Capítulo 9 : Compañeros de equipo brillantes

Faltaba menos de un mes para el cierre de la convocatoria del Concurso Nacional de Innovación Científica y Tecnológica. Aunque ya tenía algunas ideas, aún no sabía cómo concretarlas. El certamen permitía participar en grupo o de forma individual. A Emberly le urgía encontrar aliados y recursos, pues aún no tenía colaboradores ni un inversor para su proyecto.

En su vida pasada, había oído hablar de este certamen. Recordaba que los ganadores llegaban a convertirse en figuras destacadas. En aquel entonces, nunca consideró participar; no se sentía lo suficientemente brillante. Se limitaba a ver los reportajes sobre el evento.

Bajo la mirada vigilante de Héctor, Emberly sacó su celular.

El profesor ya no se atrevía a reprenderla. En los últimos días, le había asignado todo tipo de problemas matemáticos, los cuales resolvió en tiempo récord, incluso los más complejos. Debido a su inteligencia, le había tomado cariño. Lo único que le molestaba era su distracción en clase. Sin embargo, lo ignoraba, pues tenía la intención de hacer que participara en la olimpiada de matemáticas.

Shawn, sentado detrás de Emberly, la observaba manipular su celular con la cabeza apoyada en el escritorio. Chasqueó la lengua y le susurró a su amigo: "Marco, hay algo en esta chica nueva que no me cuadra, pero no logro descifrar qué es". "Dicen que es una estudiante con malas calificaciones de un pueblo remoto". "¿No te parece raro que tenga un coeficiente intelectual tan alto, pelee tan bien y, además, sepa mucho de armas?". "Antes de esa noche, no tenía idea de que existiera alguien tan excelente en esta ciudad".

Marco se quedó pensativo. Nunca había conocido a nadie tan excelente como Emberly, ni siquiera en Esabury, la ciudad donde creció. Le resultaba extraño, porque había muchos talentos en la capital. Por ahora, se sentía aliviado de que no fuera su enemiga.

Aunque seguía siendo el tema de conversación en la escuela, ella ignoraba todos los chismes. Entró al Foro Nacional de Ciencia y Tecnología y comenzó a revisarlo. Había muchas publicaciones sobre la próxima competencia. Parecía que el evento era aún más popular de lo que recordaba.

Muchos aspirantes, al igual que ella, buscaban compañeros de equipo. En cada propuesta, ofrecían pistas sobre su proyecto y detallaban los requisitos para sus compañeros. Parecía un buen método para conseguir compañeros. Tras reflexionar sobre ello, Emberly comenzó a redactar su propia publicación.

En la Universidad de Ontario, una de las mejores de Usnario, Timoteo Harrison, un estudiante de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, estaba recostado en la cama de su dormitorio, explorando el foro en línea. Ya estaba en su tercer año y tenía muchos proyectos y trabajos pendientes con plazos cortos, así que no tenía tiempo para unirse a la competencia. Al menos eso pensaba hasta que descubrió que el profesor que más admiraba valoraba mucho que los estudiantes tuvieran una buena experiencia y práctica en investigación científica. Timoteo quería que este profesor fuera su mentor durante sus estudios de posgrado, así que comenzó a pensar que la próxima competencia lo ayudaría en su búsqueda.

"¡Impactante! ¡Una nueva forma de operar un vehículo de nueva energía!". Leyó el primer título en voz alta.

"¡Descubierto un nuevo tipo de material aislante!".

"En la era del 5G, ¿cuál es el futuro del 6G?".

"Exploración y descubrimiento espacial".

El joven soltó un bostezo. Todas las publicaciones que encontraba le parecían muy aburridas.

"¡Son puras tonterías!", pensó. Sufrió un ligero dolor de cabeza después de leer más de diez publicaciones aburridas.

"Desarrollo y aplicación de vehículos aéreos no tripulados".

De repente, los ojos de Timoteo se posaron en una nueva publicación. Al principio, sintió que era otra publicación aburrida con un título sensacionalista. Pero cuando leyó el primer párrafo, su interés se disparó. Se enderezó de inmediato.

Releyó el texto tres veces, solo para asegurarse de que no estaba soñando. La publicación era precisa y muchas partes de la idea parecían imposibles de hacer, pero la idea general era brillante. Sintió en sus entrañas que había una posibilidad considerable de que pudiera realizarse, aunque no sabía cómo.

¿A qué genio se le ocurrió esta idea? ¿Acaso esa persona era de este planeta?

La publicación atrajo la atención de más de la mitad de los participantes del foro. Colmaron de elogios a la autora. Muchos se ofrecían para formar equipo con ella.

En lugar de enviar un mensaje al foro, Timoteo rápidamente le envió un mensaje directo. Notó en su perfil que se había registrado ese mismo día. No tenía foto de perfil y su nombre de usuario era simplemente "Y". Eso la hacía más misteriosa.

Tras dudar un momento, pulsó el ícono de enviar. El mensaje decía: "Hola, soy estudiante de Ingeniería Mecánica y Eléctrica en la Universidad de Ontario. Acabo de ver tu publicación en el foro. Tu propuesta me parece increíble. ¿Me concederías el honor de discutirla en detalle?".

Sin que Timoteo lo supiera, la persona con la que se estaba comunicando era solo una estudiante de secundaria.

Por otro lado, el celular de Emberly no había dejado de vibrar desde que publicó ese post. Los mensajes llegaban a su bandeja de entrada sin parar. Levantó las cejas al ver el último mensaje.

¿Universidad de Ontario? ¿No era una de las mejores universidades del país? De todos modos, Emberly les pidió a todos los que le enviaron mensajes privados que resolvieran dos preguntas. No creía que nadie le daría las respuestas exactas que deseaba. Sin embargo, sentía que podían hacer su mejor esfuerzo, ya que no eran tontos.

Timoteo se quedó atónito al ver su respuesta. Era realmente directa. En su opinión, la gente así era o extremadamente arrogante o muy inteligente. Quizás esta persona pertenecía a la segunda categoría.

Timoteo se sentó de inmediato en su mesa de lectura. No se consideraba un genio, pero el hecho de haber ingresado a la Universidad de Ontario unos años atrás demostraba una cosa: ¡no era un tonto!

Leyó la primera pregunta tres veces. Después de reflexionar durante unos veinte minutos, finalmente tuvo algunas pistas. Hizo el desarrollo en diferentes hojas de papel una y otra vez. Más de una hora después, finalmente resolvió el primer problema.

El segundo problema era un hueso duro de roer. Aunque lo estudió durante una hora, seguía sin entenderlo, y mucho menos sabía cómo resolverlo. Nunca había visto algo así. Al final, se rindió y decidió consultar a uno de sus amigos.

Damien era estudiante de Ciencias de la Computación en la Universidad de Ontario. Era extremadamente bueno con los códigos y el diseño de algoritmos.

En el Centro de Supercomputación de la universidad, Damien estaba trabajando cuando su celular vibró de repente. Era un mensaje de Timoteo. La curiosidad lo impulsó a abandonar su trabajo y revisar el mensaje.

Treinta minutos después, Timoteo, que seguía esperando ansiosamente la respuesta de Damien, se sorprendió al recibir una llamada directamente de él. Siempre era él quien llamaba, pues Damien era un tipo misterioso al que no le gustaban las llamadas.

"¿De dónde sacaste este problema?", preguntó Damien en un tono serio.

"¿Por qué? ¿Ya lo resolviste?".

Tras un momento de silencio, Damien respondió: "Todavía no. El algoritmo involucrado es demasiado complicado. Llevaría una eternidad completarlo. De todos modos, solo puedo darte una idea general".

Timoteo no podía creer lo que oía. Nunca había escuchado a Damien hablar en un tono tan incierto.

"Quienquiera que haya creado este problema es mucho mejor que yo manejando computadoras", admitió Damien con amargura.

¡De ninguna manera! ¿Lo decía en serio?

Timoteo tragó saliva y se secó el sudor de la frente. "Bueno, tiene que ver con la próxima competencia. Alguien en el Foro de Ciencia y Tecnología publicó su idea sobre una nave aérea. Me puse en contacto con ella con la esperanza de trabajar juntos. Ella me envió ese problema". Timoteo respiraba con dificultad, como si acabara de correr un maratón.

"¿Vehículo aéreo? Envíame el enlace de la publicación".

En cuanto Damien colgó el teléfono, hizo clic en el enlace que Timoteo le envió. Incluso un geek talentoso como él no pudo evitar maravillarse ante esta persona. ¡La autora era una genio!

Organizó sus pensamientos y le envió un mensaje a Timoteo.

"Yo también me uno".

"¡Maldita sea!". Los ojos de Timoteo se abrieron de par en par al ver ese mensaje.

De vuelta en la Escuela secundaria Maybourn, Emberly seguía leyendo los numerosos mensajes en su bandeja de entrada. Algunos de los solicitantes habían entregado sus trabajos. Todos eran diferentes. Ya estaba un poco decepcionada cuando llegó el mensaje de Timoteo.

Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro cuando leyó su desarrollo. No es de extrañar que fuera estudiante de una universidad tan prestigiosa. Era realmente inteligente. Ella sabía lo complejos que eran esos problemas. Aunque la respuesta de Timoteo no era perfecta, era un buen intento.

Le respondió: "Echa un vistazo a esto. Es un resumen detallado de mi idea. Dime qué te parece cuando termines de leerlo". Su mensaje iba acompañado de un documento.

Timoteo respiró hondo. Ya había elaborado un plan detallado. ¿Así que no tendrían que hacer mucho? ¡Qué interesante!

"¿Qué tal si nos reunimos para discutirlo en persona? Mi amigo y yo estamos en Esabury. ¿Y tú?". Timoteo estaba ansioso por conocer a esta persona.

"Estoy actualmente en Barba Azul. Hablemos de ello más tarde". Emberly lo rechazó.

Su negativa no desanimó a Timoteo. Después de todo, todavía había una posibilidad de reunirse en el futuro.

Ahora que se conocían, intercambiaron números y luego Timoteo creó un grupo de chat para que los tres pudieran hablar en línea con facilidad.

Cuando Damien se enteró de que Y estaba en Barba Azul, recordó a la chica genio de la que había oído hablar el otro día. Se suponía que debía ir allí hace unos días, pero algo surgió. Escuchó de Isaac que la chica nunca apareció en el café internet después de ese día.

Parecía que Barba Azul era una ciudad de sorpresas.