Capítulo 4 La desición.

Dos meses después

Lorena

Ya han pasado dos meses de lo sucedido, tanto cuándo llegue a aquí, como cuando tuve la pesadilla. Había tenido en ocasiones ataques de pánico, pero todo fue pasando poco a poco.

Estuve en terapia y psicología, al pasar del tiempo comprendí muchas cosas, las cuales no eran normales en mi ambiente, tanto la forma de tratarme, tanto como aplastaban mis derechos.

Poco a poco fui tomando confianza en mi misma, estuve leyendo muchos libros y por ellos he tomado un poco de dureza por así decirlo.

A pasado un poco de tiempo y en unos días habrá como una reunión, donde habrá una juez quien decidirá que hacer. He estado preocupada por lo que pasará, no sé que sucederá y eso me asusta, tengo entendido que está vez tengo que ir por lo que sucedió con mis padres y que la juez escuché mi declaración.

Me he estado preparando mentalmente y por eso hago todo lo que me dice el psicólogo, de esta manera puedo mejorar y estar mejor para todos.

Estos meses han sido un poco agobiantes y oscuros, mi compañera de cuarto y ahora mi amiga, me está ayudado mucho a adaptarme aquí, todo ha sido difícil, pero lo voy logrando poco a poco.

Hoy será un día lleno de muchas actividades y estoy emocionada por ello, todo es pacífico, lleno de mucha calma, sin gritos o insultos, en completa paz.

El día del juicio

El tiempo pasó muy rápido, estos días mantuve mi mente ocupada, solo sirvió para qué despejará mi mente un poco, pero aun así los nervios me invadieron anoche, no pude dormir, mi mente imaginó tantas cosas que se me hizo imposible consolidar el sueño.

Sin embargo, tuve que levantarme temprano y aunque no pude dormir mucho, al menos descansé unas horas y unos minutos en el camino.

El tiempo pasó como un suspiro, llegamos al lugar, el cual era muy grande, pasamos por unas rejas enormes y al parecer fuertes, el encargado del instituto fue quien me acompaño, ya que siendo menor de edad y estando en su poder, por así decirlo. Es el quién me acompaña y se Ara cargo por ahora.

Dimos los datos necesarios y nos dejaron entrar, caminamos hacía un sitio, el cual era como una habitación, entramos y continuamos hasta pasar una puerta y seguir en un pasillo que al final de este se encontraba dos grandes puertas, a lado del marco de las puertas se encontraba una señora, le calculaba 1,70 de estatura, piel morena, cabello enchinado y ojos cafés, iba bien vestida.

Nos acercamos a ella y el señor Lemón hablo con ella, por lo que oí era una abogada, quien llevaría mi caso. Ellos terminaron de hablar y luego ella se dirigió a mí.

_ Hola Lore, un gusto en conocerte, mira las cosas serán de esta manera, tú entrarás ahí, yo iré contigo, cuando te pidan hablar lo haces, si te preguntan algo, tú contesta con sinceridad. ¿De acuerdo? _

_ De acuerdo _

Ella hizo una seña y unos policías abrieron las puertas, ella entró primero, luego yo y a lo último el señor Lemón, ellos me miraban y me sentía culpable de alguna forma e incluso intimidada por ambas miradas.

Los recuerdos de ese día me invadieron, mirarlos a ambos a la cara me era difícil, sabía que no había hecho nada malo, pero la culpa estaba ahí.

Me senté lejos de ellos, madre intento hacer que me acercara a ella y cuando no lo hice, quiso llegar a mí, sin embargo, me asusté y antes que saliera corriendo, interfirieron dos policías y la abogada. Me ofreció asiento a su lado y después de sentarme apareció una señora, todos se levantaron y yo hice lo mismo.

Era la Juez, ella se sentó y el juicio empezó.

Narrador omnisciente:

El juicio empezó y la juez les pregunto a los adultos que había sucedido, los dos dijeron algunas cosas ciertas y otras inventadas, ellos quisieron pelear, pero la juez lo impidió, en algún lugar de la habitación la menor aguardaba para decir la verdad, en su mente se apoderaron los recuerdos de ese espantoso día.

Sus pensamientos estaban apoderándose de ella, sus ojos empezaron a picar, su vista se nublaba y lágrimas amenazaban con salir, sin embargo, se mantuvo fuerte, no por ellos, sino por ella y su futuro.

Los meses que pasó en el instituto la ayudaron mucho a reflexionar que era lo que quería para su vida, como quería que fuera su futuro, después de tantas noches en vela, pensando sobre su pasado, presente y futuro, tomo la decisión de esforzarse por ella misma. Y aunque la decisión tuviera pros y contras estaba completamente decidida a seguir, cueste lo que cueste, todo por su felicidad.

Los gritos cesaron, ella mantenía la mirada baja, hasta que una voz la llamo y tuvo que mirarla. La juez la llamó y pidió que hablara, le hizo la pregunta que captó el silencio y las miradas preocupantes de los adultos.

_ Señorita Moreth, ¿Qué sucedió esa noche? _

Después de jurar que diría la verdad y nada más que la verdad, nada tenía reversa, su futuro dependía de aquella señora que estaba sentada enfrente de ella, tenía el poder y autoridad, todo lo que saliera de su boca sé aria y por eso acepto lo que vendría, era su momento de calmar la tempestad o alejarse de ella.

La juez tendría el poder en este caso, pero todo despedía de la menor.

Su futuro dependía de su valentía... ¿Ella tenía acaso el coraje para ello?

            
            

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