Capítulo 10 Descifrando códigos

En un abrir y cerrar de ojos, el Concurso Nacional de Oratoria estaba a la vuelta de la esquina. La primera ronda se llevaría a cabo en la Escuela Secundaria Maybourn y participarían estudiantes de muchas preparatorias de toda la ciudad.

El día antes del concurso, Ivana le preguntó a Emberly con preocupación: "¿Cómo va tu preparación?"

"Está bien. No te preocupes." Emberly estaba tan ocupada con el Concurso Nacional de Innovación Científica y Tecnológica que casi se olvidó del próximo Concurso de Oratoria.

"Está bien. Eso es bueno. Tienes que dar lo mejor de ti. Mucha gente ha estado esperando que fracases desde que Janetta difundió la noticia de que te uniste a la competencia", dijo Ivana con desprecio.

"Por cierto, es mi cumpleaños este fin de semana. Haré una fiesta y quiero que vengas." Al hablar de su fiesta de cumpleaños, Ivana volvió a llenarse de expectativa y emoción.

Emberly sonrió y asintió: "Está bien, iré."

Al día siguiente, el Concurso de Oratoria comenzó según lo programado. En el aula, Emberly y Janetta se volvieron a ver.

"No esperaba que realmente te atrevieras a unirte a esta competencia. Esto es un juego real, Emberly, no algo con lo que puedas salir del paso fingiendo. Supongo que ya veremos", dijo Janetta, mostrando una sonrisa presumida.

Miró a Emberly y esperó una réplica.

"Con permiso", murmuró Emberly y se dirigió a su asiento. Ni siquiera miró a Janetta.

¿Qué se suponía que significaba eso? ¿Emberly simplemente la ignoró?

El rostro de Janetta se tornó lívido de rabia. Apretó los dientes y cerró los puños. De hecho, esperaría y vería quién de las dos saldría victoriosa.

Ese día sería la parte escrita del concurso, y el examen inicial era una prueba de conocimiento y vocabulario. El supervisor entró con paso firme, y el aula se silenció al instante. Después de que el supervisor repartió los exámenes, la prueba comenzó.

Todos empezaron a leer las preguntas y a escribir en sus hojas de respuestas rápidamente. Era solo la primera ronda, pero la prueba ya era increíblemente difícil. Había muchas palabras poco comunes, y los concursantes se fueron volviendo más lentos a medida que avanzaban.

Tan pronto como Emberly recibió su examen, sus ojos se agudizaron. Rápidamente escaneó cada página y comenzó a escribir sin parar. Tomó la prueba como si cada respuesta estuviera grabada en su corazón. En poco tiempo, atrajo la atención del supervisor.

El supervisor era de otra escuela, y caminó lentamente hacia Emberly. Se sorprendió al verla responder cada pregunta como si la hubiera hecho un millón de veces.

Pensó que solo estaba escribiendo al azar, pero cuando revisó cuidadosamente sus respuestas, descubrió que todas eran correctas.

El supervisor quedó impresionado con los estudiantes de la Escuela Secundaria Maybourn. Estaba tan asombrado que sintió un poco de envidia. Echó un vistazo al nombre en el examen de Emberly. "Emberly Hammond." Memorizó su nombre.

En menos de media hora, Emberly terminó el examen. Dejó de escribir y levantó la mano.

"Señor, ya terminé."

El supervisor instintivamente miró su reloj. Solo habían pasado treinta minutos desde que comenzó el examen.

Después de entregar su examen, Emberly salió directamente del aula. Janetta la miró con los ojos muy abiertos, incrédula. ¿El examen era tan difícil que simplemente se rindió? ¿Sin luchar?

Nunca se le ocurrió que Emberly había entregado su examen temprano simplemente porque lo había terminado antes.

Después de salir de la escuela, Emberly tomó un taxi hacia el cibercafé en la Calle Violeta. Le había prometido a Isaac que iría allí a encontrarse con él. Isaac había estado esperando a Emberly en el cibercafé todos los días, ya que no tenía otra forma de contactarla. Si no fuera por la misión cumplida la última vez, habría pensado que ella era alguien de sus sueños.

Al ver a Emberly bajar del taxi, Isaac se llenó de alegría. Se apresuró a saludarla.

"¡Por fin llegas! ¿Tienes idea de cuánto tiempo he estado esperándote?" Se quejó Isaac.

"¿Qué pasa? ¿Necesitas ayuda con algo otra vez?" Por el dinero que él le había pagado como cuota de enseñanza, Emberly ignoró las quejas de Isaac y sonrió.

Isaac tomó la mano de Emberly, la llevó al interior del cibercafé y la sentó frente a una computadora que él mismo había ensamblado. Al ver la pequeña máquina de aspecto impresionante, Emberly no pudo evitar sentir envidia. La computadora que Sylvia le había comprado solo servía para uso diario, pero ella necesitaba algo más que eso.

"¿Has oído hablar de YN?"

"No", respondió Emberly directa y honestamente.

Isaac se quedó sin palabras. ¿Sabía tanto de computadoras y nunca había oído hablar de YN? Aunque no quería admitirlo, YN tenía un estatus muy alto en la escena de hackers del país.

Isaac encendió su computadora y entró en un foro de hackers muy exclusivo. Todos los hackers de alto rango del país se reunían allí. Cuando encontró la publicación que buscaba, hizo clic en ella y le dijo a Emberly: "Este es un anuncio de recompensa del Grupo Skasia. Necesitan a alguien que descifre el código central de un programa. Acepté esta tarea, pero no he podido resolverla. Han pasado tres días." Al decir esto, Isaac se sintió un poco avergonzado.

"YN es una organización de hackers muy famosa. Tuve algunos problemas con ellos antes. Me dijeron en la cara que hackearían este programa y lo descifrarían en un día."

Si YN tenía éxito, él quedaría humillado.

"Déjame ver."

Emberly puso las manos sobre la computadora y comenzó a teclear frenéticamente. Pronto, líneas y más líneas de código aparecieron en la pantalla, e Isaac las observó con ojos llenos de asombro.

En solo unos minutos, Emberly logró descifrar el código del programa, resolviendo el problema que había atormentado a Isaac durante tres días.

"Listo. Sabes, este programa no es realmente tan difícil de descifrar, pero es interesante que esté lleno de trampas. Es como si estuviera diseñado para atraer a quien intente hackearlo", dijo Emberly con una voz llena de entusiasmo.

¿No tan difícil? ¿Interesante? Isaac sintió ganas de llorar, pero no le salieron lágrimas. El programa que lo había tenido contra las cuerdas durante tres días enteros era pan comido para Emberly. Ella ni siquiera sudó, mientras que él, en cambio, sentía que había perdido un montón de cabello por el estrés de los últimos tres días.

Damien era la única otra persona que podría haberlo ayudado, pero parecía estar ocupado últimamente. Gracias a Dios que Emberly apareció. De lo contrario, habría estado completamente perdido.

Rápidamente envió el programa descifrado al Grupo Skasia y pronto recibió el pago por el trabajo.

El Grupo Skasia era rico y ofreció un total de dos millones por la recompensa. Isaac transfirió todo el dinero a Emberly sin dudarlo. Después de todo, ella fue quien descifró el código. Emberly no se negó.

Cuando Emberly estaba en La era estelar, además de hacer investigaciones científicas en el laboratorio, ocasionalmente iba a la Academia Sharia a dar clases a los estudiantes. Cada una de sus clases era popular, y era una gran maestra.

Isaac era el tipo de estudiante que más les gustaba a los profesores. Era inteligente y aprendía rápido con solo unas pocas instrucciones. Bajo la tutela de Emberly, sus habilidades mejoraron significativamente, y se sintió muy iluminado.

Después de intercambiar números de teléfono con Emberly antes de que ella se fuera, Isaac se emocionó. Finalmente no tendría que esperarla allí todos los días.

Después de salir del cibercafé, Emberly miró su reloj y vio que aún era temprano. Tomó un taxi hacia un centro comercial cercano para comprar un regalo de cumpleaños para Ivana.

"Hola. ¿Podría ver este reloj, por favor?" Emberly señaló un reloj en el mostrador de una joyería.

La vendedora se dio vuelta y vio a Emberly, que estaba vestida de manera sencilla. Le sonrió, abrió la vitrina de vidrio y sacó el reloj.

El reloj era exquisito y tenía una carátula decorada con un círculo de pequeños diamantes. Era un poco caro, pero Ivana merecía lo mejor para su cumpleaños. Emberly asintió con aprobación y sacó su tarjeta de crédito para pagar el reloj.

"¡Eres tú, jovencita! ¡Te he estado buscando!" exclamó alguien con una voz amable.

Al volverse hacia donde provenía la voz, Emberly vio a la anciana a la que había llevado al hospital el otro día. La anciana se veía bien y vestía con elegancia, y estaba acompañada por un hombre que parecía ser su asistente.

"Es un gusto verla de nuevo, señora. ¿Se siente mejor?" Saludó Emberly con una sonrisa.

La sonrisa en el rostro de la anciana se volvió aún más brillante. Dio unos pasos hacia adelante y tomó la mano de Emberly. "Si no fuera por ti, querida, no estaría aquí frente a ti hoy. ¿Te gusta este reloj? Te lo compraré como regalo."

El asistente de la anciana entendió y rápidamente le entregó una tarjeta de crédito a la vendedora. Emberly ni siquiera tuvo tiempo de decir que no.

"Señora, de verdad no tiene que hacerlo. Ya me dio un regalo." Esa noche, Emberly había recibido una suma de dinero que superaba con creces los gastos médicos que había pagado por la anciana.

"Eso es diferente. Mi hijo te dio eso la última vez. Yo también quiero darte algo. ¿Ya cenaste? Deberías venir a mi casa a cenar. Mi familia ha querido agradecerte en persona." La anciana tomó la mano de Emberly y comenzó a caminar.

Emberly intentó rechazar amablemente, pero no pudo. Cuando se dio cuenta, ya estaba subiendo al auto de la anciana.