Al pararse sobre la entrada de la tienda, notaron que se trata de un café y un cartel les daba la bienvenida a "Café Yun".
Se observaron con desconfianza para luego tomar la perilla y girarla lentamente.
Un fuerte crujido provenía del movimiento de la puerta que dedujeron que ya era lo bastante vieja.
Miroki ingresó en primer lugar con pasos lentos y observó a su alrededor.
Nadie se encontraba allí dentro, el polvo volaba por todo el lugar, sin embargo el olor a café invadió sus cavidades nasales.
Caminaron hacia la recepción y Miroki presionó su mano sobre un viejo timbre ubicado sobre el mostrador.
El sonido llegó hasta el último rincón del lugar haciendo que ambos sobresaltaran.
Un sonido se oyó desde la parte trasera del café y alguien se asomaba desde allí.
Un hombre con todos los años puestos encima se acercó hacia el mostrador y con la mirada analizó a Miroki y Haru.
-No son de aquí, ¿Verdad?- preguntó el hombre en tono gruñón.
-Mi nombre es Miroki, directora de la preparatoria Kenja. Disculpe que vengamos de repente, pero necesitamos hacerle una pregunta acerca de alguien que vive aquí y agradeceríamos si podría decirnos donde reside.
El hombre los observó con desconfianza.
-¿A quién están buscando?- apoyó sus antebrazos sobre el mostrador.
-Alguien llamado Kenshi, es todo lo que sé.
El hombre desvió la mirada hacia un lado.
-¿Por qué quieren encontrarse con él?
-Debemos preguntarle acerca de algo urgente.
El hombre se silenció.
-Mi vida depende de eso- comentó Haru en un ruego.
El hombre salió de atrás del mostrador y se apoyó sobre el marco de la puerta.
-No va a hablar con ustedes.
Miroki se acercó hacia él.
-¿Por qué?
-No puede hacerlo, desde el accidente no ha vuelto a hablar.
-¿Accidente?
-No puedo hablar al respecto, están perdiendo el tiempo.
-Por favor, tiene que ayudarnos... Se lo ruego- la voz de Haru se quebrajó.
-Lo siento, no puedo ayudarlos.
-¿Es por Gakusei?- indagó Miroki como último recurso.
El hombre se sobresaltó al oír ese nombre y volvió hacia detrás del mostrador.
-¡No sé de qué estás hablando!
Haru caso de rodillas hacia el pavimento.
-No quiero morir- rogó entre lágrimas.
La expresión del hombre se ensombreció.
-¿También la has invocado?- preguntó finalmente con temor.
Haru asintió con atrición.
Del hombre tomó asiento en una de las mesas vacías del interior.
-Kenshi... Él, no ha sido el mismo desde ese día...