Capítulo 2 SR. Von Archer

-Señor y señora Palacios, hemos venido con todo el respeto que se merecen a pedir su consentimiento, como lo dictan las buenas costumbres, para que nuestro hijo Joseph pueda iniciar una relación con su hermosa hija, ya que él nos ha participado de los sentimientos que ella ha despertado. Tenga por seguro que nuestro hijo tiene las mejores intenciones para con ella. -dice en tono solemne, como si de algo sagrado se tratara.

-Nos honra con su petición señor Alaric, nada nos hace más felices que saber que su hijo tiene esos sentimientos por nuestra hija, pero quiero hacer unas preguntas antes de dar mi aprobación a la relación. -dice mi papá. Y al mismo tiempo me pongo cada vez más nerviosa, por el hecho de no saber qué es lo que va a preguntar - Sr. Von Archer...

-... Dígame Joseph. -le interrumpe mi amado, para que el trato sea más familiar.

-Bueno, Joseph, ¿Tú que sientes por mi hija? -pregunta con seriedad mi papá

-Lo que siento por ella es algo indescriptible señor Luciano, Sofia me hace vivir y me llena en todos los aspectos de mi vida; pues se ha convertido en mi todo y no concibo una vida sin ella. Es la luz que ilumina mis senderos en los momentos de obscuridad - Joseph pronuncia estas hermosas palabras mirándome a los ojos, son tan hermosas y profundas que siento que se me inundan los ojos al saber todo lo que soy para él -, por ella estoy dispuesto a todo y mis intenciones son puras y sinceras. Tenga por seguro que moriría antes de causarle algún daño. -dice con devoción y sus palabras hacen que me sienta en las nubes al saberme amada.

No soy la única a la que la declaración de Joseph le ha llegado al corazón. Mi mamá y mi hermana se ven tan conmovidas y una que otra lagrima quiere asomarse por sus hermosos ojos. Mi papá está tan conmovido que veo en sus ojos un brillo especial.

- ¿Usted está consciente de que mi hija es madre de dos niñas verdad?

-Así es señor -asiente ante el cuestionamiento de mi papá -. Desde que vi nacer a Zoé, ellas dejaron huella en mí y cambiaron mi vida, pues fui bendecido con ser partícipe de ese milagro de vida, por otra parte Brihana con su alegría y su manera de ser tan especial me ha hechizado -dice con orgullo mirando a mis hijas con amor, mientras acaricia la mejilla de mi Brihana que no hace más que emocionarse ante el cariño que Joseph le demuestra - A estas dos hermosas princesas las amo, se han metido en mi corazón conquistándome con su inocencia, al grado que forman parte de mi mundo y se han convertido en dos personitas muy importantes para mí, por ello estoy dispuesto a dar todo por ellas también. -contesta solemnemente al terminar su explicación, que más que eso parece un juramento.

Brihana se acerca a Joseph y lo llena de besos demostrando que ella también le ha tomado cariño durante el tiempo que han convivido, y él gozoso de esas muestras de cariño la abraza y deposita un beso en su cabecita.

Mi papá por un momento se queda sin palabras ante tal demostración de amor y toma unos instantes, para meditar su respuesta.

-Siento sus palabras sinceras y doy mi consentimiento, para que sean novios. -dice mi papá con la voz un poco temblorosa, por el sentimiento.

Todos en la sala aplauden alegres ante la aprobación de mi papá. Yo me siento que no quepo de la felicidad y trato de contener las lágrimas que insisten en salir.

-Muchas gracias señor Luciano, le juro que no voy a fallar en ninguna de mis promesas para con su hija.

-Eso espero muchacho. -responde mi papá abrazándolo fuertemente.

Entre abrazos y felicitaciones brindamos por el inicio de nuestra relación, todos en esta sala nos vemos muy felices, tanto a mis padres como a los de Joseph se les desborda la felicidad de ver a sus hijos que por fin han encontrado el amor.

Ahora me siento libre de expresar mis sentimientos por Joseph, por lo menos delante de mi familia y en ambientes donde no esté involucrado el trabajo. Aunque él se muere por anunciarlo en ese ámbito, decidimos que por el momento lo mantengamos como hasta ahora, para evitar habladurías, ya después encontraremos el momento en que lo anunciemos a todo el mundo.

Esta semana ha sido fenomenal Joseph yo estamos más unidos después de hacer público nuestro amor. Me hace feliz el convivir en familia y ver como demuestra mucho amor a mis dos tesoros, sé que los sentimientos de Joseph son muy sinceros y sin fingimientos. Me llena ver lo felices que ellas son con él y la aceptación por parte de Brihana. A ella le encanta convivir con él ya sea jugando o viendo una simple película, eso me da mucha tranquilidad, pues pensé que iba a renegar un poco al enterarse que ya no amo a su papá y el deseo de estar con él y que nadie tome su lugar, pero al parecer se ha hecho a la idea de que no lo volverá a ver puesto que en los últimos meses no me ha preguntado nada sobre su padre y ahora menos, porque está muy ilusionada con Joseph. Por Zoé no tenía esa preocupación, pues ella nunca conoció a su padre y es muy pequeña para comprender lo que pasa a su alrededor, ella al igual que Brihana es muy feliz con mi amado y él disfruta de su compañía.

Lo único malo en estos días ha sido ese sueño que no me deja en paz, se repite a diario al grado que pienso que es una premonición más. A diferencia de otros sueños que he tenido a lo largo de mi vida en este no logro ver quién es la persona que me observa con tanto odio, temo que se trate de Matias, a causa de nuestro último encuentro que no fue nada agradable, para ninguno de los dos.

Aunque después de la última vez que lo vi en NY no he tenido ninguna noticia de él, por lo menos eso me da tranquilidad. De querer hacerme daño ya se hubiera aparecido con tal de cumplir sus propósitos. He tratado de ocultar esta incertidumbre, pero Joseph lo ha notado y en algunas ocasiones me ha preguntado el porqué de mi estado de ánimo, me justifico diciendo que son cosas del trabajo, ya que no quiero causarle preocupación alguna, por lo menos hasta que tenga revelación de quién se trata en mis sueños. Una vez más me siento afortunada de que Joseph no lee las mentes, porque sería imposible ocultarle esto.

Hoy por fin es viernes y tengo compromisos en la noche con la banda en el THE BLUE CAT. Durante la mañana no voy a ver a mi amado, pues va a atender una conferencia de prensa anunciando el diseño de un nuevo modelo hibrido que saldrá a la venta a fin de año, eso me desanima, pero tengo la ilusión de que voy a estar con él en la noche.

Al llegar a la empresa hago mi rutina diaria antes de salir a dejar a mi hija en su transporte escolar, así que en mi oficina me dedico a avanzar en mis pendientes.

-Ingeniero Palacios, ¿Quiere que hoy vaya a dejar a Brihana al transporte, para que avance en su trabajo? -pregunta muy servicial mi secretaria.

-No, gracias. Hoy lo voy a hacer yo, puesto que no tengo juntas en todo el día, así que tengo bastante tiempo.

-Está bien, ya le mandé los memos y los correos que me pidió.

-Gracias, en cuanto regrese los firmo. -Le informo a mi secretaria al salir de la oficina rumbo a la guardería.

Desde el pasillo que lleva a la guardería veo a mi niña en la puerta esperándome muy bien portadita. Se ve tan hermosa con esas coletas que adornas su cabecita y su uniforme. Al verme suelta la mano de la niñera y corre hacia mi muy feliz, la tomo entre mis brazos y nos dirigimos al exterior de la empresa para dejarla en su transporte.

Llegando a la recepción me percato de que ya llegaron la mayoría de los reporteros puesto que no tarda en empezar la rueda de prensa, busco entre la multitud a Joseph, pero no tengo éxito, sólo ubico a Diana y a Cort que me saludad desde lejos. Diana se ve tan hermosa, apenas se le empieza a notar un ligero bulto en el vientre bajo por su embarazo. Ella, irradia felicidad junto con su esposo por ser bendecidos con la llegada de un nuevo ser. A mí me gustaría algún día darle esa felicidad a Joseph, pero debido a nuestras diferencias Humano-Vampiro es algo que veo imposible.

Sigo hacia la puerta y al llegar al exterior corroboro que he llegado puntual, ya que la transportista todavía no pasa, así que me pongo a jugar con mi niña, para pasar el rato. No esperamos mucho para que el transporte llegara y dar comienzo a nuestra despedida.

-Que Dios te acompañe mi amor, pórtate bien. -despido a mi niña. Por alguna extraña razón esta despedida se me hace más dolorosa que cualquier otra.

Tengo la sensación de que no la volveré a ver. Se lo atribuyo a esos sueños que no me dejan en paz, últimamente me siento paranoica y nerviosa, como una presa que es asechada por su depredador.

-Sí mami. -dice mi niña y me da un hermoso beso en la mejilla.

Después de que se sube a la camioneta me quedo viendo la calle hasta que desaparece el transporte, como es mi costumbre. Mi niña ha crecido tan rápido y es tan inteligente. Mientras voy caminando por la explanada de regreso a la oficina voy inmersa en mis recuerdos de Brihana, sin prestar atención a mí alrededor, y no dejo de pensar en cuanto la amo. De repente una voz me saca de mis cavilaciones al pronunciar mi nombre, por lo claro que se escucha no debe de estar a más de unos tres metros de distancia de mí. Volteo, pero no veo a nadie conocido y pienso que tal vez fue mi imaginación, así que sigo mi camino

- ¡Sofia Palacios! -espeta esa voz desconocida con acento extranjero.

Me paro en seco al corroborar que no fue mi imaginación y volteo de nuevo a ver quién es, pero entre los reporteros que entran no distingo quién me habla. De repente escucho un sórdido estruendo similar al de un disparo, con el cual todos nos espantamos. En medio de la confusión siento un dolor que me atraviesa el pecho y un líquido caliente que emana de mí, por instinto me llevo las manos al pecho y veo que están llenas de sangre.

Los gritos de la gente provocan confusión y estoy desorientada, todo se mueve en cámara lenta a mi alrededor, siento un frio recorrer mi cuerpo y mi respiración va menguando, al mismo tiempo que mis piernas se sienten débiles y van perdiendo la fuerza para sostenerme. Mientras voy cayendo logro ver una silueta humana que empuña un arma, y distingo cómo sonríe sarcásticamente y sin un mínimo atisbo de misericordia en sus ojos.

- ¡Él es mío maldita, entiendes, mío! -espeta con ira y dolo, mientras unos hombres de seguridad se abalanzan contra ella, para quitarle el arma.

Estoy en el suelo en un charco de mi sangre y ese líquido no me deja respirar. La gente grita, pero la oigo lejana a mí.

- ¡Un doctor, rápido! -clama un hombre que se acerca, para auxiliarme tratando de parar la sangre con una prenda.

Me aferro a seguir consiente, pero siento como mis fuerzas menguan. Estoy paralizada por el trauma del disparo y no logro comunicarme.

- ¿Sofia me oyes?, no te vayas escúchame. -dice una voz familiar, trato de concentrarme para ver quién es y entre nubes rojas provocadas por la sangre que cubre parte de mis ojos logro ver el rostro Isobelal de Diana -. Tranquila, vas a estar bien. -Me dice para calmarme.

Mi corazón bombea como loco y mi respiración es irregular, mientras todos los sistemas de mi cuerpo luchan por aferrarse a la vida que se escapa.

- ¡Llama a una ambulancia, y avísale a Joseph pronto! -ordena Diana con premura a su acompañante.

Estoy perdiendo la visibilidad y sólo logro ver el dulce rostro de Diana y alrededor sólo veo sombras borrosas. Siento cómo poco a poco voy perdiendo el control de mi cuerpo y no dejo de temblar a causa del frio que tengo. Todo se escucha cada vez más lejano y me siento desfallecer.

-Sofia no te vayas, quédate conmigo sólo escucha mi voz, todo va a salir bien. -Dice al auxiliarme presionando la herida, para frenar la sangre - ¡Tenemos poco tiempo!, hay que trasladarla rápido, llévenla a los consultorios de la empresa, para intervenirla de inmediato.-ordena con un tono de angustia en su voz.

Me siento levitar y veo pasar las sombras a mí alrededor de forma rápida. Entre la multitud oigo su hermosa voz clamar mi nombre con dolor.

- ¡Sofia, Sofia! , no te vayas - Suplica angustiado, Joseph - no voy a dejar que te vayas, ¿me oyes? Quédate conmigo. -me promete al tomar mi mano.

En estos momentos con la poca cordura que me queda sólo pienso en mis dos hijas, no quiero dejarlas, debo vivir para estar con ellas. Con mis últimas fuerzas pronuncio su nombre.

-Joseph...-la sangre no me deja respirar con facilidad -cuídalas mucho. -pronuncio esto último con el deseo ferviente de que así sea.

«Dios mío dame fuerza, no permitas que me muera...»

            
            

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