Capítulo 5 Por un futuro mejor

Tras darle a Lainey una cálida sonrisa, Michael se dio la vuelta y caminó hacia Harlow. Unos segundos antes su expresión era tan brillante como el sol, pero ahora era tan sombría como el cielo de una noche tormentosa.

Con una mirada fría y desdeñosa, se le acercó y notó que ella tenía los ojos rojos, el pelo despeinado y el pecho lleno de moretones. Sin mencionar que su vestido blanco estaba roto y le faltaban los zapatos. Si ella no lo hubiera llamado, él podría haber fingido que ella no existía.

"¿Qué te pasó?", le preguntó viendo las marcas en su piel. Él fingía que se preocupaba por ella solo porque provenían del mismo lugar.

Rápidamente la chica trató de cubrirse con su largo cabello negro, y estaba tan avergonzada por los arañazos que sintió que prefería que la mataran antes que Michael los mirara. "Te he estado esperando durante toda la noche, y me picaron los mosquitos, pero está bien", explicó nerviosa.

Sorprendido, él la vio tratando de evitar su mirada. Sabía bien que Harlow era una mentirosa terrible y que incluso un niño podía saber si no estaba diciendo la verdad, además de que su ingenuidad era tal que ni siquiera se enteró de su romance con Lainey.

"Ve a clases si no tienes nada que decir. La gente podría pensar mal si te ven luciendo así", dijo el chico apretando los puños. Él solía tocarle cariñosamente la cabeza y llamarla "niña tonta", pero ahora parecía muy distante.

De la nada escucharon la bocina de un auto y se dieron la vuelta para ver a Lainey en su convertible rojo haciendo pucheros con impaciencia.

"¿Por qué estás con ella?", preguntó Harlow con lágrimas en los ojos.

"Dado que ya nos atrapaste, no quiero ocultártelo más. Se acabó lo nuestro y estoy seguro de que encontrarás un gran chico que te quiera, pero ya no me busques más", dijo Michael antes de irse y darle un beso en los labios a la otra.

"¿Por qué? ¡Solo quiero saber por qué hiciste esto! ¿Acaso hice algo mal? ¿Ya no soy lo suficientemente buena para ti? Dime cuál es el problema. Puedo cambiar por ti", suplicó la chica entre lágrimas.

Molesto, él le retiró la mano al tiempo que inspeccionaba a su alrededor, y al ver a la gente cerca de ellos, dijo con una mirada de desprecio: "¡Deja de avergonzarnos tanto a mí como a ti misma! Mira, tú... Tú eres genial. Todo esto es mi culpa. Ya no me preguntes nada más. Se acabó".

"¡No, Michael! No tiene por qué ser así. Por favor, no me dejes. ¡Seré una mejor novia!", suplicó Harlow como una niña.

"No vuelvas a armarme una escena llorando, ¿de acuerdo? A ti no te da vergüenza, a mí sí. Eres una buena chica, quizás demasiado para mí. Simplemente no soy digno de ti", dijo con un suspiro.

"¡Estás mintiendo! No me habrías dejado por ella si pensaras esas cosas positivas acerca de mí, ¿verdad?", protestó la joven con las lágrimas inundando su rostro al ver que su amor se desvanecía en la nada. Sin embargo, incluso ya sabiendo la verdad, no estaba dispuesta a aceptarla.

El chico se frustró al escuchar la incesante bocina de Lainey, y ver el lamentable estado de la otra frente a él lo llenó de culpa. De todos modos ignoró los sentimientos de esta y soltó: "A su lado no tengo que esforzarme tanto todos los días para hacerme rico, ¿entiendes?".

Viéndolo con incredulidad, ella gritó: "¡No te creo! ¡Estás mintiendo!".

"Harlow, sé realista. Si estoy con ella, puedo trabajar en la empresa de su padre y no me costaría llegar muy alto. ¡Siendo parte de su vida podría lograr mis sueños! ¿Eso es tan difícil de entender? No vuelvas a buscarme porque eso afecta a Lainey. Por favor, cuídate, ¿sí?", dijo con un suspiro.

Enseguida se dio la vuelta y se fue sin mirar atrás.

Ella se sintió impotente mientras lo veía entrar en el auto de la otra chica, donde se besaron y se alejaron muy animados.

Aquello la dejó sintiéndose como un juguete viejo y usado al que su dueño había botado a la basura.