Capítulo 10 Un chico de vida peligrosa

El hecho de no poder comportarme con normalidad ante ese chico me llena de vergüenza, ¿qué tal si no regresa jamás porque le perturba que yo sea así? En primer lugar, ni siquiera esperaba volverlo a ver, por el hecho de verlo llegó a ser bastante sorprendente, ese debió ser el motivo de mi reacción, sí, seguro fue eso.

Me pongo a organizar el desastre que hice al romper la taza, todo por mi torpeza, nunca aprendo, nunca aprendo, nunca aprendo.

*Inicio Flashback*

R me tumbó a la cama con brusquedad, se sentó sobre mí, con fuerza sostenía mis brazos con sus piernas y empezó a abofetearme mientras me insultaba y acercaba su cara a la mía, parecía disfrutar el hecho de que me moría por besarlo y no podía alcanzar sus labios.

-Eres una maldita rata, ojalá pudieras mirarte desde aquí, das asco -Dijo y me lanzó un escupitajo que cayó cerca de mi boca y casi terminé tragando su saliva -Eres un cerdo de mierda.

Estaba acostumbrado a ese tipo de trato, a él le excitaba hacer esas cosas y a mí me gustaba complacerlo, así que no había ningún problema en lo que hiciera conmigo si eso lo hacía sentirse bien.

R se paró de donde estaba de la nada y se recostó a mi lado en la cama, podía ver su cuerpo perfecto tendido en la cama y su pene erecto casi me llamaba. Tomé la iniciativa de acercarme hacia él y cuando estaba a punto de lamer su pene la voz de R me detuvo en seco.

-¿Qué mierda haces? No te lo he pedido, maldita sea eres una rata de mierda. Sé bueno y tráeme algo de tomar en este instante -Ordenó con disgusto, salí de inmediato hacía la cocina, serví jugo de naranja que había en la nevera en un vaso y salí casi corriendo a la habitación. Llegué y tendí mi brazo para pasárselo, entonces el vaso cayó al suelo, el vaso se hizo añicos y el jugo se desparramó por todas partes.

-Eres un maldito idiota, ni siquiera puedes traer un puta vaso de jugo, mira el desastre que hiciste, limpia ahora mismo tu mierda y lárgate a tu puta casa -Dijo R lleno de disgusto, yo sólo lo miraba como un perrito regañado.

Limpié el desastre y estaba esperando que se tranquilizara y me dijera que no debía irme, R ya se había vestido y parecía seguir disgustado.

-Es muy tarde, ¿puedo quedarme e irme temprano? -Casi se lo rogué.

-Te dije que te largues, no quiero verte en la mañana, eres sólo un pedazo de basura -Dijo R, me agarró fuerte del brazo y me sacó de la habitación, se regresó adentro y me tiro mi ropa-. Tienes 15 minutos para sacar tu culo de mi casa -Dijo con furia y cerró la puerta de un solo golpe.

Agarré mi ropa y empecé a vestirme desconcertado, casi estaba sollozando cuando me di cuenta de que la había cagado, mi torpeza había llevado a que terminara arruinando una linda noche con R, todo iba bien y yo lo destruí en sólo unos segundos. Salí apurado de su apartamento y aunque mi casa estuviera muy lejos no me importaba, me fui caminando, si me pasaba algo malo en el camino era algo que me tenía bien merecido por el desastre que causé.

*Fin del Flashback*

Nunca aprendo, nunca aprendo, nunca aprendo.

Terminé de limpiar la tienda y continúe arreglando las pocas cosas que me faltaban, seguía escuchando música, pero había perdido la conexión inicial, estaba sumido en mi mente pensando cosas que ni al caso, cosas innecesarias en el presente; por dónde mires la situación soy un completo idiota.

Me vuelve a sacar de mis pensamientos el sonido de la puerta, veo parado de frente de nuevo al chico rudo. Luce algo extraño, como si hubiera estado en alguna pelea, ya no tiene la capucha de su buso y puedo ver su cabellera oscura.

-¿Tienes un lugar donde pueda esconderme? Será un par de minutos, no te preocupes no te traeré problemas, incluso te lo pagaré -Dijo con afán, noté que todavía llevaba la bolsa con la compra que había hecho hace unos minutos, aunque lucía un poco maltratada.

―La... bodega, creo que servirá -Titubeé, pero me dirigí a la puerta de la bodega, la abrí y él entró sin decir ninguna palabra. Cuando pasó junto a mí llegó a mi nariz el olor de su perfume combinado con sudor, seguía siendo un olor agradable. Cerré la puerta y volví al sitio en el que estaba. Continúe arreglando la tienda, esta vez las cosas que están exhibidas de la ventana, no habían pasado ni 2 minutos cuando escuché el pitido de la puerta. Volteé a mirar y vi a un tipo alto y acuerpado parado en frente mío, tenía una mirada amenazante y empuñaba un arma. Me erizo por completo y no puedo evitar sentirme nervioso.

-¿Dónde está ese hijo de puta? ¿Lo está ocultando? Le mataré por ayudar a esa escoria -Dijo con tono intimidante―. Hable, ¿acaso es mudo? -Añadió disgustado.

-No sé de qué habla, no ha entrado nadie aquí en los últimos 20 minutos -Dije con voz temblorosa.

―Supongo que dice la verdad, no le mentiría a alguien armado ¿verdad? -Dijo mientras sacaba su arma y la apuntaba hacia mí, yo no reaccioné de ninguna manera, estaba paralizado-. Responda mi maldita pregunta -Gruñó.

-N-o, no me... atrevería -Dije titubeando, podía sentir una gota de sudor correr por mi cara.

-Bien, supongo que fue error mío, un debilucho como tú no tendría los huevos para mentirme ja, ja, ja, así que no me tomaré la molestia de revisar este lugar-Dijo mientras guardó su arma y salió de la tienda riéndose.

Yo me quedé estático intentando procesar lo que había pasado, sentía mi cuerpo todavía tembloroso incluso cuando el tipo ya no estaba. El miedo era una sensación que no podía controlar, en otra situación no habría sido cómplice de algo así, pero no era capaz de echar al agua a aquel chico, no es como si quisiera que le pase algo malo, pero no parece ser el tipo de chico que lleva una vida tranquila, como diría Jess parece un chico de una vida demasiado movida, sin duda alguna no es una vida que siquiera sea comparable con la mía. Pasaron unos 20 minutos después de que el tipo raro abandonó la tienda y sentí que abrieron la puerta de la bodega, di un brinco y vi al chico rudo de pie, se notaba más descansado y miraba a la salida de la tienda fija y sigilosamente.

                         

COPYRIGHT(©) 2022