Capítulo 6 6

¿Alguna vez te has puesto algo de tu Crush y has notado que es el olor más rico del mundo?

Sigue pensando que soy una enferma, creo que eso ya lo habíamos dejado claro anteriormente.

He notado que te escribo como si no fueras un diario. Creo que me estoy dando cuenta de que quiero que algún día alguien lea todo esto. Tal vez sea mi yo del futuro. Ya sabes, para recordar mis épocas oscuras de enamoradiza loca. O mis hijos, para que no sigan mis pasos dementes. O simplemente que alguien igual de loco que yo lo lea.

Como decía, después de ver que las nubes ya se habían deshidratado por completo -porque llovió bastante- y mi uniforme de la escuela ya estaba empapado, me di cuenta que también era el momento de ir a casa.

Me preguntaba qué estaría haciendo mi madre a tales horas, ya sabes, aparte de seguir emborrachándose o pasar la peor resaca de la vida.

Ugh, no puedo escribir eso sin enojarme. No quiero que leas de mi madre, no por ahora. Menos algunos de mis pensamientos sobre ella, piensa en que la amo a pesar de todo.

Llegué empapada a mi casa, incluso casi me resbalo, ya que baldosas + agua es = a peligro en potencia.

Matemática básica aprendida en experimentada niñez.

Mamá había improvisado una especie de cena que tomé silenciosamente y la llevé a mi habitación. A veces sentía la necesidad de ir tras ella y abrazarla, pero esta vez no sentí ningún impulso.

Un jodido abrazo de papá, cómo lo necesitaba.

Después pude deshacerme de mi ropa, fue una pena tener que dejar a un lado la bufanda. Decidí no lavarla por miedo a perder el olor característico a Crush, así que la dejé a un lado esperando que se secara.

Y sí, la llevé puesta varios días en la escuela. Me hacía sentir no del todo sola pues tenía una compañera, sin importar que esta no dijera una palabra y oliera un poco a humedad.

Cuando me senté en el banco a esperar al chico por tercera o cuarta vez, ensayé de nuevo el discurso que había creado para entregársela.

''Oye, muchas gracias por el detalle, ya sabes que una bufanda no me ayuda en nada, pudiste haberme dado la sombrilla o, pudiste llevarme a mi casa. No eres muy analítico diría yo, pero me notaste y eso alegró todo mi día, mi semana y probablemente, mi mes''

Era una malísima idea, probaría con algo menos subjetivo y...extraño.

''Gracias por el detalle, ya sabes que una bufanda siempre es buena contra la lluvia y el frió, me ayudaste bastante''

Eso sonaba mejor pero no pasaba de ser una simple expectativa. Ahora, conociéndome, podrías imaginar conmigo la posible realidad, tal vez fuera un desastre.

La verdad es que ni la realidad posible ni la expectativa ocurrieron, esperé hasta tarde y el chico no apareció por ningún lado.

                         

COPYRIGHT(©) 2022