Raven Braus.
-¡Cinco, cuatro, tres, dos, uno! ¡Feliz cumpleaños número dieciocho! -Gritan Damla y Cassie.
Son mis mejores amigas, bueno, somos como hermanas.
La puerta de mi habitación se abre y mis padres entran a mi habitación con un lindo pastel, decorado con muchas velas.
-Hija, pide un deseo.
-Lo haré, mamá.
Cierro los ojos y pido un deseo.
«Deseo sentir el amor por primera vez».
-Hija, estoy tan orgulloso de ti.
-Gracias, papá, te amo, los amos a ambos.
-Nosotros a ti, linda. Coman el pastel, chicas, nosotras estaremos abajo con sus padres.
Ellos se van y me quedo a solas con Damla y Cassie.
-¡Es hora, querida amiga!
-¡Cassie, no lo hagas! Que cumpla 18 no quiere decir que pueda con tu perversión.
-Déjame, Damla, actúas como mi madre. Raven, dime lo que quieres sabes sobre el sexo y el amor.
Cassie es la mayor, tiene 20 años y su hermana Damla tiene 19. El año pasado pregunté a ambas muchas cosas sobre el sexo, pero me dijeron que aún era menor, por esa razón me dirían todo al cumplir los 18.
-¿Cómo sabes que amas a alguien?
Cassie. -Lo sabes, porque tu corazón late con desesperación, sientes miedo y a la vez una sensación increíble, solo piensas en esa persona y sueñas con ella.
Damla. -Sientes mariposas en el estómago, y cuando él se acerca, tu respiración se corta y solo quieres besarle, abrazarle y sentir el calor de su cuerpo.
-Se escucha muy lindo, ¿así sienten ustedes cuando están con sus novios?
Cassie. -Sí, eso es lo que siento, sin contar el calor que sientes en tu intimidad cuando...
Damla. -¡No le digas esas cosas ahora!
Cassie. -Está bien, tranquila.
Damla. -Linda, entiendo que por tu enfermedad no puedas salir de casa, tus padres son muy protectores, nunca fuiste a la escuela y siempre estudiaste en casa, pero no es suficiente con lo que nosotras digamos o tu busques en Internet. El amor llega sin que nos demos cuenta, por esa razón debes experimentar todo tu misma.
»Las experiencias que yo tengo o las de Cassie no serán iguales a las tuyas, por eso no te diré nada más, tú debes experimentar, aprender y caer si sola, ¿lo entiendes, linda?
-¡¿Entonces que se siente cuando se tiene un pene por primera vez?!
Cassie. -¡Yo te lo diré! Sientes un poco de dolor al principio, pero después...
Damla. -¡¿Ninguna de las dos escucho lo que dije?!
Damla nos golpea a ambas.
-¡ay! Eso dolió -Gritamos Cassie y yo al unísono.
-Raven, tenemos una sorpresa para ti, me invitaron a una fiesta, puedo llevar a dos personas más conmigo. Es una celebración de la universidad, esta es la primera experiencia que vivirás fuera de casa.
-No lo sé, Cassie.
-¡Vamos, Raven! Incluso la amargas va a ir.
-¡Oye! No me llames así, Cassie.
-Está bien, lo haré solo porque es de noche, chicas.
-Pediremos permiso a tus padres, tienes que poner cara de mosca muerta y perro triste o tus padres no nos dejaran ir.
-¡Te sale muy bien, así se hace, Raven!
-¡Pero aún no hago nada!
Ambas ríen.
Bajamos a la sala en donde se encuentran nuestros padres.
-¡Miren, la chica del cumpleaños! -Dice mi tío Samuel.
Samuel es hermano de mi padre, aunque sé que mi padre Jacob es adoptado. Mi tío lo ama como un hermano de sangre y yo soy su sobrina favorita.
-¡Felicidades, linda!
-Gracias, tío Dante.
Dante es amigo de mi padre del orfanato, padre de Damla y Cassie.
-Estás cada día más hermosa, pequeña.
-Gracias abuela, Sarah.
-Mi nieta favorita.
-Y tú eres mi abuelo favorito.
La esposa de Dante y madre de mis amigas también me felicitó. Todos lo hacen, me siento tan nerviosa. Sé que mis padres se molestaran.
-Papá, mamá. A Cassie la invitaron a una fiesta de la universidad, yo quiero ir, ¿podemos?
-Hija, sabes que a las diez tomas tu medicamento.
-No, no me parece buena idea, ¿y si te da un ataque y nosotros no estamos ahí? Ni pensarlo -dice mi padre.
-¡Mi nieta ha estado encerrada toda su vida como un animalito! Sé que le hace daño el sol, pero es de noche.
-Suegro, sabe de su enfermedad.
-¡Lo sé, Elizabeth! Tienes derecho a hacer lo que hacen las chicas de su edad. Vayan, niñas. A las 12 en punto las quiero en casa.
-Está bien, pero llévate tus medicamentos, hija.
-Lo haré, mamá.
-Cassie, Damla, cualquier cosa que pase me llaman inmediatamente.
-Lo haremos, tío Jacob.
Las chicas se despiden de sus padres y salimos de casa. Cassie es la única de las tres que tiene licencia y sabe conducir.
Subimos el auto y ella lo pone en marcha, me siento nerviosa y emocionada. Por mi enfermedad solo puedo salir al patio de mi casa por las tardes y noches.
Miro las luces de la ciudad, todo es increíble. Las chicas y yo cantamos una canción de Camila Cabello a todo volumen cuando...
Se escucha una explosión y Cassie pierde el control del auto, se estaciona a la orilla de la carretera y me siento aliviada. Bajamos del auto y nos damos cuenta de que fue una llanta.
-Estamos en medio de la nada, llamaré a papá.
-¡No lo hagas, Damla! Sabes que nos dirán que nos lo advirtieron, y que volvamos a casa.
-¿Qué haremos entonces?
-Yo pediré ayuda a alguien, ustedes busquen alrededor ayuda.
-Vamos, Raven.
Damla me toma de la mano y entramos en el bosque. Caminamos por algunos minutos, hasta que tengo ganas de orinar.
-Damla, iré a buscar un lugar para orinar.
-Por supuesto, yo te espero aquí, ve y no te alejes tanto.
Camino un poco más hasta que encuentro un lugar, después de orinar escucho a una mujer llorando. Camino un poco más hasta ver a lo lejos una casa enorme con luces, tal vez ellos puedan ayudarnos.
Llego a la casa y la puerta se encuentra abierta, escucho de cerca los sollozos de la mujer.
-¡Alessandro, para, me estás lastimando!
Entro y me esconde detrás de una puerta cerca de una habitación, me asomo un poco y lo que veo me deja fría. ¿Esto es hacer el amor? Cassie me dijo que dolía la primera vez, quizás la chica también es virgen como yo y le duele mucho.
El hombre la tiene de espaldas y la embiste con fuerza, puedo ver como su trozo enorme de carne sale y entra en la chica. Una sensación placentera se apoderó de mí, un cosquilleo en el estómago, un escalofrío en la columna y humedad entre las piernas.
Sin darme cuenta muevo mis piernas entre sí y siento algo que nunca había sentido, se siente realmente bien. Me apoyo en la puerta, esto hace que haga ruido y ese hombre me descubra.
La chica se va y trato de esconderme, pero sé que es demasiado tarde para eso. Salgo y él me apunta con un arma, no me sorprende, pues mi tío Samuel es policía y estoy acostumbrada a ver armas en mi casa.
Me habla, pero todo lo que puedo ver son sus ojos. Son tan azules y hermosos, y él es tan alto y su piel tan blanca, su cabello castaño claro se veía tan suave, y el olor de su colonia masculina me picaba el estómago.
Sus labios carnosos me hablaron, pero todo en lo que podía pensar era en esa increíble escena en la que miraba entre sus piernas.
Él se enoja y me toma del cuello, sus manos son tan fuertes y llenas de venas, al igual que su miembro.
-¡Raven!
Escucho a Damla.
Me despido de él con un beso en la mejilla y corro para encontrarme con mi amiga.
-Raven, no sabes lo preocupada que estaba. Cassie me llamó, un chico le ayudó a cambiar la llanta, podemos ir a la fiesta.
-Está bien, vamos.
Salimos del bosque y subimos al auto. Trato de actuar con normalidad, pero no puedo pensar en otra cosa que no sea él...