El Hermano del REY
img img El Hermano del REY img Capítulo 6 La Lección de Goldman
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Capítulo 8 Dos Caras de una Moneda img
Capítulo 9 El Gen Collins. img
Capítulo 10 Perro que no Ladra, Muerde. img
Capítulo 11 Ojo por Ojo img
Capítulo 12 El Hijo de un Padrastro. img
Capítulo 13 Herencia Sanguínea img
Capítulo 14 Cerrar un Pacto img
Capítulo 15 Llamadas de Emergencia img
Capítulo 16 Tristeza de Verano img
Capítulo 17 Verdaderos y Falsos img
Capítulo 18 La Gran Cena img
Capítulo 19 Esperanza Rota img
Capítulo 20 El Diablo Entre Nosotros img
Capítulo 21 Los 3 Secretos img
Capítulo 22 La caballería img
Capítulo 23 Secretos al Aire img
Capítulo 24 Favor con Favor se Paga img
Capítulo 25 Año Nuevo, Vida Nueva img
Capítulo 26 Síndrome de Lima img
Capítulo 27 La Jaula de Oro y un Viaje de Negocios img
Capítulo 28 Fin de semana con el tío Jerry Prt. 1 img
Capítulo 29 Fin de semana con el tío Jerry Prt. 2 img
Capítulo 30 Planes y Secretos img
Capítulo 31 De padres a hijos img
Capítulo 32 Enfrentando al enemigo. img
Capítulo 33 Nuevas Alianzas. img
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Capítulo 6 La Lección de Goldman

Más tarde luego de la llamada con su madre, Troy arrancó en su motocicleta rumbo a la casa de ésta. Siempre lleva una copia de las llaves para él, por lo que no necesita que ella éste allí para poder entrar a la casa. Una vez adentro se dirigió a la cochera, donde su madre guardaba todo lo viejo o lo que ya no usaba. Vio varias cosas de él de cuando era bebé y juguetes que no había visto desde niño, incluso habían algunos dentro de su empaque original, los cuales eran... de Dean. Pero de entre todas esas viejas cosas, una caja igual de vieja que rezaba "CJ Collins" llamó su atención.

La tomó del suelo, le quitó el polvo y la abrió.

Dentro de la caja había varias fotografías de sus padres en los ochenta, de los compañeros de su papá en Vietnam, y más atrás había varios cuadernos y escritos. Troy tomó uno de éstos y lo abrió encontrándose con un ensayo titulado: "La historia de Los Jinetes de la Muerte y La Muerte misma. Por Charles Jean Collins"

A Troy se le olvidó de repente a qué había venido, y sentándose en unas viejas cajas del garaje decidió leer el documento, pues lo había escrito su padre después de todo. Al abrir el ensayo, la primera página que leyó fue una dedicatoria a él y a su hermano:

«Este libro, si es digno de llamarse así, está dirigido a mis dos hijos: Troy, quien espero que jamás conozca esta vida de caos, remordimiento y sangre. Y mi pequeño Dean, quien espero que esté teniendo una buena vida lejos de aquí, o que ya esté en paz»

«Escribo esto para mis hijos, con la intención de que ellos tomen mejores decisiones de las que yo tomé»

Las palabras con las que su padre se refirió a él en el manuscrito "quién espero que jamás conozca esta vida" llamaron su atención. Hasta ese momento había creído que su padre estaría orgulloso de que sus «dos hijos» fuesen parte de su club.

La extraña nota terminó por llamar su atención, así que sin más preámbulo, empezó a leer el escrito en su cabeza:

«La primera vez que leí a Emma Goldman no fue en un libro. Tenía 16 años y paseaba por la frontera de Nevada; la cita estaba pintada en una pared en rojo. Cuando vi esas palabras, fue como si alguien las hubiera arrancado de mi mente:

"El anarquismo representa la liberación de la mente humana del dominio de la religión. La liberación del cuerpo humano del dominio de la propiedad. La liberación de las cadenas y la sumisión del gobierno. Representa un orden social, basado en la libre reunión de los individuos"

«El concepto era puro, simple, verdadero. Me inspiró, encendió el fuego rebelde, pero finalmente aprendí la lección que Goldman y otros aprendieron: la verdadera libertad requiere de sacrificio y dolor. Muchos humanos creen que quieren la libertad, pero la verdad es que anhelan la esclavitud del orden social, las leyes rígidas, el materialismo. La única libertad que el hombre quiere, es la libertad de sentirse cómodo»

.

– ¿Cuánto alcance tienen los AC últimamente? –todos los miembros principales del club se encontraban en ese momento en reunión para discutir los últimos acontecimientos. Conn, al ser el líder, dio inicio a la junta con la pregunta.

– 15 o 16 hombres –respondió Freddy sentado a la izquierda de Connor junto a Troy– un par de chicos nuevos y la misma mercancía de siempre.

– Sé que la hacen fuera de Millcent –siguió otro– le venden a camioneros más que todo.

– ¿Crees que quieren ir por más? –preguntó Troy al lado izquierdo de Conn.

– Solo hay dos cosas buenas cuando estás adentro –le dijo Connor a su segundo al mando encendiendo un cigarrillo– darte amor a ti mismo y pensar en lo que harás cuando salgas. Kibb estuvo en prisión tres años y quiero asegurarme de que todos sus planes se quedaron en una toalla –dijo y todos rieron por el chiste de doble sentido acerca del presidente de los AC– Silence, ¿noticias del norte? –preguntó a uno de los miembros nómada del club.

– Tacoma puede conseguir algunas F-6, pero no hay rastro de las Marc-5 –respondió el moreno. Connor se notó decepcionado y preocupado de inmediato– Washington, Oregón, Nevada, nadie tiene nada.

– Mañana tendremos los datos de los AC –comentó Troy dando algo de esperanza– recuperaremos esas armas.

– Más nos vale –afirmó Connor dándole una calada a su porro y luego asintió a Freddy– tesorería.

–El hombre robusto sacó sus lentes para colocárselos y abrir el libro donde llevaba todas las cuentas del club– todas las facturas pagadas, el bar está lleno, y el fondo está cubierto para dos meses –dijo y miro a Gel sentado a la derecha de Conn– Gel es el único que me debe dinero.

– Estoy corto –respondió el aludido con una sonrisa picarona mientras se rascaba la cabeza– la próxima semana.

– Esas chicas asiáticas se están poniendo caras, ¿verdad? –comentó Silence solo para meterse con Gel, a lo que éste le hizo una señal de pelea.

– Okey, okey –dijo Connor calmando a todos en la mesa– tengo un asunto más que discutir antes de irnos, pero antes, ¿alguien quiere decir algo más?

– Sí –respondió Tanner, quién se sienta frente a Connor al otro lado de la mesa, uno de los primeros en entrar al club en los sesenta– solo quería decirle a Troy que, en nombre del club, todo esto –dijo extendiendo sus brazos a su alrededor– es para ti. Tu padre estaría orgulloso del hombre en el que te has convertido. Cada vez que te veo sentado en esta mesa, pongo dos cigarrillos. Uno por tu padre, y otro por tu hermano –con solo esa mención, Tanner logró sacar más de una sonrisa nostálgica en la mesa– estoy seguro de casi poder verlos a traves de ti.

– Creo que eso es por tu cigarrillo, papá –comentó su único hijo Alan haciendo estallar la mesa en risas nuevamente, y esta vez hasta Troy se les unió.

– Puede que sí –le dijo Tanner sonriente a su hijo– en fin. Lo que necesites hijo, es tuyo.

– Gracias, Tanner –agradeció el muchacho para el cual fueron las palabras– gracias a todos.

– Muy bien –dijo Conn y se enderezó en su silla– por último quiero anunciarles que... tendremos a un invitado por aquí, indefinidamente –al escuchar eso, todos quedaron extrañados y empezaron a mirarse unos a otros preguntándose lo mismo:

– ¿Quién es? –preguntó Gel con cierto recelo. Connor nunca dejaría que un extraño anduviera merodeando por su territorio.

– Oh, solo un viajero que vino desde muy lejos pidiendo un sitio dónde quedarse –dijo Connor levantándose de la silla para ir hasta la puerta de caoba y abrirla– ¡traélo! –le gritó al novato en la barra.

Todos quedaron expectantes en la mesa queriendo saber a quién carajos había traído Conn al club para quedarse, según sus propias palabras, indefinidamente. Freddy incluso le preguntó a Troy si él sabía algo al respecto, cosa que Chip también hizo con Gel, pero ambos respondieron que no tenían ni idea de los planes del presidente sobre "alojar" a alguien.

– Aquí está –anunció Connor, cosa que dirigió todas las miradas nuevamente hacía la puerta– pero debo advertirles que es un poco tímido así que, traten de no asustarlo –dijo Connor y abrió las puertas completamente dejando ver al invitado con una sonrisa tras ellas.

– Tío Mikey –dijo Troy con alegría.

– ¡Dichosos los ojos que ven! –gritó Freddy por encima de los vítores de alegría al ver al hombre que no habían visto en cinco años aparecer de repente.

– ¡Mikey! –Gritó Chip con efusividad mientras llegaba a él para abrazarlo con fuerza y al final darle un beso en la cabeza– ¡nuestro muchacho!

Los demás tuvieron que hacer fila, pues lo único que vieron fue un torbellino rubio que atacó a Mikey y lo enredó en un abrazo. Troy más que nadie había extrañado a su tío y todos lo sabían, por lo que aplaudieron y silbaron a su encuentro.

– ¿Cuándo volviste y por qué no dijiste nada? –preguntó/regañó Troy en medio de la efusividad y alegría de tener a su único tío de vuelta.

– Llegue hoy, quería sorprenderlos –respondió Mikey.

– Pensamos que llegarías mañana –comentó Connor.

– La fiesta de mi hija será en Reno, Las Vegas. Tomé una desviación para venir a visitarlos –respondió el hombre.

– ¿O sea que te irás? –preguntó Troy algo decepcionado.

– Pero volveré –le dijo Mikey sonriéndole de lado.

– ¿Y supongo que en cinco años jamás averiguaste lo que es un maldito teléfono? –preguntó Connor a modo de broma, pudiendo contar con los dedos las ocasiones en las que Mikey los había llamado para saber cómo estaba su familia en Florida.

– Contesté tu "S.O.S", ¿no? –respondió Mikey en cuanto a la llamada de Conn por el almacén perdido– pero te concedo el regaño, rara vez suelo usarlo.

– ¡¿De verdad?! –preguntó Chip siendo sarcástico.

– Qué bueno que lo aclaras porque empezábamos a creer que no «sabías» cómo usarlo –dijo Conn siendo sarcástico también, a lo que todos le dieron la razón.

– Yo también te extrañé, Conn –dijo Mikey dándole una palmada en el hombro.

– Te extrañé, Tío Mikey –dijo Troy abrazándolo una vez más con fuerza y luego lo soltó para dejar que sus «hermanos» lo abrazaran.

– Mikey –Gel fue el siguiente en ir a abrazarlo– bienvenido, hermano.

– Michael –Tanner fue el siguiente en recibirlo en sus brazos como a su propio hijo– justo estaba hablando de tu hermano y tus sobrinos.

– Solo cosas buenas espero –le dijo Mikey correspondiendo el abrazo.

– Sí –le dijo Tanner.

– Que gusto que volvieras, Mikey –dijo Alan al acercarse para abrazar al hombre también.

– ¡El hijo pródigo ha regresado! –exclamó Freddy abriéndose paso entre la multitud y estirando sus brazos hacia el hombre, el cual lo recibió con una enorme sonrisa.

– ¡Y regresó para quedarse! –Exclamó Chip al aire mientras Freddy lo liberaba de su abrazo– ¡o sino su buen amigo Chip le meterá una navaja por el trasero! –al escuchar eso Mikey lo miró serio y un poco estupefacto, por lo que toda la habitación estalló en carcajadas y Chip le hizo un ademán de que era verdad su amenaza.

– ¿Acabo de regresar y ya me están amenazando? –preguntó el hombre cuando otro miembro, nuevo en el club, se le acercó, su apodo es Seyn.

– Hola, no sé si te acuerdes de mí, soy Seyn –dijo el chico de rasgos latinos estirando su mano hacía Mikey, el cual la aceptó intentando recordarlo.

– Seyn –dijo entrecerrando los ojos hasta que algo en su cabeza hizo click– ¿tú no eras el prospecto?

– Sí, ese era yo –dijo el chico sonriente.

– Ha sido miembro oficial desde que te fuiste a Washington con tu esposa –comentó Conn.

– ¿Ah, sí?

– Sí, no habían más candidatos. Ni modo, tuvimos que aceptarlo –bromeó Gel abrazando a Seyn por el cuello. El latino se zafó de inmediato del agarre y todos rieron una vez más.

– Y claro, éste es Silence –dijo Connor presentando al último que faltaba– un miembro nómada de Nevada, vino aquí para ayudarnos con el asunto de las armas. Silence él es Mikey, tío de Troy y hermano menor de CJ.

– Hola –dijo el nómada extendiendo su mano hacia Mikey.

– Un placer –dijo el hombre estrechando su mano.

– Bueno, ¿qué hacemos aún aquí parados? –Preguntó Chip animando a todos– ¡tenemos a uno de los reyes de la mafia con nosotros!, ¡esto hay que celebrarlo! –gritó el Europeo tomando a Mikey de los hombros y guiando a todos hacia la barra.

Todos los hombres del club salieron de su sala de juntas y se dirigieron al salón de la casa club o afuera dónde siempre hay cerveza, peleas y mujeres a montón. Connor y Mikey se sentaron en la barra del mini bar mientras el novato les servía tragos. Hablaban del negocio y lo que le pasó al almacén, pero algo que Mikey no mencionó frente a los demás, es que realmente había ido de improvisto al club porque tenía noticias para Connor.

– ¿Y qué planes tienes? –le preguntó Mikey a Connor.

– Primero te necesito mañana aquí para hablar con los Carlisle sobre la entrega –le respondió Connor– necesito que los convenzas de darme más tiempo, unas dos semanas al menos para conseguir las armas o reemplazos de estás.

– Bien, ¿luego qué?

– Luego conseguir otro almacén o algún lugar dónde poder ensamblar las armas. Honestamente, esperaba que tú pudieras ayudarme con eso también –dijo Connor mientras apoyaba un codo en la barra.

– Creo tener un lugar –respondió Mikey– aunque es más bien una propiedad, planeaba vendérselo al líder de un cartel que iba a ver esta noche, pero si tú lo necesitas.

– ¿Dónde está? –preguntó Connor.

– A 1000 klm en Broward.

– Podríamos verlo mañana después de la reunión –dijo Connor casi como una sugerencia. Mikey le hizo un ademán de "adelante"

– Bien. Teniendo eso resuelto... ¿cuál es el otro asunto? –preguntó Conn sin dejar su mirada seria.

– ¿Qué otro asunto? –preguntó Mikey haciéndose el desentendido.

– Hay muchos kilómetros desde Washington hasta acá –dijo Connor sin cambiar su mirada seria– sería un desperdicio de dólares tomar una "desviación" solo para visitar a unos viejos.

– Y a mí sobrino –le dijo Mikey con el mismo tono serio– hablemos afuera.

            
            

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