El color de la inocencia
img img El color de la inocencia img Capítulo 5 Objetivo
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Capítulo 6 El legado img
Capítulo 7 Protegida por el guardaespaldas img
Capítulo 8 Quiero protegerte siempre img
Capítulo 9 Los príncipes si existen img
Capítulo 10 Confianza img
Capítulo 11 Destino cruel img
Capítulo 12 Laberintos img
Capítulo 13 El color del cielo img
Capítulo 14 Una decisión de amor img
Capítulo 15 Revelaciones img
Capítulo 16 La velada img
Capítulo 17 Decisiones img
Capítulo 18 Inicia el tormento img
Capítulo 19 Atrapada img
Capítulo 20 Bajo el manto protector de Roguard img
Capítulo 21 Decisiones silenciosas img
Capítulo 22 Confesión de amor img
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Capítulo 5 Objetivo

Los Munichs se convirtieron en ese mismo momento en su punto de mira. Un blanco. Solo para saber de ella tendría que esforzarse más. Para estar seguro de quien estaba tras sus pasos. Del hombre que le iban a presentar y que ya entraba en la mansión. A él si le miró de punta a cabo, y el ceño fruncido delató su preocupación y el despertar de unos celos que comenzaba a cobrarle los sentidos.

Todo había sucedido demasiado rápido. Una decisión de salvar a la muchacha, el roce, el atractivo, y la inminente necesidad de saber que ella estaría bien, eran órdenes de su mente y su cuerpo. En la noche anterior supo quien era ella, su futuro comprometido con los Duncan. Los años que vivió en el extranjero. Los guardias estuvieron entretenidos mientras escuchaban como los invitados desmantelaban la vida privada de la muchacha sin ninguna piedad. Luego contarlo entre ellos fue cuestión de escasos segundos.

Dell dejó que su amiga se tirara de bruces en la cama mientras ella le sacaba una edición limitada de un bolso Prada, acabado de ser comercializado. Los chillidos de Melany hicieron que todos en la mansión detuvieran sus asuntos. La servidumbre bajó la cabeza y comenzó a murmurar. Para muchos Melany era la loca, la amiga que nunca nadie que quiso, pero que Dell literalmente amaba. Era su alma gemela, quien mejor la comprendía y quien mejor le daba los consejos que ella siempre necesitaba.

_Ro es sencillamente perfecto. Es alto, tiene los hombros que parecen un buen pedazo de pared, sus ojos son puro fuego. Camina como si supiera el futuro, como si el tiempo le perteneciera, y su cuerpo es sencillamente perfecto. Por Dios con que han hecho a ese hombre. ¿Te fijaste acaso en sus labios?

_ ¿Ha terminado? preguntó el mayordomo mientras abrió la puerta de par en par y le brindaba un jugo de Kiwi en una bandeja plateada y la reprendía con la mirada.

Dell se incorporó molesta.

_ He dicho que toquen antes de entrar, y tengo visita. Debes ser más respetuoso.

_ Son las órdenes de su padre_ añadió con tremendo pesar.

Melany extendió sus manos para tomar el vaso con su deliciosos jugo natural mientras intenta disimular el susto que la hacía convulsionar.

_ Los Duncan le esperan_ añadió mientras hacía una reverencia para abandonar la habitación

El rostro de Dell se ensombreció cuando escuchó el nombre.

Brian se había bañado y lucía impecable, su padre lo hacía igual, parecían que en vez de una visita de amigos ambos acudirían a una asamblea, o a un asunto solemne. Pero Dell se mantuvo con su vestuario mañanero, con su vestido color rosa, y sus sandalias amarradas a los tobillos. Con su habitual frescura y su jovialidad entró en el salón donde a le esperaban.

Dell saludó a todos dándole las manos, hasta que llegó a Brian. El hombre se levantó y quedó frente a ella, el apretón de mano fue fuerte, y le dio un abanicar de ojos cuando la tuvo en frente. Era notable que le interesaba. Lo supo en cuanto ella entró en el salón, y cuando le distinguió su porte seguro y su mirada diáfana y oscura. Aquellos ojos negros y grandes que nunca olvidó le aseguraron que le gustaba. Brian no era hombre de dejarse llevar por los sentimientos, pero con Dell todo era distinto, con ella todo tenía un propósito, y era consolidar aquella unión.

_ ¿Cómo puedes venir más guapa cada vez?_ sonrió mientras le clavó una mirada llena de chispas.

Brian estaba acostumbrado a ganar, a chasquear los dedos y obtener todas las ventajas en la vida. Había consolidado grandes fortunas por su fino y aguzado instinto, pero por su valentía, no le dolía arriesgar nada, cuando deseaba algo a cambio, y esta vez su trofeo tenía nombre de mujer, y ahora ella estaba frente a él.

Los hombres en el salón se percataron del interés marcado en la muchacha y Damián Munichs rió para sus adentros. El viejo Duncan lo hizo igual. Brian era decidido y no le gustaba hacer esperar ningún asunto. En los gajes del corazón se debatía entre ser sincero y rápido, o darle tiempo a la muchacha que acaba de pasar uno de los peores momentos, y presintió que era más sensato esperar.

Estaba absorto en sus pensamientos cuando ella fingió sonreír y miró de soslayo al padre. No pudo evitar dejar de pensar que la mirada de aquel CEO recaía sobre ella quemándole la confianza, y a la vez recordar todo el influjo que renacía cuando veía al guardaespaldas, el hombre que recién había conocido, de solo evocarlo en sus pensamientos se llenó de brillo y de fuerzas renovadas para decidir salir de aquel lugar. Fue el momneto preciso para desear cambiar su historia, y seguir disfrutando de las tantas sensaciones, todas fuertes, poderosas, pero tan agradables como provocarle recordarlas en total exactitud, y olvidó quien era, los deseos de su padre y se excusó con tener un terrible dolor de cabeza para evitar las miradas inquisitivas y la resolución de aquel hombre que había marcado sus verdaderos deseos.

Ya en su recámara su amiga le siguió esperando. Usualmente cuando la visitaba pasaba todo el día en la mansión y en la noche su chofer la llevaba hasta su casa. Era habitual que pasaran unos días juntas después de tres años de ausencia.

_ No comprendo a tu padre. ¿Por qué entonces te permitió estudiar tan lejos, si al final deseaba concertar él mismo tu matrimonio?

_ No te angusties. No le dejaré ganar. Quizás si hubiera encontrada a Brian en otras circunstancias lo podría hablar. Ro me cambio La vida. Ese hombre que anoche me salvó me ha hecho sentir cosas inexplicables, me regaló unas horas inolvidables. No puedo casarme si me siento así.

_ No lo hagas amiga. Si lo haces vas a ser muy infeliz. Mejor busca la firma de ese hombre. Busca su centro de trabajo. Dile lo que sientes_ advirtió con una mirada llena de picardía.

Dell rió mientras recordaba aquella presencia tan sometedora en la mañana. Ro le parecía salido de una película de espionaje, un protagonista nacido para cautivar todas las almas femeninas. Aquel hombre, casi sin proponérselo se había adueñado de todo cuanto podía seducir a una mujer, carácter y personalidad. Estaba acabado de bañar, sus cabellos largos le seguían tapando la mejilla derecha, como si de una máscara se tratase. La atracción fue poderosa, al `punto de ella desear verle, aún cuando sabía que él había rechazado trabajar para su padre y no volver a la mansión.

Melany se quedó para pasar la duermevela. Esa noche durmieron abrazadas una a la otra. Eran amigas desde la infancia, pero Melany amaba a Dell con total apego. Tan cercanas, que sabían que si algún día el destino las alejaba ellas tratarían con el destino para volverse a unir.

                         

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