Solo tengo mi agrietada tabled (fiel compañera y confidente) sin internet para seguir escribiendo en mis ratos libres (Que son muchos, por cierto). Pero oye, mientras pueda mantener mis obras en fluida y constante edición, todo bien. Solo tengo conseguir alguna señal WiFi y listo.
Y no es conformismo, solo estoy tratando de ser optimista. Y eso, es contradecir mi naturaleza pesimista.
Termino de acomodar mi mochila con algunas cosas de estudio que no me tomo la molestia de revisar. Debe estar todo, supongo. En la universidad me entero. Además, agrego un poco de ropa por si decido quedarme por la noche en casa de mis amigos. Mi papá los conoce, por lo que podría mudarme con ellos y no le importaría.
¿A quién quiero engañar?
A los dos días ya habría una patrulla con agentes armados listos para sacarme de allí.
Mi hermano menor; Luis David, alías "El que jamás creció" estaría encantado de que mi cuarto quedara solo, con todas mis cosas a su disposición.
Y hablando de mi familia, cuando salgo de mi habitación, mi padre; un señor moreno de mi altura con un grueso bigote como aleta de pez sobre su labio superior, ya a preparado el desayuno y ahora toma café de una taza grande humeante mientras nuestro simpático perro castaño: Tobi, alías, "El que siempre tiene hambre" se pasea con su cola de oso vibrando de emoción, y su gigantesca anatomía trotando de un lado al otro rozando las piernas de papá Esteban, y mi eternamente joven hermano de 17 años, ya parece listo para salir, vistiendo su habitual ropa ajustada un poco más estrecha cada día desde que comenzó a practicar Potencia en un gimnasio cuya ubicación desconozco. Él heredó la piel morena de nuestro papá, que es mi tocayo, porque como suele suceder, el primer hijo debe llevar el nombre de su progenitor, y mis padres se pusieron todo creativos, y así nació el "Alexon Esteban Ruiz". Si yo hubiera podido opinar allí, hubiera gritado por el ombligo de mi madre algo como: ¡Me quiero llamar Fernando Moctezuma, o Cleytón Forlz! ¡Gracias: La Gerencia!.
Pero nada de eso pasó. Soy Alexon Esteban y "Esteban" me quedé, junto a las otras 160.743 mil personas en todo el mundo. Nunca me pareció un nombre muy artístico, pero ya que, es mi nombre y me gusta. Al menos Alexon no suena tan simple.
-Esteban, ven a desayunar rápido o se te va a enfriar -Me llama mi padre usando nuestro nombre compartido. Le doy una mirada al microondas sobre la nevera pero no digo nada, sonrío y le doy las gracias a mi padre.
-Que lo caliente entonces el bebé. -Acota mi amado y querido hermano (véase el sarcasmo) con su usual actitud de entrometido.
Le doy un mirada furibunda y suspiro dejándolo pasar. Minutos después de desayunar y comprobar que todas mis si queridas y amadas plantas de Portulaca Grandiflora, estuvieran bien regadas, me dispuse a cerrar las puertas traseras y revisar la cocina, los seguros, los baños y mi habitación.
Mi familia se fue, dejandome solo mientras seguía dando vueltas por la casa. Ya es costumbre. Después de todo, mi hermano terminó la secundaria, o bachillerato, que es el término usado en nuestro país, y comenzó a trabajar con nuestro padre como carpintero, fabricando y remodelando casas y cocinas.
Ellos son mejores cuando de trabajo duro se trata. Yo decidí estudiar en la universidad apenas terminé mis estudios anteriores, especialmente por eso, para evitar laboral en trabajos tan extremos.
No es lo mio.
Y trabajar con mi papá es como regresar en el tiempo cuando existía el imperio romano y sacrificaban gladiadores que peleaban hasta la muerte.
No es fácil.
La verdad es que aún estoy descubriendo que rayos voy ha hacer con mi vida. Lo sé, lo sé, es triste. Pero oye, hay que ser optimista ¿no? Aunque la inflación haya superado el 5237℅ y todos los días terminemos con una insolación crónica gracias a nuestro empatico sol que nos la juega.
A eso de las 5:00 pm, ya uno comienza a sentirse como la antorcha humana de los 4 fantásticos.
Amo esa película.
Y, a la Antorcha.
Entré al cuarto de mi hermano y en el espejo certifique que toda mi apariencia estuviera bien: cabello oscuro petróleo no muy largo peinado hacia arriba a lo Cristiano Ronaldo, mis dos lunares ridículos "punta de marcador" resaltando, uno en la mejilla, y el otro del lado opuesto casi igual, solo un poco más abajo. El que está en mi barbilla casi no se ve. Tengo pequeñas marcas de granos que me habían salido y están curándose lentamente. Odio la adolecencia.
Pero para aclararte un poco más como soy, te diré, que si estas imaginado a un chico sexi, vestido de negro y con tanta masculinidad y carisma que le brota por los poros.
¡Estás en lo correcto!
Vale, es broma. Pero casi. Aunque lo que brota por los poros es acné.
Otra vez, estúpida adolecencia.
No soy exactamente feo, pero tampoco uno de los One Direction. Mi atractivo es simple, aunque algunas personas me han descrito como: serio, odioso, "rockero", reservado, y otras veces, me han comentado que poseo algo frío e interesante en la mirada, y yo asumo que es la flojera y el sueño haciendo de las suyas.
Qué te puedo decir...
Pero sí, además, me gusta mucho vestir de negro, aunque por desgracia no toda mi ropa posee ese matiz. Y no, no soy rockero, pero si me gusta ese genero musical. Aunque para ser sincero, muchos pasamos por esas etapas de vestimenta y actitudes. No me arrepiento de nada. Ah, y tampoco me considero gótico, por si te cruza esa idea por la cabeza. La verdad, soy de los que cree que un poco de cada cosa no hace daño.
Cuando compruebo que todo está en orden, salgo de mi casa y llego a la esquina.
Luego me regreso.
Olvidé mi cartera.
Voy a llegar tarde a clases...
Otra vez.
Antes de salir vuelvo a comprobar que todo este en orden. Tomo mis llaves y las tanteo en el bolsillo.
Ahora sí, me encamino a la parada del autobús más cercana que está a quince minutos desde mi casa. Y por supuesto, hoy tenemos un hermoso día soleado.
Es curioso, porque mientras camino, pienso en como me gusta despertarme temprano (¿Qué clase de adolescente soy?) pero la razón es simple, al menos para mí. Es por el frío fresco, el rocío que espolvorea la hierva y plantas con diminutas gotas del liquido que nos compone y posibilita nuestras vida: el agua. La niebla suave, esa que como nubes cruza abrazandonos, es el gélido bostezo de la naturaleza al despertarse. Por la ranura de luz que comienza a cruzar el horizonte como una cuchillada, proyectando explosiones de destellos que tiñen las nubes de dorado y partes del cielo de naranja y rojo. Un espectáculo de luces que podemos disfrutar cada día y que mayormente todos ignoran, como muchas de las maravillas que nos rodean. El suspiro de las plantas, la abertura de las flores que forman mantos multicolores, la frescura reemplazada por una suave calidez. Es una de las dos veces en el día cuando realmente disfruto del sol.
Veo a personas conocidas cruzar y las saludo, soy del tipo que saluda siempre y esa es otra razón por la que mis vecinos piensan que soy raro, o un niñito de ciudad. No los entiendo.
Todos los días pienso en lo mismo. Fantasías en donde mis metas se hacen realidad. Esos quince minutos (o 35, si pierdo el autobús de la universidad) se han convertido en momentos hábiles de reflexión diaria.
Detallo mi entorno y me duele ver como nuestra gente decae y el país lentamente parece estar muriendo. Estamos en crisis y no sabemos que hacer. Ni siquiera los países extranjeros encuentran métodos efectivos para ayudarnos, aunque sé, que algunos buscan formas de brindarnos apoyo, pero nuestros lideres no se lo permiten, esos lideres que todos queremos ver presos. La esperanza se diluye como una gota de tinta en un vaso con agua, y solo podemos pensar en una solución: Escapar. O en todo caso, esforzarnos por sobrevivir como podamos.
Escapar; esa, es una de mis metas principales.
Pero por ahora, vamos a enumerarlas.
1): Terminar de corregir mi primer libro.
2): Publicarlo a través de una editorial, o venderlo de forma independiente. Lo que suceda primero.
3): Usar el dinero para irme del país, y establecerme en otro lugar.
4): Trabajar y ganar dinero para así poder ayudar a mi familia.
5): Comenzar a vivir mi vida como me haga feliz.
Lo demás, ya ocurrirá luego. Pero no niego algo, e pensado en todo lo que quiero para mi futuro, supongo que cada persona se lo plantea en algún momento.
Le llaman Plan De Vida.
Somos un mundo después de todo.
No, corrijo, en realidad cada persona es un universo, una infinidad de estrellas compuestas de sueños y anhelos en constante moviendo.
Un mar gigante, donde los peces; son nuestras metas y esperanzas.