El rey Alfa me desea.
img img El rey Alfa me desea. img Capítulo 9 Cinco Uno.
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Capítulo 10 Seis. img
Capítulo 11 Siete. img
Capítulo 12 Ocho. img
Capítulo 13 Nueve. img
Capítulo 14 Diez. img
Capítulo 15 Once. img
Capítulo 16 Doce. img
Capítulo 17 Trece. img
Capítulo 18 Catorce. img
Capítulo 19 Quince. img
Capítulo 20 Diesciséis. img
Capítulo 21 Diescisiete. img
Capítulo 22 Diesciocho. img
Capítulo 23 Diecinueve. img
Capítulo 24 Veinte. img
Capítulo 25 Veintiuno. img
Capítulo 26 Veintidos. img
Capítulo 27 Veintitrés. img
Capítulo 28 Veinticuatro. img
Capítulo 29 Veinticinco. img
Capítulo 30 Veintiséis. img
Capítulo 31 Veintisiete. img
Capítulo 32 Veintiocho. img
Capítulo 33 Veintinueve. img
Capítulo 34 Treinta. img
Capítulo 35 Treinta y uno. img
Capítulo 36 Treinta y dos, y treinta y tres. img
Capítulo 37 Treinta y cuatro. img
Capítulo 38 Treinta y cinco. img
Capítulo 39 Treinta y seis. img
Capítulo 40 Treinta y siete. img
Capítulo 41 Treinta y ocho. img
Capítulo 42 Treinta y nueve. img
Capítulo 43 Cuarenta. img
Capítulo 44 Cuarenta y uno. img
Capítulo 45 Cuarenta y dos. img
Capítulo 46 Cuarenta y tres. img
Capítulo 47 Cuarenta y cuatro. img
Capítulo 48 Cuarenta y cinco. img
Capítulo 49 Cuarenta y seis. img
Capítulo 50 Cuarenta y siete. img
Capítulo 51 Cuarenta y ocho. img
Capítulo 52 Cuarenta y nueve. img
Capítulo 53 Cincuenta. img
Capítulo 54 Cincuenta y uno. img
Capítulo 55 Cincuenta y dos. img
Capítulo 56 Cincuenta y tres. img
Capítulo 57 Cincuenta y cuatro. img
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Capítulo 9 Cinco Uno.

Yo lo miré intrigada desde la cama y acomodé algunas almohadas en la cabecera para poder sentarme y estar cómoda. No podía apartar la vista aunque quisiera; estaba solo en pantalones por el amor de la madre y yo no era de piedra. Esa era la espalda más atractiva que había visto en mi vida.

Se detuvo en seco antes de llegar y giró la cabeza en mi dirección dándome una mirada que no pude descifrar y luego señaló su nariz.

¿Qué mierda? ¿Quería que oliera algo o tenía comezón? Me encogí de hombros y el soltó un suspiro antes de abrir la puerta y dejar pasar a su copia exacta como un maldito huracán de testosterona.

En cuanto me vió se dirigió a mí con furia en sus movimientos y asesinato en sus ojos. Vaya, me preguntaba qué lo había hecho enojar.

- ¡Tú! - Dijo señalándome y luego tomó mi brazo sin ninguna consideración para sacarme de la cama.

Ni siquiera lo pensé, solo reaccioné a su agresión tomando su mano y retorciéndola sobre su espalda. Tuve que maniobrar rápidamente para evitar su posible reacción a mi movimiento. Desafortunadamente para él, al parecer no tenía instinto de supervivencia porque el maldito intentó deshacerse de mi pequeña llave a pesar de que con una de mis manos lo tenía sujeto por el cuello.

- Yo, su alteza. - Dije en tono plano utilizando el peso de mi cuerpo para tenerlo efectivamente inmovilizado. - ¿Por qué interrumpe mi tiempo de pareja en este bonito y cálido día? - Pregunté sin realmente estar interesada en su respuesta.

- ¡Maldita perra! - Dijo girando su cabeza para poder mirarme a los ojos- ¡¿Qué mierda me hiciste?!

- Bueno, a esta se lo conoce como llave. Se usa cuando un lobo grande y malo piensa que puede maltratar a pobres e inocentes lobas en la intimidad de su cama. - Dije pestañeando inocentemente.

Un bufido divertido se escuchó a mi espalda. Si pensaba que Cole vendría al rescate de su hermano, estaba muy equivocada. Lo miré por breves segundos y se encontraba apoyado en el marco de su puerta con una postura casual y relajada. La única tensión que podías ver en él era en sus poderoso y jugosos brazos... Bien, no era una buena línea de pensamiento a seguir. Le arqueé una ceja y él se encogió de hombros. Más allá de él se encontraban algunos lobos que suponía eran la guardia del rey y miraban alternativamente entre el rey, su hermano y yo, inseguros de si debían intervenir o no.

- ¡No me refiero a eso! - Dijo intentando soltarse con más fuerza y yo lo dejé ir magnánimamente. Se levantó de la cama y me miró con furia, aunque se guardó sus manos para sí mismo esta vez. Bien, es bonito que haya aprendido la lección. - ¡Dime que mierda de brujería me hiciste o llamaré a mis guardias y te mataré en este segundo!

- Woa, ve despacio pequeño rey. - Dije divertida. - Para empezar, no sé de qué hablas. Te he visto un total de dos minutos en toda mi vida, ¿Cómo podría hacerte brujería? ¿Existe eso? - Pregunté divagando entonces me fijé en Cole; tenía el ceño fruncido y cuando arqueé una ceja en su dirección preguntando silenciosamente sobre el asunto de la brujería, él negó con la cabeza. - Como sea, con respecto al segundo asunto... ¿Es que acaso no puedes matarme tú? – pregunté curiosa. - ¿Necesitas que mami te diga si puedes estar conmigo y luego a tus guardias para matarme? ¿A quién llamas para que te limpie el trasero?

Sabía que me estaba pasando tres pueblos al no contener mi lengua, ya que después de todo era el rey del continente. No me importaba, en realidad; solo me gustaba hacerlo enojar y salirme con la mía. Éramos técnicamente parientes, así que bien podría aguantarse unas cuantas palabras reales.

- ¡Ya está bien! - Dijo con los dientes apretados y el color de su cara cambiando a un lindo púrpura. Cole reía a carcajadas y seguía sin intervenir. - Te encerraré en el maldito calabozo y luego te torturaré hasta que...

- ¿Y por qué quieres encerrar a mi pareja, hermano? - Preguntó con voz seria Cole. - Te recuerdo que por muy rey que seas, ella sigue siendo mía y tus amenazas no me gustan. - Dijo lanzándole una mirada fría.

Karel resopló.

- ¿Y tú crees que me creo el cuento de que la has reclamado como tu pareja? - Dijo con burla.

- No necesito que creas una mierda. Es mi pareja y si vuelves a amenazarla habrá un nuevo rey. - Dijo con una sonrisa siniestra. - Quien sabe, tal vez me una a la rebelión y tu reinado se vaya al carajo.

- Cuidado, hermano. Podría llegar a pensar que ya eres parte de la rebelión. - Dijo entrecerrando los ojos en su dirección y luego volteó a mirarme. No demostré la sorpresa que tuve al verme siendo defendida por Cole. - Dime ahora qué me hiciste.

Yo le sostuve la mirada sin parpadear y le contesté con tono aburrido juagando con mi suerte.

- Te sometí.

- ¡¿Qué mierda me hiciste cuando nos conocimos?! - Dijo con un gruñido feroz. Incluso le comenzó a brotar pelo de los brazos.

- Veamos...- Dije como si lo estuviera considerando mientras miraba al cielo raso de la habitación. Era lindo. - La primera vez que te vi fue ayer cuando entraste en el gran salón de eventos, luego te volví a poner atención cuando tu mami llamó mi nombre y tú me reclamaste. Me estaba yendo de aquí cuando tú me detuviste y arrastraste, no muy amablemente por cierto, hasta el escenario. Pronunciaste el desvinculamiento y luego me fui; no te había visto hasta hace 5 minutos después de eso. - Dije enumerando los hechos con los dedos. - Así que prácticamente el único que hizo cosas cuando nos conocimos fuiste tú. Tendrás que ser más específico pequeño rey .- Entonces aparté mi mirada y me fijé en Cole. - La actividad física de ayer me ha dejado agotada y hambrienta, cariño. ¿Crees que podríamos comer? - Pregunté esperanzada con un puchero ignorando al pequeño rey

- Por supuesto, cariño. - Dijo en tono suave.

Estaba bastante segura de que las venas del cuello de Karel iban a explotar de un momento a otro. ¿Yo? Era como una colegiala enamorada dando saltitos por dentro porque Cole me dijo "cariño". Le di una sonrisa sincera antes de prestar atención a lo que estaba diciendo Karel.

- ¡No te hagas la inocente! - Dijo ignorando mi pequeño acto romántico con su hermano. - Debiste de haberme puesto algo en mi ropa que aspiré o lanzaste algún hechizo en mi por despecho. - Dijo con cara de asco en m dirección.

Bien, hasta aquí la Lily amable.

- Escucha idiota, en caso de que no lo notaras, tu rechazo me afectó tanto como cuando me corto las uñas. Sé que estás acostumbrado a lobas blancas estúpidas así que te diré algo: Si realmente estuviera despechada no recurriría a pequeños trucos como hechizarte, envenenarte o cualquiera de las tonterías que estás balbuceando. Soy más que capaz de patearte el culo yo solita... sin correr con mami o mis pequeñas sombras guardianas. - Dije con un bufido.

- ¡No te creo, maldita perra! - Dijo y luego se lanzó literalmente a mi cuello y yo permití que me ahorcara un poco solo para poder justificar patearle las bolas.- Estúpida loba, en cuanto mueras no habrá ningún impedimento...

- ¿Impedimento para qué? - Dijo Cole quitándome de encima a su hermano. Yo le lancé un puchero porque había leído correctamente mis intenciones y alejó a su hermano antes de que lo pateara en las bolas.

- ¡Para tener hijos! - Dijo desenredándose de su hermano y volviendo a atacar mi cuello.

Esta vez lo esquivé y lo inmovilicé en la cama de tal forma que yo estaba sobre su espalda y él luchaba por quitarme de encima. Un delicioso aroma a mandarina invadió mi nariz.

- Eso es interesante. - Dije aburrida. - ¿En qué influyo yo para que Elizabeth y tú no hagan una nueva línea de cachorros?

- ¡Como si no lo supieras! ¡Le hiciste algo a mi miembro!

Yo miré a Cole y él se encogió de hombros.

- No, no lo se. ¿Por qué no me iluminas a mí y a todos los que estamos en la habitación? - Le dije con una sonrisa maliciosa.

Karel se congeló al darse cuenta de que había estado gritando sus problemas de erección por los últimos quince minutos.

- Entonces, y esto lo hago solo para recapitular todo desde tu abrupta entrada a nuestro nido de amor, ¿Lo que has estado queriendo decir es que Elizabeth es incapaz de ponerte duro y por lo tanto yo tengo la culpa? - Pregunté con falso asombro. - Bueno, por supuesto que te puedo ayudar a resolver el pequeño misterio. Elizabeth no resucitaría ni a un muerto, es sencillamente la persona más odiosa que puedas llegar a conocer jamás. ¿Por qué alguien que no es su pareja la escogería voluntariamente? Puro y maldito masoquismo. Y de nuevo, tus extraños fetiches tampoco son mi culpa; ¿Qué mierda buscas aquí en realidad? -Dije mirándolo sospechosamente.

- ¿Crees que mentiría con algo como esto? - Dijo lanzando fuego con la mirada.

- ¿Lo harías? - Preguntó Cole mirándolo fijamente. Yo me bajé de encima porque me di cuenta de que Cole estaba cubriendo mi trasero de la vista de los guardias en la puerta. - Porque la evidencia está justo ahí. -Dijo señalando su entrepierna.

Yo miré curiosa antes de que se levantara indignado amenazando y jurando mi muerte antes de salir por la puerta.

-¿Qué dijiste que había de desayunar, cariño?- Dije a Cole cuando la puerta se cerró.

Él solo soltó una carcajada.

- Mmm y no quisiera ser una molestia pero... ¿Tendrás algo de ropa que me prestes?

                         

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