El Hermano del REY
img img El Hermano del REY img Capítulo 5 Los Jefes de la Mafia
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Capítulo 8 Dos Caras de una Moneda img
Capítulo 9 El Gen Collins. img
Capítulo 10 Perro que no Ladra, Muerde. img
Capítulo 11 Ojo por Ojo img
Capítulo 12 El Hijo de un Padrastro. img
Capítulo 13 Herencia Sanguínea img
Capítulo 14 Cerrar un Pacto img
Capítulo 15 Llamadas de Emergencia img
Capítulo 16 Tristeza de Verano img
Capítulo 17 Verdaderos y Falsos img
Capítulo 18 La Gran Cena img
Capítulo 19 Esperanza Rota img
Capítulo 20 El Diablo Entre Nosotros img
Capítulo 21 Los 3 Secretos img
Capítulo 22 La caballería img
Capítulo 23 Secretos al Aire img
Capítulo 24 Favor con Favor se Paga img
Capítulo 25 Año Nuevo, Vida Nueva img
Capítulo 26 Síndrome de Lima img
Capítulo 27 La Jaula de Oro y un Viaje de Negocios img
Capítulo 28 Fin de semana con el tío Jerry Prt. 1 img
Capítulo 29 Fin de semana con el tío Jerry Prt. 2 img
Capítulo 30 Planes y Secretos img
Capítulo 31 De padres a hijos img
Capítulo 32 Enfrentando al enemigo. img
Capítulo 33 Nuevas Alianzas. img
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Capítulo 5 Los Jefes de la Mafia

La contraparte de Troy, su queridísimo hermano Thomas, hoy en día está cursando su último año de literatura en la Universidad Charleston en Reno. Sabe hablar fluidamente el español y a estas alturas ya ha empezado a escribir su primer manuscrito. No está solo, pues tiene a su hermano adoptivo, sus padres, su mejor amigo y su novia, pero siempre ha sentido que algo más le falta.

– No recuerdo cuando tuve mi primera pesadilla, son horribles... –dijo Thomas mientras ambos iban en la camioneta de Clay rumbo a la universidad– por eso prefiero decirles así que "recuerdos" o "memorias". Nunca hablo de ellas con nadie, Carmen era la única que sabía de ellas. No tienen sentido para mí, y sólo llegan para recordarme lo miserable que era. Entonces Carmen me mostró una técnica para... disminuirlas, reducir el horror que causaban en mí. Ella lo llamó: "Encontrar el camino". Hablar y hablar de ellas hasta convencerme a mí mismo de que son parte de mi pasado, más no de mí. Hablar del recuerdo y descartarlo, enfocarme en lo bueno, ver el presente. Siempre estarán ahí, pero solo serán feas pesadillas; algo que ya jamás volverá a ser real.

–Clay miró a su hermano (mayor por un año) de soslayo antes de regresar su vista al frente y decirle– eso se escucha serio.

– No lo es –le dijo Thomas– ya no.

Llegaron al campus de Charleston y un grupo de cinco jóvenes recibió a Clay con ánimo, eran sus amigos de hace años, por lo que el castaño se acercó rápidamente a saludarlos, mientras que Thomas siguió de largo a la entrada. En defensa de Clay, él intentó integrar a Thomas en su pequeño grupo de amigos más de una vez, pero Tom con la gente nueva es más cerrado que un cangrejo dentro de su caparazón. Y claro, también estuvo el "incidente" de Hanna Milligan queriendo aprovecharse de la "inocencia" de Thomas, por lo que éste acabó por cortar lazos con los amigos de Clay, definitivamente.

Antes de que Thomas cruzara las puertas al interior, escuchó un "¡oye!" gritado en su dirección. Giró la cabeza hacia atrás y allí estaba Nelson, su mejor amigo, alzando el cigarrillo que tenía entre los dedos.

– Desayuno de campeones –dijo jocoso, pero en cuanto se acercó, Thomas pudo notar las bolsas púrpura bajo sus ojos miel.

– ¿Cuando dormiste por última vez? –preguntó el chico Colt subiendo la mirada de Nelson para ver bien sus ojeras.

– ¿Quién eres? ¿mi madre? –preguntó Nelson apartando su cara de la mano de Thomas, pero éste último no relajó su semblante, por lo que Nelson le dijo– oye, agradece que estoy de pie. Llevo tres días de fiesta.

– Eso no es sano.

– Con todo respeto Tom, pero tú eres el menos apto para opinar de salud mental.

– Al menos yo duermo –contestó el más alto– y sabes que tu padre te pateara si se entera.

– Se entere o no lo hará de todas maneras –dijo el chico pelirrojo casi riendo. A Thomas no le causaba ninguna gracia, más bien le preocupaba que Nelson se tomara ese tema tan a la ligera.

– También podría echarte de la casa –insistió Thomas.

– ¿Y para qué más tengo un mejor amigo si no puedo quedarme en su casa un tiempo? –preguntó bromeando.

– Si tu padre te echa de tu casa no te quedarás en la mía.

– ¿Por qué no? –preguntó Nelson siguiendo la broma– ¿temes que encuentre tu colección "privada" de peliculas?

Mientras ambos hablaban un auto pasó por la carretera del campus y se detuvo a un lado de la entrada, el conductor asomó la cabeza por la ventana y saludó casualmente a Thomas.

– ¿Qué tal, Tommy boy?

–El mencionado volteó hacia el individuo y vio que era Clint, capitán del equipo de fútbol de la universidad– Hola, Clint.

– ¿Y? ¿te unirás al equipo este año? –preguntó. Clint de vez en cuando se acercaba a Thomas para preguntarle eso, ya que en el tercer año de universidad él hizo audición para unirse al equipo, pero el entrenador y su asistente lo rechazaron, sin embargo su técnica y movimientos lograron convencer al capitán, Clint.

– Ya te dije que no estoy seguro –respondió Thomas.

– Sí, siempre dices eso, –dijo Clint– pero yo te digo a ti que no deberías rendirte a la primera. Tenemos a un nuevo entrenador, quizás éste te acepte si presentas la prueba éste año.

– Tal vez –dijo Thomas.

– Piénsalo al menos –a todo esto Nelson no dejaba de mirar a la novia de Clint, quién iba en el asiento del pasajero, hasta que ella habló.

– ¿Qué tanto me miras? –a lo que su novio y Thomas la miraron a ella y luego al individuo que ella miraba: Nelson.

– ¿Algún problema? –preguntó Clint a Nelson con un asentimiento de cabeza a modo de reto. Thomas, inconscientemente, volteó la cabeza hacia atrás buscando a Clay, al cual no vió por ningún lado. "Clay es bueno resolviendo pleitos" pensó.

– No es tu asunto, amigo –le respondió Nelson a Clint y Thomas gritó internamente por esa respuesta suicida. En el campus se decían muchas cosas de Clint: "que se metía cosas", "que tenía problemas con la autoridad", incluso que engañaba a su novia, pero algo en lo que siempre coincidían es que "él nunca perdía una pelea a puño limpio"

Clint se enfadó por la respuesta y tuvo la intención de bajar del auto, pero esa era justamente la intención de Nelson, ya que tenía guardada un arma detrás de su pantalón. Thomas, quién es más ágil de lo que parece, notó lo que su mejor amigo tenía en la mano y al verlo, su primera reacción fue tomar la mano que sostenía el arma, con la otra sostener a Nelson y con su rodilla cerrar la puerta del auto antes de que Clint bajara de éste.

– Tranquilo –le susurró a Nelson al oído.

– ¿Qué demonios es eso? –preguntó Clint enojado.

– No es nada –le respondió Thomas.

– ¡Mientes! –gritó Clint.

– ¡Vete! –gritó Thomas de vuelta– llegarás tarde a práctica.

– Ponle a tu perro una correa –dijo Clint como advertencia y arrancando su auto se fue a práctica de fútbol.

Thomas forcejeo un poco con Nelson para quitarle el arma de la mano, pero al final éste último la cedió y Tom rápidamente la escondió en su chaqueta.

– ¿Qué rayos ibas a hacer? ¿disparar? –preguntó Thomas con enojo también.

– Relájate, sé que eres un manojo de nervios andante, pero no iba a dispararla –respondió Nelson– ni está cargada.

– ¿A quién le importa si está cargada o no? Trajiste un arma aquí, ¿por qué rayos?

– Ya, no te pongas delicado, dame el arma –dijo Nelson extendiendo la mano.

– No, demonios, ¿crees que quiero ir a la cárcel por encubrir tu trasero? –preguntó Tom– ¿y de dónde la sacaste? Tu padre no te deja entrar a su cuarto mucho menos a su armería.

– Pero no es la única que existe, ¿oh sí? –dijo su pelirrojo amigo para después rodearlo e ir por su mochila en la banca donde la dejó.

– Empiezas a asustarme, Nel –le dijo Thomas antes de que éste se fuera.

– Mi hermana pregunta cuándo volverás a visitarnos –le dijo Nelson con una sonrisa ladina mientras se alejaba. Su hermana menor, la dulce y atractiva Hanna Milligan. A Thomas se le erizaban los vellos de la nuca al escuchar ese nombre, pues solo le recordaba al "incidente".

Para muchos chicos de su edad, el que una hermosa y atractiva joven como Hanna Milligan quisiera "aprovecharse" de ellos era como un pecaminoso sueño hecho realidad. Para Thomas Colt era más bien como una película de terror que se transmitía en su cabeza cada vez que escuchaba el nombre de la chica, pues ese momento para él fue más incomodo que "placentero".

.

Thomas desde hacía años decidió abrirse un poco más y acercarse lentamente a las personas, pues, a parte de su familia, amigos y novias, no conocía a nadie más, al menos no de una forma «cercana» a él. Algunos chicos lo creían medio estúpido o incluso con algún retraso, mientras que a algunas chicas les parecía tierna su personalidad dulce y a veces tímida.

Años después conoció a Megan Sangster, su actual pareja, una joven hermosa de cabello rubio, extrovertida, bromista, y adicta a las fiestas y a salir. Síp, todo lo contrario a Thomas, y sin embargo parecían funcionar. De hecho, la conoció el año pasado en una fiesta de fraternidad, a la cuál Thomas fue "obligado" a asistir por su hermano. Clayton empezó a presionar a Thomas para que lo acompañara, y éste no puso mucha resistencia ya que, aunque odiaba salir, ya le urgía escapar de la "prisión" que representaba su cuarto.

Esa fue la segunda o tercera vez que Clay intentó añadir a Thomas a su grupo de amigos, pero "ese introvertido apenas si habló" fue lo que les dijo Clay a sus padres un día después. Así que, como siempre, Tom acabó alejándose del grupo y yendo por una bebida que él pensó era jugo. No, esa cosa maligna que quemó su garganta no era jugo. Ya era mayor de edad en ese entonces, pero esa había sido la primera vez que probó el licor.

En ese momento escuchó una risa a su espalda que se burlaba de él y la cara que puso al sentir el licor bajar por su garganta, volteó y se encontró con Megan, la cuál solo le preguntó: "¿primera vez?". Se quedaron charlando un buen rato; él le contó algunos chistes malos y ella le enseñó a beber. "Okey traumado y todo, pero tampoco debo ser un santo" fue lo que el muchacho se dijo, y luego de tres shots de tequila no podía mantenerse en pie solo.

En un momento de la fiesta, Clay vio que su hermano subía a las habitaciones tomado de la mano con una chica, y quedó completamente impresionado del "gran avance" que tuvo en una sola noche, hasta que al día siguiente Thomas refirió que se sintió "mareado por los shots de tequila" es decir: estaba ebrio, por lo que Megan bien pudo haberse aprovechado de él. Sin embargo, Tom le dijo a su hermano que él estuvo de acuerdo todo el tiempo, por lo que no había problema. Esto no le gustó a Clay y a sus padres mucho menos, pero Megan parece ser buena con él, por lo que dejaron pasar el asunto, sin embargo siempre mantienen un ojo en ambos cuando éstos están juntos.

Igual que ahora:

Estaban en un salón vacío haciendo sus investigaciones, mientras que Megan no dejaba de besuquear a Thomas y susurrarle cosas al oído cuando éste giraba la mirada de vuelta a su laptop, inmediatamente después los dos empezaban a soltar risitas y el patrón volvía a reiniciarse. A estás alturas, Clay no se decidía entre devolver la comida o morir de vergüenza.

Para su buena fortuna Charlie, uno de sus amigos, llegó de imprevisto al salón buscándolo justamente e interrumpiendo la "romántica" escena.

"Agradecido con el de arriba" se dijo Clay.

– No interrumpí nada, ¿cierto? –preguntó el chico mirando a la pareja una vez que ya había pasado al salón.

– ¡Claro que no, Charlie! –contestó Clay antes que nadie– ¿Qué sucede?

– Vine a hablarte de la fiesta de Annette Robinson –dijo el chico moreno mientras tomaba asiento junto a Clay– dicen que será magnífica este año.

– ¡¿Robinson?! –preguntó Megan con cierta emoción– ¡¿los Robinson del estado de Washington?! ¡¿vendrán aquí?! ¡¿harán una fiesta?!

– Eso fue lo que dije –dijo el chico abriendo un poco los ojos por la emoción de la chica.

– ¡Hay que ir! –exclamó Megan con una enorme sonrisa en el rostro.

– ¿Por qué? –preguntó Thomas sin entusiasmo.

– Porqué los Robinson son una de las familias más importantes de Washington –respondió con emoción– son gente importante Tommy. Hay que ir.

– Dicen que también estará su padre ahí –dijo Charlie– "Don" Mikey.

–Megan dio un respingo– Oh por Dios, oh por Dios, oh por Dios –dijo llevándose ambas manos al pecho– ¿tienen idea de quién es Mikey Robinson?

– ¡El hermano de CJ Collins! –exclamó Charlie.

– ¡Eso no es cierto! –dijo Clay.

– ¡Claro que sí! ¡aparece en Wikipedia y Wikipedia no miente! –le dijo Charlie.

– ¿Quién es CJ Collins? –preguntó Thomas con curiosidad, pues no entendía nada de lo que estaban hablando.

De un momento a otro los tres se lo quedaron viendo, y cuando menos se lo esperó, los tenía encima para utilizar su laptop y así buscarlo por internet.

– Era un mafioso, amigo –dijo Charlie– uno de los Siete.

– ¿Los Siete? –preguntó Thomas.

– ¿No sabes nada de cultura popular? –le preguntó Charlie.

– Déjalo en paz –le dijo Clay.

– En el mundo existen distintas mafias, pero siete de ellas son consideradas hoy en día las más ricas y poderosas –explicó Megan– la 'Ndrangheta, la Yakuza, Las Triadas Chinas, La Mafia Rusa, Los Carteles de Droga, el "ERI real", y el último de todos es: la familia Robinson, quienes representan a Estados Unidos en el "bajo mundo"

– ¿Y ese tal Mikey es parte de esa mafia? –preguntó Thomas.

– Sí –respondió Megan– es uno de los líderes.

– Pero si ese... Collins y éste tipo son hermanos, ¿por qué tienen distintos apellidos?

– Porqué los Robinson son tan poderosos, que cuando un hombre se casa con la hija de uno de sus jefes, es él quién toma el apellido de su esposa –dijo Charlie.

– Eso es solo un mito Tom, no creas en nada de lo que éstos dos te digan –le dijo Clay.

– Creo que una muy importante pregunta sería: ¿cómo es que ustedes tres saben tanto de mafias? –preguntó Thomas extrañado y ciertamente preocupado por ese hecho.

– Internet –respondieron los tres al unísono.

–Thomas alzó las cejas– ¿y en serio quieren ir a una fiesta en la cuál estará un mafioso real presente? Sin mencionar que los anfitriones podrían estar ligados a él de alguna manera.

– Sí –respondieron Charlie y Megan al mismo tiempo mientras que Clay se encogía de hombros con una mueca.

– Qué se diviertan –dijo Thomas y se levantó para empezar a recoger sus cosas.

– ¿Qué? no, Tommy –dijo Megan haciendo pucheros y levantándose de su silla también– quiero que vallamos juntos.

– Odio las fiestas y odio salir –dijo el chico colocando su bolso al hombro.

– Ya lo sé, pero... solo por esta vez, ¿sí?, ¿por mí?

– No entiendo porqué te importa tanto –dijo Thomas sin poder explicarse el por qué de tanto entusiasmo– es solo una fiesta organizada por una familia rica y poderosa de Washington, no es una novedad, y además... –decía cuando su novia lo calló con un beso en los labios y mordisqueando un poco el inferior se separó y le dijo:

– Habrá una recompensa al final de la noche si me acompañas –dijo en tono meloso y luego subió y bajó las cejas.

Thomas aceptó ir.

            
            

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