Capítulo 7 Pesadillas

Era verano y ese día estaba particularmente caluroso, de modo que Harlow volvió a su dormitorio y se dio una larga ducha fría para refrescarse. Como había pasado toda la mañana llorando, estaba exhausta.

Por su parte, todas las demás chicas empezaron a regresar al dormitorio.

Una regordeta que llevaba lentes entró corriendo al lugar gritando: "¿Ya se enteraron? El chico más guapo de la Escuela de Administración está saliendo con Lainey, ¡la más sexy de toda la universidad! Lo supe esta mañana".

"Hablas de Michael, ¿verdad? ¿Por qué saldría con Lainey?", preguntó otra de cara redonda con una cola de caballo y flequillo, "¿No es ese el novio de Harlow?".

"¡Sí, ella tiene razón! Deja de decir tonterías porque él está muy feliz en su relación con Harlow. ¡Es imposible que lo seduzca una chica como Lainey!", opinó otra de ellas. Una que estaba mirando su teléfono hasta entonces levantó la cabeza y preguntó: "Hablando de Harlow, ¿quién ha sabido de ella hoy? No la vi en toda la mañana".

La gordita se ajustó las lentes y gritó a todo pulmón: "¿Según quién es una tontería? Toda la escuela sabe que Michael y Lainey están saliendo, pues sus fotos están por todo el foro de la universidad. Si no me creen, pueden chequearlo por ustedes mismas".

"¿Qué? Déjame ver...", soltó una al tiempo que buscaba su celular.

Enseguida todas se agruparon y empezaron a hablar allí.

Harlow no había dormido durante casi un día entero, ya que tenía pesadillas de su violador abalanzándosele como si fuera una presa y de la expresión de disgusto de Michael cuando rompía con ella. Al pensar en esas cosas horribles, sudaba frío.

"¡Oye, no estabas mintiendo! ¿Qué le pasa a Michael? ¿Por qué estaría con alguien como Lainey?", cuestionó una de las chicas.

"¡Dios mío, qué idiota! ¿Cómo podría estar con una puta como ella?", exclamó otra.

"¿Harlow sabe sobre esto? Si se entera, se le romperá el corazón".

Las mujeres siempre eran las que más chismeaban, así que en ese momento la noticia de su relación rota se estaba extendiendo por toda la escuela.

"¡Silencio! Escuchen con atención, hay alguien llorando", dijo la que sostenía su celular.

Como estaba muy atenta, ella detuvo la charla.

Jessie Bai era la líder de las cuatro en el dormitorio y también la mayor, por lo que naturalmente las otras siempre le hacían caso. La que le seguía en cuanto a edad era la niña de cara redonda, Elin Wang. Luego de ellas estaba la gordita Molly Mo. Harlow era la más joven del grupo, la que tenía el aspecto más agradable y la mejor en estudios y trato, razones por las que a las tres les caía bien. Sin embargo, también estaban celosas de ella dado que era la única que tenía novio, quien hacía que la envidiaran más por ser el de mejor apariencia de su escuela.

Al prestar total atención, todas las muchachas escucharon a otra llorando en voz baja, y aunque eran casi imperceptibles, los sollozos llegaron a sus oídos.

Las tres se miraron entre sí con expresión de desconcierto. Elin fue la primera en reaccionar, con lo que dejó de inmediato su celular, caminó hasta la cama de Harlow y abrió la cortina de mosquitos.

Esta última se había envuelto en la manta de pies a cabeza para llorar. Conmocionadas, las tres trataron de desenrollarla, y tras unos segundos de lucha, lo lograron solo para ver a la chica llorando miserablemente.

Su rostro estaba sonrojado e hinchado mientras temblaba y gritaba: "¡Aléjese de mí! ¡Váyase! Ayuda...".

Elin le tocó la frente y retiró la mano. "¡Está ardiendo de fiebre! Parece estar teniendo una pesadilla".

Tensa, Molly se ajustó los lentes y sacudió a la febril chica. "¡Harlow, despierta!", le dijo.

"¡No me toque!", gritó esta dormida tratando de apartarla, por lo que accidentalmente le tumbó los lentes.

Con un fuerte rugido, se despertó de su mal sueño y se sentó temblando.

"¡Mis lentes! ¡Ah! No puedo ver nada sin ellos, por favor, ayúdenme", gritó Molly con ansiedad, dado que tenía un caso muy severo de miopía.

Jessie los encontró en un segundo y se los entregó. Acto seguido se sentó en la cama junto a Harlow, quien se cubría la cara con una manta en un caluroso día de verano. "¿Te resfriaste? ¡La temperatura está bastante alta! ¿No temes asfixiarte si te arropas de esa forma?", le preguntó al tiempo que la desenvolvía.

En un punto Harlow se despabiló y se envolvió aún más en la manta porque temía que sus compañeras pudieran notar los moretones en su cuerpo. "Estoy bien, gracias. Solo tengo un poco de fiebre pero ya se me pasará", explicó con una sonrisa.

"No te ves muy bien, necesitas ir al doctor. No es buena idea quedarte aquí si te sientes mal, ¿verdad?", opinó Jessie. Elin tomó una toalla y le secó el sudor de la frente. "Como no fuiste a clases hoy, le dije a la profesora que estabas enferma, pero nunca pensé que en serio lo estuvieras", dijo esta con una mirada de preocupación.

"No me digas que estás sufriendo por Michael", bromeó Molly. Tan pronto como las otras dos escucharon eso, la miraron.

"Ignórala", dijeron entonces, aliándose.

"No, no estoy así por él, Molly", respondió la jovencita forzando una sonrisa. El nombre de su ex se sintió cual espina en su corazón, pero ella no era nada para él, y en vista de que su relación había terminado, de seguro ella estaba enterrada en su pasado.

Tras un momento de incomodidad, tranquilizó a sus compañeras con una sonrisa: "Estoy muy bien, chicas. La vida tiene que continuar, ¿no es así? No puedo hacer un gran problema de una ruptura".

Elin le dio una palmadita en la espalda y elogió: "Eres la chica más hermosa para nosotras, ¿entiendes? No llores por un hombre que te dejó por una perra. Es un idiota y un ciego por ir tras Lainey, pero ya que tú eres más inteligente que él, ¡sigue adelante!".

"¡Así es, mujer! Tienes que superarlo", agregó Jessie. "Mírame a mí, Harlow, soy gorda y no puedo ver una mierda sin mis lentes, y aun así soy feliz. Tú no necesitas un hombre que te haga sentir bien", dijo Molly con orgullo.

Todas se echaron a reír al instante gracias a su adorable intervención, y si bien Harlow se animó por un segundo, se sintió miserable al siguiente.