/0/6102/coverbig.jpg?v=5c5015fe754a6777017d68332a06e2c9)
Lorena
Las horas pasaron y llegó el momento, el policía llego con un señor, el cual era el dueño del instituto, era agradable, me sacaron de ahí en una silla de ruedas, ya que temían que cayera en el camino y para prevenir eso, me sacaron en una silla de ruedas, me sentía un poco cansada aún.
Salimos y nos dirigimos al estacionamiento, donde me subieron a un auto negro, muy lujoso y grande, era una camioneta.
Me senté a tras y el señor a lado de mí, solo que a una distancia, adentro había un hombre, el cual vestía de traje, pero diferente al señor que fue a buscarme.
Al parecer era el chófer. Pensé lo más razonable.
El camino fue algo corto o así lo sentí, por lo nerviosa que me encontraba, no era fácil, era un camino inserto en el cual me dirigí, incluso con personas que no conocía o había visto en mi vida.
Y justo lo que más me temía paso, llegó el momento, el auto se estacionó enfrente de una gran, pero enorme casa, esto parecía una mansión.
Una total locura, era como en las revistas donde salen los millonarios mostrando sus enormes mansiones y demás cosas.
Me ayudaron a salir y pude estar de pie, pero aun de este modo me ayudaron a caminar, todo adentro era muy grande, me llevaron a la parte de arriba, supongo que la segunda planta, donde se veían muchas puertas, lo cual deduje que son las habitaciones de los otros niños y demás personas que viven aquí.
En el camino me encontré con algunos niños, algunos se veían de mi edad, otros mayores y otros menores, una sensación de extraños se formó en mi interior y una duda llegó a mí.
¿Cuánto tiempo estaría aquí?, ¿Cuándo me dejarían ver a mis padres?, Los extraño mucho.
No quería pasar tanto tiempo, quería estar con ellos y saber cómo están, necesitaba saberlo, una preocupación me invadió, sin embargo, mis pensamientos fueron interrumpidos cuando se detuvieron.
Llegamos a una puerta y entonces me adentré a ella sin ayuda, pues me sentía un poco mejor, ya podía mantener de pie, con algo de dificultad, pero podía, al mirarla bien pude notar que era muy bonita y un poco espaciosa.
Era increíble, me acosté en la cama con mucho cuidado y de inmediato pude sentir como me hundía en el colchón el cual se sentía tan cómodo, estaba a punto de dormirme por tanta comodidad, pero alguien tocó la puerta, eso hizo que me pusiera en alerta, sentándome con brusquedad en la cama.
Una joven entró, se veía mayor que yo, cabello castaño, ojos cafés, su piel morena y sus labios rosados, era muy bonita. Estaba mirándola con atención al igual que ella, de un momento a otro ella habló con un poco de timidez.
_ Hola, ¿Tú eres la nueva?_ dijo subiendo su mirada, un poco nerviosa y penosa.
_ Amm sí, soy Lorena, me puedes decir Lore, si eso te hace sentir cómoda _ dije dándole una cálida sonrisa, la cual ella me respondió de la misma manera.
_ Yo soy Rebeca, tu compañera de cuarto _ informo.
Yo asentí con la cabeza y entonces note la otra cama, la cual no había visto, había unas cosas, por lo visto ella ya estaba aquí antes que yo llegara.
Ella entra en la habitación y se sienta en su cama, al principio se hace un silencio incómodo, pero después la tención se fue y entonces nos acomodamos mejor.
Ella me propone ir a dar un paseo por el lugar y salimos de la habitación, damos un paseo cortó y volvemos, ya que necesito descansar, ha sido un día muy intenso, lleno de muchas cosas.
Ambas nos quedamos dormidas por un largo rato, se siente cómodo, no había estado tan cómoda en mucho tiempo.
Todo estaba bien, hasta que empiezo a soñar con ellos, estaban peleando, todo estaba roto, tirado por doquier y tenían cuchillos, se lastimaban el uno al otro, yo empezaba a gritar que pararan, quejo siguieran, que se calmaran, empecé a llorar.
Sentí como me movía, escuchaba unas voces, poco a poco fui abriendo los ojos, me encontré a Rebeca, quién estaba preocupada a un lado de mi cama intentando levantarme.
Yo estaba sudando, estaba asustada, todo se veía tan real y eso fue lo que me asusto. Entraron unas personas y me colocaron unos tranquilizantes, me inyectaron y poco a poco me fui calmando, hasta quedarme completamente sedada, todo se tornó oscuro y solo me dejé llevar.