-Que llego tarde y que tenia que volver adentro con mi novio y mi hijo- sonreí-
Unos segundos después sentí sus labios contra los míos.
Sentí como intento separar nuestros labios, así que lleve mi mano hasta su nuca y volví a besarlo con mas profundidad. Su lengua jugaba con la mía, sus dientes mordían mis labios cada ves que nos separábamos, pero en cuestión de segundos volvíamos a unirlos con mas intensidad que antes, nuestras manos recorrían el cuerpo del otro, apretando, acariciando, cuando sus manos llegaron a mis pechos, no pude evitar apretar mis piernas.
Ambos estábamos tan necesitados, tan calientes. O quizás solo era yo.
-Si no nos detenemos ahora, yo...-
Su voz se escuchaba tan ronca, y a la vez tan débil. Estaba excitada, pero aun así sabia que si no parábamos, no sabia como volver a mirarlos a los ojos.
No podía hacerlo, tener sexo mezclado con el trabajo. Por que si, ya le había ofrecido trabajo, no podía simplemente decirle que no trabajaría en panadería, pero una cosa era el trabajo y otra muy diferente es que ahora vivíamos juntos, no se por cuento tiempo pero lo hacemos, tenia que parar, pero esto se sentía tan bien, y sus ojos, <¡Mierda!>, esa mirada. La poca voluntad de parar esto, salió volando al ver sus ojos, esos ojos marrones tan hermosos que tenia, se habían vuelto tan oscuros, tan cargados de deseo y excitación, el estaba igual que yo, pero ya era tarde era ya no había manera de parar esto ahora, no quería parar. Quería mas. Quería mas de el.
Volví a besarlo.
Lleve mis manos hacia su cintura, atrayéndolo hacia mi, separe mis piernas y el se coloco en medio, soltando gemidos por parte de ambos al sentir su cuerpo sobre el mío, enrolle mis piernas alrededor de su cintura sintiendo su dura erección contra mi pelvis. Una de sus manos sujeto firmemente mi muslo derecho mientras que su mano izquierda acariciaba mis pechos por encima de mi remera, podía sentir como mis pezones se ponían cada vez mas duros y sensibles.
Mis manos dejaron su rostro y poco a poco fueron llegando hasta el borde de su pantalón.
-¿Puedo...?- mas que una pregunta, fue una suplica de mi parte-
-¡Por favor!-
Su jodida voz iba a matarme. Su cabeza esta enterrada en mi cuello, mordiéndolo, succionando mi piel, me esta volviendo loca.
Sin pensarlo dos veces, baje sus pantalones junto a su bóxer para poder tocarlo como quería, y antes de darme cuenta, mi ropa y la poca ropa que el tenia habían desaparecido. Una vez que estuvimos en la misma posición, lleve una de mis manos hasta mi boca, la ensalive un poco, volvía bajar mi mano, y tome su miembro, el estaba tan duro, tan caliente, era largo y grueso, mi mano no llegaba a cerrarse, comencé a acariciarlo desde la punta hasta la base, haciendo que sus gemidos se volvieran mas pesados, mi mano no dejaba de moverse, de arriba hacia abajo, y lo único que quería probarlo con mi boca..
No solía comportarme de forma agresiva cuando tenia relaciones sexuales, pero este chico me estaba desquiciando, su piel, su voz, su calor, su manera de decir mi nombre, la manera que tenia de tocarme, todo en el, me estaba descontrolando.
Mire hacia abajo, su erección, y la manera de sentirla entre mis manos, hacia que sintiera ganas de acercarla mas a mi cuerpo, lo necesitaba mas cerca, quería sentirlo dentro de mi. El lo noto, y llevo una de sus manos hasta mi muslo y la otra se mantenía firme en mi cara, obligándome a mirarlo, acerque la punta de su miembro a mi entrada. El me embistió con tanta fuerza, que sentí que iba a desmayarme de tanto placer.
La sensación de plenitud era casi abrumadora, sus movimientos eran tan firmes, duros, parecía una animal, un jodido animal.
-Estas tan húmeda- gruño en mi cuello, deje mi mano en su espalda baja, y mi otra mano la lleve a su cuello, moviéndola desde la nuca, pasando por cuello hasta llegar a su hombro, donde enterré mis dientes haciendo que soltara un gruñido tan fuerte, tan animal.
Estaba tan cegada por el deseo que no podía articular palabra alguna, era la primera vez que estaba con alguien que la tuviera así de grande, que con cada embestida sentía como iba a desfallecerme de placer.
-La siento...tan grande...- gemí en su oído- La siento...tan grande...dentro...ah...de mi....ah-
Mis gemidos no dejaban de salir. Nuestras respiraciones se escuchaban tan pesadas.
-Esta así....de...grande por...ti...Nena-
Volvió a besarme, mas desesperado que antes, a la vez que empujaba incluso mas profundamente que antes, quería que supiera con exactitud como de grande era.
Una electricidad recorrió mi espalda y descendió por mis muslos. Mi orgasmo estaba cerca. Alex llevo ambas manos hacia mis nalgas, presionándolas con fuerza, dándome a entender de que el también ya esta en su limite.
-Tengo que...si no voy a...-
Entendí lo que estaba diciendo, habíamos olvidado por completo usar condón.
-Dentro... hazlo dentro- insistí- Quiero sentirte-
Sus movientos se volvieron mas violentos que antes, mas certeros, el sabia lo que quería, y estaba dispuesto a dármelo sin restricciones. Se nos había olvidado por completo que apenas nos conocíamos.
Unos minutos después sentí como cada musculo de mi cuerpo se contraía, arrastrándome al mas jodido y poderoso orgasmo que había tenido en meses, unos segundos después lo sentí explotar en mi interior, acompañado de un gruñido tan fuerte que no pude evitar sonreír. Se dejo caer sobre mi mientras aun seguía en mi interior, su cabeza reposaba en mi cuello y una de sus manos encontró la mía, entrelazando nuestros dedos. Mis ojos seguían cerrados, mientras trataba de calmar mi respiración, mientras que una debilidad se apodero de mi cuerpo.
Abrí los ojos, y quite la vista del techo para verle la cara, sus ojos estaban cerrados, gotas de sudor por toda su cara, sus mejillas rojas, y una sonrisa dibujada en sus labios. ¿Como es que se ve tan lindo?, con mi mano libre recorrí su espalda, hasta llegar a su nuca, en donde me quede jugando con su pelo.
-¿Estas bien?- le pregunte-
-Si...lo siento- dijo y luego añadió- Olvide el condón...lo siento-
Sonreí, ¿Y como no hacerlo?.
-Odio los condones- admití- Es por eso que tomo píldoras...además fue algo espontaneo, ninguno de los dos tuvo tiempo de buscar alguno- añadí-
-Aun así...-
-No, no hagas eso, no te disculpes- le ordene, bese su frente, seguí por su nariz, y finalmente su labios, el levanto su cabeza para profundizar el beso, no separamos pero aun así seguía a centímetros de sus labios- Se sintió tan bien que te corrieras dentro de mi- le sonreí-
El sonrió y volvió a besarme. Poco a poco fue saliendo de mi, haciendo que soltara un leve gemido en su boca. Me hizo sentir tan vacía, tan débil.
Un rato mas tarde ya nos habíamos bañados los dos, y Liam estaba despierto. Prepare una ensalada simple para almorzar, tenia pollo, zanahoria, lechuga, tomate, queso en cuadraditos, huevo duro, la condimente con sal, aceite, vinagre y mayonesa, y para acompañar pan tostado. Prepare la mesa mientras Alex le deba el biberón al bebe, una vez que nos sentamos a comer, creí que la situación seria incomoda, por lo de hace un rato pero no, me sentía tan tranquila, y el se veía tan calmado.
-¿Con que crees que necesite ayuda tu mama?- me pregunto mientras lavaba los platos-
Se me había olvidado que mi mama le había pedido que la viera en la florería, seguro que se trataba de mi cumpleaños, o eso espero.
-Supongo que para hablar sobre mi cena de cumpleaños-
-Entiendo-
-Estaba pensando, después de acompañarte a la florería, yo voy a pasar a la panadería, ¿Quieres que Liam venga conmigo?, en caso de que mi mama en realidad si quiera que muevas algo, yo para que estés tranquilo- le explique-
-¿Segura?-
El se acerco a mi, y coloco sus manos en mi cadera, mientras yo sostenía al bebe.
-Por mi esta bien- le sonreí-
El se acerco lo suficiente a mi boca, pero no me beso, solo se quedo a centímetros de mis labios, sonreí al ver lo que quería. Acorte la minúscula distancia que había entre los dos y lo bese, al principio era algo tranquilo, pero una de sus manos se posiciono detrás de mi cabeza, para profundizar mas el beso.
-Alex...- lo llame en medio del beso- El bebe- le recordé-
Al mirarnos, supe enseguida que quería volver a hacerlo al igual que yo, pero no podíamos, al menos no ahora. Tenia al bebe en mis brazos, el tenia que ir a ver a mi mama y yo tenia que ir a la panadería.
-Tienes razón-
Un rato mas tarde, ya en la florería, mi mama de verdad necesitaba ayuda, le había llegado un pedido grande para una boda y mi hermano era demasiado lento para ayudarla.
-¿Segura que no quieres que me quede?-
Le volví a preguntar a mi mama por decimo quinta vez.
-No, no, Alex es mas que suficiente- sonrió- En los veinte minutos que lleva ayudándome armo quince ramos, y tu hermano que lleva mas de cinco horas ayudándome armo treinta y cinco- parecía molesta-
-Esta bien-
Mi mama volvió a armar ramos de rosas, mientras que mi hermano parecía mas interesado en jugar con su teléfono que en ayudarla. A lo que yo pensaba en como haría para vivir solo. Al llegar a la puerta, con el cochecito, Alex de acerco a nosotros para despedirse, primero beso la frente de Liam y le dijo que lo iba a extrañar, y que se portara bien, , pensé. Después se acerco a mi.
-Llámame si necesitas que lo valla a buscar o si pasa algo- se escucha preocupado-
Supongo que esta es la primera vez que se va a separar de Liam por un rato.
-No te preocupes, si algo pasa te llamo-
Me abrazo por la cintura y me beso, puse mis brazos alrededor de su cuello y le seguí el beso.
-Llámame- susurro entre mis labios-
Asentí para luego darle un pequeño beso antes de salir del lugar. Al llegar a la panadería, Donna y Zach parecían felices de verme.
-¿Donde estabas?- me increpo Donna-
-En casa- me limite a decirle-
-En casa- me replico Zach en tono de burla-
Tome al bebe en brazos y deje el cochecito en el rincón, cerca del mostrador.
-En casa, en casa, ¿Teníamos en enterarnos por tu mama de que estabas en casa?- me reprendió Donna-
-Mi teléfono se murió y me olvide de ponerlo a cargar, perdón- me disculpe-
-¿Como te fue con el tipo de servicios sociales?-
-Donna, ¿Recuerdas cuando conociste a mi hermano, yo trabajaba en un casa, como niñera?-
-Si, no era el mocoso que escondió una tarántula en tu bolso, a modo de "juego"- comento moviendo sus dedos-
-¿Una tarántula?- pregunto Zach sorprendido-¿Que clase de juego es ese?-
-De la clase que me hizo odiar mucho mas a las putas arañas, de esa clase-
-¿Que tiene que ver eso con el trabajador social?-
-No...no me digas..-
Donna pareció entender a lo que iba, mientras que Zach seguía pensando.
-¿El mismo mocoso?-
-Sep, el mismo-
-¿El tipo que te hizo la broma es el trabajador social?-
-Zach amor de mi vida, espabila mi cielo, espabila- le sugirió Donna-
-Si Zach, el mismo chico es quien vino a hacer las preguntas a Alex-
-¿No es que te hizo el cartel?
-Sep, ese mismo-
Recordó mi mejor amigo.
-¿El que te rompió el corazón?
-Si el mismo-
-¿Y que paso?, habla mujer, quiero detalles, no te saltees nada, lo quiero todo-
-¿No hay mesas que atender?- pregunte-
-No, hasta las cuatro que empiezan a salir los chicos de la escuela-
-Eso ya lo...-
No voy a terminar esa frase, es mi panadería, yo conozco el horario de venta, no soy tonta.
Les conté todo lo que había pasado, desde la preguntas hasta la confesión que me hizo en el pasillo.
-¿Le gustas después de tanto?-
-No se, si lo dijo en broma como lo hacia siempre o lo dijo enserio, no sabría diferenciarlo... además...habla español-
-¿Habla español?-
-Sep-
-¿Español estilo, yo saber español mucho o yo se hablar muy bien español-
-Estilo, yo se hablar muy bien español... aunque era mas un español cubano-
-¿Acento cubano?-
-Aja-
-¿Y a que viniste?- me pregunto Zach, mientras preparaba una ganache de chocolate blanco-
-Bueno, no se, quizás...¿Por que esta es mi panadería?-
-Que poca fe que nos tienes- me replico-
-Eso no es cierto, si no les tuviera fe, hubiera venido mas temprano-
-No, estabas demasiado ocupada haciéndote esos chupones-
-¿Chupones?, ¿Me quedaron chupones?- me sobresalte-
-Apenas si se notan, cochinota- se burlo Donna- ¿Y como estuvo?-
-¿Como estuvo que cosa?- pregunto Zach-
El tono de burla de Zach era casi imperceptible. Le encantaba molestar a Donna haciéndose el idiota.
-Zach, mi rey- le respondió Donna- Lo que tienes de lindo, lo tienes de despistado, tu sigue cocinando, no te preocupes-
Tomo mi mano y saco de la cocina, llevándome hacia el mostrador para que pudiéramos hablar tranquilas sin interrupciones.
-Una semana y ya te lo estas tirando, me siento orgullosa-
-Ambos somos adultos Donna, creo que es algo normal-
-Esta situación no es nada normal, por si no te diste cuenta-
Se que tenia razón, de esto no era normal. Como si nunca hubiera hecho una pendejada así de grande. O bueno al menos de este tamaño.
-No te metes en la casa de tu desconocido vecino a cuidar a su bebe, limpiarle, darle de comer y al otro día lo llevas a vivir contigo para fingir una relación para que no le saquen al bebe y a la semana terminan dándose como a cajón que no cierra-
-Primero, si hubieras visto esa casa, y a el, hubieras hecho lo mismo. Segundo esto es un buen negocio para los dos, el consigue lo que quiere y yo consigo lo que quiero, es así de simple, y si en el camino tenemos sexo, alguna que otra vez, no me molesta, siendo honesta no me vendría mal un polvo de vez en cuando-
- ¿Y que va a pasar cuando alguno de los dos se enamore y el otro no?, por que mi ciela nada de esto es tan simple-
-¿Así como lo que sientes por mi hermano?-
-Ese no es el punto-
-Ese es el punto, si en algún momento, lo que tengo con Alex se me sale de las manos, voy a ser lo suficientemente madura como para saber cuando parar, pero si es mutuo, no le veo nada de malo, pero tu y mi hermano llevan años, que si, que no, y ninguno de los dos hace nada, no porque no quieran, si no porque tienen miedo, ¿O vas a decirme que no te asusta arruinar su amistad?-
-Es lo que mas miedo me da, que nada vuelva a ser como lo es ahora-
-Donna, conozco a mi hermano mas de lo que el mismo se conoce, y te aseguro, de que te ama, no dudes de eso jamás-
-¿Entonces no te molesta que sea tu cuñada?-
-Para mi lo eres desde hace años-
-¿No merezco un aumento por ser familia?-
-Uy, ¿Escuchaste eso?, creo que Zach me esta llamando- mentí-
Ambas nos reímos y fuimos a ver si Zach necesitaba ayuda, esta semana no habíamos recibido pedidos especiales, como pasteles de boda, cumpleaños, bautismos, ni nada parecido, así que podía dedicarme completamente a preparar mi Torta de cumpleaños.
-¿De que tienes pensado prepararla?-
-No se-
Tampoco es que tenia un sabor favorito, a mi me gustaba todo y de todo. Aun que quería ver si me salía la Torta que mi abuela solía hacerme en cada cumpleaños cuando vivíamos en Argentina.
-¿Llego el dulce de leche?-
-Si, en la mañana-
-¿Me lo dejas sobre la mesa?-
-Seguro- dijo buscando en las cajas que se encontraban en el suelo, después de dejarme el pote de dulce de leche en la mesa, añadió- ¿Quieres que cuide al bebe mientras cocinas?, porque no puedes hacer dos cosas al mismo tiempo-
-¿Seguro que puedes?-
-Recuerdas que estoy cuidando a tus tres hijos, ¿Verdad?-
-Cierto, perdón-
Le di al bebe y comencé a preparar todo para poner empezar a cocinar, primero el bizcochuelo, era de chocolate pero con un ligero sabor a café, después la crema Bariloche para rellenarlo, y por ultimo decorarla con crema de chocolate y café, con bombones de dulce de leche y ron.
Una vez que las tres capas de bizcochuelo estaban terminadas las deje tomar frio en el congelador, necesitaba que estuvieran frías para poder apilarlas, mientras tanto en un vaso coloque leche y café instantáneo, después procedí a preparar la crema Bariloche, manteca, dulce de leche y chocolate amargo derretido, amaba esa crema, es perfecta, busque una bandeja para poder empezar a apilar los bizcochuelo y rellenarlos.
Una vez que la torta estaba en el congelador, prepare la crema de chocolate y café, el secreto era usar café instantáneo para que no fuera tan invasivo el café, termine de decorarla con la crema y los bombones, y la deje en el refrigerador, busque mi celular, me sorprendí al ver la hora, las siete y media de la noche, tenia que llevar a Liam a casa y preparar la cena.