Capítulo 8 8

_ Tendrá que ser rápida, teniente _ me reta y no se inmuta en esconderlo.

_ Lo soy, doc _. Mis reflejos han sido entrenados la mayor parte de mi vida.

Da un paso al frente, el cilindro preparado, y solo los latidos de nuestros corazones acelerados como si pudiéramos escucharlo con precisión.

_ No mueras _ escucho en el comunicador antes de empezar la cuenta a una Eimy demasiado preocupada.

_ 3.2.1 _ Lanza el cilindro y tan rápido como este entra en contacto con el calor, la combustión se eleva haciendo que una flama enorme salga disparada por la rendija.

Sin poder evitarlo las llamas abrazan sus manos y el fuego se apodera de ellas.

Me toma tres segundos llegar a él y sacarlo mientras las flamas salen con fuerza y a pesar de la tela empapada sus brazos permanecen incendiados sin poder liberarlo. Como puedo agarro las otras telas y se las lanzo encima procurando cubrirlo bien por completo.

Los gritos se escuchan y son de puro dolor al tiempo que el metal cruje sin poder contener más la combustión.

_ ¡Alina! _ El grito llega hasta nosotros mientras me lanzo al suelo cubriendo a Alexander. Terminamos cayendo por las escaleras de la plataforma al tiempo que los remaches salen disparados como balas hacia todas partes debido al calor.

Uno solo de esos remaches podría matarnos, hasta en las paredes se incrustan dejando orificios. Entre el fuego y los remaches hacen que no podamos dejar de seguir rodando hasta llegar al último escalón y solo lo arrastro conmigo hacia resguardo cubriéndonos.

El sonido incesante de los golpes dejan en claro que esto no ha terminado cuando la explosión llega finalmente, la combustión encuentra liberación desde arriba lanzando una llama con destellos rojos debido a los patógenos quemándose.

_ ¡Tienen que moverse ahora Alina! _ escucho la radio, pero ciertamente, no es que quiera hacerlo _. Va a reventar el lugar.

_ No queda de otra, muévete _ le advierto mientras batalla por aguantar el dolor por las quemaduras que ya son visibles.

Lo empujo conmigo y agachados corremos tanto como podemos mientras mi equipo hace lo mismo. Los trozos de metal se esparcen impactando a nuestro alrededor mientras conseguimos llegar a la salida y aun así no nos detenemos.

_ Si no nos habían visto, ahora sí _. Joy señala la gran nube con llamas rojas que sobresale, se podría ver a kilómetros así que hay que movernos.

Apresuramos el paso a medida que avanzamos y ver la jodida nave es un alivio, al menos hasta que una segunda se observa.

_ ¿Qué está pasando? _ No soy la única que se hace la misma pregunta, solo que Daila se adelanta.

_ Son las órdenes _. Raúl toma lugar enfrente mientras los militares salen de la segunda nave y la insignia se muestra clara. Servicio secreto _. Ustedes irán en esa _. Señala al equipo.

_ ¿Y tú? _ Mi mirada es más que clara.

_ Yo acompañaré a tu amigo, teniente _. Sabía que esto pasaría, esa llamada no era solo para confirmar una nueva tarea, sabía que órdenes habían sido dadas.

_ Entonces yo iré también _. Me adelanto, pero su mano se extiende deteniéndome.

La mandíbula se le aprieta y puedo ver cómo los dientes le crujen por la ira _. No lo compliques más, teniente.

_ Quieres trasladarlo, bien, yo iré _. Me interpongo en medio y no hay manera que pueda hacerme cambiar de opinión, lo sabe.

_ Como quieras _ accede con el odio fulminándole la poca calma que le queda, pero no me retracto.

Veo a los chicos y solo asiento pidiéndoles que lo hagan, tampoco tiene mucha elección. El servicio secreto los escolta hasta la nave mientras los otros lo hacen con nosotros.

_ No debiste venir _ murmura junto a mí.

_ Creo que ya tomaste tu decisión, Raúl _. Su semblante es aún más fiero, pero no me permito flaquear, ambos sabemos lo que va a pasar cuando estemos sobre el aire.

_ Armas _ me solicitan en cuanto entramos al avión de carga militar.

No puedo negarme, entrego lo que tengo mientras mantengo a la vista a Alexander, las quemaduras en sus manos son demasiado notables y necesitan atención, supongo que eso no les preocupa.

_ Prepárense para despegar _ dan la orden mientas tomamos asiento, el ruso a mi lado, Raúl toma lugar en frente junto a los tres agentes del servicio secreto.

Nos rebasan en números y ellos tiene armas, estamos jodidos y el ruso lo sabe.

_ Van a matarnos _ murmura en cuanto las turbinas se encienden y el ruido apaga su voz.

_ Tendremos que ser más rápidos _ le advierto _. Necesito distracción _ murmuro sin mover los labios apenas, pero él nos observa. Raúl no deja de mirarnos ni por un momento mientas inclina la cabeza hacia un costado jurando odio al hombre que permanece junto a mí.

_ Cuando te diga _. Simplemente se prepara, el tren de aterrizaje se eleva y comenzamos a estar en el aire _. Ahora _ susurro y de inmediato se lanza al suelo fingiendo una perfecta convulsión.

_ ¡Alina! _ la vos truena mientras los agentes se acercan y comienza el juego.

Tomo el arma del primero y al segundo lo envisto enviándolo a un costado, el moviente repentino hace que se golpee la cabeza mientras el otro se me viene encima y Raúl entra en el juego. Alexander lo toma de la pierna enviándolo al suelo, pero Raúl no es cualquier soldado, es uno de los mejores hombres de DELTA, así que no le cuesta quitárselo.

Procuro mantener el equilibrio mientras recibo dos golpes que van a mi estomago y devuelvo con la derecha acertando en su mandíbula. Apunto el arma y el primer disparo va a su rodilla mientas Raúl manda al suelo a Alexander con facilidad, provocando un fuerte golpe en su cabeza que lo deja a nada de la inconciencia.

El tercer agente se levanta y si no hago algo nos van a doblegar, así que simplemente hago el disparo, directo a la ventanilla y todo se va a la mierda mientras el avión se despresuriza lanzándonos a un costado.

            
            

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