Capítulo 3 CAPITULO

-Joven Gael puedo quedarme hasta las 6:35 para completar mis horas-.

Se toca el puente de su nariz con sus dedos como pensando, lo cual me pone de más de nerviosa.

-Señorita Garibaldi, espero que esto no se repita de acá a nunca jamás. Salga a la misma hora de siempre, puede ser peligroso que ande por ahí tan tarde y aparte de todo tiene usted mala cara el día de hoy. – se dio media vuelta y entró a su oficina.

3

Gael

-Me puedes explicar por qué eres tan idiota con Amelia?.

-No es bueno que tenga tantas libertades, debe acatar normas

-Te estás oyendo? Que imbécil de verdad

-Pero como quieres que la trate? No es mi novia ni nada para andar de amores con ella

-No por eso la vas a tratar como si fuera un objeto sin sentimientos y emociones-

-Es tu novia acaso? Pregunto arqueando una ceja

-En serio? Que te pasa? Te conozco y no eres así, entiendo que has tenido tus problemas pero esa chica que está ahí afuera también los ha tenido y no por eso deja de ser dulce y amable. Incluso es la mano derecha de tu padre

-Eso ya lo sé, mi papá no deja de advertirme sobre mi comportamiento con ella.

-es una chica muy bonita incluso el tío Jacob pensaba presentartela pero de otra manera, tenía la esperanza de que pudieran tener algo ustedes dos.

-tengo entendido que ella tiene su prometido. Dice Gael frunciendo el ceño

-Tenia- dice Mateo entre dientes

-Cómo? – pregunto

-Nada, pensé que no te interesaba nada de ella. Ya veo que el tío siempre puede llegar a tener la razón.- dice levantándose y saliendo de la oficina

Quedo sin dar crédito a lo que dijo.

A las 6 pm salgo de mi oficina encontrando a Amelia recogiendo sus cosas, la veo con una mirada triste y preocupada. Es tan joven pero tan triste, bueno al menos tenemos algo en común.

-Hasta luego- le digo- tienes como irte o te vienen a recoger? – le cuestiono

Ella se me queda viendo unos segundos con el ceño fruncido

Ehm, tengo como irme. – nos vemos mañana señor Lanz. Camina rápidamente y entra al ascensor y quedo ahí parado sin palabras. Pude haberme ido en ese mismo ascensor con ella. Acaso acaba de huir de mi?

4

Amelia

Al subir al carro recibo esa llamada que me hace sentir tan vacía y tan llena al mismo tiempo

Llamada de Esmeralda

-Hola? – contesto

-Melita, querida. Te extrañamos tanto, por qué no has venido a vernos? El pequeño Eduardo siempre pregunta por ti cariño

-Esmeralda que gusto escucharte, estos días no me he sentido bien. Pero te prometo que el domingo paso por ahí y le llevo unos dulces al pequeño Eduardo, si?

-Querida las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti sin importar que él ya no esté con nosotros.- escucharla me acelera el corazón y me deja los ojos con una inevitable inundación

Respiro unos segundos antes de hablar con valor

-Esmeralda gracias, estaré ahí el domingo seguro.

Arranco mi carro con un gran nudo en el pecho y mis pensamientos a mil.

Flashback

-Amor cuando vas a cortarte tu pelo, sabes que me encanta pero ya lo tienes muy largo-. Digo haciendo pucheros

-Cariño quiero tenerlo tan largo para hacerme un buen peinado para nuestra boda- dice con una sonrisa y con los ojos más brillantes que he visto

-Boda?-

Lo veo hincarse en una rodilla y sacar un estuche negro aterciopelado, al abrirlo lo veo.

-Amelia Garibaldi, me harías el honor de casarte conmigo? De pasar el resto de nuestras vidas juntos? Envejecer con un montón de bisnietos alrededor y con un jardín lleno de flores.-

            
            

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