Capítulo 3 Para ti

NARRA CIÓN DE LARISSA

- Un apartamento donde vives, en el mismo

andar y es barato el alquiler?

Pregunto sospechosamente, encontrando esto extraño.

- Sí.

ACHERON PELIGROSO

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- Esto es raro.

Él no puede mirarme a los ojos y eso

confrma que hay algo en esta historia.

- Puedo ver allí hoy y si está bien, muévete.

Ve allí y recibe tu tratamiento.

- Voy a poner nuestra casa en alquiler. Creo que

ochocientos reales, tenemos un mes dentro.

Mi madre está tan desesperada por mi

tratamiento que no ve la imposibilidad

para poder alquilar un apartamento en esa región

por ese valor.

- Veré si puedo conseguir el contrato de arrendamiento allí por ese p

Miro al doctor, ahora sin entender por qué él

está haciendo todo esto.

Suena como un acosador actuando así para mí.

- Aún no sé.

ACHERON PELIGROSO

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Toma mi mano y por un segundo la mía

Desaparecen las inseguridades.

- Y puedo cuidarte en mis días libres.

Estaré ahí cuando me necesites.

- No es tu deber cuidarme.

susurro y él sonríe.

- sere tu medico y fuera del hospital tu bien

vecino considerado.

- En serio, Dr. Aguiar, no tiene de qué preocuparse.

- Larissa no seas orgullosa.

Mi mamá dice y veo a mi papá observándonos.

- No es orgullo.

Tomo mi mano de la suya y miro mi plato.

- Simplemente no quiero que nadie se sacrifque.

vida para mi

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Sin apetito me levanto.

- No tengo hambre.

Enzo se levanta y me mira.

- Necesitas comer.

- No podré comer ahora. Aprecio tu

preocupación y por venir aquí a ver si estoy

bien.

No puedo mirarlo a los ojos y sé que está

buscando el mio

- Que tenga un buen regreso, doctor.

Camino lentamente hacia la puerta trasera y salgo a

el jardin.

Camino hacia el columpio del árbol y me siento.

Me mezco tranquilamente y cierro los ojos,

sintiendo el viento en mi pelo.

Siento que dos manos frmes sostienen la mía

cuerda de columpio y un cuerpo tocando mi

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espalda.

Sé que es él por el maravilloso olor de su

perfume, que se ha estado apoderando de mi cuerpo durante alguno

Aldías. columpio y nos quedamos en silencio.

- Sé que tienes miedo.

Suelta mis manos y ven caminando

me.

Frente a mí y lo veo arrodillarse.

- Tienes miedo, miedo y te entiendo.

Tu mano toca mi cara y tu toque alivia mi

corazón acelerado.

- No sabes lo que pasará a partir de ahora. No

dar esperanza o crearla.

Mis ojos están borrosos por las lágrimas que

a salvo.

- Simplemente no quiero que mi mamá y mi papá se detengan.

vivir para estar sufriendo con esta enfermedad a mi

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lado.

Dejo escapar un suspiro y las lágrimas caen.

- No quiero que vengas de servicio.

agotado y todavía tengo que cuidar de mí.

Él limpia mis lágrimas. tu cara se acerca

de la mía y pega su frente a la mía.

Tus manos acarician mis mejillas y no puedo

Para de llorar.

- Y si no quieres nuestra ayuda, nos detendrás.

¿ayudar?

Abro los ojos y unos ojos verdes están sobre mí. Una

hermoso y perfecto verde.

- Sé que mis padres se sienten obligados. ellos yo

puesto en el mundo y su trabajo es cuidar

me. no puedo parar

Levanto mis manos sobre las suyas y tiro de ellas hacia abajo.

abajo, fuera de mi cara. Dr. Aguiar se aleja

mirandome.

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- Pero no tienes que hacerlo. Ve a disfrutar de tu vida.

Trabaja lo que tengas que trabajar y luego vive.

Encuentra el amor y sé feliz. no te sientas

gracias por cuidarme, por ser mi médico.

Cierra los ojos y niega con la cabeza.

- No puedo.

- Si puedes...

Abre los ojos y son intensos y brillantes.

- No puedo salir a vivir y encontrar el amor.

Tus manos suben a mi cara otra vez y ahora

Abrázame fuerte.

Su cuerpo se acerca al mío y me mira fjamente.

labios.

- Ya conocí a una persona y tengo la intención de averiguar la

amor con ella

Mi respiración se acelera y tu boca se levanta

acercándose a la mía.

ACHERON PELIGROSO

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- Solo tiene que dejar de alejarme y huir.

esta hablando de mi!!!!

Siento el ligero toque de tus labios sobre los míos en uno

cepillo.

Cierro los ojos disfrutando de sus labios. Empujame

y bésame con ternura.

Tus labios envolviendo suavemente los míos,

mientras su lengua aparece pidiendo paso.

Le doy la bienvenida, entregándole el mío para unirme a ella.

deléitate con nuestros sabores.

No puedo hacer eso. Sería injusto hacerlo si

mantenme en ese estado.

- No...

digo soltando sus labios. Asegure el nodo que

forma en mi garantía.

- No puedo hacer eso.

- Larissa, sé que estás comprometida...

- No es eso.

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José es el menor de los problemas en todo esto.

Romper con él sería un alivio para los dos.

- ¿Cual es el problema?

- I...

digo ya llorando.

- Yo soy el problema. no soy mujer para

nadie, Enzo. no tengo futuro Tengo una

enfermedad que me matará poco a poco.

- Larisa...

- No...

Me limpio la cara de las lágrimas que caen.

- Como será cuando me veas en una cama

delgado, casi sin vida y sin mi cabello?

- Seguirás siendo tú Larissa.

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Me levanto tratando de parecer estable, pero por dentro

Estoy roto.

- Ya no soy yo, casi un mes Enzo. Eso

lo que estás viendo es un cadáver de mujer

enfermo sin futuro.

Se levanta y trata de acercarse.

- No... Será mejor que nos detengamos aquí.

- No quiero parar.

Tu cara está bañada en tristeza, pero es mejor

verlo ahora que el dolor y el sufrimiento para mi

terminar en un rato.

- Necesitas parar.

Tomo una respiración profunda y me alejo, alejándome de él.

él.

- Tienes un hermoso futuro por delante. Disfrútala

con la persona adecuada.

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Puedo escuchar tus rápidos pasos hacia mí.

Se detiene frente a mí, impidiéndome

sigue caminando.

- Mírame.

Levanto la cabeza.

- Soy tu médico y sé todas las fases por las que pasarás.

pasar.

Tomar una respiración profunda.

- Conozco esta enfermedad mejor que tú Larissa

y ella no me asusta.

- No te asusta porque no está en ti, es

en mi. Ves gente sufriendo, no

sufrir con ellos.

Lo esquivo y trato de ir a mi casa. Él

me tira del brazo y cuando me doy la vuelta me sujeta

en el pecho. Tu calor corporal es bueno.

- ¿De verdad crees que el hecho de que no estés en mí

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hacerte sufrir menos?

Tu cara está cerca de la mía.

- ¿Crees que no me duele ver a una persona que ganó?

mi atención sufriendo?

- Enzo, estoy haciendo esto por ti. Para el tuyo

bien.

Su nariz pasa lentamente por la mía.

- Alejarse de mí no me ayudará en nada.

Susurro contra mis labios.

- Ahora que te he probado, solo quiero más.

Sus labios chupan con fuerza mi labio inferior y

Dejo escapar un gemido bajo cuando muerde.

- Déjame quedarme a tu lado.

Enfócate en no caer en la tentación del cuerpo y mantenerte

mi mente a cargo.

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- Lo siento mucho.

Me libero de su agarre.

- Mantengamos contacto con nuestro paciente y médico.

- ¡Eres imposible!

Dice agitando los brazos.

- No quiero y no me iré. insistiré hasta

que me quiere

- Yo te quiero...

Grito con una verdad que me atormenta el alma.

Me mira asustado.

- Dios sabe cuánto me gustaría saber cómo

estaríamos juntos.

seguro estoy llorando.

- Si no tuviera esta cosa, estaría en tu

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brazos ahora viviendo hoy y quien sabe que

mañana.

Todavía tiene miedo de mirarme.

- No hagas más dolorosa mi decisión. No voy

abrazarte a mí así. No hundiré tus días

en una cama de hospital a mi lado.

Me doy la vuelta y camino a mi casa frme y manteniendo

llorando atrapado en mi pecho.

- Larisa...

- ¡Vete!

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NARRA CIÓN ENZO

Larissa entra por la puerta de la cocina y cuando subo

porche para ir tras ella, su padre sube al mío

parte delantera.

- ¡Deja a mi hija en paz!

Su voz es espesa y segura.

- No puedo.

Me mira y se cruza de brazos, bloqueando mi

billete.

- Aún no le entiendo doctor.

- Podemos tratar de entenderme después de que hable.

con tu hija?

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- No.

Su mirada es aterradora.

- Hablemos en ese rincón, ahora.

Señala una mesa con algunas sillas.

de vuelta en el porche.

Me acerco a una de las sillas y me siento. el se sienta en

frente a mí y apoya los codos sobre la mesa.

- ¿Por qué viniste aquí?

- Porque Larissa necesita ayuda.

- ¿Sueles hacer esto con todos los pacientes?

Levanta una ceja.

- Suelo hacer algo para cada paciente especial

para mi.

- Larissa tiene un prometido.

- Que la abandonó en el peor momento.

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- Sin embargo, ella lo mantiene como prometido.

Me tiro en el respaldo de la silla y cruzo los brazos.

mirando a su padre.

- ¿Crees que es correcto que se mantenga alejado?

- No creo que José lejos tenga razón y además

No creo que sea correcto que un médico persiga a su paciente.

- No estoy acechando.

y

Él comienza a reír.

- Deben ser esos malditos doctores que

aprovecharse de los pacientes sacudidos.

- No quiero aprovecharme de Larissa. En realidad

Quiero ayudar y permanecer a su lado.

- ¿Por qué? Lo que se consigue con esto?

Me levanto un poco atragantado.

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- Ojalá pudiera decirte la razón correcta.

Me apoyo contra la cerca del porche, mirando tu cara

enfadado.

- Pero incluso yo no puedo entender.

Me paso la mano por la cara y el pelo.

- En el momento en que mis ojos se encontraron con los de

Larissa algo pasó.

Comienzo a caminar de un lado a otro con

mi mente a mil.

- Sentí la necesidad de cuidarla, de estar a su lado

lado siempre. Cuando estoy lejos siento que

Quédate cerca. Cuando ella está triste, tengo la

hay que animarla. cuando tus lagrimas

levanta, quiero secarlos.

Él sigue observándome.

- Pero principalmente...

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Suspiro cerrando los ojos.

- Tengo la necesidad de tocarla cuando estoy

cerrar. Como si fuera algo vital para mí. Como si

Dependía de ello para ser feliz.

Deja escapar un largo suspiro y se pone de pie, entrando

mi dirección.

- Toda muy linda doctora, pero no es buena

tiempo para la historia de amor.

Su mano agarra mi hombro.

- Mi hija está pasando por un momento difícil.

y si la conozco bien, se quedará con todos los que ella

tiene un gran cariño a lo lejos.

- Ella no puede hacer eso.

- Pero vete... Ella prefere sufrir sola que hacer el

otros sufren juntos. Me está alejando así

como su madre y te hará esto.

- No me iré. Aunque ella lo intente...

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Aunque me enoje, no me iré.

Me suelta y gira para entrar a su casa.

- No lastimes a mi Larissa. No sé qué

Voy a ser capaz de hacer si eso sucede.

Se detiene en la puerta y me mira.

- Ella ya tiene algo importante que atender y tu solo

sería una carga ahora.

- Puedo ayudar.

- Entonces ayúdala, pero no la lastimes.

- Necesito hablarle.

- Creo que mejor me voy. Deise ya tiene tu teléfono

y hablas del cambio, si va a pasar

Correcto. Larissa necesita algo de tiempo. Dáselo a ella.

Entra y da un portazo. Todavía paso unos minutos

tratando de absorber todo lo que pasó.

Ella dijo que me quería, simplemente no quiere vivir en absoluto

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durante su tratamiento.

Odio la forma en que se lo toma todo. Se que

todo sera difcil, pero no queriendo tener nada que ver conmigo

me mantendrá alejado. Me quedaré a tu lado incluso

que nada exista entre nosotros.

Voy a mi bicicleta y cuando entro al patio

desde el frente, escucho a Deise llamándome.

Me doy la vuelta y ella viene hacia mí tímidamente.

- ¿Aún nos ayudarás?

- Sí. Hablaré con mi vecino sobre alquilar

para ustedes.

- ¿Crees que lo alquilará a buen precio?

No quiero decirles que soy el dueño.

- Haré todo para sacarlo a precio

bien. No suele cobrar mucho.

- Hablé con un amigo de una empresa de bienes raíces.

Ella dijo que hay una pareja buscando una casa

en esa región.

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Él suspira y me mira.

- Si todo va bien en una semana puedo volver

con Larissa a São Paulo.

Me acerco y tomo su mano.

- El apartamento está vacío. el no alquila

inmobiliaria, el pago se hace con el portero que

redirigir No tendremos ningún problema con nada.

- No sé cómo agradecértelo. Sé que Antonio fue

un poco grueso

Sonreí amablemente.

- Esa es su manera de proteger a Larissa.

- Yo haría lo mismo si fueras mi hija.

- Larissa siempre ha sido el tipo de persona que piensa

con la razón y no con el corazón. la cosa empeoró

con mi separación. Parece el gran miedo

lo suyo es involucrarse con el corazón y terminar

lastimándolo.

ACHERON PELIGROSO

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Puedo ver en tus ojos esa separación también

dolió.

- Larissa te vio sufrir con la separación?

- Sí... no es fácil ver partir a un gran amor.

Cuando vi a Larissa a salvo manteniéndose alejada de

José, vi que no era tu gran amor.

- Cuando se quiere, la distancia es el peor dolor.

Susurro y ella asiente.

- Vi a Larissa entrar llorando después

habló. Me imagino que ella pidió alejarse.

- Sí...

- Le gustas. Le duele pedirlo.

- Esta distancia me duele.

- Cuando estemos en São Paulo todo será

mejorar.

ACHERON PELIGROSO

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Ella sonríe y se acerca.

- No creo que puedas resistirte a tu encanto viviendo en

cerca y verte en el hospital.

Susurra y empiezo a reír.

- Espero que no. Realmente quiero estar a tu lado

hija y no como su médico.

- Entonces tómalo con calma. Ella es como una ostra. Mucho

cerrado, pero cuando lo abres descubres algo hermoso

en el interior.

- No tuve que abrir esta ostra para ver su belleza.

Ella es hermosa por fuera también.

- Son esos ojos azules verdad?!?! igual que el tuyo

papá.

- Enamorada del azul intenso de esos ojos.

- Sí...

ACHERON PELIGROSO

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Ella dice sonriendo.

- Necesito ir.

- Permanecer en contacto.

- Por supuesto.

Me abraza y me deja ir.

- ¡Buen viaje, cariño!

- ¡Gracias!

Camino hacia mi bicicleta y tan pronto como llego a mi

casco Siento mi cuerpo temblar.

Me doy la vuelta y levanto la cabeza. Larissa está en un

enorme ventana de arriba mirándome.

Tus brazos alrededor de tu cuerpo y puedo ver eso

esta llorando.

Mi corazón se aprieta. No voy a desistir de ti.

ACHERON PELIGROSO

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NARRA CIÓN DE LARISSA

V er a Enzo partir en su moto me dolió más que

la partida de José.

Necesito mantenerme frme. no puedo unir mi

cagarse la vida así.

El no se lo merece. Nadie lo merece, de todos modos.

Me alejo de la ventana y me acuesto en la cama por un rato.

de paz.

Me duele el cuerpo y sé que estoy en mi límite

efectivo.

Me acuesto y cierro los ojos. Ojos verdes

dominar mi mente.

Entonces tus labios se acercan a los míos y abro

mis ojos nerviosos.

ACHERON PELIGROSO

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No debería haber dejado que me besara. Ahora tu

boca será mi tormento por el resto de los días.

Suspiro y me doy la vuelta en la cama, de cara a la ventana.

Trata de no pensar en ello.

**************

El resto del día pasó volando y me quedé en mi

habitación.

Me las arreglé para comer unas tostadas por la tarde, pero el

noche solo el jugo logro pasar por mi boca

sin hacerme enojar. Creo que los medicamentos me dejaron

con un sabor amargo.

La noche ya ha conquistado el cielo. las estrellas son

brillante y tengo una idea.

Me levanto con calma y tomo mi máquina.

fotográfco.

Bajo al patio trasero y antes de llegar a mi puerta

padre me llama.

- ¿Adónde va Larisa?

- Hacer lo que me hace feliz.

Sonríe al ver la máquina en mi mano.

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- ¿Puedo ir también?

- ¡Por supuesto!

Salimos por la parte de atrás y le pido que traiga un

cubierto.

Cruzamos el césped y nos detuvimos junto a la

árbol con el columpio.

- Estirar la funda.

Se estira y me quita las chancletas, trepando sobre ella.

Me sigue y nos sentamos.

- Ahora acuéstate.

Nos acostamos y él pega su cuerpo al mío. Es decir

mi máquina y esperar el momento adecuado.

Luego se acerca y tomo una foto.

- Siempre amaste las estrellas.

Miro a mi padre mirando al cielo.

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- Hay algo en ellos que me encanta.

- Tal vez reconozcas su brillantez en ellos.

Dice sonriéndome.

- Tú y las estrellas brillan igual de hermosos.

- Papá búho de la zona.

Él comienza a reír.

- Siempre fuiste diferente, Larissa.

Sus ojos están llorosos.

- La gente le tendría miedo a esta enfermedad.

Elegirían vivir todo intensamente con miedo.

Me giro y me quedo de lado, mirando su rostro.

Tal vez memorizarlo.

- Gastarían todo el dinero y vivirían una gran

amor.

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- Muy egoísta pensar así.

Se vuelve y me mira.

- Si la persona no sobrevive, dejará a su familia

sin nada y tu gran amor infeliz.

Tomo la mano de mi padre.

- Estaría viviendo todo hasta el fnal feliz, pero me iría

todos aquí sin nada. Sin consuelo, sin amor y

sin ella...

Levanta su otra mano, acariciando mi rostro.

- Por eso eres diferente, rana. nunca pensar

en ti. Siempre buscado lo mejor para todos,

olvidando tu felicidad.

- Yo no lo veo así. Soy feliz viendo la felicidad de los

otros.

- Mi pequeña... tú también necesitas ser feliz y

vivir un gran amor.

ACHERON PELIGROSO

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Antes de que pueda responder, hace una mueca.

enfadado.

- Si me dices que ese idiota de José era tuyo

Gran amor, te juro que te pegué por primera vez en

la vida.

Empiezo a reírme de la cara que pone.

- José no fue un gran amor. el era bueno

compañero.

- Te vi a ti y al doctor esta tarde.

- Padre no...

- Sólo escúchame, rana.

Tome una respiración profunda y cierre los ojos.

- Realmente creo que le gustas.

Abre los ojos y sonríe.

- Y no me mientas, a ti también te gusta.

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- No puedo hacer eso.

f É

Quiero-Solo se estar feliz. aÉl tu conoce lado, solo tu condición vete. y si

- Mejor entra.

Digo alejándome y levantándome. todavía con

difcultad y sin fuerza estoy de pie.

- Siempre huyendo de las conversaciones importantes.

- Soy una copia tuya, ¿lo olvidaste?

Se levanta y me abraza después de recoger las sábanas.

- Vamos, pequeño yo.

***********************

UNA SEMANA DESPUES

Con la ayuda de mi madre empaqué todo el

mis cosas.

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Logró rentar la casa y nos mudamos

mañana al apartamento en São Paulo.

Mi padre ya tomó algunas cosas esta mañana y

quedan algunas cajas.

- ¡Listo! Incluso tomarás tu material de

¿trabajo?

- Si mamá... Creo que lo usaré para una cosa.

importante.

- Tú lo sabes.

baja las últimas cajas y se queda mirando mi habitación vacía.

- ¿Crees que puedes comer pizza?

Mi padre aparece sonriendo en la puerta.

- Tengo ganas.

- Puedo intentar.

- ¡Genial, lo conseguiré!

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- Papá...

Se detiene y me mira.

- ¿Puedes llevarme a algún lado primero?

- Por supuesto. ¿En donde?

- El Estudio de Fotografía.

Voltear los ojos.

- Necesito hacer algo importante.

- Si tu quieres.

Enójate y síguelo.

************

Paramos el auto frente al Estudio.

- ¿Quieres que entre contigo?

- No....

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Suspiro y abro la puerta del coche.

- No voy a tardar.

Me voy y sigo el camino determinado.

Abro la puerta del Estudio y veo a André nuestro

asistente.

- ¡Larisa!

Ven hacia mí y abrázame.

- ¿Cómo estás?

- Me pondré mejor. ¡¡¡Espero!!!

Él sonrió.

- ¿Es José?

- Sí. En su ofcina.

- ¡Gracias!

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Camino a su habitación y llamo a la puerta.

- Entra en...

Abro la puerta y en cuanto asomo la cara por la

puerta, me mira asustado.

- Oye...

Se levanta y viene hacia mí. Abrázame

fuerte y besa mi cabeza.

- Estaba pensando en pasar por tu casa hoy.

Me lleva a una silla y me siento. Mi

quiero reír

É

Él no ha ido a verme un día esta semana.

- Necesitaba salir un poco.

Siéntate frente a mí.

- Estoy aquí por una razón.

- ¿Que pasó?

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- José, voy a hablar y no quiero que digas nada cuando

Terminé.

- Larissa ¿qué está pasando?

Respiro hondo y estiro las manos. él estira el

de él sosteniendo el mío.

Nuestros ojos se encuentran y tomo coraje.

- Te estoy liberando de mí.

- Larisa...

- Dijo que no quería saber de ti.

Se calla y se queda mirándome.

- Quiero que sigas adelante y seas feliz. Encontrar

una mujer que te haga el hombre mas feliz

mundo.

Tus ojos están llenos de lágrimas.

- ¡Gracias por todo! todo lo bueno y lo malo

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momentos Por compartir tus sueños conmigo. Pero

Ahora es el momento de vivir tus sueños.

Me suelta las manos y se seca las lágrimas de la cara.

Saco el anillo de mi dedo y lo coloco sobre la mesa.

- Espero poder ver tu brillante futuro desde aquí.

algunos años.

- Tu vas.

Dice con voz débil.

- Será hermoso en mi primera exposición.

Se levanta, viene hacia mí y se arrodilla.

mi frente

- ¡Me disculpa!

Empieza a llorar aún más.

- Soy un debilucho.

Cae sobre mi regazo y le acaricio el pelo.

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- ¡Todo bien!

Me inclino y beso tu cabeza.

- ¿Cuidas nuestro estudio por mí?

- Sí...

Después de un rato se calma y me lleva al

el coche de mi padre. Abrázame fuerte.

- ¡Cuidate!

- Tú también.

Bésame la frente y ábreme la puerta para que entre

coche. Cierra la puerta y aléjate.

- ¿Todo bien?

- Sí...

Le respondo con una sonrisa a mi padre.

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- Pizza....

Grita haciéndome reír.

************

Ya estamos de camino a São Paulo. el viaje es

cálmate y trata de mantenerte despierto.

Mis padres hablan de cómo se van a turnar

para acompañarme en el tratamiento.

Odio la forma en que me ignoran y deciden

todo para mi

Nos detuvimos frente a un gran edifcio llamado

Versalles.

Mi papá entra al garaje y estoy impresionado.

con su tamaño.

- Mamá, esto no vale el alquiler de la casa.

nuestra casa.

- Larissa la dueña fue la que paso el valor y encajo

en nuestro presupuesto.

- ¿Cuál es el nombre del dueño?

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- No sé. Dr. Aguiar que arregló todo.

esto es raro Mi padre detiene el coche en un

de las vacantes.

- Sube y bajaremos las últimas cosas.

De carro.

Mi madre me da la llave del apartamento y me voy

al ascensor.

- Decimo piso. Apartamento 1001.

- Entendí.

Entro en el ascensor y golpeo el suelo. me apoyo

pared y esperar.

Las puertas se abren y mi corazón se acelera.

-Enzo...

Salgo del ascensor temblando. el esta frente a

puerta de nuestro departamento, hermosa con un par de pantalone

jeans claros y una camisa blanca abierta en el pecho.

Sonrío y veo que sostiene un arreglo de rosas.

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rojo.

- ¡Bienvenida!

No se que cojones tiene mi cuerpo que me lleva a

él sin querer.

- Para ti.

Sostengo las fores y cuando levanto mis manos para

recogerlos, él baja las fores.

- Larisa...

- ¿Que pasó?

Digo asustada con sus ojos en mis manos.

Tira las fores al suelo y avanza sujetando las mías.

mano derecha. Mira fjamente el dedo sin anillo.

- ¿¡¿¡¿Tú?!?!?

No termina de hablar y me mira a los ojos.

- No tenía sentido mantener un compromiso sin amor.

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Su respiración se acelera y su cuerpo se acerca a la

Mia.

- Entonces, ¿estás soltero?

Susurra acercando su boca a la mía.

- Sí...

Su mano sube a mi cara y me sostiene

con cariño.

- Brevemente...

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NARRA CIÓN ENZO

La semana ha sido terriblemente larga. después de visitar

Larissa en su casa, me mantuve en contacto con su madre.

por su cambio. Me convertí en un intermediario en

contrato de arrendamiento y no los quiero de ninguna manera

Sé que soy dueño del apartamento. mañana ella

Estaré aquí, en el apartamento de enfrente y podré

muéstrale que podemos ser felices juntos.

Incluso en medio de esta locura de tratamiento. No

Renunciaré a ella.

Simplemente no sé cómo va a ser que ella se quede con esto.

compromiso. Incluso el chico siendo un idiota ella

mantén ese anillo en tu mano. Respiracion profunda

y termino de ponerme el pijama.

Ho y fue un día difícil en el hospital. cambié de

de servicio con mi madre para estar aquí cuando

Llega Larisa.

Ayudé a tu padre con algunas cajas durante el

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semana. No me dijo mucho.

Solo que Larissa estaba bien y que no tenía

ningún empeoramiento en su condición.

Traté de sondear sobre el novio, si estaban bien,

pero el rudo de Antônio no dio lugar a

hablar.

Tan pronto como regresé de su casa ese día, le di un

manera de pintar el apartamento para hacer la cara

sus.

La habitación que imagino estará con Larissa es azul.

Por supuesto, eso me recuerda a tus ojos. tener lo mejor

vista, frente a un hermoso parque. vine a preguntar

Deise dejar la habitación para Larissa, pero no

No sé si ella lo recordará. Sé que le gustará. Es el

lo mejor de todo es que su balcón está al lado del

mi.

Quién sabe, no pasaremos nuestras noches

¡¿¡¿¡¿hablando?!?!?! Espero que si.

Me acuesto en la cama ya exhausto y miro al techo. ES

mañana... Comienza el primer día de la conquista.

Suspiro y cierro los ojos, trayendo el dulce

recuerdo de nuestro primer beso.

Todavía puedo sentir tus suaves labios y saborear

increíble.

ACHERON PELIGROSO

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***************************

Me despierto emocionado de tener todo listo para el

su llegada

Le envío un mensaje de texto a Deise antes de irme a

comprar algunas cosas, preguntando para hacerle saber de la

Salida desde Campinas. Ordeno la casa con lo que puedo

y voy una vez más a su departamento a ver

si todo esta bien. Voy al mercado y compro el

cosas para cenar Decido hacer algo ligero,

pensando en la comida de Larissa. comprar fruta

y algunos dulces.

El día está volando. Saliendo del mercado, entro

frente a una foristería.

Necesito fores... Hermosas fores como Larissa.

Entro a la forería y mis ojos ya encuentran un

arreglo perfecto.

Rosas rojas. mi madre siempre dice eso

los hombres que quieren conquistar a una mujer, deben

Siempre regala rosas rojas. Demuestra pasión en

conquista.

Tan pronto como llego a casa recibo un mensaje de

Deise, avisándoles de su partida.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

Llamo al conserje y les pido que me avisen

cuando el coche está en el garaje.

Ya son las 17:00, deberían llegar a las 19:00. organizar

cosas en la cocina para empezar la cena.

Dejo la ensalada lavada y montada en la nevera.

Sazone el salmón y déjelo marinar sobre el

encimera.

Acomodo la fruta en la mesa y me doy cuenta de que estoy

nervioso. Muy nervioso, por cierto.

¿Vendrá el novio a encontrarse con el

¿Departamento?

¡¡¡¡Mierda!!!! Sería difícil tragar esa mierda en

mi casa.

Respiro hondo para no asustarme. Tranquilo Enzo.

Lo conquistarás poco a poco y terminará

el compromiso.

Me repito dos veces para calmarme.

Miro el reloj y ya son las 6:15 pm. Necesito un

bañera.

Corro a mi habitación y escojo algo de ropa.

Me doy una ducha rápida, sintiendo mi corazón

acelerado.

Nunca me sentí así de esperar a una mujer

antes de.

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Incluso parezco virgen en su primera cita.

Me cambio y me pongo mi perfume. me miro en el espejo y

respiracion profunda.

- Todo estara bien. Larissa estará aquí con

Hasta pronto.

digo y empiezo a reír. me veo como un

acosador Terminaré asustándola así.

Necesito mantener la calma. Voy a la cocina y pongo el

pescado al horno.

Me siento en el banco de la cocina y miro las fores.

Mis ojos pasan de las fores al intercomunicador que

nunca jugar.

Entonces suena y mi corazón deja de latir por

segundos. Me levanto y corro hacia él.

- ¡Listo!

- Llegaron señor Aguiar.

- ¡Gracias!

Cuelgo y recojo las fores, saliendo del apartamento,

entrando al salón.

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Me detengo frente a su puerta y mis piernas no

deja de callar

Cierro los ojos y respiro hondo.

El ascensor hace ruido al moverse y abro mi

ojos.

Los números aparecen en el panel, mostrando el

pisos que pasan.

Cuando señala la mía, ya no estoy

respirando más.

Las puertas se abren y ella aparece. Suelto un largo

Suspiro cuando ella me mira.

-Enzo...

            
            

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