Capítulo 6 El hombre despiadado

Al ver a su prima, Eric sonrió apresuradamente y dijo: "Rachel, estás aquí. ¿Has comido?". Señalando con la mano derecha al termo que reposaba sobre la mesita de noche, continuó: "Celine hizo esta sopa. Está deliciosa. ¿Quieres un poco?".

Consciente de que la lesión de Eric no era tan grave, Rachel se quedó mirándole. En realidad no había necesidad alguna de que Celine le diese de comer.

Al ver que Rachel lo estaba fulminando con la mirada, Eric retiró la mano de una forma extraña y soltó una risilla.

Sentada en el taburete que estaba al lado de la cama, Celine saludó a Rachel con una sonrisa: "Señorita Shen".

"¿Por qué está aquí?", preguntó Rachel mientras fijaba sus ojos en Celine.

Suponía que Celine acababa de salir del trabajo, de manera que se preguntó cómo había podido cocinar sopa y traerla hasta aquí en tan poco tiempo: '¿Cuál era su intención?'.

"Ayer hirieron a Eric por mi culpa, así que creo que debo cuidarle", respondió Celine mientras se ponía de pie para comenzar a empacar la comida en un táper. Como llevaba un traje profesional, Rachel concluyó que definitivamente venía del trabajo.

"Gracias, señorita Duan. Ahora él está bien".

Rachel no tenía ninguna intención de estrechar su relación con Celine, la cual era bastante ambigua, pues Rachel era la esposa de Jack, mientras que la otra era la amante. Así, la impresión que Rachel tenía de Celine era mala, y pensó que era mejor mantenerse alejada de ella. Todo lo que podía hacer era fingir educación al tratarla.

No obstante, los actos de Celine ese día la tenían desconcertada, ya que lo normal sería que la evitase por su relación con Jack. Además, si pensaba que lo de anoche no era culpa de Eric, ¿por qué no hizo nada para ayudarlo? ¿Por qué actuó de esa manera?

Rachel pasó, con calma, junto a Celine en dirección a su primo.

Fue entonces cuando vio a los dos hombres con traje negro de pie en la habitación. Su atención se centró únicamente en Celine hasta el punto de no ver lo que la rodeaba.

Era imposible no notar esos dos hombres. Aunque parecían normales, nadie llevaría traje en un día de calor, por tanto, seguramente eran guardaespaldas enviados por Jack para proteger a Celine.

Sin importarle si Eric había terminado de comer o no, Rachel hizo a un lado el táper y el termo, le tomó la mano y comenzó a quitarle el vendaje para inspeccionar su lesión.

Como Eric sabía que su prima no quería que tuviera ningún contacto con Celine, mantuvo la boca cerrada y extendió la mano con obediencia.

Al percibir la tensión del ambiente, Celine decidió no quedarse más tiempo y se marchó, lo cual molestó bastante a Eric, ya que su intención era pasar más tiempo juntos con la chica de sus sueños, pero su prima le arruinó el plan.

Por otro lado, a Rachel no le importaba en absoluto lo que Eric pensara de ella porque sabía que, sin lugar a dudas, su primo sería lastimado de nuevo si los dos guardaespaldas le contaban a Jack lo que había hecho Celine.

Nadie podía predecir qué iba a hacer Jack.

A la mañana siguiente, Rachel decidió ir a trabajar temprano. A pesar de que había ahuyentado a Celine el día anterior, pensó que podría aparecer de nuevo.

Como era de esperar, Celine visitó una vez más a Eric.

Obviamente, ella no esperaba que Rachel estuviera aquí. Cuando la vio, le cambió la expresión en el rostro, pero finalmente sonrió con cierta rigidez. Entró con un termo y dijo: "Hice demasiada sopa, así que he traído un poco para Eric".

Girando la cara con frialdad, Rachel dejó el medicamento, se levantó y le dijo a Celine: "Ven conmigo, por favor".

Mientras colocaba el termo sobre la mesa, esta última miró a Eric esperando una reacción por su parte.

"Rachel...". Eric quería decirle algo, pero se detuvo al ver frialdad que despedía su mirada.

Entonces, Celine salió tras ella.

Afuera, Rachel vio a los dos guardaespaldas, pero ninguno de los dos la saludó o mostró expresión alguna.

Sin mirar a su alrededor, Rachel continuó dirigiéndose hacia su oficina.

Con el objetivo de darles sensación de seguridad a los guardaespaldas, no cerró la puerta al entrar.

Los guardaespaldas se quedaron vigilando el acceso y no dijeron nada.

Al mirar a Celine, Rachel se dio cuenta de que ese día llevaba un vestido y estaba un poco pálida. Debido al maquillaje y la ropa, Celine se veía bastante mejor que antes. Le brillaba la cara y su sonrisa era muy decente, algo realmente especial en comparación con la gente común.

Por la forma en que iba vestida, Rachel sabía que la mujer que se encontraba frente a ella conocía perfectamente sus ambiciones y necesidades. Estaba convencida de que Celine estaba jugando a hacerse la difícil con Jack.

A decir verdad, Celine tenía miedo de Rachel, pero ya que se había a atrevido a regresar, se preparó mentalmente.

Después de un rato, Rachel habló: "Señorita Duan, mírese".

"¿Sucede algo con mi atuendo?", preguntó Celine, quien se había vestido así a propósito, y después de la mirada de Rachel, se quedó un confundida.

"Es bonita, tiene una buena formación académica y un buen trabajo. ¿Por qué insisten en molestar a mi primo?".

"Señorita Shen, creo que usted entendió mal. Yo no...".

Interrumpiéndola, Rachel continuó: "Y yo, sin embargo, no soy más que una médica ordinaria. No soy tan hermosa como usted. Soy aburrida y no soy muy hábil a la hora de socializar. No hace falta que haga nada, Jack ya está bajo su mando".

"Oh, por favor, señorita Shen, no me entendió bien. No tengo nada con Jack", le espetó Celine.

"Entonces, ¿por qué me llama señorita Shen en vez de señora Fu?". El tono de Rachel era frío como el hielo y sus ojos parecían espadas puntiagudas que se dirigían hacia la amante de su esposo.

"Ha estado visitando a Eric estos días. Apuesto a que lo está haciendo únicamente para poner a Jack a prueba, ¿no es así? Quiere saber cuál de nosotras dos tiene más protagonismo en el corazón de Jack".

La voz de Rachel fue bajando de volumen hasta parecer un fantasma que le susurraba a Celine en el corazón.

"Deje que sea clara, si le sucede cualquier cosa a mi primo, usted asumirá la responsabilidad y pagará por ello".

Ya fuera porque el tono de Rachel se estaba volviendo demasiado agresivo o porque le leía la mente a Celine, esta última palideció y su cuerpo se puso rígido.

El ambiente de la sala cambió repentinamente y la tensión aumentó de golpe.

Mientras miraba a Celine, Rachel estaba a punto de invitarla a que saliese porque ya era hora de que volviera al trabajo.

Pero para su propia sorpresa, cuando se dio la vuelta, vio que Jack estaba detrás de ella y, junto a él, Michael y Marcus.