Entre a la sala de torturas del ala sur, donde estaba el traidor. No pude evitar soltar una carcajada carente de gracia al reconocerlo
Tú, maldito hijo de puta. ¡¿Tú?!- me queje mirándolo, completamente desquiciada, aparto la mirada de mi dándome el perfil donde tenía aquella enorme cicatriz- y pensar que empezabas a caerme bien.. - pase una de mis