no es, ni siquiera se abre. Lo más seguro es que este arriba.

Subo las escaleras, abro la primera puerta que veo.

¡Lo encontré!

Me es difícil moverme, todo me da vueltas y creo que vomitare en cualquier momento.

Minutos después salgo del baño con torpeza que ni siquiera miro al frente, solo puedo mirar al suelo, pues si no lo hago caeré en cualquier momento. Intento tomar el barandal para bajar por las escaleras, pero algo se interpone en mi camino o, a decir verdad... alguien.

- ¿Quieres quitarte? - le pido un tanto grosera sin dejar de arrastrar las palabras.

Solo visualizo unos tenis blancos y un pecho masculino parado frente a mi. Intento empujarlo, pero me es imposible. Se encuentra aferrado a más no poder, así que opto por levantar la mirada.

Para mí sorpresa no es cualquier sujeto, más bien, es el sujeto. Mi mirada se cruza con eso hermosos ojos sombríos que me miran con diversión.

«Sam»

- Jamás pensé verte por aquí - comenta mientras se le forma una sonrisa en la comisura de sus labios. - Vaya que estoy sorprendido.

Que sonrisa tan más falsa la que este se carga.

- Quieres quitarte, voy a bajar. - le pido señalando las escaleras.

Es obvio que estoy borracha y no es para nada un secreto que intento esconder y eso, parece divertirle a él.

- ¿Has pensado en mi propuesta?

Da un paso hacia mí sin dejar de mirarme a los ojos. Por instinto, retrocedo.

-No sé de qué hablas. -murmuro bajando la mirada. Sus ojos comienzan a intimidarme.

-¿Ya lo has olvidado? - dice, burlón. - Si quieres la recompensa...

Hace una pausa mientras mira a uno de los cuartos. - Hoy puede ser un buen día.

Tres segundos, solo tres segundos me bastaron para abofetearlo.

Miro su rostro que está inclinado a la derecha por el golpe que le di. Se ve sorprendido y no es el único; aún más sorprendida estoy yo por lo que acabo de hacer. Rozando su brazo bajo rápidamente media escalera en estado de shock y sin siquiera pensar en lo que estoy a punto de decir, lo miro y le digo:

-¡Oye idiota! -comienzo a hablar - Para el lunes quiero que investigues sobre la historia de la primera propuesta de publicidad a través de las redes sociales y saques tus puntos más importantes... no quiero errores. - finalizo con firmeza y, aun así, no pude evitar arrastrar las palabras.

Una vez dicho eso, salgo de la casa a toda prisa y me encuentro con Cristina que está hablando con Eric en el jardín.

Le lanzo una mirada fulminante.

- Vamos a casa. - le exijo y continúo caminando al coche sin detenerme. Ella viene detrás de mí a toda prisa.

Por alguna razón ya no me siento tan ebria o eso creía hasta que ya me encuentro vomitando a un lado de su llanta.

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¡Mi cabeza! Siento que me va a estallar...

-¡Joder!

Doy un respingo sobre la cama al ver cómo Cristina me observa tan de cerca.

Menos mal que le dije a mi madre que dormiría en su casa. No quiero ni pensar en lo que me habría hecho si me hubiera visto en ese estado.

-¿Por qué bebiste tanto? - me pregunta lo más calmada que puede - Me salí un instante - suspira. - Ni siquiera fueron treinta minutos y ya estabas ebria.

Treinta minutos, ¿De verdad? Para mí fue una eternidad.

-Unas chicas me invitaron una cerveza, eso es todo. - le contesto a la defensiva.

-Eso no fue de unas simples cervezas y lo sabes - vuelve a suspira. - Olvídalo, mejor dime por qué saliste tan inquieta anoche, ¿pasó algo malo?

¿Inquieta? ¡OH MIERDA!

"¡Oye idiota! Para el lunes quiero que investigues sobre la historia de la primera propuesta de publicidad a través de las redes sociales y saques tus puntos más importantes, no quiero errores"

Cristina se hecha a reír sobre la cama mientras se agarra el estómago.

- ¿De verdad le dijiste eso? - pregunta entre risas.

- No es gracioso -contesto disgustada. - ¡Estoy muy avergonzada!

- Si que lo es, Eli - resopla después de reír tanto - Golpeas a un chico y en vez de disculparte le dejas... ¡tarea!

Se vuelve a echar a reír.

- Estaba ebria, no se que me pasó - digo desconsolada. - No sé qué hacer... Estoy que muero de la pena.

- Solo revísale la tarea y ya está. - suelta otra carcajada y yo le arrojo una almohada a la cara.

- Muy Graciosa.

Debo pensar en como resolver este incómodo incidente.

            
            

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