Contaba con 3 bodegas unidas en su interior, para formar un gran espacio central y alrededor contaba con varias mini oficinas, laboratorios y un taller de mecánica.
- ¿Conoces algo de la industria automotriz? - dijo la señorita Deva mientras caminaba
-No señorita
-Bien aquí vas a aprender harto, solo te advierto que no me vayas a robar las ideas- dio una carcajada.
Su risa hacía que el tiempo se detuviese y que su sonido durara por la eternidad en mi mente.
Nada más entrar, un ayudante la recibió.
-Buenas tardes Joseph, ¿el jefe de área?
-Buenas tardes señorita Turner, se encuentra probando el nuevo prototipo
-Bien, iré para allá
El hizo una reverencia y volvió a su puesto de trabajo
-Es importante aprenderse los nombres de los trabajadores, eso hace que se sientan más cercano a uno y eso, indudablemente aumenta la productividad- dijo mientras caminaba en línea recta.
-Eso lo aprendí en Shark Tank- y río
Ella era extremadamente graciosa, pero sólo cuando lo quería ser. Si le caías mal o hacías mal tu trabajo...pobre de ti.
-Phillip- hizo un gesto con su mano.
El caballero levantó la vista y sonrío cuando vio a la señorita. Dejó lo que estaba haciendo y caminó hacia nuestra dirección.
-Phillip, él es Reiko San mi nuevo guardaespaldas. Reiko él es Phillip Morris el jefe de área.
Ambos estrechamos nuestras manos.
-Phillip, ¿Cómo va todo?
-Bien señorita, hemos estado haciendo pruebas con el nuevo prototipo de inteligencia artificial, todo parece ir bien.
- ¿Todo parece...?, ¿Por qué no TODO va bien? - hizo énfasis en esa palabra y frunció el entrecejo.
-Aún nos falla la conexión del cerebro con la máquina, creo que hay algunos cálculos que van mal.
-Ya veo...- dijo tocándose el mentón.
-Necesito verlo, envíame la última planilla a mi mail. A la tarde te tendré una solución.
Me seguía impresionando lo inteligente que era, y la forma de abordar a su gente.
Esta chica era una caja de sorpresas.
Luego de una ronda llena de preguntas volvimos a su despacho.
-Puedes tomarte la hora de colación ahora, abajo está el comedor colectivo- dijo mientras colgaba su abrigo en el perchero.
En realidad, no quería separarme ni un segundo de su lado, pero me auto convencí de que debía actuar lo más normal posible, si no quería levantar muchas sospechas.
- ¿Le parece si vuelvo en una hora? - le dije cuando salía de su despacho.
Ella me levantó el dedo pulgar y no dijo nada más.
Le marqué al ascensor y cuando las puertas se abrieron dejaron al descubierto a dos personas, un chico y una chica.
Me quedé mirando fijo a la muchacha, no era muy común verlas en el edificio.
-Buenas tardes- dije por cordialidad
-Buenas tardes- respondieron
- ¿A qué nivel va? - me dijo el joven
-Al 1, ¿es allí donde se encuentra el comedor?
-Si, ¿eres nuevo? - preguntó la chica
-Soy el nuevo guardaespaldas de la señorita Turner
-Vaya, por fin alguien con cuerpo de guardaespaldas- comentó el chico -Mi nombre es Lois
-Y el mío es Carla. Bienvenido- dijo haciendo una reverencia.
No me gustaba hacer amigos, pero por ahora me podría ser útil su ayuda para poder orientarme mejor en el lugar.
Cuando las puertas se abrieron, miré hacia todos lados.
¿Dónde diablos estaba el comedor?
-Ven síguenos, nosotros también vamos al comedor- dijo Lois al verme indeciso.
Caminé junto a los chicos, los tres nos formamos en una fila para recibir los alimentos. Y nos sentamos en una mesa en una esquina.
Miré mi comida y sentí asco, todo era envasado y preparado en cadena.
Muy mal gusto pensé.
Sin embargo, debía pasar desapercibido y ser uno más de ellos.
Ya comería en un restaurante de lujo a la salida.
Los muchachos comenzaron a comer con gusto, mientras yo movía la comida de mi plato de un lado para otro.
- ¿En qué sección trabajas? - le pregunté a Carla- no es muy común ver mujeres por aquí.
-Estoy en ensamblaje, allí se necesitan manos finas- me respondió mostrándome los dedos.
-Yo estoy en mercadotecnia- interrumpió Lois
Asentí con la cabeza.
- ¿tienes novia? - me preguntó Lois sin ningún pelo en su lengua
Levanté la vista y quedé anonadado con su pregunta, era muy directo.
Carla le dedicó una mirada asesina a su amigo y lo golpeó por debajo de la mesa con el zapato.
- ¡¿Qué?!- respondió Lois mirando a su amiga- el tipo es guapo, y me interesa saber...
Tragué el trozo de papa que tenía en la boca con dificultad.
-Discúlpalo, a veces él no tiene filtro- lo fulminó con la mirada
-Bueno lo siento- dijo desviando su mirada y haciendo un puchero.
Que tipos más raros
-Nosotros nos retiramos, ya se acabó nuestra hora de colación, fue un gusto ¿señor...? - dijo Carla mirándome.
-San, Reiko San
-Señor San, el viernes iremos a un club con algunos empleados, si gusta podría acompañarnos, quizás pueda conocer más gente allí- dijo mientras le hacía un gesto a su amigo
Yo solo asentí.
Lois dejó con desgano el tenedor sobre su charola y se levantó.
Carlas sonrió y caminó en dirección del basurero. Lois la siguió, pero antes de avanzar dijo:
-Hasta pronto guapo- guiñándome el ojo.
Su gesto me causó escalofríos.
Miré mi reloj y aún me quedaban 15 minutos para volver.
Arrojé los cubiertos dentro del plato y llevé la charola hasta los basureros.
Metí mi mano en el bolsillo mientras atravesaba la puerta que daba hacia los patios centrales.
Varios trabajadores pasaban allí el rato, esperando retomar sus labores.
Saqué un cigarrillo y lo encendí.
Mientras pensaba en la invitación que me habían hecho, se me vino a la mente la clase de gente que trabaja en Luxury Inc., y en lo raro que eran.
Bajo ningún motivo asistiría a la junta del viernes.
...
El día transcurrió con normalidad, acompañé a la señorita Turner a una junta con un laboratorista y luego fuimos a comer con una de sus amigas.
Me pasé el día muy aburrido, no había ni una pizca de acción en su rutina. Y me imaginé pasando de la misma forma los próximos 10 años.
Lo único que me mantenía firme era la cercanía con la señorita Turner.
...
Las cosas tomaron otro rumbo cuando mi sueño fue interrumpido a las 06 am por Prince y Malek Al Saud.
-Señores- dije al abrir la puerta de mi apartamento
-Disculpa la hora Reiko - dijo Malek con cara de duelo
-No se preocupen, adelante – le di paso para que ingresaran
Sabía perfectamente a lo venían, seguramente tal y como les advertí seguían teniendo problemas con los rusos. Eso me estaba molestando, con un grano en el culo.
- ¿Café? - les ofrecí
-Prefiero un trago- dijo Malek llevándose la mano a la cabeza
Caminé a mi despensa y serví 1 trago para Malek y un vaso de agua para Prince.
Esperé que tomara el primer sorbo para que comenzara hablar.
Me contó toda la historia, desde que Svetlana había intentado envenenar a Prince y a Sara, cuando se hizo pasar por su asistente apodándose Victoria White, como le había puesto una droga para abusar de él y ahora que Adeline le había enviado esos extraños audios.
-Ya veo...le dije que esa gente era peligrosa- dije apoyándome en la mesa para dejar mi vaso.
Que molesta la situación, en un par de horas debía volver al trabajo.
Si quería salirme del negocio de los asesinatos a sueldo, debía ponerle fin ahora.
-Le soy sincero, estoy retirándome, logré armar una compañía de guardaespaldas y ahora tengo trabajo formal, soy el guardaespaldas de la señorita Deva Turner. De hecho, en una hora más debo comenzar mi día- dije mirando mi reloj de pulsera.
Malek me miró a los ojos.
-Ahora que lo mencionas tengo un socio que acaba de cerrar un negocio con tu jefa, el señor Tanaka. Podría convencerlo que invierta aún más en Luxury Inc.
Escuché atento sus palabras, el tarto con el señor Tanaka era realmente importante para la señorita Deva.
Apreté mis dedos formando un puño y me retiré unos pasos de él para poder pensar con claridad.
-Reiko te lo ruego, eres la única persona que puede ayudarme. Adeline es mi vida y está embarazada temo que le pase algo a ella o al bebé.
¡Demonios!, no podía dejarlos solos. En un segundo estarían muertos sin mí.
Resoplé
-Está bien, pero será lo último que haga. Y usted debe cumplir su palabra respecto al señor Tanaka- dije firmemente.
Ya quería ver la cara de la señorita Deva, cuando le diera la noticia.
-No lo dudes. Gracias- se levantó y estrechó su mano contra la mía.
Le di un último sorbo a mi bebida y le dije:
-Ahora, necesito escuchar esos audios.