NARRA CIÓN DE LARISSA
Me duele el cuerpo. Estoy tan cansada, con náuseas y
doloroso
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Abro los ojos con calma y recuerdo
algunas cosas.
La quimioterapia, los vómitos y Enzo. Recuerdo
los dos en la ducha y cómo me cuidó.
Miro mi brazo y veo un pequeño vendaje. Enjugador de goma
en la cama y lo veo durmiendo en mi sillón.
Su cara cansada y su boca ligeramente abierta.
Reprimo un suspiro al recordar tu cuerpo
pegado al mío.
¿Cómo puedo resistirlo cuando es tan
¿Perfecto? Cuando estás tan dispuesto a estar conmigo
así mismo.
No sé si quiero huir más de ese sentimiento. Pero
Tampoco sé si quiero correr el riesgo de
Sufrimiento.
Me siento tranquilamente en la cama y observo su rostro.
Él es tan hermoso y tan apasionado.
Mi cuerpo automáticamente sigue su
como un iman
Tranquilamente me siento en su regazo y levanto mi mano.
tocar tu cabello con cuidado.
Analizo su boca perfecta y su nariz. Pero lo que
la mayoría del gusto está oculto en este momento.
Suavizo su rostro y él abre los ojos. el mas verde
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extraordinario que he visto. todavía me pregunto cómo
puede ser tan intenso. me mira y no
Sé lo que estás pensando.
- Ven acuestate conmigo.
Pregunto tocando tus labios.
- Creo que mejor no.
Apoyo mi frente contra la suya.
- ¡Por favor! ¡Te necesito!
En segundos soy levantado por él y llevado a
mi cama en tu regazo.
Solo respiro tu maravilloso olor,
mi nariz en tu cuello.
Me acuesta en la cama y me mira.
- ¿Está seguro?
- Sí...
Viene a la cama, pero quiero sentir el calor de su
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cuerpo en el mío.
- Quítate los pantalones.
- ¿Me quieres desnuda?
Pregunta riendo.
- ¡Solo los pantalones, doctor! Pero si quieres llevártelo todo.
Su sonrisa se ensancha. Comience por quitarse la camisa y
cuando se va a los pantalones me doy la vuelta.
No quiero que me vea deseándolo. Cerrar
mis ojos esperando que tu cuerpo se pegue al mio.
Mi corazón está acelerado y mis manos están frías.
Siento tu cuerpo a mi lado, pero no siento el tuyo
calor.
- Abrázame.
Pregunto y puedo sentirlo moverse en la cama.
Siento tu pecho tocar mi espalda y tu brazo en
mi cintura.
Levanto la cabeza y pasa tu otro brazo
hacia abajo, envolviéndome en sus brazos.
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Es tan extraño este sentimiento de paz en tu
armas, en un lugar seguro.
Deslizo mi mano en su enorme mano y suspiro
sintiéndolo oler mi cabello.
- ¿Estás mejor?
- Me quedaré.
- Las cosas empeorarán.
- Yo se.
- ¿Tienes miedo?
Pavor sería la palabra correcta en este momento. Tener
miedo de lo que está por delante y cómo mis días
sera.
Pero no puedo perder el control y dejar esto
el sentimiento me domina.
Recuerdo las palabras de Melissa y cómo
apretado
- Estoy usando la punta de Melissa.
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- ¿Cual?
Pregunta y me giro en sus brazos.
Nos miramos el uno al otro y tus manos todavía están en
mi cuerpo.
- Piensa en cosas felices.
Me acerco aún más a tu cuerpo y al nuestro.
los labios se acercan.
Recuerdo nuestro primer beso.
Levanto mi mano y ahueco su rostro.
- En los peores momentos.
Sella nuestros labios.
- Yo pensé en ti. estas siendo mia
momento feliz.
Su mano se acerca a mi cara.
Se mete en mi cabello y su respiración se acelera.
- Entonces déjame hacerte feliz. quiero darte muchos
momentos felices.
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Su nariz roza la mía.
- Déjame ser todos tus momentos felices.
Sus labios buscan los míos y me besa. No
con pasión, pero con cariño.
Con la sufciente delicadeza que puedo
probar tu boca.
Siente tu delicioso sabor a Enzo. tu mano tira
mi cabeza hacia él y su lengua sale en
mi boca. Nuestras lenguas se encuentran y todo
explota dentro de los dos.
Mi cuerpo se pega al suyo y mis manos bajan
para tu pecho defnido.
Puedo sentir tu corazón latir en mi palma
mano.
Mueve su boca hacia mi cuello y luego hacia arriba.
a mi oído
- Creo que es mejor que paremos. Tengo algo despertando y
cuando se despierta, nada lo detiene.
Reprimo una risa y me muerdo los labios.
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- ¿Tan potente, Dra. Aguiar?
Tus ojos se encuentran con los míos y son oscuros y
deseoso.
- Un día verás, pero hoy realmente solo quiero
mantenerte en mis brazos a salvo.
- Estás preocupado por mi salud.
- Estoy...
Tu respuesta me estruja el corazón.
Sé que tienes razón en preocuparte por mí, pero
No quiero eso para él, para nosotros.
Puedes tener a la mujer que quieras, sana y que no
todo con el.
Me alejo de su cuerpo y me doy la vuelta.
- ¿Qué pasa Larisa?
- Cualquier cosa.
digo aguantando las lagrimas que insisten en querer
caer.
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Su mano toca mi hombro.
- Estoy seguro de que algo pasó.
Cierro mis ojos.
- No es nada, Enzo.
Sus brazos me atraen hacia él otra vez y yo
estrujar.
- ¿Qué dije mal?
- Cualquier cosa.
- ¿Qué hice entonces?
Suspiro con la opresión en mi pecho.
- Nunca seré sufciente para ti. siempre el miedo
de lastimarme o lastimarme existirá. seré
siempre débil, siempre enfermo y tú no
merece esto
Toma una respiración profunda.
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- Larisa...
- No digas nada, Enzo. Tu sabes que es verdad. Y
eso es lo que quiero evitar.
- Me dijiste que soy tu momento feliz.
Su voz es ronca y baja en mi oído.
- Estás siendo mi momento feliz. Nunca
No sentí nada como eso Larissa. nunca ninguna mujer
se metió conmigo hasta el punto de dominar mi mente 24
horas al día.
Busca mi mano y agárrate fuerte.
- Cualquier momento a tu lado supera todo eso
Lo he tenido toda mi vida.
Siento besar mi cabeza.
- ¡Sé mi momento feliz, por favor!
no puedo responder solo dejo las lagrimas
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por fn baja de mis ojos.
****************
Abro los ojos con difcultad. la claridad para mi
me irrita un poco y recuerdo que no cerramos el
cortina.
Miro a mi alrededor y no veo a Enzo. debe haber ido
aunque.
Suspiro y me siento un poco mejor que ayer.
Me siento en la cama y apoyo la cabeza en el
cabecera.
Cierro los ojos y sale anoche.
Escucho la puerta del dormitorio abrirse, debe ser mía
madre.
Mantengo los ojos cerrados. siento la cama en
mi fregadero lateral.
Labios cálidos se unen a los míos en un beso
rápido.
- ¡¡¡Buen día!!!
Abro los ojos y veo a Enzo.
- ¿Dormiste bien?
ACHERON PELIGROSO
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Solo asentí con la cabeza.
- ¿Con hambre?
Miro hacia un lado y veo una bandeja llena
desayuno.
- No...
Susurro sintiendo que mi estómago se revuelve.
- Necesitas comer.
Toca mi cara.
- Al menos intenta algo.
Besa mi frente y se levanta.
- Ir a un lado.
Me arrastro hacia un lado y él se sienta a mi lado,
con la bandeja.
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- Realmente no tengo hambre.
Dame un poco de jugo.
- Aquí.
- ¿Me has oído?
- Sí, lo escuché, pero lo estoy ignorando.
Toma un orinal con fruta y toma una fresa.
- Abre la boca.
Lo miro con enojo y él sonríe.
- ¡¡¡¡¡Por favor!!!!!
Ella hace una cara linda y tiene una sonrisa.
- ¿Me darás de comer?
- Sí...
Abro la boca y me pasa la fresa. hazlo con
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pequeños trozos de panqueques y algo de fruta.
Mientras me alimentas come y habla con entusiasmo
sobre tu día libre. Bebo el resto de mi jugo.
- ¡El llega!
Le paso el vaso.
- ¿Qué vas a hacer en tu día libre?
Se levanta con la bandeja sonriendo. póntelo
mesa del dormitorio y se vuelve hacia mí.
- Que vamos a hacer.
- No voy a hacer nada.
- El va si...
Se acerca y se arrodilla a mi lado.
- Tengamos un momento más feliz de los nuestros.
Es difícil no sonreír al ver su cara iluminada.
como ahora.
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- Pero antes...
Se está arrastrando hacia mí.
- ¿Qué vas a hacer?
Pregunto inclinándome para evitarlo. Su cuerpo
Es casi todo el mío.
- Te voy a besar.
Susurro cerca de mi boca.
- Besarte lindo.
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NARRA CIÓN ENZO
T engo calor. Un calor insólito que me llega
sofocar.
Abro los ojos y me toma un tiempo entender que estoy en el
la habitación de larisa
Miro mi pecho y ella está durmiendo. Qué
calienteme da miedo muy calientees que tu Llevo cara enmi mimano pecho a tu esta cara
y lo siento arder de febre. Intento quitarte las piernas
sobre la mía, sin despertarla. giro tu cuerpo
con calma a un lado y salir de la cama.
Busco en mis cosas un remedio para dar
¿Está por ahí? Cojo un vaso de agua de la mesa de al lado.
Levanto a Larissa con calma y le susurro que abra la
boca. Me obedece pero no abre los ojos.
Llevo el vaso a su boca y bebe el agua hasta que
capaz de tragar la medicina.
La acuesto de nuevo y me alejo. te miro fjamente
pequeño cuerpo encogido.
Se ve aún más frágil. escucho un gruñido
de tus labios y mi nombre.
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
trato de no sonreir como un idiota por ella llamándome
dormido. Estás extrañando mi cuerpo a tu lado
su.
Vuelvo a la cama y me meto en ella. larisa
suspira cuando beso su cuello.
- Eres terco...
susurro oliendo su cabello.
- Pero yo soy más. Tu seras mia.
Cierro los ojos y vuelvo a dormir.
****************
La luz me despierta. De hecho, no es solo ella.
Cierta mano en mi miembro también es
culpable.
Larissa está sosteniendo mi miembro sin darse cuenta
y se está poniendo duro.
¡Mierda! Se está poniendo muy difícil. la erección matutina es
mierda.
Podría aprovechar eso. Podría despertarla y
hacerle ver lo que está sosteniendo con gusto.
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
Tal vez a ella le gusta. Cierro los ojos sabiendo
bueno, a ella no le gustará.
¿¡¿¡¿¡Será!?!?!? Es mejor dejar de pensar en eso. Estoy
aún más difícil.
A regañadientes, quito su mano de mi polla.
Necesito una ducha fría, pero si voy a
casa, Larissa podría pensar que la dejé sola. salir
Salgo de la cama y cierro los ojos, controlando al chico.
abajo.
Tan pronto como abro los ojos, veo a Larissa darse la vuelta.
culo para mi La camiseta no cubre nada y tu
las bragas están bien puestas. Ahora está jodido. O
Bug salta fuerte otra vez y me odio mentalmente
por no poder apartar la mirada. controlarte a ti mismo
Enzo... Ve a preparar el café.
Salgo corriendo de la habitación, antes de convertirme en un
Adolescente que se masturba en el baño.
Me pongo los pantalones y la camisa y me dirijo a la
cocina.
Tan pronto como entro en la cocina, veo a Deise. Ella sonríe
cuando me veas
- ¡Buenos días, doctor Aguiar!
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- ¡Llámame Enzo, por favor! ¡Buen día!
Miro la mesa puesta para el café.
- ¿Cómo está mi hija?
- Está bien ahora. Tenía febre por la mañana, pero
nada demasiado serio.
Miro una fruta.
- ¿Puedo hacer una bandeja y llevársela?
- ¡Por supuesto! Hice panqueques hace un momento. Ella ama
panqueques.
Monto la charola que me da Deise con un poco
de todo.
- ¿Puedo pedir un favor?
Deise dice mirándome.
- ¡Por supuesto!
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- Necesito ir a Campinas esta mañana. Parece
Mi inquilino tiene problemas.
- Puedes dejar que me quede con Larissa.
- Si tienes algo que hacer, puedo...
- Me llevaré a Larisa. Será un gusto.
Digo tomando tu mano.
- Fuiste un ángel en su vida.
- Tal vez ella es mía también.
Le guiño un ojo a Deise que sonríe y me voy con la bandeja en mi
las manos.
Abro la puerta del dormitorio y veo a Larissa sentada en la cama.
apoyado contra la cabeza.
Tiene los ojos cerrados y no los abre ni con la
ruido de puerta
Me acerco a la mesa junto a la cama y pongo el
bandeja sobre ella.
Me siento a su lado y lo miro a la cara. Acercarse
ella y sellar nuestros labios.
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- ¡¡¡Buen día!!!
Susurro y ella abre los ojos.
- ¿Dormiste bien?
Él simplemente asiente con la cabeza.
- ¿Con hambre?
- No.
Susurra al ver la bandeja.
- Necesitas comer.
Toco su rostro y ella suspira.
- Al menos intenta algo.
Beso su frente y me levanto para recoger la bandeja.
- Ir a un lado.
ACHERON PELIGROSO
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Se arrastra hacia un lado y me siento.
- Realmente no tengo hambre.
- ¡Aquí!
Le doy el jugo ignorándola.
y j g g
- ¿Me has oído?
- Sí, lo escuché, pero lo estoy ignorando. ¡Abre la boca!
Tomo la fruta y Larissa me mira con enojo.
- ¡¡¡¡¡Por favor!!!!!
Pregunto sonriendo y ella trata de no reírse.
- ¿Me darás de comer?
- Sí...
Incluso lentamente, se alimenta y el hecho de que
Escucharme hablar la distrae de las náuseas.
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- ¡El llega! ¿Qué vas a hacer en tu día libre?
Me levanto y pongo la bandeja sobre la mesa.
- Que vamos a hacer.
- No voy a hacer nada.
- El va si...
Me acerco y me arrodillo a su lado en la cama.
- Tengamos un momento más feliz de los nuestros.
Mi mente piensa en mil cosas que hacer con
¿Está por ahí?
- Pero antes...
Necesito saborearte ahora, desesperadamente.
- ¿Qué vas a hacer?
Pregunta huyendo de mí, pero tu sonrisa me dice
que está disfrutando de ser presionado contra la cama.
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- Te voy a besar.
susurro cerca de su boca.
- Besarte lindo.
Ataco sus labios y me instalo entre sus piernas.
Larissa no me aleja. Por lo contrario. Tus piernas
desnudos se envuelven alrededor de mi cintura tirando de mi
para ella.
Puedo sentir el calor entre tus piernas.
Siento sus manos en mi cabello y un leve tirón de
tus dedos se clavaron en los mechones de mi cabello.
Mi mano izquierda en su pierna sosteniéndola
frme y mi diestra entrando en tu
Camiseta de manga corta.
Cuando llego a tus senos y busco tu pezón, el
se abre la puerta del dormitorio.
- ¡Larisa!
Es la voz de Deise.
- ¡Ay Dios mío!
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Ella grita y escucho la puerta cerrarse.
Empujo mi cara en el cuello de Larissa y
Empiezo a reír.
- Me sentía como un adolescente ahora.
Ella dice riéndose también.
- Ha pasado un tiempo desde que me atraparon besándome.
Levanto la cabeza y lo miro a los ojos.
- Casi llego a tu pecho.
Deja escapar una risa deliciosa.
- Casi...
Me empuja fuera de su cuerpo, me doy la vuelta en la cama y ella
levantarse.
- ¿Qué piensas hacer hoy?
Pregunta ir al baño.
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- Todavía no me siento muy preparado.
- Podemos quedarnos aquí y puedo tocar tus pechos.
toda la tarde.
Ella me mira con una ceja levantada.
- No vas a sacar mis pechos de tu cabeza, ¿verdad?
- Me los puedo sacar de la cabeza si es para ponérmelos.
en mis manos o boca.
- Eres bastante pervertido.
- No fui yo quien se pasó toda la noche aferrada a
mi juguete.
me mira asustado.
- ¿Sostuve tu juguete por la noche?
- Toda la noche.
Me estoy controlando para no reírme.
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- Yo no hice esto.
- Ella lo hizo e incluso susurró que estaba loca por
jugar con él.
Se vuelve morado, completamente opaco y empiezo a
reír
- Mentiroso.
Tírame una toalla.
- ¡Derecha! No dijiste nada, pero lo abrazaste.
Lo sostuvo de buena gana.
- Dr. Aguiar, usted debe saber que la gente
durmiendo no tienen idea de las cosas que
hacer.
Me levanto y camino hacia ella. Me detengo frente a ti y
Dejé sueltos algunos mechones de su cabello detrás de la
oreja.
- Así que si toco tus pechos mientras duermo, no estaré
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culpable de abuso?
Ella se muerde el labio.
- ¿De verdad estarás durmiendo?
- Soy un sonámbulo
Pon tu mano en mi pecho y empújame
a la puerta.
- Te ataré toda la noche para que no corras
ese riesgo
Mi espalda golpea la puerta.
- ¿Atarme? Creo que me gusta. estaría bien
vulnerable a esa traviesa mano tuya que busca mi
juguete por la noche.
Llevo tu mano a mi boca y muerdo tu
dedos. Sus ojos se oscurecen.
- Ve a cambiarte. Te espero en quince minutos.
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Dice sin aliento, apartando la mano. besar tus labios y
Yo abro la puerta.
- Te espero en la sala.
Salgo de la habitación y cierro la puerta, corriendo a mi habitación.
Departamento.
En el camino me encuentro con Deise. Ella me mira y se queda
rojo.
- Sobre lo que viste...
Digo y ella empieza a reír.
- No hablemos de eso. solo bloquea el
puerta por favor!
- Puede dejar.
Antes de irse me llama. Tus ojos brillan.
- ¡Gracias! Por todo.
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Capítulo 18 - Día soleado
NARRA CIÓN DE LARISSA
T ermino de arreglarme y me siento en el sofá de la sala.
- ¡Hija!
Mi madre aparece vestida y con su bolso.
- ¿Usted está bien?
- Sí...
- Necesito ir a Campinas.
Viene caminando hacia mí y se sienta a mi lado.
lado.
- ¿Vas a estar bien aquí con el Dr. Aguiar?
- Mamá, él no necesita vigilarme. Estoy
¡bien!
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Toma mi mano y suspira.
- Sé que está bien, pero siempre es bueno tener a alguien.
al lado.
Él se echa a reír y yo la miro sin entender.
- O encima como vi en el dormitorio.
Siento que me arde la cara.
- Mamá... mira...
- No hace falta que me expliques nada, hija. Usted ya es
adulto y sabe cuidarse a sí mismo.
Acaricia cuidadosamente mi rostro.
- Solo cierra la puerta cuando salgas.
Imagínate si fuera tu padre.
- Le daría un infarto.
Los dos nos reímos mucho cuando aparece Enzo.
en la sala.
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- ¿Cuál es el motivo de la risa?
Mi madre besa mi cabeza y se pone de pie.
- Cosas de mujer. Necesito ir.
Se acerca a Enzo y le susurra algo al oído que
te hace reír.
- Cuídate y sé sabio.
Sal de la casa y da un portazo. Miro a Enzo y lo veo
con una manta y dos almohadas.
- ¡¡¡¡Ah no!!!!
Me pongo de pie y cruzo los brazos.
- ¿Quieres quedarte en casa acostado? eso fue tuyo
¿plan?
Viene caminando hacia mí y pone las cosas en el
sofá.
Me toma por sorpresa en un abrazo que me levanta
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desde el suelo.
- Por muy tentador que sea quedarse aquí en el sofá con
tu mano traviesa.
Besa mis labios sonriendo.
- Sigo pensando que irme será mejor.
Me baja y besa mi cuello.
- ¡Ya vuelvo!
Corre a mi habitación y en segundos vuelve con
mi bolsa de trabajo.
Lo miro sin entender y lo veo poner mi
mochila en la espalda.
- ¡Lo haremos!
Coge las fundas y las almohadas y mételas debajo
un brazo.
- Extrañar...
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Muéstrame tu brazo libre y lo atrapo riendo.
- ¿A donde vamos?
- No muy lejos. ¿Puedes caminar un poco?
- Creo que si.
Salimos del apartamento y bajamos por el ascensor.
Él está sonriendo y me hace sonreír a mí también.
- ¿Puedo saber el motivo de la sonrisa?
Sus ojos se encuentran con los míos.
- Tú...
Apoyé la cabeza en su hombro.
Besa mi cabeza y la puerta del ascensor se abre.
abierto.
- Vamos a nuestro momento feliz.
Salimos por la puerta y cruzamos la calle.
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- ¡Estaban aquí!
me echo a reir viendo el parque que se ve desde mi
balcón.
- ¿El parque?
- Sí. Quiero mostrarte algo.
Tírame y estamos dentro. Él me lleva por un sendero
corto y pronto aparece un pequeño lago.
Suelta mi brazo y se dirige hacia un árbol.
Extiende las sábanas y tira las almohadas.
Se quita la mochila y me llama con el dedo.
- ¡Llega!
Siéntate y yo me siento a tu lado. pásame el
mochila y mira a tu alrededor.
- No sé qué mueve tu amor por la fotografía.
Abro mi mochila mientras habla.
- Pero por lo poco que sé de ti, creo que eso es
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buena razón para querer fotografar.
Miro en la dirección que está señalando. dos ancianos
sentados dan de comer a los pájaros que les rodean.
Pero lo más hermoso es su sonrisa para él.
- Tiene cáncer.
Miro a Enzo que no quita los ojos de la pareja. Es decir
mi cámara y empezar a disparar ambos.
- Ella no sabe eso.
Me bajo de la máquina y lo miro.
- ¿Como sabes eso?
me mira con cariño.
- Soy su médico.
Dice encogiéndose de hombros.
- ¿Por qué no se lo dijo?
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- Hace el tratamiento una vez por semana. Di la
la que va a pescar y se ausenta tres días. El tiempo
necesarios para recuperarse de la quimioterapia.
- ¿Por qué no se lo dijo?
Insisto y Enzo me mira.
- Porque tiene Alzheimer. está perdiendo el
mejores recuerdos de ellos juntos.
Siento mis ojos arder por las lágrimas que
a salvo.
- No quiere que cada vez que ella vuelva de un
crisis, sufre por recordar que tiene cáncer.
La mano de Enzo toca mi cara, limpiando el
lágrimas que fuyen.
- Vive sus momentos lúcidos reviviéndola.
sus días más importantes.
Mira a la pareja y suspira.
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- Se conocieron en este lago, haciendo exactamente lo mismo.
lo hacen ahora.
- ¿Puede morir?
Pregunto mirando a la pareja.
- No lo sé Larisa. Nunca sabemos cuando es
nuestro fnal.
Enzo gira mi rostro para mirarlo.
- Por eso tenemos que vivir todos nuestros
momentos Sobre todo los felices.
Pega sus labios a los míos y me besa. Un beso
cariñosa y llena de sentimiento.
Suelta mi boca y susurra.
- Ahora encuentra otras cosas para fotografar.
Levanto mi máquina y miro alrededor. Reloj
algunos niños corriendo, parejas caminando
tomados de la mano y un carrito de helados. Alrededor
en este carro hay un niño pequeño todo manchado de
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helado y papá tratando de controlar la suciedad. Disparo
unas fotos riéndose de la felicidad del pequeño.
- ¿Qué fotografías?
- En el Estudio estaba dividido.
Bajo la máquina y lo miro.
- Los matrimonios y los adultos eran asunto de José.
sector era infantil, pero precisamente bebés.
Él sonrió. Una hermosa sonrisa llena de emoción.
- Amo a los niños.
- ¿Por qué no estás en el ala de pediatría?
Respira hondo y mira el lago.
- No creo que pueda ver a un niño.
morir. Ya es bastante difícil para un adulto, imagínate un niño.
Tomo su mano y Enzo me mira.
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- Yo también me sentiría así. un niño que
aún no has vivido nada, dejar este mundo es triste.
- Sí...
Entonces recuerdo a Melissa y mis planes con
¿Está por ahí?
- Necesito tu ayuda para algo.
Me mira levantando una ceja.
- Tengo miedo de tu cara de traviesa.
Le doy un golpecito en el hombro.
- Se trata de Melissa.
- Decir.
Doy la vuelta a la toalla, de cara a él.
- Quiero permiso de sus padres para hacer una
tarde de fotos con ella. Aprovecha el día para mimarla.
Podría estar en el hospital.
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- Larisa...
- ¡Por favor!
Sus ojos están tristes mirándome.
- Melissa es huérfana.
Mi corazón se aprieta.
- ¿Qué?
- El hospital tiene un proyecto con una casa de acogida
y Melissa es una de las huérfanas a las que servimos.
¡¡¡Oh Dios!!! Ese ángel pasando por todo
solo.
- ¿No tiene a nadie?
Él niega con la cabeza.
- La dejaron en el hogar de crianza cuando era un bebé.
ACHERON PELIGROSO
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- ¿Cómo puede alguien hacerle eso a un bebé?
No puedo dejar de llorar.
- Ella pasando por todo esto, sin nadie a quien
Abrázala y dile que la amas.
Enzo me toma en sus brazos y me aprieta. No
Puedo dejar de llorar.
- ¿Cuánto tiempo ha estado en el hospital?
- Dos meses.
Entierro mi cara en su pecho.
- ¿Es grave su estado?
- Un poco. La quimioterapia no está funcionando.
afectar el tumor en su cabeza.
Me alejo de él y miro su rostro triste.
- ¿Tendrá que operar?
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- Probablemente.
- ¡Dios mio!
Miro a los niños corriendo y me duele saber
mi pequeño no puede hacer eso.
- Ella te tiene ahora, Larissa.
Enzo me acerca a su cara y besa mis labios.
- Estoy yo...
Así que tomo una decisión. Decisión loca, pero muy
importante.
- Quiero adoptar a Melissa.
Me mira asustado.
- Larisa...
- Sé que en mi estado el juez tendría reservas, pero
Quiero intentarlo. Quiero a Melissa para mí.
ACHERON PELIGROSO
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- Ella ya está en proceso de adopción.
Lo miro sosteniendo mi cara entre sus manos.
- Melissa será adoptada pronto. ya ingresado
con una solicitud de adopción. Han pasado dos meses.
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- ¿Sabes quién está tratando de adoptarla?
Suelta mi cara y mira hacia otro lado.
- ¡Por favor, Enzo! Si sabes dime. Necesito saber
si se lo merecen Melissa.
- Yo no sé.
Enzo no puede mirarme y me molesta.
Te estás saliendo del tema.
- Entonces, ¿cómo sabes sobre el proceso? corren en
secreto.
- Conozco a las hermanas del hogar donde vive Melissa. Ellos
ellos me dijeron.
- Enzo, mírame.
Con cierta desgana, me mira.
- ¿Qué estás escondiendo?
- Cualquier cosa.
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- ¿Y por qué tengo la sensación de que hay algo más?
Él suspira y se vuelve hacia el suelo.
- No debí haberte dicho eso. como usted
dicho, es un secreto de justicia.
Tiro de su cara para que me mire.
- ¿Melissa sabe sobre este proceso de adopción?
- No...
- Ella está demasiado debilitada y cualquier emoción
fuerte para ella, puede causar algún cambio en ella
cuadro.
Lleva mi mano a tu pecho.
- Prométeme que no le dirás.
- Yo prometo.
Enzo lleva mi mano a sus labios.
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Deja un ligero beso en la palma de mi mano.
- Es posible que el proceso no funcione y Melissa se sacudirá.
con eso. Tienes que esperar y ver si las cosas funcionan.
Correcto.
- No sé si quiero que funcione. Es egoísmo de
mi parte, pero me gustaría adoptarla.
- Larissa a veces la persona que entró con el
El proceso también me encanta.
Cierro los ojos y siento tus dedos deslizarse
por mi cara
- ¿¡Y si no!? Me temo que Melissa sufrirá con
esa persona.
- Ella no lo hará. Algo me dice que será muy feliz.
Abro los ojos y veo tu hermosa sonrisa.
- ¿Como puede?
- ¿Qué?
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
- Eres tan...
Me acerco a su boca y lo beso. busco tus labios
con deseo y pasión.
Su cuerpo cae al suelo y me levanta
de él.
Nuestras piernas entrelazadas y tus manos en las mías
cara acercándome aún más a sus labios.
Tengo mis manos en tu pecho, pero precisamente
en su camisa abrazándola fuerte.
Controlando mi deseo en la tirantez de la tela.
Lo quiero...
Lo deseo tanto y me asusta.
Tira de mi cabello, separando nuestros labios.
- Por mucho que la desee desesperadamente.
Susurra sin aliento.
- No creo que entre toda esta gente,
genial una escena de amor caliente.
Muerdo su labio y tiro de él con mis dientes, haciéndolo
quejarse.
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
Puedo sentir su volumen entre mis piernas.
- Me alegro de que uno de nosotros sea sensato.
- No siempre soy sensato. en este momento estoy
queriendo convertirte en esa manta y acurrucarnos.
Levanta la cabeza y besa mi cuello.
- Y hacer estupideces.
- Estás loco por sentir mi mano traviesa, ¿eh?
Tu lengua se desliza por mi cuello, deteniéndose en
mi oído.
- Quiero sentirlos a todos.
Mi cuerpo arde de deseo.
- No sé si es una buena idea.
Susurro con los ojos cerrados.
- ¿Por qué?
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
Suspiro y presiono mi frente contra la suya.
- Todavía tengo mis miedos.
- ¿Cual?
- El peor de ellos es enamorarse de ti.
Abro los ojos y lo veo mirándome perdido.
- ¿Sería tan malo?
Siento que mis ojos pican por las lágrimas.
- No la parte de enamorarse.
Una lágrima fuye.
- Pero tener que dejarte. no quiero verte llorar
a mi lado al fnal. No quiero tener sueños que
nunca se hará realidad contigo.
Intento tragarme el llanto.
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
- No quiero dejarte sufriendo por mi muerte.
No lo mereces.
Tus labios buscan los míos y como si fuera
Magia, quítame los miedos, así solo...
f
Besándome y codiciándome. como si fuera
capaz de hacerme olvidar todo.
- No vas a morir.
Dice y me besa de nuevo. Tu lenguaje exigente
mi boca.
Se aleja, jadeando.
- ¿Me escucha?
Me mira intensamente.
- No vas a morir.
Tirame a tu pecho y escucho tu corazon
acelerado.
- No... estaremos bien.
ACHERON PELIGROSO
PELIGROSOS NACIONALES
Descansando en tu pecho, cierro los ojos y
sentirse a salvo.
****************
No sé cuánto tiempo ha pasado, solo sé que mi
el vientre gruñe de hambre.
- ¿Qué quieres comer?
Enzo pregunta sacándome de su pecho y
sentado
- No sé.
Recojo mi cámara y la guardo en mi mochila.
- ¿Comida normal o mierda?
- Mierda...
Respondo y él sonríe.
- Vamos a mi apartamento. te dejo mintiendo
y buscaré algo.
ACHERON PELIGROSO
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- Puedo ir contigo.
- De ninguna manera. ¿Te quedarás en mi cama hasta que yo
para volver
- Puedo quedarme en mi casa.
Me levanta y me tira a sus brazos.
- Mejor en mi cama. así que por la noche cuando
Me voy a dormir, puedo olerte.
Me abraza y nos dirigimos a nuestro edifcio.
Tan pronto como entramos en su apartamento, él
llévatelo a la cama.
Acuéstame y rodéame con un montón de cosas que
tal vez necesito
Besa mi cabeza.
- ¡Ya vuelvo!
Sale de la habitación y se da la vuelta agarrando su almohada.
Entierro mi cara en él y puedo olerlo.
Cierro los ojos y me relajo.
ACHERON PELIGROSO
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- ¡Enzo!
f
cuandoEscucho pienso una voz en femenina. levantar la me puerta siento del en dormitorio la cama y si
abierto.