Capítulo 7 CAMBIOS:

El día que Alex había decidido y empacado todas las cosas necesarias para su viaje parecía sólo un poco lejano ahora, había tomado su maleta y bolso de mano con el boleto, pedido un taxi y salido de su apartamento dos días después de tomar la determinación de irse, no sin antes arreglar algunas cosas, como limpiar su apartamento y llamar a Elliot para darle parte de su decisión y las llaves para que mantuviera un ojo en el lugar, también llamó a Matt, haciendo especial énfasis en que no le dijera nada a Lucian, a lo cual este aceptó, con ligero tono entusiasmado al saber que había tomado la op

ortunidad de irse lejos a despejar un poco, el chico era como una estatua la mayoría del tiempo, inexpresiva y jodiddamente mordaz como un puercoespín enfurruñado, pero Alex le amaba con todo su corazón, porque aunque no tenía un cúmulo de palabras para expresar sus sentimientos era de esos amigos a los que podías llamar a las 3:00 am y el entre gruñidos iría a tu lado y te abrazaría sólo para que dejaras llorar, y el rubio aprendía a valorar eso, mucho, tanto a Matt como a Elliot, así que sin preocupaciones cerró la última maleta y tomó el taxis que le llevaría al aeropuerto.

Había llegado al aeropuerto y temblando mientras caminaba hacia el ala de la lista de espera, respiró hondo las suficientes veces para mantenerse en sí mismo cuando su móvil sonó y con ello el identificador de llamadas le hizo saber que era Vincent, Alex pensó que quizás sería bueno hablar con él en algún momento de la vida, y esa idea dio un paso atrás cuando llegó un mensaje del mismo, uno lleno de palabras que no podrían identificar de otra forma como crueles y sin sentido, él era quien debía sentirse dolido, joder! que así era, pero allí estaba el pelinegro actuando como la gran víctima, como si sólo él tuviera el derecho de sentirse abatido, bueno, y una mierda, Alex ya ni siquiera estaba seguro de dónde provenían esos cambios de humor.

            
            

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