Angelina: Liberación
img img Angelina: Liberación img Capítulo 3 CADEN GREENWOOD, UNA MEZCLA AGRIDULCE
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Capítulo 6 LA MALDAD DE ALYSSA img
Capítulo 7 LAS ALMAS HABLAN A TRAVÉS DE LAS MIRADAS img
Capítulo 8 LA CAJA DE MÚSICA DE MICHAEL img
Capítulo 9 Benedict Davenport, Duque de St Moritz. img
Capítulo 10 CORONEL WILLIAM WIGGINS img
Capítulo 11 LA OSCURIDAD DE CADEN GREENWOOD img
Capítulo 12 EL JARDÍN SECRETO img
Capítulo 13 LA CARTA img
Capítulo 14 EL FINAL DE LA BRUJA ALICE img
Capítulo 15 LA DESPEDIDA img
Capítulo 16 ROTHSCHILD'S SLIPER La Orquídea de Caden. img
Capítulo 17 EL INICIO DEL CAMBIO DE MICHAEL DAVENPORT img
Capítulo 18 OCHO AÑOS DESPUÉS img
Capítulo 19 Arianna MacMahon. UN ÁNGEL QUE DESCENDIÓ AL INFIERNO img
Capítulo 20 SEÑALES img
Capítulo 21 LA FELICIDAD DE LIZA GREENWOOD DURÓ POCO img
Capítulo 22 LA CENA img
Capítulo 23 RIÑAS img
Capítulo 24 VIEJAS PROMESAS img
Capítulo 25 LAS CARTAS SOBRE LA MESA img
Capítulo 26 LAS SOMBRAS DE CADEN img
Capítulo 27 LAS MIRADAS: SENTENCIA DE MUERTE img
Capítulo 28 NATURALEZA CORROMPIDA. img
Capítulo 29 APERTURA DE DISPUTAS img
Capítulo 30 PETICIONES Y DECEPCIONES img
Capítulo 31 OPOSICIONES img
Capítulo 32 EL PASADO Y EL PRESENTE SE CRUZAN img
Capítulo 33 PRUEBAS Y PESADILLAS img
Capítulo 34 DISPUTA ENTRE HERMANOS. img
Capítulo 35 NUEVAS ESTRATEGIAS TIENTAN A LA BESTIA. img
Capítulo 36 REENCUENTRO EN PARÍS. img
Capítulo 37 DULCE MARIANNE. img
Capítulo 38 PROMESAS DE AMOR. img
Capítulo 39 AMENAZAS. img
Capítulo 40 Duque de St Moritz. Ángel caído img
Capítulo 41 LA MÁSCARA DE CADEN. img
Capítulo 42 LAS ADVERTENCIAS DE CADEN. img
Capítulo 43 PRESIÓN. img
Capítulo 44 LA NOCHE DEL COMPROMISO. img
Capítulo 45 DECEPCIÓN. img
Capítulo 46 DOLOR Y HUMILLACIÓN. img
Capítulo 47 NOTICIAS. img
Capítulo 48 EL DESTINO HA SIDO SELLADO. img
Capítulo 49 EL MONSTRUO ACECHA. img
Capítulo 50 LA BODA. img
Capítulo 51 EL AMARGO SABOR DE LA DECEPCIÓN. img
Capítulo 52 EL INICIO DEL INFIERNO. img
Capítulo 53 DICTÁMENES DEL CORAZÓN. img
Capítulo 54 EL REGRESO DE BRANIMIR. img
Capítulo 55 MARCANDO TERRITORIO. img
Capítulo 56 LÁGRIMAS Y AMENAZAS. img
Capítulo 57 RIVALIDADES. img
Capítulo 58 ARIANNA Y ANGELINA. img
Capítulo 59 CELOS Y LÁGRIMAS. img
Capítulo 60 AMAR DUELE. img
Capítulo 61 LA INVITACIÓN. img
Capítulo 62 EL VESTIDO DE ANGELINA. img
Capítulo 63 EL MISTERIOSO NUEVO DUQUE. img
Capítulo 64 ACECHANZAS EN EL APARENTE SILENCIO. img
Capítulo 65 EL GRAN BAILE DEL DUQUE DE ST. MORITZ. img
Capítulo 66 LAS DOS CARAS DE LA MONEDA. img
Capítulo 67 CUMPLIENDO PROMESAS. img
Capítulo 68 MICHAEL DAVENPORT, EL NUEVO DUQUE. img
Capítulo 69 LA REALIDAD DESTRONA LA ILUCIÓN. img
Capítulo 70 EXPLICACIONES. img
Capítulo 71 LA HISTORIA DE CLARA. img
Capítulo 72 LOS OJOS NO MIENTEN. img
Capítulo 73 CERCANIAS. img
Capítulo 74 LA FINCA DEL DUQUE. img
Capítulo 75 VOLVER A AMAR ATERRA. img
Capítulo 76 INDICIOS. img
Capítulo 77 ABRIENDO EL ALMA. img
Capítulo 78 SEGUNDO BESO AL DUQUE. img
Capítulo 79 ATAQUE DE IRA. img
Capítulo 80 LAS AMENAZAS YACEN OCULTAS EN LAS PENUMBRAS. img
Capítulo 81 LA FRUSTRACIÓN DE ALYSSA. img
Capítulo 82 SECRETOS SE REVELAN. img
Capítulo 83 AMARGA AGONIA. img
Capítulo 84 ALYSSA GREENWOOD ES BAJADA DE SU PEDESTAL. img
Capítulo 85 ACECHANZAS. img
Capítulo 86 EL DOLOR VA SURCANDO NUEVOS CAMINOS. img
Capítulo 87 CONTRA ATAQUE. img
Capítulo 88 SOMBRAS EN MI ALCOBA. img
Capítulo 89 LAS MÁSCARAS CONTINUAN CAYENDO. img
Capítulo 90 EL SECRETO DE ARIANNA. img
Capítulo 91 LA DUQUESA MADRE. img
Capítulo 92 ALAS ROTAS. img
Capítulo 93 NUEVOS DESAFIOS. img
Capítulo 94 EXPIACIÓN. img
Capítulo 95 PLANES EN MOVIMIENTO. img
Capítulo 96 AMENAZAS Y PRESIONES. img
Capítulo 97 INSENSIBLE. img
Capítulo 98 LOS TERRORES DEL DESPECHO. img
Capítulo 99 ESTRATEGIAS. img
Capítulo 100 MATRIMONIO MORGANÁTICO. img
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Capítulo 3 CADEN GREENWOOD, UNA MEZCLA AGRIDULCE

El sol mañanero había inundado con su luz todos los rincones de la mansión. Los dueños aún no se levantaban, pero la servidumbre ya había comenzado su faena desde temprano, los pisos ya volvían a ser limpios e inmaculados, el pan ya estaba en el horno y las maderas chasqueaban en las chimeneas dando calor a la gran casa.

-¡Huele a gloria! -Dijo Gustavo al entrar a la cocina y oler la leche recién batida con miel que Marie, su madre, le ofrecía.

-El patrón me ha pedido que saque al joven Caden para sus clases de equitación -le informó a Marie mientras tomaba un sorbo de su leche-

-Madre, ¿no queda más pan de centeno?

-Si hay, ya te lo alcanzó -afirmó la mujer, seguidamente giró para picar otro trozo de pan, luego opino: -El joven Caden se ve más llevadero que su hermana-

-No puedo comparar madre, aún no he tratado a la señorita Alyssa.

-Espero que no lo hagas -se introdujo Martina -¡Esa niña es una majadera!

-El joven Caden es diferente -apoyó Angelina a Marie.

-Aun así, no quiero que te acerques a él -intervino rápidamente Clara. Gustavo se tomó todo el contenido del plato y contempló a Angelina, luego a Clara.

-Querida Clara, me temo que no será tan fácil, el joven Caden me ha pedido que Angelina esté presente en las clases-

-¡Eso no puede ser!, los patrones se molestarán-

-Se lo he prometido al chico y ni modo que rompa mis promesas-

-Clara tiene razón -le apoyó Marie -Lord Greenwood no le parecerá que su primogénito se mezcle con la hija de la servidumbre.

-Son, solamente niños. ¡Ustedes son unas exageradas!, es más para que se calmen, el chico me ha dicho que su padre le ha dado su consentimiento-

-Quizás el padre sí, pero Lady Liza no lo creo, ella casi ni nos ve a la cara-

-Hija, lo siento, pero tu lugar es aquí en la cocina... mi respuesta es no -Angelina sintió odiar a su madre por aquella negativa, luego se sintió culpable por experimentar aquel sentimiento tan pernicioso, suspiró y dejó que sus malos sentimientos se ahogaran en el mar negro de su egoísmo.

Minutos más tarde.

Angelina en silencio ayudaba a su madre a lavar las verduras para la sopa. Lady Greenwood había contratado a un experto de cocina para que la complaciera en sus gustos culinarios más exigentes; el hombre estirado únicamente permitía que Marie, Martina y Clara cortara los ingredientes. La cocina, que había sido su refugio, ahora se volvía otro salón más donde debían tragarse sus opiniones personales por miedo a que Dimitri (el nuevo jefe de cocina) les fuera con el chisme a los patrones.

-¡Niña, las verduras deben quedar impecables! -riñó el hombre regordete, mostrándole a Angelina una papa que ella había limpiado.

-Disculpe señor Dimitri -la excusó Clara -Yo la corregiré-

-Hágalo, porque no se puede perder tiempo, enséñela que este siempre será su lugar y por ende debe hacer sus labores bien. -Aquel recordatorio hirió a Clara; ella quería para su hija algo mejor que una cocina para limpiar, pero de nada servía lamentarse. El remedio a aquella desidia era continuar trabajando y ahorrar, así algún día podría abrir su taller de costura, talento oculto que muchos ignoraban en aquella casa y que se le daba muy bien. Clara, había nacido con ese don y sin que Angelina lo supiera, había comprado muchas telas con bordados bastante aceptables, soñaba con hacerle un guardarropa decente, muy dentro de ella sabía que su hija alcanzaría algo mejor de lo que la vida le había ofrecido a ella. Sus pensamientos se diluyeron cuando la voz jadeante de Caden irrumpió las labores de la cocina.

-¡Angelina! -Exclamó -¿Qué haces en la cocina? ¡Te he estado esperando en los establos! -Angelina sonrío, entretanto Dimitri ya elevaba su rostro para investigar-

-Joven Caden -dijo Clara en voz pausada -, mi hija ayuda en los quehaceres de la casa, sus padres se pueden molestar si la dejo ir con usted, es mejor que busque a su hermana para que sea su compañera de montar-

-¡Tonterías! Mi padre está al tanto, y Alyssa es un ser insoportable que por toda llora -Clara quiso insistir en que no estaba bien, pero Dimitri se introdujo en la conversación.

-Clara, ¿piensa contradecir al hijo del dueño? Si Lord Greenwood lo ha aprobado, entonces su deber es obedecer y no refutar -Clara no dijo nada ante el comentario del hombre, y con su negatividad oculta no le quedó de otra que aceptar. Angelina se lavó rápido las manos mientras sus labios se curvaron en una gran sonrisa, antes de salir de la cocina su madre la llevó hacía ella, secó sus manos y le pidió que se comportara, seguidamente le acarició el rostro y se contempló en los ojos de su hija; no pudo reprimir el hecho de experimentar preocupación al ver como el joven Caden se había obsesionado con ella, suspiró y con pesar dejo a Angelina salir de la cocina.

-¡Clara, ya dejé a su hija en paz! Y mejor concéntrese en el postre, ya mande a traer dos cestas de frutas de la estación y dos pirámides de pastelería ligera que irán en los extremos de la mesa, coloque bizcochos, confituras, compotas de fruta, almendras, pasas, higos secos y queso. Deseo que los señores queden muy bien ante la visita de la madre de Lord Greenwood; Lady Jazmines tiene un paladar muy exigente y pienso complacerla, así que vaya puliendo también los platos pequeños, cuchara y tenedor de plata. -Las recomendaciones de Dimitri desaparecían en el aire, no llegaban a tocar los oídos de Clara que miraba a su hija mientras se perdía en los jardines traseros de la mansión.

***

-Gracias -le dijo Angelina a Caden por haberla sacado de la cocina.

-Te lo debía -le respondió el chico, luego suspiro –Angelina, te debo una disculpa en nombre de mi hermana.

-No es necesario joven Caden-

-Por favor no me digas "Joven Caden", solamente dime Caden, no quiero formalidades, quiero olvidarme de ellas y ser libre -aquel comentario había hecho sonreír a Angelina -. Te traje algo -dijo luego, Angelina lo miró con sorpresa.

-¿A mí? -Inquirió con dudas-

-Si, a ti -Caden metió su mano en uno de los bolsillos de su pantalón y sacó varios bombones.

-¡Son para mí! -la emoción de Angelina se desbordó.

-Estos bombones se los robé a mi madre. Los compró en uno de sus tantos viajes, son costosos y quiero que los pruebes-

-Puedes meterte en problema -Angelina, a pesar de estar emocionada por el gesto, sintió que el presente de Caden podría traerle problemas. -Caden, no puedo aceptar-

-No acepto un "No" como respuesta, es más, si tu temor es que te regañen, entonces creo que tu espíritu aventurero no está muy remarcado. -Caden tomó uno de los bombones y se lo llevó a los labios -¡Son una delicia! -Expresó luego de la primera mordida, seguidamente le extendió uno a Angelina, esta vez la niña no se negó y probó el bombón. Su paladar experimentó un sabor angelical desmedido, aquel bombón guardaba en su interior el más dulce sabor del chocolate mezclado con avellanas y almendras, cerró los ojos y deseó que no desapareciera.

-¿Valió la pena? -la interrumpió Caden.

-Si, ¡Claro que valió la pena! -le respondió sonriente, la mirada y entusiasmo de Angelina causó que Caden experimentase algo nuevo, le era extraño que aquella joven se conformara con tan poco, tan solo con un bombón de chocolate; cuando su hermana y su madre eran tan quisquillosa y exigentes, ¡nada le parecía suficiente! Los vestidos, joyas y muñecas, al igual que los viajes, nunca calmaban sus ansias; y a la final siempre pedían más, esa era la clase de mujer que él había conocido, la vanidad de su madre, y el egoísmo de Alyssa; únicamente su abuela paterna Jazmines mostraba un poco de caridad y humanidad. Siguió observando a Angelina que sonreía como un sol, y le pareció que aquella muchacha no era lo que había dicho Alyssa, sino todo lo contrario, le parecía bonita. Las líneas bien definidas de su rostro habían captado la atención de Caden y vaya que él era muy detallista y observador. Caden Greenwood podía descubrir la belleza más profunda en los lugares donde otros les costaba ver, aquel sentimiento lo había tomado por sorpresa y al momento no lo supo interpretar debido a su corta edad, pero la atracción hacia el sexo opuesto ya comenzaban a poseerlo. Angelina notó como los ojos verdes de Caden la miraban, ella al igual que él no supo interpretar porque la veía de aquella manera tan extraña y sintió que sus mejillas se teñían.

-No eres fea Angelina, así que no le hagas caso a mi hermana. Alyssa siempre ha sido odiosa y malcriada -Angelina quedó sin habla ante las palabras de Caden, que él le dijera que no era fea, le parecía imposible. Caden acercó la mano a sus cabellos y tocó uno de sus mechones.

-Es lo más bonito que tienes, tu cabello cobrizo... aunque tu sonrisa ya le hace competencia.

-¡Jóvenes vengan! -le gritó Guillermo rompiendo la conversación, Angelina agradeció a Dios por aquella intervención.

Caden y Angelina habían entrado a los establos junto a Gustavo, dentro se encontraban Joseph y Larry tratando de calmar a uno de los caballos nuevos que habían llegado. Caden se emocionó al ver el caballo y sin pensarlo se acercó.

-Joven Caden, es mejor que se aleje; este animal no está domado -dijo Larry, pero el chico hizo caso omiso, había quedado pendido de la belleza imponente del animal, continuó acercándose para admirar su anatomía.

-Su padre lo ha adquirido, quiere que lo domemos para usted -le explicó Guillermo; sin embargo, Caden no dijo nada, continuaba maravillado por la magnificencia del animal.

-Es hermoso –dijo después de un rato; intento acariciarlo, pero el animal no se dejó.

-Es un bello ejemplar -le apoyó Joseph -, esta pura sangre es el producto de una cruzada con sementales árabes importados para crear corredores de distancia, ya mide casi 1,73 metros y tiene un carácter muy delicado.

-¡Quiero montarlo! -dijo Caden.

-Señorito, este animal no se ha dejado montar y su padre dio órdenes específicas de que lo domáramos antes de que usted lo montase –le recordó Gustavo.

-¡Llevan horas haciéndolo, y aún no logran calmarlo! Yo soy el hijo del dueño y quiero montarlo o si no yo mismo hablaré con mi padre -todos se vieron la cara sin saber qué responder. Angelina estaba sorprendida por el comportamiento caprichoso de Caden, bastaron solo segundos para que su carácter diera un vuelco negativo, ya no era el chico dulce de hace unos momentos, ahora facetas de Alyssa se dejaban ver en él.

-Joven es peligroso –insistió Guillermo, tratando de hacerlo entrar en razón.

-¡Ya basta! Amárrenlo y sosténganlo bien, quiero que Angelina me vea sobre mi nuevo caballo-

-Caden, no es necesario, deja que ellos lo domen primero –intervino Angelina con la esperanza de hacerlo cambiar de opinión, pero su intento fue fallido.

-¡Quiero subirme ahora y es una orden! -Insistió, Caden estaba decidido a demostrarle a Angelina que él no temía al animal.

Los tres hombres no pudieron sacarle aquella idea a Caden de la cabeza, así que como pudieron llevaron al animal del establo al corral, ahí amarraron al caballo para que se calmara, haciendo intentos de suavizar su carácter; el hermoso animal quedó tranquilo de momento. Gustavo insistió una vez más con Caden pidiéndole que le dieran tiempo, pero la negativa del chico era inquebrantable. Joseph y Larry sostenían con amarres al caballo para que Caden subiese, el muchacho logró montarse, luego contempló a Angelina sonriente, logrando que los tres hombres suspiraran de alivio, no obstante aquella paz fue corta. El caballo comenzó a brincar y saltar reventando las sogas; lanzando a Caden de su lomo con furia, y relinchando dañó el corral, y se fue galopando velozmente. Joseph, Samuel y Gustavo fueron a auxiliar a Caden que continuaba en el piso quejándose; Angelina sintió que el corazón se le paralizó del susto, pero sus ojos se habían pendido del caballo que corría libre hacia su libertad, entonces no pudo evitar sonreír y agradeció que Caden no lo notara.

-¡Déjenme y vayan tras ese caballo! -gritó el chico lleno de furia, dándole paso a una terrible rabieta, no soportaba haber caído ante la mirada de Angelina. -¡Les ordeno que maten a ese animal cuando lo atrapen! -En ese momento Angelina vio la faceta oscura de Caden, y no pudo evitar que su mirada se empañara, y sin decir una palabra salió corriendo del lugar.

-¡Angelina! -Gritó Caden, pero ella no se detuvo, no quería volver a hablarle a aquel joven cruel que resulto ser peor que su hermana.

Días después.

Luego de aquel incidente, el frágil corazón de Angelina se había sumido en la tristeza, de pronto el entorno le parecía una fiesta de disfraces, donde todos usaban máscaras hermosas, pero que al caer dejaban al descubierto monstruos despiadados. Clara, veía con preocupación cómo su hija llevaba casi cinco días enferma, no obstante lo que más le afligió es que Angelina fuese tan frágil de alma, eso era condenarse a muerte, en un mundo tan cruel como lo era este. Clara entró a la pequeña habitación de servicio que les habían asignado a ambas, llevó un poco de mermelada de fresas que Marie hacía muy bien, acompañado de un panecillo de arándanos que no se podía negar, le quedaban deliciosos a Dimitri. Clara le acercó la mermelada y el panecillo, pero Angelina parecía no entusiasmarle, esa actitud causó que Clara se alarmara.

-Hija, ¿qué te sucedió con el joven Caden? -Las preguntas se amontonaban en su boca.

-Él no me ha hecho nada, solamente que una vez más tú has tenido toda la razón... Caden es malo -una lágrima recorrió el rostro de la niña.

-Dices que no te ha hecho nada, pero, aun así, aseguras que es malo, creo que tendrás que esmerarte en la explicación porque no te estoy entendiendo.

-¡Caden tiene el alma más oscura, que su macabra hermana!

- ¿Por qué lo dices?

-Ese día le mostraron un hermoso caballo gris que le había comprado su padre, el plan era que lo montara una vez estuviera domado –una lágrima recorrió la mejilla de Angelina -. Gustavo, Larry y Joseph le explicaron que lo debían domesticar primero, pero él no entendió y armo un berrinche porque quería montarlo -Clara veía como la rabia ya iba ganando terreno en su hija; sin embargo, la dejo continuar en su desahogo, sabía que eso le haría bien. -Cuando llevaron el caballo al corral, Joseph y Larry lograron estabilizarlo y Caden lo pudo montarlo; pero el caballo le entró un ataque de ira, como si sintiera el alma egoísta de Caden, y comenzó a dar saltos logrando que Caden saliera elevado por los aires lanzándolo al suelo. -Clara no pudo evitar poner cara de sorpresa, si a Caden Greenwood le fuera sucedido algo malo, toda la ira de los señores Greenwood se volcarían sobre Larry, Gustavo y Joseph.

-Por suerte nada sucedió -finalizó la niña.

-Gracias a Dios -suspiró Clara -, ya no te sientas mal por ese incidente, más bien agradece a Dios que te mostró el verdadero rostro de ese joven. Caden es malcriado como su hermana porque eso es lo que le han enseñado. Por otro lado; hoy cuando fui al despacho a llevarle el café al Lord Greenwood escuché como Lady Jazmines, la madre del señor le reclamaba por su carácter frágil cuando se trataba de enfrentar a su esposa; le pedía que no se dejara dominar por ella, también se quejaba de la malcriadez de Alyssa. Angelina vi en esa señora una actitud más complaciente, ojalá se quede una buena temporada en esta casa -en ese instante la puerta sonó, era Martina que se había escapado de los quehaceres para ver como seguía Angelina. Martina entró con una gran sonrisa en sus labios y en su delantal llevaba escondida una hermosa manzana.

-Mira lo que te he traído niña delicada -le informó, Angelina sonrío al ver la fruta.

-Gracias -dijo Clara en nombre de su hija, tomando de la mano a su amiga -te veo muy feliz –agregó después de agradecer el gesto.

-¡Cómo no estarlo! Sabes que escuche a Lord Greenwood reprender a su hijo, pero como siempre Lady Liza lo protegió, creo que el joven Caden anda rabioso porque no pudo dominar el caballo nuevo que le han traído -el comentario logró situar nuevamente a Angelina en su angustia.

-Él dice que lo va a mandar a matar -declaró la muchacha con pena, y la mirada se le cristalizó.

-¡Niña, no llores! -Le dijo Martina -, tú y yo hemos hablado de mantenernos fuertes ¿Lo recuerdas? - Angelina asintió -. Si lo que te aflige es que el niño Caden quiera asesinar al hermoso corcel que por cierto se llama Zeus, olvídalo; su padre lo puso en su sitio.

-Zeus -repitió Angelina con más luz en el rostro.

-Sí, Zeus -le reafirmó Martina, y luego continuó con la historia -. El señor mando a traer a un experto domador de caballos, ya que Larry, Gustavo y Joseph no han podido domesticar al animal, ¡por Dios, Angelina! ¿Crees que Lord Greenwood va a mandar a sacrificar a un caballo tan costoso como ese, solo porque su hijo no lo pudo montar? -La noticia desterró por completo el malestar de Angelina, y la sonrisa le iluminó el rostro.

            
            

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