Capítulo 2 La decisión que cambiaría su vida

Elena no podía creer que lo había logrado: la beca para estudiar administración le abría un camino que parecía de fantasía. Dejando atrás su hogar, sus tías y el pequeño pueblo que conocía, se adentró en la gran ciudad con una mochila vieja y la esperanza como único equipaje. El mundo era vasto y lleno de desafíos, pero ella no estaba dispuesta a rendirse. Para sobrevivir, encontró trabajo como recepcionista en un hotel. Aunque las horas eran largas y el salario apenas alcanzaba, la ciudad le ofrecía algo que su hogar nunca pudo: la posibilidad de un futuro distinto.

Las noches eran solitarias y frías, y el cansancio la agotaba. Sin embargo, en sus momentos de quietud, cuando las calles se apagaban, Elena tomaba sus libros y estudiaba con la misma determinación que en su infancia. Cada página que pasaba era un paso más hacia su objetivo. No quería ser invisible para el mundo, quería demostrar que podía conseguir lo que se propusiera. Su vida había comenzado a cambiar, y con cada pequeño logro se acercaba más a la mujer que soñaba ser.

Aunque la soledad la acompañaba en muchos momentos, Elena nunca perdió la fe en su futuro. Sabía que no sería fácil, pero cada día daba un paso más hacia la libertad.