Capítulo 5 La protectora de su hermana

Un Bentley negro estaba estacionado afuera de la Escuela Secundaria Maybourn. "Señorita Felicia, ¿por qué la señorita Emberly no ha salido todavía?", preguntó educadamente el chofer a Felicia, quien ya estaba sentada en el asiento trasero.

Travis era un estudiante de último año. Tomaba clases después de la escuela por las noches, así que normalmente llegaba a casa bastante tarde. El chofer solo estaba allí para recoger a Emberly y a Felicia.

Felicia había aparecido temprano, justo después de que terminaran las clases. Habían estado esperando a Emberly por más de treinta minutos, pero ella no aparecía. Ninguno de ellos tenía su número de teléfono ni otra forma de contactarla. La sangre de Felicia ya hervía.

"Como es su primer día de clases, creo que probablemente esté por ahí pasando el rato con sus nuevos amigos. O tal vez ya tomó el autobús a casa. Nunca se sabe. Vámonos." Pensándolo bien, Felicia quiso usar el retraso de Emberly como una forma de ganar puntos. La familia Hammond era estricta con las reglas establecidas para sus hijos. Se enfadarían si Emberly llegaba a casa más tarde de lo debido.

"Está bien." El chofer encendió el auto y se marchó.

En el callejón de la Calle Violeta, Emberly finalmente encontró un cibercafé que aceptaba menores de edad después de buscar durante un buen rato. Miró el letrero y entró.

"Buenas tardes, necesito una computadora", dijo Emberly a la recepcionista.

Probablemente era bastante común que los menores de edad -en su mayoría estudiantes de secundaria- frecuentaran ese cibercafé, así que el joven que atendía el lugar no se sorprendió en absoluto. No le pidió identificación, solo le entregó una tarjeta sin levantar la cabeza.

El lugar estaba bullicioso a esa hora. Muchos estudiantes estaban allí jugando, navegando por Internet y fumando cigarrillos. El aire estaba lleno de humo y olía a sudor. Conteniendo la respiración, Emberly encontró rápidamente un asiento en una esquina y encendió la computadora.

Lo primero que hizo fue buscar el nombre de Darian en Google. Aparecieron detalles sobre su origen y sobre el Grupo Hammond. La familia Hammond era de dinero nuevo. Su fortuna provenía principalmente de la industria de la confección. Recientemente, la empresa había incursionado en la industria de la nueva energía. En los últimos años, había estado buscando cooperar con la familia Hawkins, una de las más prominentes de la ciudad.

Emberly se frotó la barbilla y navegó por información sobre el Grupo Hammond. Se topó con un enlace y lo abrió.

Era el sitio web de ciencia y tecnología de Usnario. En el sitio había resultados de investigación y análisis de muchos científicos reconocidos. Emberly los leyó con atención. Después de leer las últimas actualizaciones, no pudo evitar suspirar en su interior. En efecto, había una gran brecha entre la tecnología de esta era y la de La era estelar.

Justo cuando estaba por salir del sitio, apareció un anuncio emergente. Era una convocatoria para inscribirse en el próximo Concurso Nacional de Innovación Científica y Tecnológica. Emberly estaba a punto de apartar la vista cuando vio otra línea. "El ganador del concurso recibirá un millón de dólares, cortesía del Grupo Skasia, junto con las tarifas de patente de la obra ganadora."

¡No podía ser! No podía dejar pasar esa oportunidad. Tenía que inscribirse en ese mismo momento.

El concurso era grande. Estaba abierto tanto a jóvenes como a adultos. Como resultado, muchos profesionales del campo de la ciencia tendrían que competir con niños. Aún faltaba un mes entero antes de la fecha límite para entregar el trabajo. Emberly envió su solicitud y tuvo que esperar a que fuera revisada.

No había nada más que pudiera hacer por ahora. Apagó la computadora y se dirigió al mostrador.

"Voy a salir."

El chico del mostrador seguía con la cabeza baja, ignorando completamente sus palabras. Sus dedos se movían sobre el teclado a gran velocidad. De repente maldijo: "¡Mierda! ¿Dónde está ese maldito error?"

Emberly repitió sus palabras, pero no obtuvo respuesta otra vez. Se inclinó para mirar la pantalla de la laptop del chico. Estaba llena de códigos y más códigos, porque él seguía escribiendo como si no hubiera un mañana. Pero tres veces seguidas apareció una alerta de error en la pantalla.

"Ese código está mal", señaló un punto en la pantalla.

El chico finalmente levantó la cabeza. Parecía tener poco más de veinte años. Sus rasgos eran delicados y atractivos. Con el ceño fruncido, preguntó: "¿Qué dijiste?"

"Dije que ese código está mal. Debería ser..." Se detuvo a mitad de frase. Al ver que el chico seguía atónito, Emberly tomó su laptop. Sus dedos ágiles comenzaron a teclear a una velocidad impresionante. Los ojos del chico se abrieron de par en par mientras la observaba.

"¡EXITOSO!" Un mensaje positivo apareció en la pantalla en cuanto Emberly terminó de escribir y presionó la tecla Enter. Luego le devolvió la laptop. "¿Puedes atenderme ahora?"

"¿Qué demonios...?" El chico se quedó boquiabierto mirando la pantalla. Había estado luchando con ese código durante tres días. Pero Emberly lo resolvió en cuestión de minutos.

Tragó saliva y dijo: "Señorita... digo, ¡maestra! ¿Cómo lo hiciste? ¿Podrías enseñarme? ¡Por favor!"

No le importaba que la persona a la que se dirigía con tanto respeto fuera solo una joven estudiante de secundaria.

"Lo siento, pero no tengo tiempo para eso." Emberly pagó por el servicio y se dio la vuelta para irse.

El chico la tomó del abrigo y dijo: "Espera un minuto. Si aceptas enseñarme, puedes venir a usar cualquier computadora aquí cuando quieras, gratis. También puedo pagarte por las clases. ¿Trato hecho?"

"¿De cuánto estamos hablando?", preguntó Emberly, deteniéndose.

"¡Tú pon el precio! ¡Estoy dispuesto a pagar cualquier cantidad!" El chico estaba demasiado emocionado.

Emberly lo miró de pies a cabeza. Parecía un tipo con dinero, así que pensó que sería bueno ganar algo de dinero extra enseñándole cuando tuviera tiempo libre. "Está bien, trato hecho."

"Genial. ¿Cómo puedo contactarte?", preguntó ansioso.

"Bueno, yo... todavía no tengo teléfono. Volveré en unos días."

"De acuerdo. Soy Isaac Harvey. ¿Y tú?"

"Emberly Hammond."

Después de decir eso, se fue. Isaac la observó hasta que desapareció. Luego sacó su teléfono e hizo una llamada. "¡Damien! ¿Adivina qué? ¡El caso Emite ha sido resuelto! Pero... no fui yo quien lo resolvió. No te miento. Hace un momento conocí a una genia. Hackeó el sistema en menos de dos minutos. ¡Santo cielo! Siento que es un sueño. De todos modos, hablé con ella. Si logramos tenerla de nuestro lado, no hay forma de que los YN nos derroten."

"Deja de bromear, Isaac. ¿Estás diciendo que hay alguien así de bueno en Barba Azul?"

Isaac respondió emocionado: "¡Es verdad! Me prometió que volvería."

Aunque Isaac solía ser frívolo, era un tipo confiable en su profesión.

"Está bien, iré a Barba Azul mañana." Damien Mendez decidió ir a ver en persona a la supuesta genia.

Mientras tanto, Emberly no podía dejar de pensar en Isaac. Su nombre le sonaba bastante familiar. ¡Y entonces lo recordó! Ese nombre había aparecido una vez en un periódico que leyó en prisión durante su primera vida. Se decía que un hacker llamado Isaac Harvey había hackeado el sitio web de una empresa importante y robado información confidencial, causando grandes pérdidas a la compañía. Fue capturado y sentenciado a prisión.

A Emberly le pareció bastante extraño que en esta vida conociera a ese tal Isaac cuando aún era un hacker novato. Solo trabajaba en un cibercafé y luchaba con códigos básicos.

Quería mantenerse al margen. Pero como ya había aceptado enseñarle, iba a cumplir su palabra. Quién había sido antes o en qué se convertiría después no tenía nada que ver con ella.

En La era estelar, los humanos ya habían inventado el Cerebro inteligente, lo que hacía que todas las instrucciones y operaciones en las computadoras fueran simples y fáciles. Como científica de alto nivel de La era estelar, Emberly era una de las mejores en habilidades informáticas. Podía encontrar casi cualquier cosa en Internet.

Nadie imaginaría que una chica joven y aparentemente inofensiva como ella pudiera causar problemas en este mundo. Sin embargo, no podía permitirse ser arrogante. Sabía que mostrar su singularidad antes de tener el poder para protegerse sería un movimiento estúpido. Por lo tanto, decidió actuar con cautela hasta llenar su arsenal.

De vuelta en la residencia Hammond, Emberly aún no había regresado a casa. Ya eran las nueve de la noche.

"¿A dónde demonios fue? Es una niña realmente salvaje. Debe haber llevado una vida desenfrenada en el campo. En lugar de regresar directamente a casa, se fue a saber a dónde. ¡Esa chica necesita disciplina!" Sylvia caminaba de un lado a otro en la sala, furiosa.

"Mamá, por favor cálmate. Siéntate. Tal vez fue a casa de alguno de sus nuevos compañeros."

Felicia tomó la mano de su madre y la llevó al sofá. Parecía estar defendiendo a Emberly, pero en realidad estaba echando más leña al fuego.

Travis frunció el ceño y se mostró un poco preocupado. Emberly era nueva en Barba Azul. ¿Podría ser que se hubiera perdido de camino a casa?

Era muy tarde. No era seguro que una chica joven estuviera afuera a esa hora.

Pensando en eso, se levantó y dijo: "Mamá, saldré a buscar a Emberly. Ustedes esperen aquí en casa." Se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, sin notar la expresión sombría que apareció en el rostro de Felicia.

"No hace falta. ¡Ya volví!" Emberly entró por la puerta principal antes de que Travis pudiera alcanzarla.

"Emberly, ¿tienes idea de qué hora es?" Sylvia se levantó de un salto y la miró con severidad. Felicia se reía por lo bajo a su lado.

"Perdí la noción del tiempo porque fui a la biblioteca después de clases. ¿Pasa algo?" Las cejas de Emberly se arquearon con confusión.

"¿Fuiste a la biblioteca? ¡Hoy fue tu primer día de clases! No me mientas. ¿A dónde fuiste exactamente?"

A Sylvia no le tenía sentido que una campesina tuviera tanto interés en los libros. Su instinto le decía que Emberly mentía.

Emberly la miró directamente a los ojos y respondió: "Tengo mucho que aprender, pero no tengo laptop ni teléfono móvil. Así que solo puedo ir a la biblioteca a leer algunos libros."

Travis miró a su madre con incredulidad. ¿Por qué no le había dado un teléfono a Emberly?

Sylvia también se quedó sorprendida. No había pensado en eso en absoluto. Incluso la ropa en el armario de Emberly solía ser de Felicia. Aunque eran nuevas, no se había esforzado mucho en conseguirle otras cosas necesarias.

Al pensar en eso, sintió un poco de culpa.

"Bueno, tienes que entender que solo me preocupo por ti. No estás familiarizada con el entorno aquí desde que acabas de llegar. Además, no es prudente que una chica joven esté fuera tan tarde en la noche. Lamento no haberte conseguido un teléfono. Lo haré mañana a primera hora. Lo más importante ahora es que te pongas al día y te adaptes a tu nueva vida, ¿de acuerdo? Esta familia es muy conocida en esta ciudad. El próximo mes, tu padre te presentará ante todos. Mantente alejada de los problemas para que no nos avergüences." Sylvia suavizó su tono.

Felicia apretó los dientes. Sintió que Emberly se estaba librando demasiado fácilmente.

Emberly deseaba reírse con desprecio de su madre. Una vez más, Sylvia evitaba lo más importante y se preocupaba por la reputación de la familia. Una madre cariñosa debería preguntar por el bienestar de su hija. Pero Sylvia no lo hizo.

"Está bien, mamá. Lo tendré en cuenta." Emberly no quería discutir con ella.

Sylvia agitó la mano y dijo: "Ve a refrescarte. Si quieres comer algo, Dorota puede cocinarlo para ti. De lo contrario, puedes irte a dormir." Dicho esto, Sylvia subió las escaleras.

Emberly estaba a punto de ir a su habitación cuando Travis la tomó de la mano y dijo con vacilación: "Nosotros... Somos hermanos. Si tienes algún problema en la escuela o en casa, siempre puedes venir a mí."

"Qué dulce de tu parte, Travis. Gracias." Emberly le sonrió y se fue a su habitación.

Una chispa de resentimiento brilló en los ojos de Felicia mientras miraba la espalda de Emberly. Maldijo en su mente. ¡Maldita sea! Incluso Travis estaba siendo tan bueno con Emberly ahora. ¿Era porque eran hermanos de verdad? ¡Qué fastidio!