Capítulo 4 Encuentros

La ansiedad, hace que la junta se me haga más larga que de costumbre, después de ver los puntos clave, para los proyectos y sus respectivos avances, el Ingeniero Velarde hace una pausa, para dar a conocer la noticia que he estado esperando durante las últimas dos semanas. Por la espera, el ambiente se pone tenso, pues no soy la única que desea saber quién será el afortunado ganador del premio, y después de unos segundos que me han parecido horas comienza a hablar.

-Como todos saben me voy a jubilar, y tengo que poner a alguien en mi lugar -Por una razón obvia, me parece que el ingeniero habla más pausadamente que de costumbre. Conforme pasan los segundos siento como mi pulso se acelera y mis manos parecen dos pescados fríos y húmedos -. Me dieron la indicación de que eligiera alguien externo o de mis propios ingenieros, todos han demostrado ser muy capaces en sus labores, pero hay alguien en especial que ha sobresalido mucho más. En muy poco tiempo ha logrado lo que otros tardaron el doble en hacerlo, ha demostrado tener capacidad para liderar los proyectos como nunca había visto, por ese motivo elijo a la Ingeniero Palacios Beltrán, para que tome mi lugar en la empresa.

Cuando escucho mi nombre me parece haberlo imaginado, por un momento no puedo creer lo que escuché, y entre los aplausos y las felicitaciones que recibo todavía no me hago a la idea de que es a mí a la que eligieron. Aun me estaban felicitando cuando el Ingeniero Velarde pide la atención, para seguir hablando.

-Sé, que no me equivoco en esta decisión, y que todos están de acuerdo conmigo cuando digo que ella ha demostrado en este corto periodo con su tenacidad, eficiencia y eficacia ser apta para el puesto ¡Felicidades Sofia! -concluye con un asentimiento de cabeza.

Después de su discurso extiende la mano, para felicitarme dándome un firme apretón de manos y abrazándome, y sin que nadie se dé cuenta me habla al oído.

-Confió en que lo harás muy bien, me atrevo a jurar que lo harás mejor que yo. -Estoy que no me la creo todavía y no he podido articular palabra alguna por la emoción. La verdad, no pensé que me eligiera a mí, no porque mi desempeño laboral sea menor a los demás, ya que es todo lo contrario, sino porque los otros dos candidatos llevan más de cinco años trabajando aquí y son mayores que yo.

Terminando la celebración de mi nombramiento el Ingeniero pide de nuevo la atención para hablar.

-Aunque el nombramiento oficial se va a hacer en la fiesta de fin de año que será dentro de dos semanas, Sofia ya puede tomar posesión del puesto temporalmente, conmigo en la oficina.

Para mí es la mejor oportunidad, y así ir afinando detalles en cuanto al buen manejo del puesto, terminar de absorber toda la información posible y así aumentar mi conocimiento.

- ¡Muchas gracias, por la oportunidad Ingeniero!, no se va a arrepentir de su decisión. -digo en cuanto el habla me regresa.

-Ya sé que no lo haré muchacha. Desde que llegaste a esta empresa me di cuenta de tu potencial y que llegarías lejos, solo que no pensé que sería tan rápido, en verdad me has sorprendido. - Sus palabras me enorgullecen y me hace sentir importante, es un verdadero placer saber que alguien valora tu trabajo de esta manera.

Una vez terminada la junta, me voy a la planta a recoger las cosas de mi antigua oficina, en el trayecto me siento como en las nubes una mezcla de emoción, euforia y liberación me invade por el cuerpo, únicamente puedo agradecerle a Dios, por brindarme los medios necesarios para salir adelante.

Llego a mi oficina y encuentro en mi escritorio un sobre con el logo de BMW en color azul, blanco y negro, decido abrirlo de inmediato, para ver de qué se trata y veo que contiene la invitación a la cena de fin de año el día 18 de diciembre del 2015. Al parecer se va a realizar en un salón que se llama Lux eventos. Este año la cena va a ser de alto nivel, porque contaremos con la presencia de los señores Von Bruce, como dice la misiva. Al enterarme siento que pierdo fuerza en las piernas, la noticia de su llegada me causa mayor impacto que la que tuve hace rato en la sala de juntas, tan sólo de pensar que voy a verlo de nuevo provoca un sentimiento confuso en mi interior.

« ¿Por qué me pongo así? es la segunda vez que vas a verlo Sofia, pero no debes reaccionar de esta manera. Ni que fuera el príncipe de Gales o algo así.»

De repente vienen a mi mente fragmentos de recuerdos muy vívidos de las pocas horas que estuvimos juntos en el elevador, el arreglo floral que medio con esa nota que todavía conservo.

« ¿Será que mis sueños estaban presagiando su llegada, tal como lo hicieron la primera vez que lo vi? ¿Qué es lo que me quieren decir ahora?»

Antes de conocerlo, mis sueños se repitieron una y otra vez y aunque no eran muy claros pude reconocerlo a los pocos segundos de tenerlo ante mí, y ahora está pasando lo mismo. No dejo de soñar con él, por más que me proponga no hacerlo es inevitable. Todo lo que me hace sentir, aunque sea en sueños él despierta cosas en mí que creí haber enterrado. El deseo de verlo, de percibir su fragancia, me fascina y me domina.

« ¿Cómo puede uno tener sentimientos por alguien sin conocerle?, tan sólo lo vi unas horas en el elevador y muchas más en mis sueños, pero sobre todo ¿Por qué tengo miedo?, tal vez es el reflejo de mi miedo a enamorarme, y lo que me hace sentir en mis sueños es producto de la falta de sexo a lo largo de este año siete meses y por eso mi cerebro crea esta fantasía, para liberar mi libido reprimido durante todo estos meses, sí eso debe ser.»

Me quedo meditando en mis pensamientos sentada frente mi escritorio durante un buen rato y llego a la conclusión de que no cederé ni caeré en ninguna trampa otra vez. Debo ser fuerte, para no crear sentimientos fantasmas que sucumban con facilidad ante cualquier provocación. Después de meditar por un buen rato en mi oficina, una llamada capta mi atención, al ver la pantalla de mi celular veo que es Darla la tecladista de la banda.

- ¡Hola, Darla! ¿Qué cuentas? -respondo al instante, esperando que su plática sea tan entretenida que me ayude a olvidar lo que ocupa mi mente en estos momentos.

- ¿Tienes tiempo de hablar Chica? -Me pregunta en un tono muy emocionado.

-Sí, claro, ¿Dime que se te ofrece?

- ¿Estás sentada? -pregunta con emoción.

-Sí ¿Por qué? -contesto un poco extrañada por su pregunta.

-Entonces agárrate Chica, ¡Porque nos salió un evento para el dieciocho de diciembre en un salón que es de mi tío! -Al escuchar la fecha tomo la invitación, para corroborar que es la misma fecha de la fiesta de la empresa.

- ¡No puede ser!, ese día es mi nombramiento en la fiesta anual de la empresa y como verás me es imposible faltar. -le informo aun impresionada por la coincidencia.

-Sofia, no podemos desaprovechar la oportunidad, es un evento en grande como nunca lo hemos tenido. - dice un tanto desilusionada por el inconveniente que se presenta.

- ¡No puede ser posible!, tanto que lo hemos esperado y se me tienen que complicar las cosas. -Le contesto un poco molesta por la situación. - ¿A qué hora es? -pregunto, para ver si puedo encontrar una solución a este embrollo.

-Es a las diez de la noche. - Al escuchar su respuesta siento que el alma me vuelve al cuerpo, al saber que los horarios difieren.

- ¡Genial! Mi evento es a las seis y media de la tarde, no necesito quedarme durante toda la fiesta. En cuanto termine lo de mi nombramiento me salto la cena y Ernesto y yo podemos alcanzarlos en el evento donde nos contrataron. Dame la dirección, para ubicarme ¿Dónde es? - pregunto con curiosidad.

- ¡Qué bueno Chica! , ya sabía que no nos ibas a fallar, ¿tienes donde anotar? -en su tono de voz puedo notar que la solución al problema le ha devuelto la esperanza y la alegría que tenía al principio de nuestra conversación.

- Sí, dime.

-La calle es Rogelio Cantú Gómez número mil, Las Colinas del Residencial, el nombre del salón es Lux Eventos. - Al oír el nombre del salón una ola de decepción me inunda todo el cuerpo.

- ¿Qué?, es el mismo salón donde va a ser mi nombramiento, no puede ser ¿Cómo le voy a hacer?, tienes que cancelar Darla. -Le sugiero viendo que es la única solución a este gran problema.

-No Sofia, ya nos pagaron un adelanto. Además, no tiene nada de malo, al contrario no se te va a complicar en cuanto a los horarios, Chica.

- ¿Te parece bien, que la gerente de Producción cante en una banda en su propia fiesta de nombramiento?

-No, pues no... pero no te van a reconocer, vamos a llevar las máscaras puestas como siempre y si quieres te ponemos una peluca o algo así, para que tu cabello no te delate -sugiere tratando de aportar una solución a este embrollo -. Tú, únicamente preocúpate por salir puntual de la comida, para disfrazarte y llegar a tiempo a cantar, te aseguro que nadie te reconocerá en una sola noche. Te lo digo yo que llevo más de un año engañando a mi tío en el club. - Sus palabras son coherentes y el plan tiene lógica, si tengo cuidado tal vez nadie me reconozca.

- Bueno, tienes razón, pero aun así me da un poco de nervios. -Le advierto, expresado mi sentir.

Durante estas últimas dos semanas he estado súper atareada con mi nuevo puesto organizando y dándole un poco de orden a todo, porque el Ingeniero Velarde es bueno en lo que hace, pero es una persona un poco desorganizada en cuanto a papeleo se refiere, por el lado de la banda además de seguir con el contrato en el THE BLUE CAT, hemos duplicado las horas de ensayo, para que todo salga perfecto en el evento de esta noche. Tantas ocupaciones no me han dejado espacio de planificar mi vestuario para el show y la cena de esta noche, por lo que no me ha quedado más opción que encargárselo a mi hermana Isobel, confiando en su buen gusto. Sólo espero, que no me salga con algo estrafalario como algunas veces acostumbra.

Al terminar mis pendientes en la oficina decido ir al gimnasio, para hacer ejercicio y relajarme un poco. Me gusta ir a esta hora, porque la mayoría de mis compañeros ya se fueron a sus casas y no hay nadie en el gimnasio, así puedo hacer mis ejercicios más en confianza, pues no me gusta que me vean toda sudorosa y con mallas ajustadas. Después de prepararme para iniciar mi rutina me pongo los audífonos, para disfrutar de mi lista de reproducción favorita y comienzo mi programa de ejercicios, poco a poco voy sintiendo como me voy relajando, es como si me hubieran quitado una lápida de encima, porque la verdad me estaba sintiendo con una gran carga encima.

Llevo casi cuarenta minutos ininterrumpidos me siento agotada, sudorosa y maloliente, así que dispongo a hacer la última serie de mi rutina en el suelo y cuando estoy haciendo las últimas tres lagartijas, veo enfrente de mi cara un par de zapatos de hombre muy finos, marca Aldo Contí. Ver estos zapatos me desconcentra porque a causa de la música no escuché que alguien se acercaba. Al levantar la vista, para ver quién se ha tomado la molestia de interrumpirme en mis ejercicios no puedo creer lo que veo, es Joseph Von Archer. De la impresión se me va la fuerza de un brazo y pierdo el equilibrio, él rápidamente me sostiene, evitando que caiga de bruces y ayuda a levantarme. Qué situación tan incómoda, siento los nervios a flor de piel y un súbito calor se eleva hasta mi cara por el bochorno de tenerlo enfrente de mí.

«¡Trágame Tierra!, ¿Por qué cada vez que lo encuentro tiene que ser en una situación penosa y con poca ropa? Estoy empezando a odiar nuestros encuentros, porque son motivos de vergüenza.»

            
            

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