Capítulo 9 Una pista

Harlow aprovechó su desafortunada situación para obtener un permiso de dos días, durante los cuales faltó a clases y no salió de su dormitorio, temiendo que si lo hacía se encontrara con Michael y Lainey de nuevo. Después de todo no quería que sus compañeros de clase la miraran con lástima.

"Harlow, alguien quiere verte", dijo Jessie, apartando la cortina de mosquitos que rodeaba la cama de esta. Llegó allí jadeando y tenía la cara sonrojada como si se hubiera encontrado con un galán.

La joven en cama luchó por abrir los ojos y preguntó: "¿Quién querría verme?".

Agarrando el espejo del tocador de la mesa, la otra comenzó a peinarse. "Un hombre guapo, muy muy guapo. ¡Dios mío, Harlow! Dime, ¿me veo bonita?".

Con una mirada perpleja, la enferma se sentó y echó un vistazo a la puerta, pero como no vio nada, se dio la vuelta y se volvió a acostar. Desde que la relación de su exnovio con su nueva chica se había convertido en el tema de conversación en la escuela, ella se había hecho famosa por dejar que una mujer se saliera con la suya al robarle a su amado. Al pensar en su situación actual, se preguntó: '¿Qué hombre guapo vendría a verme si lo perdí todo?'.

Habiendo atado su cabello en una cola de caballo, Jessie se dio la vuelta hacia ella. No obstante, al verla recostada de nuevo, suspiró con decepción aunque enseguida la ayudó a sentarse y exclamó señalando hacia afuera: "¿Cómo puedes estar tan tranquila después de lo que te acabo de decir? ¡Hay un tipo guapo esperándote detrás de esa puerta! ¿No le vas a preguntar qué quiere?".

De repente Elin también se acercó corriendo y dijo: "¡No puedo ni siquiera describir lo hermoso que es, Harlow! Además, lleva un enorme ramo en sus fuertes brazos. Comparado con tu ex infiel, ¡este es como un verdadero Dios griego!".

"¿De verdad?", preguntó la enferma. Ante la emoción de sus compañeras, ella decidió ir a ver de quién se trataba, así que se levantó, se puso las sandalias y salió de la habitación.

El arreglo gigante de rosas rojas era tan fresco y brillante que casi la cegó en el instante en que abrió la puerta, sin mencionar que sus dimensiones no le permitían ver al hombre detrás. Acto seguido ella se dio la vuelta y cuestionó: "¿Dónde está el sujeto guapo del que estaban hablando? ¿A dónde se fue?".

"¡Harlow!".

La seductora voz de Jason vino de detrás de las rosas y ella inmediatamente se dio la vuelta.

No bien lo vio, su mente se quedó en blanco, pues a fin de cuentas él era quien la había violado.

"Por fin te encontré. ¿Estás bien?", preguntó este.

Al ver la palidez de la chica, él sintió que su corazón se arrugaba y trató de entrar en su dormitorio.

Harlow quedó aturdida por unos segundos, pero luego cerró la puerta rápida e instintivamente para impedírselo.

Sin embargo, él ya estaba preparado para enfrentar esa situación, de modo que sostuvo la puerta abierta mientras Rory entraba.

Atónitas, Jessie y Elin ahogaron un suspiro al ver a su amiga tratando de expulsar de allí a otro hombre que era tan bien parecido como el primero. Toda la situación les pareció confusa, ya que nunca antes habían visto tipos tan guapos en la vida real.

"Señorita Leng, mi jefe ha venido a visitarla. ¿Por qué no intenta ser un poco más civilizada?", preguntó el subordinado mientras el otro dejaba el ramo de rosas en una mesa. Después acercó una silla pequeña para Jason, a quien las compañeras de la chica observaron emocionadas. Este les guiñó un ojo antes de tomar asiento y casi las hace derretirse.

Tan pronto como Harlow lo vio, el recuerdo de su noche apasionada juntos la hizo sonrojar. "No sé quiénes son, así que váyanse", les dijo.

Al igual que había hecho esa noche, él se metió las manos en los bolsillos y se apoyó en el respaldo del asiento. Cuando vio el cambio de expresión de la jovencita, le preguntó con una sonrisa: "¿Por qué? ¿De veras no me recuerdas? ¿Necesitas una pista que te ayude a hacerlo?".

Ella llevaba un camisón corto que revelaba las marcas que habían quedado en su pecho esa noche de pasión. Al verlas, el hombre se molestó y le indicó a su subordinado que les diera privacidad, por lo que este de inmediato escoltó a las otras dos chicas afuera, dejando a su jefe solo con Harlow.

La habitación se volvió tan silenciosa como una tumba apenas Rory cerró la puerta.