Capítulo 7 Capitulo 7.

Hacia tanto que no decía eso, llevar a alguien a casa y preparar la cena, estaba acostumbrada a comer sola, y cuando comía, a veces solo llegaba, me bañaba y me iba a dormir.

Donna y Zach iba a cerrar la panadería, y les avise que mañana no abriríamos ya que era mi cumpleaños, y que estaban mas que invitados a venir en la noche a festejar mi cumpleaños.

Le dije a Zach que debía traer a mis bebes. David, Elías y Malena eran mis ahijados, eran niños tan buenos que claramente a Zach no salieron. El papa de Zach había muerto hace casi cuatro años, tuvo un ataque al corazón, murió casi al instante cuando aun estaba en el trabajo. Era contador, y a su vez era uno de los mejores amigos de mi papa. Fue devastador para su familia y para mi familia, lo queríamos muchísimo. Además su esposa Samanta a penas tenia siete meses de embarazo, y los únicos ingresos de dinero que tenia era de su papa y de Zach. De mas esta decir que no dude ni un segundo en aumentarle el sueldo y ayudarlos con todo lo que podíamos. Por suerte tres meses después de que su mama tuviera a su bebe, encontró trabajo como empleada de limpieza en un pequeño hotel, con eso podían contratar niñera al menos por unas cuantas horas.

Una vez que llegue a casa, todo estaba apagado, Alex aun no había llegado, Liam por suerte se había quedado dormido, así que lo recoste en su cuna, se había aguantado tantas horas en la panadería despierto y riendo con Zach, era normal que estuviera cansado, le tome una foto y se la envié a mi mama. Por suerte pensé en hacer una comida rápida, pollo a la crema de verdeo con papas al horno. Después de fijarme que las papas estuvieran completamente cocidas, apague el horno, y puse los platos en la mesa, los vasos, los cubiertos, todo lo necesario para que cuando Alex llegara pudiera comer y después darse un baño.

Mi teléfono sonó, era un mensaje de mi mama, con un stiker de corazón y una foto, era Alex, sin remera, transpirado, con algunas líneas de tierra en su espalda y cargando una bolsa de tierra, después envió la frase , . ¿Como podía verse tan jodidamente sexy?, ¿Conoció a mi papa?, Pobre chico, ni me quiero imaginar todo lo que le habrán preguntado.

Escuche el timbre y fui a abrir de inmediato, si era Alex debía recordar hacerle un duplicado de la llave. Y si, era el, se veía cansado, con tierra en su cara, su ropa algo sucia, pero aun así se veía tan lindo. Lo recibí con una sonrisa, y me aparte de la puerta para que pudiera pasar. Cerré la puerta y me di vuelta para poder hablarle.

-¿Como te...-

Su boca impacto la mía sin darme chance a que termine la frase, sus manos viajaron hasta mis nalgas donde la apretó con fuerza atrayéndome hacia el, me beso con tanta intensidad que si no fuera porque el me apretaba contra su cuerpo, de seguro me caería. Su boca abandono mi boca y comenzó a bajar hasta mi cuello.

-Alex...tienes que comer- prácticamente lo gemí en su oído-

-Quiero comer...te a ti- su voz ronca por la excitación me humedeció en cuestión de segundos-

Lleve mis manos hasta el borde su remera y empecé a levantarla para quitarla, la quería fuera del camino, una vez que la quite seguí con su pantalón y bóxer, lo deje completamente desnudo.

-Eso no es justo- me reprocho al ver que yo seguía vestida-

-Todo a su tiempo- le respondí para dejarlo apoyado contra la puerta, tenia que sacarme las ganas de probarlo-

Bese su cuello, lento, tomándome mi tiempo, mientas que mis manos paseaban por su abdomen, hasta llegar a su erección.

-Déjame darme una ducha primero, estoy....-

Tome su miembro entre mis manos.

-¿Decías?- le pregunte mirándolo a los ojos-

-Que...ah...Nena...vamos...por favor...ducha...-

Sonreí al escucharlo tartamudear, esta bien, no soy tan mala como para no dejarlo bañarse, pero el me había provocado. El solito se lo busco.

-Esta bien, ve a bañarte, y cuando salgas, te vas a sentar a comer...¿Entendido?- le dije al oído-

-¿No quieres duchar...-

-Me encantaría pero tengo que calentar la cena y vigilar a Liam- me acerque a sus labios- Ve- le di un pequeño beso-

-Prometo compensarte en un rato-

-Mas te vale- amenace-

El tomo su ropa y camino hacia el baño, mientras yo me quede apoyada en la puerta viendo como se alejaba, . Me reí ante mi pensamiento.

Volví a calentar la comida, y mientras esta se calentaba, eche un vistazo al bebe, seguía durmiendo, aun que revise su pañal para ver que estuviera limpio, todo esta en orden, lave mis manos, y ya eran las nueve de la noche, tenia que tomar mi pastilla o en un par de meses habría otro como Liam, y no gracias, con uno es suficiente.

Cuando Alex salió del baño tenia una toalla alrededor de su cintura, su pelo aun esta semi mojado y algunas gotas caían sobre su torso, , pensé. Y estaba...¿descalzo?, la voz de mi abuela y mi mama se hizo presente en mi cabeza, <¡Anda a calzarte que te vas a enfermar!>, ¿Que hago?, ¿Que hago?, No quiero sonar como una loca, ni como una mandona pero siento que si lo hago no voy a poder vivir conmigo misma.

-¿Que sucede?-pregunto al ver mi cara-

-¿Puedes hacerme un favor?- le pedí-

-Dime, ¿Que sucede?-

Creo que lo preocupe. Tonta, tonta. Me repetía.

-Puedes secarte el pelo y calzarte-

Su mirada de confusión me hizo sentir vergüenza de mi misma, así que me acerque a el y le puse mis manos en la cintura.

-Es que mi mama y mi abuela siempre me dijeron que si cuando salía del baño no me secaba bien y me calzaba, me iba a enfermar- le explique y añadí- No quiero que te enfermes-

El suspiro aliviado y me dedico una sonrisa.

-Creí que estabas enojada porque estaba mojando el piso-

Negué repetidas veces con la cabeza.

-No quiero que te enfermes-

El no dejaba de sonreír.

-¿Crees que estoy loca?, Por que se que lo estoy pero si no te lo decía no iba a poder vivir conmigo misma-

-¿Donde estuviste toda mi vida?-

Subió sus manos hacia mi rostro.

-En Argentina, peleándome con mis vecinos- me reí-

Soltó una carcajada para luego pegar su frente con la mía, el brillo en sus ojos marrones se notaban mucho mas ahora que lo tenia así de cerca.

-Me hubiera encantado conocerte antes-

Me mordí el labio inferior recordando como era antes. Antes parecía un mapache, casi ni dormía, vivía leyendo, escribiendo, llorando por mi boyband favorita, por personajes ficticios, saliendo de fiesta cada que podía. Si pensándolo bien no creo que hubiera sido buena idea que nos conociéramos antes.

-Aunque quisieras no creo que hubiéramos podido conocernos antes- me reí algo nerviosa-

-¿Por que?-

-Mi vida básicamente se resumía en escuela, trabajo, leer, escribir, escuchar mucha música, llorarle a personajes ficticios, salir de fiesta con mis amigas y cuidar a mi hermano, esa fue mi vida en Argentina, así que no creo que nos hubiéramos podido conocer-

Me beso, era un beso tan lento y suave.

-Justo la clase de chica que me gusta- me dijo rosando sus labios con los míos-

¡Suéltenme que me caso!. Este chico no puede ser real. Algo malo debe tener.

-Deja de chamullarme y siéntate a comer-

-¿Que es chaullarme?-

Una risa me escapo sin poder controlarla, me había tentado.

-No te burles-

-No, no, perdón, perdón...perdón amor, perdón, fue sin querer-

Me acerque a el de nuevo y lo bese.

-Perdón te prometo que te lo voy a explicar después, ahora ven a comer que se enfríe-

Me miro fingiendo molestia.

-Primero voy a cambiarme-

Después de cambiarse, y calmar las voces en mi cabeza, nos sentamos a comer, no me voy a cansar jamás de sus caras al probar mi comida, me hace sentir muy feliz que le guste lo que le preparo. Me recordaba a mis papas cuando llegaban de trabajar y yo les tenia la cena preparada, sus caras al probar mis recetas me hacían sentir tan feliz.

Al terminar de comer, el recogió los platos y le dije que yo lavaría pero no me dejo, así que aproveche para darme un baño, podía sentir el olor a chocolate en mi ropa, no es que me moleste pero odio sentirme sucia. Una vez que me bañe, me quede sentada en el baño, mirándome al espejo, ¿Cuando creció tanto mi pelo?, Sigo pareciendo un mapache pero ya no se notan tanto las ojeras, estaba algo pálida, extrañaba el verano Argentino, salías media tarde a caminar y volvías hecho un carbón, extrañaba mi bronceado veraniego, mis ojos marrones resaltaban mas con mi palidez, pero estoy buenísima.

Después de años estaba feliz con mi cuerpo, y con cada aspecto de el, amaba cada cicatriz, cada tatuaje, aunque me faltaría algún que otro tatuaje nuevo. Salí del baño riéndome sola, como una loca. Alex tenia a Liam en sus brazos, se veían tan tiernos.

-¿Que era lo divertido?- pregunto curioso-

-Que parezco un fantasma- me burle de mi misma-

-A mi me gusta ese fantasma-

Mi risa se detuvo en ese instante y lo mire entrecerrando los ojos.

-¿Te gustan los fantasmas?-

-Me gusta ese fantasma- repitió señalándome-

-¿Así?, mmm, a este fantasma le gusta cierto jardinero-

-Debe ser un sexy jardinero-

-Si que lo es...-

Camine hacia la cocina, abrí una de las puerta de la alacena, saque una caja de color dorada, tenia bombones que había preparado en la panadería para decorar mi torta. Quería que el los probara.

-¿Que es eso?- me pregunto al ver la caja en mis manos-

-Bombones de dulce de leche y ron-

-¿Por que creo que me vas a usar de rata de laboratorio?-

Sonreí ante su comentario.

-Bueno...si no quieres...es mas para mi-

Tome uno y lo puse en mi boca. Amaba el dulce de leche, pero el ron resaltaba aun mas su sabor, es por eso que es el mas vendido de mis productos. Alex se acerco a mi y tomo uno.

-Así que era dulce de leche- me comento con los ojos cerrados-

-¿Ya lo habías probado?-

No recuerdo haberle dado para que pruebe bombones en estos días que llevamos de conocernos.

-Una vez hace meses, creo que fue cuando Lina tenia cuatro meses de embarazo, regresábamos de un paseo en el parque y pasamos por la tienda, le diste bombones por estar embarazada y termine comiéndomelos yo- me explico-

-¿Y te gustaron?-

-Estuve varios días tratando de adivinar de que eran, aun que reconocí varios sabores-

-Crema de maní, menta, banana, naranja y avellana, son lo únicos que reconocen-

-Si, eran esos- me sonrió-

-¿Te digo cuales son los otros sabores?-

-¡Si!-

Solté una carcajada ante su incertidumbre, parecía un niño ansioso por saber que le iban a dar por navidad.

-A las embarazadas les damos, crema de maní, menta, banana, naranja, avellana, frutilla o fresa, manzana, mandarina, café y limón, seguramente esos fueron los que te dieron. Los demás vienen con un cartelito que dice que contiene alcohol, y son de coñac, vodka, ron, licor de anís y wisky-

-Me diste, tu fuiste quien me entrego el pedido-

-¿Yo?- lo mire sorprendida-

-Si-

-No lo recuerdo, perdón-

-No tienes porque disculparte, te veías cansada, pero aun así te veías linda y sonreías mucho-

-¿No cause ninguna discusión de pareja no?, Es que a veces suelo ser demasiado amable y confunden mi amabilidad con coqueteo y he presenciado varias peleas por eso- me disculpe y aclare-

-No, Lina ni siquiera te presto atención, pero yo...-

-Tu...-

-No dejaba de verte, no podía dejar de verte-

-No se que decir-

-¿Soné como un raro?-

-¿Raro?, No, a mi no me parece raro, es normal quedarse mirando algo o alguien, no quiere decir que seas raro por eso-

Sin contar que te pasaste cuatro meses sentado en la ventana como todo un acosador. Uno lindo pero aun así un acosador. Me reí mentalmente por eso. El no era el único que me miro durante cuatro meses, yo también lo veía a el. ¿Eso me convertía una acosadora también?.