Capítulo 9 Despertar Abrupto: Cambios Drásticos y Preocupaciones

A la mañana siguiente, el reloj despertador del celular de Anastasia comenzó a sonar alrededor de las cinco y cincuenta y tres de la mañana. Era demasiado temprano, pero Anastasia debía de hacer mil y una cosas para organizarse y marcharse a su oficina antes de que llegara tarde y perdiera tiempo valioso de minutos de trabajo.

Ella se sentía fatal, por un instante, ella creyó estar enferma, ella había dudado de si la comida que había cenado con Dominic en el restaurante había sido la culpable de toda una noche entera de desvelo porque ella se la ha permanecido vomitando en el baño.

De hecho, por aquella mañana, Anastasia no había despertado en su cama, envuelta en el delicioso calor de su cobija y durmiendo plácidamente en su cómoda cama.

Ella había amanecido en ese día estando sentada en el suelo de su baño, con la cabeza recostada en el borde del sanitario porque se sentía tan mal que no tuvo más aliento de querer volver a irse a su cama para seguir durmiendo allí, y tener que estar todo el tiempo, corriendo desde la cama hasta el baño para vomitar.

Anastasia no quería tener que ir a trabajar, ese iba a ser de nuevo, un día muy agitado para ella, como siempre lo era.

Pero tenía que hacerlo, ahora más que nunca, ella debía de ponerse de pie, ir a darse una ducha, lavarse los dientes, vestirse, intentar desayunar algo así fuera liviano para no irse con el estómago vacío, e irse a trabajar.

Sin embargo, cuando se acercó como pudo hacerlo hasta el nochero donde estaba todavía su celular vibrando porque la alarma despertadora no se apagaría sola hasta que ella la hubiera desactivado manualmente.

Caminado despacio, sintiéndose todavía demasiado mareada como para sostenerse de pie por mucho tiempo, Anastasia ha logrado caminar hasta llegar a su cama, se ha sentado en la orilla, ayudándose con sus manos tocando el colchón para poder sentarse, y luego agarrar el celular para apagar la alarma del celular que ya estaba provocándole dolor de cabeza.

Cuando Anastasia agarró el celular, este de inmediato comenzó a vibrar anunciándole que alguien estaba llamándole.

Por un momento, Anastasia no quería contestar, se sentía demasiado aturdida como para hacerlo, pero la llamada siguió insistiendo, y entonces, ella tuvo que contestar a pesar de que haya sido una llamada recibida de un número desconocido a altas horas de la mañana.

- ¿Bueno? ¿Quién habla? - dijo Anastasia cuando se acercó el celular al oído después de haber respondido la llamada.

- Señorita Anastasia, disculpe que la llame a esta hora, pero tengo que informarle que no es necesario que se presente a la empresa el día de hoy, usted ha quedado despedida, por favor, no vuelva a pronunciarse en las instalaciones de la empresa, a fin de mes, le depositaremos el dinero correspondiente a su liquidación - habló una voz femenina desde el otro lado de la llamada.

- ¿Qué? ¿Cómo qué despedida? ¿De qué mierda está usted hablándome? ¿Quién carajos es usted? Que yo recuerde a usted no la conozco como para que venga a llamarme a esta hora a darme esta noticia - se quejó Anastasia, sintiendo como la rabia comienza a apoderarse de su cuerpo como un poderoso rayo eléctrico que le ha caído encima para acabar con ella.

- Lo sentimos, señorita. Pero no podemos decirle nada más - respondió la mujer.

Antes de que Anastasia pudiera haber dicho algo más, la mujer del otro lado de la llamada ha colgado. Sin embargo, Anastasia no iba a quedarse callada, y mucho menos, iba a quedarse sin hacer nada, entonces, decidió volver a marcar al número que le llamaron, ella iba a pelear, puesto que era muy increíble la manera en como le habían despedido, pues en una empresa normal, hubieran dejado que ella asistiera a las instalaciones de su trabajo como si fuera a trabajar en un día cualquiera, su jefe le hubiera mandado a llamar a su oficina, y le hubiera dado la razón correcta y adecuada de su despido.

Pero no, lo más extraño de toda esta situación había sido haber recibido esa llamada a esa hora de la madrugada.

Anastasia ha vuelto a marcar al número desconocido que le ha llamado hace un par de pequeños minutos atrás, pero no consiguió respuesta, le ha sorprendido saber que la persona que la llamó, prácticamente había usado un móvil solamente para llamar a Anastasia, y luego, simplemente, lo destruyó porque la llamada nunca la realizó.

- ¡Maldición! - gritó Anastasia furiosa.

Ella arrojó el celular para que este cayera encima de la cama.

Estaba muy enojada, tanto así que ella quería ir a organizarse para salir de camino a la oficina, sin embargo, decidió que lo mejor era no hacerlo porque iba a ser ella quien terminaría en ridículo con los demás.

Además, ella recordó que tenía ahorrado en su cuenta bancaria una buena cantidad de dinero que le iba a permitir vivir por un año y medio si ella no conseguía trabajo pronto, a pesar de que su hoja de vida estaba en las perfectas condiciones para conseguir uno lo más rápido que pudiera.

Anastasia intentó calmarse, inhaló y exhaló aire por varias veces, ella ha sentido como sus mejillas se han puesto completamente rojas y calientes, y su cuerpo se ha dejado debilitar tanto que decidió acostarse encima de la cama para intentar relajarse, o de lo contrario, su reacción iba a ser peligrosa para su bebé.

Pronto, justo cuando Anastasia se estaba preparando para acostarse en la cama, ella ha comenzado a sentir pequeñas punzadas golpear en el interior de su estómago, eran unas punzadas demasiado dolorosas, como si desde su interior, alguien estuviera cuchicheándole para intentar salir de su estómago.

- ¡Mierda! ¡No, mi bebé, no! - gimió Anastasia, y con las pocas fuerzas que le quedaban, ella estiró su brazo, y agarró su celular, decidió llamar a emergencias para que fueran a revisarla porque ella, tratando de ir por su propia cuenta, no iba a conseguir hacerlo.

- 911, ¿Cuál es la emergencia? - dijo la voz de un hombre desde el otro lado de la llamada.

- Por favor, manden a una ambulancia, mi bebé, siento que algo está mal con mi bebé, apenas tengo un par de días de haber quedado embarazada, y me duele mucho, por favor, manden a una ambulancia lo más rápido que puedan - gritó Anastasia, intentando contener su dolor para poder hablar.

Anastasia ha dado la dirección de su casa, y desde la línea de emergencias, avisaron que pronto, llegaría una ambulancia a su lugar de domicilio, mientras que ella espera a que llegue la ambulancia, permaneciendo acostada en cama, y esperando a que el dolor no fuera a ser una mala noticia.