Un Vuelo Sin Retorno Para Olvidarte
img img Un Vuelo Sin Retorno Para Olvidarte img Capítulo 2
2
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

ALMA POV:

Rodrigo se inclinó y me dio un beso suave en la frente, un gesto que antes me deshacía, ahora me dejaba completamente vacía. Su abrazo era un abrazo de posesión, no de afecto. Sentí su aliento en mi cabello, el olor de su perfume, que solía ser un consuelo, ahora me asfixiaba. Se sentía como si una araña intentara atraparme en su tela, un toque que me provocaba un escalofrío de repulsión.

"Paulina ganó el Premio Nacional de Oro de Arte" , soltó, su voz vibrando con un entusiasmo que nunca había escuchado cuando hablaba de mis propios logros, aunque fueran atribuidos a ella. Se separó, sus ojos brillando con una alegría que me dolió hasta el alma.

El aire se volvió espeso.

"¿De verdad?" Pregunté, mi voz apenas un susurro, luchando por mantener la compostura. El impacto me golpeó como un puñetazo en el estómago, pero no por la noticia, sino por su reacción. Él estaba feliz por ella.

"Sí, mi amor. Se lo merece tanto. Ha trabajado muy duro por esto" , dijo con una sonrisa radiante. "Tendremos que celebrarlo a lo grande, ¿no crees? Lo anunciaron hace unas horas. Es una victoria para todos nosotros."

Una victoria para todos nosotros, ¿eh? La ironía casi me hizo reír.

"Pero... pensé que tú también habías presentado mi solicitud para ese premio" , le dije, la voz tensa. Mis manos se apretaron involuntariamente. Yo también había trabajado, con el alma y la vida, por esa obra. Era la culminación de cinco años de mi vida.

Rodrigo frunció el ceño, el brillo en sus ojos disminuyó un poco. Su mano volvió a mi mejilla, esta vez con una caricia que se sintió condescendiente. "Mi amor, lo sé. Pero... creo que es mejor así. Paulina está en un momento muy delicado. Y tú... tú y yo hemos estado hablando de tener un bebé, ¿recuerdas? No quería que el estrés de la competencia te afectara. Además, si te quedaras embarazada, no podrías ir a recoger el premio este año."

Su mirada era una mezcla de falsa ternura y determinación fría. Había orquestado todo. Él había retirado mi nominación, mi oportunidad, mi reconocimiento. Todo por ella. La excusa del embarazo, una mentira que él había estado cultivando durante meses, ahora se usaba para sellar mi destino. Quería apartarme, hacerme invisible, para que ella pudiera brillar con la luz que yo misma había creado.

Las palabras se atascaron en mi garganta. Intenté tragar la amargura, pero era demasiado densa. El dolor era un cuchillo girando en una herida abierta. Me prometió un futuro, una familia, mientras me robaba el presente y el alma. Su plan era perfecto: si estaba embarazada, estaría inmovilizada, incapaz de pintar, y Paulina sería la única opción para seguir produciendo obras maestras "suyas" .

Las lágrimas picaban mis ojos, pero me negué a dejarlas caer. No le daría esa satisfacción. Había anhelado un bebé, lo había deseado con todo mi ser, creyendo que sería el fruto de nuestro amor. Ahora, era solo una herramienta más en su astuto plan. Él nunca quiso un hijo conmigo; solo quería un medio para atarme, para silenciarme, para convertir mi útero en otra jaula.

¿Cómo había sido tan ciega? ¿Cómo pude no ver que su "amor" era una prisión elaborada con hilos de mentira y manipulación? No era amor lo que sentía por Paulina, era una obsesión enferma, un deseo de proteger su frágil y falsa identidad a toda costa. Él era su guardián, su creador. Y yo, solo su esclava.

"Lo siento, mi amor" , susurró, y casi pude creerle. "Sé que esto te duele, pero es por nuestro futuro. Por nuestra familia."

Sus palabras se sentían como ácido en mis oídos. "Pero tengo algo especial para ti, por nuestro aniversario. Algo que te hará muy feliz."

Me miró, sus ojos brillando con una falsa promesa, como si esas palabras pudieran borrar todo el dolor que me había infligido. Como si un "regalo" pudiera compensar el robo de mi vida, de mi arte, de mi identidad.

Mi sonrisa se estiró, una mueca vacía. "Yo también tengo una sorpresa para ti, Rodrigo. Algo que jamás olvidarás. Te lo prometo."

Una chispa de triunfo cruzó sus ojos. Interpretó mi "rendición" como una victoria más. Se inclinó, dándome un suave beso en la coronilla, antes de salir del estudio, pensando que había ganado. Pensando que me tenía bajo su control, como siempre.

Pero no. Se equivocaba. Pronto, muy pronto, él perdería todo. Y yo, por fin, sería libre.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022