Un alivio se había apoderado del cuerpo de Haru, pero sentía que aún quedaba algo más por hacer.
Se acercó hasta un viejo armario y tomó de allí un pote de pintura en mal estado, pero que aun así podía ser de ayuda. Con un viejo y duro pincel que encontró junto a la pintura comenzó a tapar cada palabra escrita en el cubículo cubriendo hasta la últ