Capítulo 4 Capitulo 4

Lorena

Algunos rayos de sol se filtraron por la ventana quemando directamente mi rostro.

Después de quejarme silenciosamente, me quise levantar de la cama, pero noté la presencia de alguien más, estaba acurrucado a mi lado abrazándome.

Que pasó ayer.

Me asusté que de un movimiento rápido me aparte de Leo, corrí hasta llegar a mi habitación e ir directo a mi cuarto de baño.

En el espejo note algunas marcas rojizas por mi cuello, mis pechos, mis caderas, eso quiere decir, mi mirada se alzó a mi rostro donde note lo despeinada que estaba.

Tuve sexo con Leo, con mi guardaespaldas.

Repare en el hecho en que estaba desnuda, así que me puse una ropa limpia y me acosté en mi cama, cerré mis ojos acordándome de la locura que hice ayer.

Al instante lo único que vi fue una oscuridad inmensa, pero luego me forcé y las imágenes vinieron como flashes, yo bajando las escaleras, sollozando por mi dolor, el intento de irme, su orden, mi desorden mental más presente al decirle eso, mi cuerpo estremecido por sus toques, mis gemidos, sus gruñidos, el sofá, la pared, la cama.

Cometí una estupidez

La vibración de mi celular me saco de mi mente, era un mensaje de Holden

Holden: No te olvides la reunión que tenemos acordada.

Lorena: Okay

Vi la hora en mi celular son las 9:00 AM.

Carajo la reunión es a la 10:00.

Con la velocidad de un rayo bajé hacia la cocina, prendí la hornilla y empecé a cocinar un desayuno para mí y Leo.

Me demoro unos diez minutos, los serví y devoré mi plato, el otro se lo dejé servido a Leo.

Me fui a cambiar por una blusa blanca, unos pantalones jeans y una chaqueta de cuero negra cuando baje encontré a Leo terminado de comer.

-Alístate que no tenemos que ir.

Sin más que decir partí mi camino hacia mi carro y me senté en el asiento del copiloto, luego de unos minutos Leo apareció con unos vaqueros y una sudadera, él no parece un guardaespaldas.

Le di la dirección del edificio que estaba como a una hora y media de mi casa, el viaje se me hizo una eternidad en la que me sumí en mis propios pensamientos y la tensión entre nosotros dos.

Llegamos, nos bajamos y entremos por la puerta principal donde empezaron los buenos días de los trabajadores y yo amablemente se los devolvía.

Entre a mi oficina y noté la presencia de alguien sentado en mi silla. Leo saco su arma y se la apunto, con mi mano la bajé, en su rostro se vio el desconcierto y la confusión de mi reacción.

-No sabía que los vampiros existían-Señalo mi cuello-porque tú fuiste su presa anoche.

-Ríete, Holden. Al menos yo tengo actividad.

Se levantó de mi silla y vino directo a mí abrazándome, el cual yo correspondí enredando mis manos en su cuello

-Te extrañé Lorena

-Yo también Holden

-Ahora quiero los detalles de tu vampiro-Lo único que obtuvo fue mi dedo de en medio en su cara

-Vamos al grano de la reunión, ¿Quieres?-Asintió, su mirada se posó en Leo con desconfianza.

-¿Y ese?

-El guardaespaldas que contrató Roberto

-Tu niñera-Su mirada se unió con la mía pidiendo que lo saqué de aquí.

-Leo ya es la hora de almuerzo. Anda a la cafetería y come.

-Su padre me dio órdenes directas...

-No quiero que me acusen de sobreexplotar a mi personal-Le dedique una mirada firme que dijo más que las palabras.

Se fue de mi oficina y Holden me miró con una sonrisa llena de malicia.

-Primero la reunión.

-Bueno-Soltó un bufido

Hablemos del susto y el paro cardíaco que le cause al saber que me habían disparado, de las perdidas y ganancias de los negocios en los que estoy implicada, y los problemitas que me han traído unas cuantas personas, sobre todo Mikaelo Gómez, un hijo de puta que me robó una cantidad de dinero.

Ya cabo su tumba.

-¿Y dónde está?

-Lo tenemos abajo.

-Bueno iré luego

-Ahora, ya terminamos, pues háblame del señor vampiro.

-Fue un error, estaba súper desespera a causa de Roberto que no me dejaba salir de mi casa.

-Así que te acostaste con alguien... El guardaespaldas-me miró con escrutinio y como no dije nada para él fue mi confirmación-No puede ser

¿Es bueno?

-Mucho

-¿Te vas a seguir acostando con él?

-Claro que no

-Porque perdiste el control dejando que te marcara de esa manera. ¿Tienes miedo?

-Estaba borracha

-Si no tienes miedo, hagamos una apuesta.

-¿Qué clase de apuesta?

-Tú Lorena Cruz, la mujer más atractiva y letal que tiene un sin fin de métodos de seducción, tienes que enamorarlo en un mes y medio.

Estás apuesta eran tan recurrentes que no entiendo cómo Holden no se queda sin dinero.

-Pero si tú te enamoras primero o no logras enamorarlo, me pagarás 2 mil dólares.

-Hecho.

❤️🔪❤️

Mis deportivos rechinan al caminar por el pasillo alertando a cualquiera que esté abajo esperando una muy amigable visita de mi parte.

-Señorita Cruz. Bienvenida.

Nos dejaron pasar y nos dirigieron hasta la celda donde estaba Mikaelo y su socio.

-Buenas tardes, socios.

-Púdrete perra-Ataco Mikaelo

-Yo no te he recibido de esa manera.

Me acerqué a él, de mi pantalón saque una navaja y le delimite si rostro sin ejercer presión para causarle un corte.

-A mí no me agradan las personas que hacen cosas a mis espaldas, ni mucho menos las que roban. Las aborrezco.

-Vete al infierno-Me saco una carcajada

-Créeme eso ya sé

-Vamos al punto-Los señalé-Uno de ustedes va a morir y otra va a vivir y saben qué es su decisión.

En su mirada se vio reflejado su decisión. Los dos señalaron a su opuesto.

Les sonríe

Saque mi arma y le dispare a su socio en la cabeza, en cambio, a Mikaelo le dispare en sus pelotas.

-Agradéceme que no te voy a torturar Mikaelo

Su estúpida sangre manchó mi delicada blusa, salimos de ahí con una sonrisa, al mi parecer, este día estaba empezando con el pie derecho. Mi mirada se dirige a Leo dónde en su rostro yace la más grande sorpresa.

-Soy la hija del mafioso más cruel y despiadado. ¿Cómo creías que iba a ser?

            
            

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