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Leo
El sonido de bala me dejó aturdido, pero lo que me dejó anonadado fue ver quién disparó a sangre fría a los cadáveres ahora frente a mí.
Lorena, una chica que yo creí buena, amable, cálida, inteligente y lo único que tenía mal era su adicción por el sexo.
Es una maldita asesina a sangre fría, calculadora, burlona, poderosa, atractiva, sádica.
No se podía esperar más, es hija de un mafioso.
❤️🔪🤍
Domingo... Domingo
Mi día libre
Dejo por fin esta casa
Voy al garage donde Lorena me dejo guardar mi auto, lo enciendo y conduzco hasta un barrio de los suburbios porque quedé de verme con un viejo amigo.
El Bar de Joe's
Un local muy antiguo, y muy bonito, tiene una fachada un poco desgastada al principio, pero cuando entras por esa puerta de madera te sorprendes al ver una bonita decoración, unas sillas y los muchos licores que sirven.
Este lugar me trae muy buenos recuerdos.
Una mano se alza sobre todas y de una sola mirada sé que es la de mi mejor amigo.
Entro por la puerta y unas caras conocidas me saludan con un apretón en el hombro o una palma en la espalda.
-Hola, Mark
-Hola, tío-Nos damos un fuerte abrazo.
-¿Cómo están todos?
-Mi esposa está muy bien, mi linda bebita está cada día más grande y yo estoy bien, aunque un poco cansado por los llantos y las despertadas en las madrugadas, pero de ahí estamos bien. ¿Y tú?
Me río-Yo estoy bien, ya conseguí un nuevo trabajo con la hija de un mafioso.
-¿Está buena?
-En primer punto, tienes esposa e hija y en segundo si está muy buena-Al mencionarla a mi mente viene lo que hicimos en ese sofá, en la pared y en la cama, nos dimos como unos locos-De ahí es igual que los demás, está loquita.
-Ya
-Ya
-Tú me estás tratando de mentir, tengo cara de estúpido. Te has acostado con ella
-No responderé eso
-Te conozco desde pequeños, cuéntamelo.
Tuve que contárselo porque si no lo hago se le daría la vida hasta cansarme y hacerme hablar.
-Esa chica está un poco zafada de la cabeza, se acostó contigo después de que le dispararán.
-Efectivamente.
Desde ahí solo hablamos de cosas triviales y de la familia de Mark, me contó sobre Elena y la bebé Lorena, qué raro se llama como mi Lorena, los problemas que están afrontando, y algunas peleas que han tenido de cosas muy estúpidas.
De pronto todo nuestro alrededor se volvió lento y todas las personas se quedaron con la boca abierta mirando fijamente a la puerta.
Nuestras vistas pasan de la multitud a la puerta y allí la veo.
Lorena
¿Qué hace aquí?
Lorena lleva unas gafas negras, una camiseta larga, unos shorts que no se les ve el inicio solo un poco del final, ya que la blusa lo cubre por completo y sus muy inigualables zapatos deportivos.
Va con una enorme sonrisa hacia la barra y todos hacen silencio como mostrándole respeto.
-Oigan pónganse a trabajar, ya se acabó el show.
-Lorena Cruz-Menciona lentamente Freddy
-Freddy-Gritó
-Lo de siempre-Niega energéticamente y señala a las mesas del fondo.
Su conversación se escucha lejana
-Mark llamando a tierra a Leo
-¿Qué?
-Está buena, pero deja de babear
-Es mi cliente, es Lorena
Una enorme O se formó en mi amigo.
Ella camina por nuestro lado y me da una mirada rápida, se siente en la mesa que da directo al edificio de a frente, nuestra mesa está a solo dos de la suya
Un hombre de mediana edad, se siente en la misma mesa al frente de ella, tuvieron una conversación muy pequeña, la cual yo intentaba escuchar, pero era imposible por los susurros que se daban, sus palabras se mezclaban con el aire.
Si le tocas unos solos de sus cabellos a mi Lorena no verás de nuevo la luz del día
Estoy teniendo una adicción a llamarla mi Lorena
Concéntrate
Compartieron palabras y el hombre rebuscó en su chaqueta, mi mano sin ninguna orden se dirigió a mi pistola, pero no hubo razones para darle un balazo en su frente, le entrego un sobre.
Él ya partía, pero la voz de Lorena lo detuvo.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿Por qué quieres saber?-Que irrespetuoso.
-Para nunca olvidarme de ti-Dijo con un sarcasmo rebosando.
-George Altman
El hombre salió con la cabeza en alto y una sonrisa de suficiencia. Lorena se levantó y se dirigió a nuestra mesa.
Ella se sentó a mi lado y con su mano dio un fuerte apretón a la mía que sostenía con rudeza la pistola. Nuestras miradas conectaron con una intensidad que ardía, en sus ojos se reflejaba la petición de que dejara mi arma.
-Buenas tardes...
-Mark
-¿Quién era ese?-Hable furioso
-Un problema
-Te dio una carta-Extendí mi mano
-No te la voy a dar
-Es mi trabajo
-Hoy es tu día libre
Su mirada está pegada a mi amigo y eso hizo que mi sangre hierva más de lo ya estaba por ese hombre irrespetuoso.
-Lorena-Le tendió su mano a Mark y él le dio un apretón
-¿Qué haces aquí?
-No era obvio-La miré furioso-Vine a hablar con el problema
-¿Qué quería?
-Darme la carta
-¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Te percataste que no te siguieran?
-Llegue en moto y si nadie me siguió, Leo-Su mirada no dejaba de estar fija en mi mejor amigo, me dio un ataque de ira
-Podrías prestar atención al peligro en el que te expusiste al venir aquí a ver a ese hombre, y ya deja de comerte con la mirada a mi amigo
-En primer lugar, sé que era peligroso venir, pero a mí no me da miedo la muerte y en segundo no me estoy comiendo a tu amigo con la mirada, estoy interesada en el collar que lleva puesto.
»¿Quién te dio ese collar? O ¿En dónde lo compraste?
-Me lo dio mi esposa ¿Por qué...-No lo deje acabar, lo tome del brazo y salimos del bar-Fue un gusto conocerte.