Capítulo 4 Vivencias para el recuerdo.

-¿Por qué no le has dado respuesta a lo que te iba a preguntar Ramón?-Me pregunta Carla, no entiendo porque ella se inmiscuye, y menos con este tono tan poco cortes.

-No tengo una respuesta, tengo que hacer un pendiente al terminar esta clase, así que no me quedara tiempo para comer nada. -, lo siento. -Le digo con distancia y continuo poniendo atención en lo que van diciendo mis compañeros respecto a la clase.

-Mejor así, pienso que no deberías tener salidas a solas con Ramón, y a mí no me han invitado. -Declara Carla con tono cizañoso y hace un mohín.

Me encojo de hombros y dejo de voltear a los lados.

Terminan las horas de tareas y sin poner demasiado cuidado en lo que hacen los demás, voy como de costumbre al espacio de la escuela donde se encuentra Arón. Desde que tengo siete años siento fascinación por lo que sea que hagan las personas más grandes que yo. Es como si quisiera estar preparada para el futuro, para lo que tendré que vivir obligatoriamente. Estudiaré en este lugar, caminaré por estos pasillos, y tendré pleno conocimiento de cómo lucen.

Mientras camino por los últimos espacios que aún le pertenecen a primaria, a donde ya pertenezco, observo a un chico, de tez muy pálida, ojos color avellana, labios rosados y cabello castaño, tiene una apariencia un poco melancólica y por alguna razón que ignoro, me acerco a él, sin pensarlo anteriormente.

-¿Por qué estás tan solo?-Le pregunto con curiosidad, no he podido contenerla y es uno de mis peores defectos, o el que más resalta.

El chico me escanea como que si no pudiera creer que me atreví a hablarle, hasta que me responde.

-Por la misma razón que tú, déjame en paz y vete- Espeta con amargura y voltea su cara hacia el lado contrario.

Le tomo la palabra y con mucha decepción a cuestas me voy sin emitir ninguna protesta, porque realmente nadie me mandó a hablarle a un chico que desconozco, debió ser dos años mayor que yo... O quizás un poco más, y de ser así, ¿Qué haría ese tío en el lado de la primaria?

¿Así como yo deseo vivir en el futuro, o saber cómo sera la experiencia, él está atado al pasado?

¿Pero que clase de persona quiere volver a ser un niño?

Estúpido y maleducado chico que me encontré, dejo de pensar en él.

Ya estoy bastante cerca del lado de la escuela de Arón, me escondo en el lugar de siempre, donde tengo una buena visión y algo de audio de lo que sea que estén hablando.

Puedo visualizar a Mario, el mejor amigo de Arón, pero aún no veo a mi hermano, me arriesgo a mirar un poco desde más cerca.

Inhalo una amplia bocanada de aire, me desespera cuando las cosas no salen tal como yo quiero y necesito.

Por fin logro verlo, está sentado en el césped con la chica pelirroja nueva sentada en su regazo, ¿acaso no estaba hace muy poco con otra chica acá en el patio?, ¿no estaba ayer besando a otra mujer en el autobús frente a todos los presentes?

¿Se supone que las chicas debemos ver como normal que un hombre esté con varias chicas a la vez en nuestras narices? ¿El amor no va junto con la exclusividad y honestidad?, mamá siempre repetía eso, al parecer Arón, la ignoró todo el tiempo y se hizo el sordo.

Me devuelvo al lugar donde inicie a mirar y escucho una conversación de Mario con un chico que he visto un par de veces en el grupo que ellos frecuentan.

-Isaías, por favor, no te pongas así, lo nuestro no puede saberlo todo el mundo, ¿sabes las burlas que recibiríamos si se enteraran de lo de nosotros?-, la sociedad en España no es empática con la gente como tú, y como yo. - Le dice con voz tensa Mario y le acaricia el hombro.

El chico, que ahora sé que se llama Isaías, responde bastante cabizbajo:

-Tienes razón Mario, no es momento aún, pero yo... Ya sabes... -Balbucea-, siento mucho-Enfatiza con el rostro perdido.

Isaías se acerca a él con vergüenza, y le da un beso leve en los labios... A lo que Mario le responde rápidamente y el, se aparta.

Mario le da una palmada en el trasero, el chico se ríe, y salen de su escondite bastante cercano al mío para juntarse en el césped con Arón y la pelirroja.

Me quedo un poco atónita, ¿qué es lo que pueden estar escondiendo estos dos chicos que pueda ser objeto de burla por parte de los demás?, sé que las personas pueden ser un poco entrometidas, yo estoy siéndolo en este momento, pero no me burlaría de un simple secreto de amigos, ¿o es que acaso es algo grave? Me cuesta mucho a veces comprender cosas de la gente adulta o adolescente, creo que me arriesgaré a contarle esto a mi hermano algún día. Por la cercanía de su conversación, y el beso... Sé que se trata de algo romántico.

Corro por los pasillos que me regresan a mi lado del colegio, no quiero que se me pase la hora... Me acerco a la parada donde va a pasar el señor Casio a recogernos, ya no debe de tardar Arón en unirse a mí.

Mientras tanto, me distraigo hablando con las chicas de mi salón, banalidades, hasta que Carla me hace señas de que me siente junto a ella en un banco cercano a un árbol, no es una mala propuesta.

Me siento a su lado y empezamos a charlar sobre las tareas asignadas por la maestra, sobre la preservación del medio ambiente, hasta que repentinamente me interrumpe:

-¿Lluvia, podemos reunirnos a hacer las tareas en tu casa?-, o ¿Quieres venir con tu mamá a la mía?-Me pregunta Carla con absoluta espontaneidad, mi madre solía llevarme a su casa para beber café con la suya y pasar el rato conversando y viendo películas.

Me quedo pensando en cómo salir de esta incómoda situación y la única salida que tengo es mentirle, aunque yo deteste mentir. Carla no comprendería lo que le pasa a mi mamá, ni siquiera yo lo comprendo, así que decido hacer lo que dicen todas las chicas con más onda que yo en el colegio.

-No podré ir con mi madre a tu casa porque mis padres están fuera del país, y mi hermano y yo estamos solos con la señora Jimena, nuestra ama de llaves. -, y no podemos recibir visitas. -, podría preguntar si me dan permiso de que un taxi me lleve hasta tu casa. -Le digo con pena y hago un gesto de pesar.

-Oh, qué guay que tus padres estén pasándolo fuera de Madrid. -, mis padres han pensado tener unas vacaciones en Ámsterdam al final del año, pero aún no han definido con quién van a dejarme y todo eso. -, pero todo va bien. -, ¿me avisarás cuando sepas si vas a poder venir o no?-Me contesta Carla con tranquilidad.

Visualizo a mi hermano venir hacia nosotras. Lo cual me incomoda de cierta forma.

-Hola, buenos días, Carla. -Le saluda Arón con formalidad.

-¿Qué tal, Arón?-, ¿has estado bien?-Le dice Carla con exceso de coquetería.

Ella alza las cejas en mi dirección en vista de que Arón se ha quedado aquí, porque me está esperando.

Saco la lengua en su dirección, todo el tiempo ella suspira por mi hermano, en frente de mí... Y hace alusión a que cuando tengamos más edad, ella quiere ser su novia. Si tan solo supiera lo atorrante que es mi querido hermanito en casa, no estuviera suspirando de amor por él ni soñando fantasías.

Me levanto y me acerco a Arón.

-¿Qué tal hermanito?-Le saludo con socarronería.

Él ignora completamente.

Y yo entiendo perfectamente la referencia. No hablaré más, además, ya es hora de subirnos a nuestro transporte, por supuesto él va y se sienta justo al lado de la pelirroja y no deja de reír con ella y hacerle cosquillas, su risa no se parece en nada a la de la chica que estaba encerrada con él en su cuarto el día del altercado con la insufrible de Hilary...

¿Entonces, Arón amará a esta chica pero lleva a otras a su habitación para hacerle maldades?, no lo entiendo, o quizás sí.

Ahora tiene un poco de sentido que Hilary esté tan enfadada por lo que ha sucedido. Es posible que él se haya puesto tan colérica por la escena que ocurría dentro la habitación ya que sabía que él tenía una novia con la que está junto para todos lados.

Eso querría decir que... ¿Entonces la villana de Hilary sí es solidaria con otras mujeres?, vaya, no creo que se trate de eso pero es la única teoría que tengo por ahora hasta que no pueda profundizar en el tema.

-Lluvia, por favor ven aquí un momento. -Me llama Arón en una de las paradas del autobús.

Camino hacia su dirección y no puedo quitar la vista de encima de la pelirroja, sus ojos son verdes y profundos... Y aunque no la conozco, me da la sensación de que es una chica muy amable y agradable.

-¿Pasa algo, hermano?-Le pregunto y dedico una sonrisa a su compañera.

-Voy a bajar en otra dirección, luego iré a casa en unos minutos. -, ahora sí puedes ir y sentarte en tu sitio y no molestar. -Me indica y se voltea.

No le doy vueltas al asunto y tomo mi lugar.

Me parece eterno el camino de vuelta a casa, había mucho tráfico por todo el centro de la ciudad, colas de carros esperando algo, no entiendo mucho como las personas quieren perder más de la mitad de su día en las filas para transitar. Es tan insólito como las cosas que hace mi hermano.

Me sacudo los pies para entrar a casa, y escucho una vocecita tararear una canción que canta Cenicienta en su tercera película.

¡Por supuesto, tiene que ser la hijita de la señora Jimena!

Estoy muy feliz de que haya decidido traer a su hija a casa.

Me voy corriendo hacía el salón donde está con mamá y le abrazo, me ha alegrado este contradictorio día saber que ha tomado la mejor decisión. Es una excelente noticia.

-Lluvia, ve a lavarte las manos para almorzar, mi pequeña traviesa está ansiosa por conocerte-Me ordena Jimena con una amplia sonrisa dibujaba en la cara.

Le respondo con alegría, no puedo contenerla.

-Perfecto Jime, me parece estupendo, ya voy a lavarme las manos, me encantan tus comidas y también me encantará conocer a tu hija-, no sabes cómo me puse de contenta al escuchar una voz diferente en casa.

Me lavo las manos y me pongo una ropa de estar en casa, me gusta estar cómoda. Y mucho más cuando quiero jugar.

Me encuentro a la niña en el pasillo, ¡es preciosa!, tiene el cabello muy largo, trenzado en una coleta a cada lado de su cara, unos ojos realmente enormes y negros que parecen juzgar todo lo que ven, y una tez color miel muy saludable, le saludo pareciendo más animada de lo que es normal estar.

-Hola linda, yo soy Lluvia, ¿te gustan las princesas?-Le pregunto con simpatía.

En respuesta me saca la lengua y me muestra el dedo del medio de la mano, no sé qué quiso decir con esa seña pero su cara fue muy grosera, lo cual me hace sentir muy confundida, ella sigue sin emitir ninguna palabra, tiene cinco siete años si mal no recuerdo. No puedo, y no debo, sentirme intimidada por alguien de menos edad que yo.

Respiro profundo y le pido que vayamos al comedor porque su mamá nos está esperando para almorzar y ella únicamente eleva los hombros haciendo ese gesto de "Y a mí que me importa".

Uf, ¿acaso esta niña no habla?

No voy a incomodar haciéndole esa pregunta a la señora Jimena.

Así que voy y tomo asiento en la mesa en completo silencio mientras la hija de la señora Humana con la cara más angelical del mundo dice:

-Mami, creo que a tu querida lluvia no le gusto yo, deseaba sentarme donde está sentada ella, para estar más cerquita de ti.

Su voz es lo más dulce del mundo, sin embargo... No tardo nada en darme cuenta que está cargada de intriga.

Incluso hace un puchero y la señora Jimena sin poder disimularlo la reprende con la mirada, yo me levanto y le ofrezco mi asiento y ella va como una gatita que mueve su cola y lo toma sin vergüenza o pena alguna.

Me irrita su actitud pero decido no hacerle caso, en un rato me ocuparé de husmear en la puerta de Arón, porque no salió a almorzar con nosotras, eso es bastante extraño, el siempre tiene un hambre atroz encima. Y según lo que él me informó, el volvería pronto.

Puedo observar que la señora Jimena ha dejado hoy dos platos servidos y tapados en la encimera de la cocina, ¿será uno para Arón y otro para Hilary que vendrá a almorzar?

Eso no tendría mucho sentido o concordancia, Hilary nunca come aquí, ella sigue mil dietas y restricciones en su comida para poder lucir tan bien físicamente. También me gustaría que existiesen alimentos para regular el actuar y sentimientos de la gente, le daría un container entero a Hilary, en fin, ¿para quién será el otro plato servido?

Termino de comer y decido irme a mi cuarto, no sin antes pasarme por la puerta de Arón, escucho todo en extremo silencio así que me voy tranquila a mi cuarto, no haré nada intentando escuchar si todas las señales me indican que él no ha venido hasta aquí aún. Quizás se ha quedado por la calle con la muchacha que lo ha estado acompañando, su supuesta novia.

Me quedo dormida escuchando música en mi mp4, al despertarme me pongo a pensar en lo diferente que pensé que sería mi día si la señora Jimena traía a su nena consigo y fue todo lo contrario a lo que había imaginado, no puedo negar que me siento bastante decepcionada al respecto.

Me dispongo en ponerme a cepillarme el cabello y cambiarme de ropa, no vaya a ser que se aparezca Hilary como de costumbre y me regañe por estar en fachas. Escojo unos pantalones de jeans color azul y una camisa blanca con detalles plata metida por dentro, me calzo unas zapatillas color blanco y decido salir de mi cuarto, estoy aburrida, cuando me dispongo a salir, escucho que se abre el pestillo de la puerta principal.

Pensé que sería Hilary y ya había empezado a suspirar fuerte pensando en la escena que se venía, pero al contrario, era una figura masculina, sólo lo veo de espalda y me apresuró en salir para ver de quien se trata. No se trata de Arón, él no vestiría así jamás.

Me acerco y... ¡Es mi padre!

El irresponsable hombre que nos abandonó apenas mi madre quedó en ese estado.

No sé ni qué sentir, mi primer pensamiento es que él nos abandonó... Y se queda grabado en mi mente una y otra vez. Han sido largos meses en los que lo he necesitado, yo he tenido que aguantar maltratos de parte de la absurda sobrina de mi mamá, porque él decidió no estar, dejó a mamá que no sabe nada del mundo y que no se puede valer por sí misma si quiera, y todo sin darnos una explicación, no puede aparecer ante nosotros con su cara lavada como si no estuviese pasando nada cuando realmente pasa de todo, siento en este momento tanta rabia, tanta ira, tanto desdén, que tan sólo quisiera darle una bofetada para que sienta tan sólo un poco de todo lo que yo estoy sintiendo en este momento... Todo lo que me duele.

Reprimo mis ganas ya que ni siquiera tengo la altura necesaria para llegar a su rostro y darle una buena cachetada por ser el patán más ruin existente. Y me quedo de pie, sin saber a dónde podría huir.

Me acerco a él e intento mirarlo con la mirada más expresiva que haya intentado forzar jamás, transmitiendole odio, rabia, y toda la ira que tengo en mí, él se agacha y se pone a mi altura e intenta besarme la frente. Me aparto, y él por fin habla.

-Lluvia, mi preciosa, no sabes cuanta falta me has hecho, no me mires con esos ojos, eres muy hermosa para estar tan molesta chiquilla. -, te debo muchas explicaciones, mi cariño. -Profiere con nerviosismo y la vena de encima de su frente se ve muy pronunciada.

Rápidamente me enojo aún más, ¿cómo tiene el cinismo de decir que le he hecho falta si ni siquiera vino a verme ni una sola vez desde que mamá esta postrada sin hablar ni moverse?, ¿se atreve a mostrarse afectuoso conmigo en el primer encuentro?, ¿acaso él ha perdido la memoria?

Decido hablar y ponerle fin a su hipocresía. No voy a quedarme en silencio aceptando esta bajeza con resignación.

-Papá, te desapareces y ahora dices que te hice falta y ni siquiera me explicas por qué te ausentaste en el momento más difícil que hemos tenido que pasar, ¿realmente crees que es normal?

Pude ver dolor en su gesto, ya que es muy similar al mío. Él se aclara la garganta y me habla:

-Mi niña, son cosas que tú no vas a poder entender, necesito procesar todo lo que me está pasando, estoy pasando unos días con tu abuela en Oviedo, cuando seas un poco mayor me entenderás, te suplico que por favor no me juzgues y dame un abrazo...-Me pide con aspereza.

No pensaba tener que escuchar algo tan abominable, 'cuando sea un poco mayor', no necesito ser algo más de mayor para comprender, él le paga a una señora para que nos cuide, evalúe a mamá, y nos cocine, mientras él está de vacaciones con nuestra estúpida abuela que podría estar aquí también junto a nosotros, pero que se puede esperar de ella, ella nunca quiso a mamá, por supuesto no nos quiere a nosotros, decido parar todo esto e irme a mi cuarto, todos me gritan que no me puedo ir así, y veo a Arón llegar y lo primero que hace es darle un abrazo a nuestro papá, ¡es un traidor!

Si amara a mamá y a mí no estaría tan feliz abrazando a el inútil de nuestro padre.

Me encierro en mi cuarto y no puedo aguantar el llanto, lloro por mí, por la vida, por mi suerte, por mamá, por no entender porqué está así, por la desconsideración humana, por los osos polares, por la basura contaminando, lloro por todo lo que le hace daño al mundo, pero por sobre toda las cosas, por tener que pasar por todo esto tan sola y a tan temprana edad.

Mamá, no sabes cuanto te estoy necesitando.

¿Por qué no te levantas de ahí y vienes a consolar a tu querida?

            
            

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